lunes, 13 de septiembre de 2010

La carta de Teo


Teo Terrero (que en vano intento de disputarme lo de semidiós se hace llamar el semiteo) me ha escrito una interesante carta en la que se refiere a la última entrega de La Pasión Cultural. Las opiniones que emite el amigo Teo nos lucieron tan trascendentes que hemos optado por publicarlas. Él es un actor de larga data. Perteneció al bien recordado y aplaudido grupo Gratey. En ese grupo estaban, en su momento estelar, Miguel Bucarelly, Puchy Ginebra, Yanela Hernández, Mario Lebrón, el propio Teo; entre otros. Gratey realizó montajes verdaderamente espectaculares y logró internacionalizarse. Sus integrantes eran talentosos, estudiosos, serios y comprometidos con el Arte. En estos momento Teófilo Terrero y Mario Lebrón sacan adelante la compañía teatral Proa que presentó buenas credenciales con el El Método Grönholm.
Luego de la carta de Teo publicaremos, en esta misma entrega varias imágenes que Carlos Espinal nos ha enviado.

Con gran acierto haces las críticas. Hasta señalas tus contribuciones. Los consagrado, que como también en otras reseñas has señalado, no todos viven profesionalmente del teatro. Creo que hay que preguntarse ¿qué ha pasado para que esto sea así?

En la carta que le escribió Obama a su hijas dos días antes de asumir la presidencia, hay un párrafo que dice: "Quiero que nuestros niños acudan a escuelas donde desarrollen su potencial, escuelas que sean un reto, los inspiren y generen en ellos una capacidad de maravillarse  del mundo que tienen a su alrededor. Quiero que tengan la oportunidad de ir a la universidad, aunque sus padres no sean ricos. Y quiero que accedan a buenos trabajos, trabajos que paguen bien y os den beneficios como atención médica, trabajos que os dejen tiempo suficiente para estar con vuestros propios hijos y retiraros con dignidad" (Yo ennegrecí las finales)

De ahí, como de la reflexión tuya, puedo elaborar dos premisas. La primera: ¿quién ha de encargarse de que eso sea así? Evidentemente que el propio Obama, ha de propiciar con leyes, decretos, ordenanzas, instrucciones, organismos, estructuras, acciones... y sobre todo vocación para que así sea, lo cual significa sacrificio de lo personal en favor de una causa que en definitiva terminará favoreciendo a otros que tal vez ni siquiera conocerá, aunque también al mentor de la misma. La segunda: ¿quieren ellas asumir esa responsabilidad? Evidente que eso es sólo un consejo del cual ellas pueden o no llevarse y tratar de generar ese cambio que plantea su padre. De asumirlo serán entonces corresponsales de ese cambio y consecuencia de esto compromisarias con los esfuerzos y sacrificios que plantea el reto.

Todas esas personas que has nombrado, y otras que no, han asumido un reto personal, en cierto modo para mejorar ellos, para ellos ser mejores, para tener calidad, para poder valorarse y ser valorados a la hora de que les llamen a trabajar.

En la apertura del festival de teatro, un amigo común, Arturo López, hizo críticas sinceras a la escuela de teatro, en la que planteaba una absoluta y total renovación de la misma, convertirla en un reto para los estudiantes, para que de allí salieran verdaderos profesionales de las tabas; sin embargo, más que como un reto, interpreto que las mismas fueron recibidas como una agresión por los directivos.

Hay que hacer una transfusión ideológica; todavía personas como tú, Iván, Mario Lebrón, Chapuseaux, Carlota, Karina  cuando van con una propuesta profesional a un patrocinador, lo que dicen es vamos ayudar a Giovanny... ¡¡¡¡AYUDAR!!!

No compran o apoyan un trabajo profesional; sin embargo, cualquier megadiva, sin pasar por la escuela —lo cual no es condición para ser bueno o excelente— (Juan Bosch no se graduó en ninguna universidad) o cualquier compañero de la televisión, con tres días o más en el ejercicio, se embarca en una obra y aunque pudiera ser mala recibe el apoyo económico de muchos empresarios.

Es por eso que entiendo que cuando criticaste lo de la profesionalidad muchos se sintieron ofendidos. Ahora has dicho con su distancia que somos una partía de ignorantes y aculturados, osados consecuentemente, arrogantes, pantalleros, estereotipados, faltos de sentido y divatos.   Sin contar lo de la Generation Body que como sabes,  lo ha creado la industria vacía del modelaje y de la discriminación dominicana. Es preciso tener mucho talento, muy buenas conecciones, y por qué no, un poco de suerte, para poder profesionalizar los teatristas en nuestro país y además darles sentido de permitir el desarrollo de las nuevas generaciones, para que no tengamos siempre las mismas entelequieas en ciertos puestos directivos.

Con sincera estima.

Teo