sábado, 16 de julio de 2011

Una luz que se apaga

                        Una luz que se apaga

In memoriam a Don Ricardo Alegría Gallardo (14 de abril 1921-7 de julio 2011)
Carlos Andújar. La Pasión Cultural.


Don Ricardo Alegría. Pintura de John Enie.
Puerto Rico es una fisonomía cultural de la obra intelectual, cultural y académica de Don Ricardo Alegría quien protagonizó los  últimos 60 años de gestión cultural fructífera y con resultados concretos: El Instituto de Cultura Puertorriqueña, los más importantes museos de la ciudad, la restauración del Viejo San Juan, el Museo de las Américas y su más ejemplarizador proyecto, el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, además de sus vínculos con la Universidad de Puerto Rico, los estudios arqueológicos-antropológicos y la gestión cultural en su más eficiente expresión.

Don Ricardo Alegría, lo defino como una de las últimas figuras vivas del antillanismo histórico que representaron personalidades como Gregorio Luperón, Antonio Maceo, Máximo Gómez, José Martí, Emeterio Betances y otros soñadores decimonónico que lucharon por construir una sola patria caribeña. Como soñador, pensó en un Caribe unido por el lenguaje cultural al margen de sus diferencias, que no negaba y de sus diferenciaciones sociopolíticas pero admitiendo un pasado común y con procesos semejantes tanto en lo antropológico como en lo histórico.

De personalidad suave, pausada, agradable, conversador, inteligente y ameno interlocutor, Don Ricardo Alegría poseía el don de escuchar, platicar y sugerir como una costumbre de Maestro que no abandonó nunca su oficio y que por el contrario, siempre vimos en él un espíritu exploratorio a través del intercambio, transmitiendo a partir de la formación, la tenacidad de sus convicciones.

El Viejo San Juan. Utopía hecha realidad de Don Ricardo Alegría
El historial cultural institucional puertorriqueño, se detiene en muchas ocasiones en un Nombre y una figura hoy icono cultural indiscutible de un pueblo que supo seguirlo en sus posturas verticales a favor del español puertorriqueño, a favor de la preservación de las fiestas tradicionales de su pueblo, como protector de la artesanía, expresión ésta de una estética popular que cada vez más se abre camino e integra a creadores, familias y comunidades enteras que reconocieron en él, su mayor protector.

Los artistas e intelectuales de Puerto Rico, el Caribe y muchas otras partes del mundo, se encontraban en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe en el Viejo San Juan, como si fuera una estancia de tránsito que servía para intercambiar enfoques, debatir teorías, compartir puntos de vistas, conocerse o simplemente encontrarse con amigos y colegas del oficio.

Sus vínculos con nuestro país fueron más allá de unas relaciones académicas o intelectuales, sus dos hijos, uno de ellos residió en el país muchos años ya fallecido, José Francisco Alegría Pons, y el mayor de su prole, José Alegría Pons, abogado, tuvieron en el primer caso y tienen como pareja a dominicanas, siendo Soraya Aracena, la compañera del fenecido José Francisco, una dedicada investigadora de temas culturales de nuestro país y de otras islas del Caribe.

Doña Mela su eterna compañera, le seguía en sus utopías sirviéndole como musa inspiradora pues lo que la conocemos sabemos de sus dotes en el arte y la pintura, sensibilidad continuada por José Francisco Alegría su hijo antropólogo que también le interesaba el arte, como parte de un discurso explicativo de la cultura, influencia que ejerció su madre en dicha formación y que por igual se hizo presente en la extensa obra de Don Ricardo Alegría quien mantuvo una armoniosa relación con el mundo de los artistas puertorriqueños.

Don Ricardo Alegría hacía sus anécdotas del país que visitaba desde sus años mozos, donde editaba libros, se hacia chacabanas con un sastre dominicano y le fascinaba el dulce de pasta de naranja considerado por él como una degustación gourmet.

Sencillo, humilde en su trato, considerado con sus amigos, profundo en sus reflexiones y acucioso en sus investigaciones, Don Ricardo Alegría Gallardo, produjo más de 50 obras y fue responsable de edición por encima de un centenar incluyendo mas de 8 libros que trabajaba en paralelo incluyendo su última obra que son legajos de documentos puertorriqueños del siglo XVI en cinco volúmenes, cuando la muerte le sorprendió el pasado 7 de julio por afección cardiaca y otras complicaciones de salud a sus 90 años, constituyendo su acervo documental de libros, objetos culturales, artesanales, fotos, pinturas, grabaciones, videos y otras fuentes,  un verdadero patrimonio cultural de Puerto Rico y el Caribe. Descanse en paz Don Ricardo Alegría.-

Panteón familiar donde descansan los restos de Don Ricardo Alegría en el Cementerio del Viejo San Juan.





1 comentario:

Ezequiel Taveras dijo...

Creo que todos los que lo conocimos compartimos el sueño de unir y desarrollar nuestros países a través de la cultura y el arte, comprendemos también que por difícil que parezca, siempre podemos lograr grandes cambios, que el futuro esta en nuestra manos, y como me dijo en una ocasión, al hablar de la relación Dominico Puertorriqueña, que de unirse Latinoamérica, nos convertiríamos en una de las primeras potencies del mundo, beberíamos olvidar las diferencias, y comprender que todos somos uno, y que hoy debemos hacer por otro lo que mañana otro hará por nosotros.