jueves, 30 de mayo de 2013

9 recomendaciones importantes


9 Recomendaciones importantes:




—No vayas a tratar asuntos de salud donde alguien que no sea Médico.

—No pidas a alguien que te diga como sembrar en tu patio si no es Agrónomo.

—No se te ocurra pedir una campaña de publicidad a alguien que no sea un verdadero Publicista.

—No dejes que se asesore en asuntos de Mercado quien no es un profesional en la materia.

—No pidas un diseño de una casa a quien no sea un Arquitecto de verdad.

—No transites por una carretera o un puente que no hayan sido construidos bajo dirección y supervisión de buenos ingenieros.

—No confíes en la investigación que no hizo un Criminalista.

—No permitas que te defienda en un juicio quien no estudió Leyes.

¿Te parecen correctas las anteriores recomendaciones? ¿Verdad que sí? Pues...

—Tampoco esperes calidad en Teatro y Cine donde los actores y directores no sean verdaderos profesionales. Los primeros no saben en realidad construir los personajes, aunque aparenten hacerlo; los segundos confundirán a los actores en un escenario o enredarán el celuloide en las películas ¡Investiga y verás que se trata de una estafa o una suplantación de funciones! No dejes que engañen.

¡Este mundo moderno demanda en todo de profesionales... auténticos!

sábado, 25 de mayo de 2013

Crítica: La peste de estos días

“La peste de estos días”


Cuando caminaba hacia Guloya iba con ciertas aprehensiones. Ha poco había salido muy molesto, casi ofendido, de una imperdonable e insufrible realización teatral. Nunca tienen excusas los talentosos para hacer teatro del malo.

“La peste de estos días” es un texto satírico del notable dramaturgo dominicano Ángelo Valenzuela, que con esta pieza se pone en contacto con los grandes escritores de la sátira clásica: griegos y romanos.  En la sátira, que es una yuxtaposición de la tragedia, mediante la lúdica y la burla el autor nos sirve la trama y su objetivo, haciendo contactos directos con la ironía. El género de la sátira fue cultivado por los grandes pensadores griegos, inicialmente, y desde ellos llega al drama. La sátira, aclaro, nada tiene que ver con la comedia, aunque nos reímos en ella dada la manera en que dramaturgo y actores plantean la denuncia.

Ángelo Valenzuela parte de un suceso rural, cotidiano y común para desde allí hacer una magnífica y justa crítica social, mediante el inteligente recurso de la sátira. Aunque nos divertiremos con la pieza, la situación que nos presentan (de un hombre simple que acude al médico por un dolor sencillo y termina siendo víctima de la ambición desmedida del médico, también es traicionado por políticos y sindicalistas) es en el fondo hasta cruel.
Tan solo el planteamiento, como denuncia social, que nos sirve Valenzuela con su pieza, nos obliga a agradecérsela. Mas aún, cuando la pieza está tan bien llevada dentro de los parámetros de la buena literatura teatral. La sucesión de escenas cortas en la obra de Ángelo, le imprimen un ritmo teatral que, indudablemente, despierta, durante todo el devenir del montaje, el interés de los espectadores.

Sabemos que el trabajo de un director no es de “lector” de piezas. Claro que no. Toda escenificación de un texto es una visión personal de un director sobre dicho texto. Por eso diferenciamos en el Teatro: Texto Literario y Texto Escénico. Siendo este último, demás está escribirlo, el que concurre a las tablas.
El texto de Valenzuela era propicio para que Claudio Rivera nos muestre su asombrosa y excepcional capacidad creativa. ¡Cuanta rica imaginería vi en la escena!  Rivera, de entrada, se pone en contacto con quienes originaron la sátira clásica, para mostrarnos la efectividad del llamado Coro Griego. Este recurso escénico ayudará muchísimo al enlace y al ritmo de la obra. Lo que no se pueda lograr en transiciones de espacios y luces, el Coro de Claudio y Ángelo lo resuelve frente a los espectadores.
Señalo que Coro y Personajes recurrirán, también, a la máscara (magníficamente realizadas por Miguel Ramírez) para lograr en este montaje una muy necesaria multiplicidad.

Aquí debo destacar el planteamiento escenográfico y la utilería. Con recursos sencillos, mas de imaginación creadora que de otra cosa, Claudio Rivera logra una efectiva escenografía; demostrando que no es necesario para el buen Teatro usar una aparatosidad que frecuentemente se traga la actuación. Los biombos de metal con radiografías verdaderas usadas como paredes, me obligaron a aplaudir la dirección teatral de “La peste de estos días”. No hizo falta nada mas. Nada sobró tampoco. Todo allí era funcional y teatralmente reciclable. Esto, porque la escenografía, en el concepto que nos plantea la obra, tiene valor y significado dentro de la verdad teatral que nos proponen. En un escenario los elementos no son verdades en sí mismos. En ese espacio “divino” los creadores son los dioses que ordenan y gobiernan. Una mesa, en esta obra, es al mismo tiempo una pared, un parapeto, un podio, una cama, un escritorio, un mostrador y cuantas cosas se le van ocurriendo a Claudio y a sus actores. Así mismo, el biombo es hasta telón de escena.

Renata Cruz Carretero logra conectarse muy bien con Claudio Rivera y Viena González para crear el memorable vestuario de esta realización. Comentaba con la gran actriz Yorlla Castillo, que me acompañó  a ver la obra,  que el vestuario de “La peste de estos días” pasará a nuestra historia teatral como uno de los mejores jamás realizado.  ¿Qué es un buen vestuario en Teatro? Es uno que exprese claramente el criterio que tienen la dirección y producción sobre el texto elegido. El buen vestuario debe contener los rasgos esenciales de la sicología del personaje. Un buen vestuario debe saber “actuar”; es decir: no debe ser una dificultad para los actores en escena ni competir con ellos. Igual, un vestuario debe precisar, cuidadosamente, los colores que le van a los distintos personajes.  Renata, con tanta imaginería como el director, aporta a la escena cuidado y calidad de gran producción.

La banda sonora (canciones populares y temas de conocidas películas) fue utilizada bien  ajustadas a las intenciones.

Las actuaciones en sentido general, son magníficas. Por supuesto que Claudio (Plutarco Zabala) y Viena (Secretaria, Gobernadora, Evangélica y Tía Odiosa), por aquello de que la sapiencia el Diablo la consiguió con su larga vivencia y extensa cola, están brillantes. Me atrevo a asegurar que las construcciones de estos personajes es el proceso creativo mas divertido que ambos han tenido en toda su carrera teatral; algo que evidencian desde sus primeros minutos en el escenario.   El desdoblamiento de Claudio desde que nos “presenta” su personaje, es de aplauso. Y así lo hicimos.  Él lleva el ritmo de la obra. Él  la protagoniza. Él, como anti héroe,  es el conflicto escénico.

Viena González logra desdoblamientos sorprendentes. Aquí la hermosura de las máscaras de Miguel Ramírez y el vestuario de Renata les sirven como soportes. Viena nos convence con sus personajes. Opino que el de la Gobernadora y el de la Tía Odiosa (como diosa indostana) son los mejores de los por ella realizados. Empero, todos son de antología.

Ricky Molina (Don Moisés Cortez) está correcto en su papel de hombre sencillo e ingenuo. Creo que en la primera parte de su caracterización está un poco frío y distante del personaje. Pero cuando las acciones le permiten actuar, se desborda y nos convence absolutamente. Sus momentos finales son de aplausos.

Víctor Contreras (Bocanegra y Sindicalista) está bastante bien. Su momento cumbre le llega con el Sindicalista. En un breve instante pareció distraerse y tomar en cuenta al público.

Juan del Villar (Chivilo, Doctor y Banquero) nos convence mas con su caracterización del Banquero. Él es un talento que requerirá un poco mas de trabajo en escena.

En Jéssica Pérez (Tripita y Colombina) tenemos un valor teatral. Le pronostico un gran futuro en nuestro Arte. Su voz es magnífica. Su sentido del ritmo es de aplausos. El manejo corporal es correctísimo. Y lucía que se estaba divirtiendo en grande con sus caracterizaciones. En la escena que desafía al Doctor Zabala logra sus mejor momento.

Doris Trini Sánchez (Belkis) es la esposa del estafado enfermo. El momento interpretativo de sus angustias es muy bueno. Donde me parece que debe trabajar es con el manejo de sus manos y su voz. Aclaro, que ella tiene el mejor timbre de todos los que estaban en escena. Pero eso puede convertirse en un problema si no se utiliza para suplir al personaje. Doris luce enamorada de su voz. Por ello la siento mas a ella misma hablando que a su personaje.  El uso que hace de su voz y de sus gestos imprimen a su actuación demasiada teatralidad. En esta pieza hay mucha teatralidad; pero desdoblada intencionalmente. Este personaje y el de Don Moisés Cortez, son los de la naturalidad. Para ser excelentes deben cumplir a cabalidad esa condición. El sentido del ritmo de Doris Triny es bueno.

Quiero agradecer a Guloya por la noche que me han regalado, por la magnífica atmosfera teatral que me ofrecieron con su puesta en escena. Para este viejo hombre de Teatro no hay mejor regalo que el Teatro bien actuado, bien producido, bien vestido, bien dirigido y bien escrito. Fue una noche memorable. ¡El buen Arte me fue servido!

Me interrumpo porque ya debo irme a dormir. Así que… caiga el inevitable… el siempre ineludible… ¡Telón!

jueves, 16 de mayo de 2013

María Taquitos


 “María Taquitos”


El gran contador de cuentos dominicano Juan Bosch, solía decir que contar es llevar cuentas…. y, específicamente, llevar cuentas ajenas. Ciertamente que cuando los escritores relatamos, lo que en realidad estamos haciendo es llevando las cuentas de otro.

Hay características generales sobre el cuento que están hartas citadas. Por lo que no juzgo necesario recordarlas.

Sin embargo, en el caso particular del cuento infantil, estas características son muy especiales, porque a quienes son dirigidos, fundamentalmente, estos tipos de relatos, son lectores que aún están desarrollando sus gustos literarios, la manera de captar los símbolos, de seguir las historias y de llegar a través de ellas a conclusiones muy especificas.

Esto de escribir cuentos para infantes no es algo que podemos hacer a la ligera. Es algo muy serio que requiere de mucha honestidad, conocimientos literarios y de la sicología infantil.

Es necesario dominar, al menos, las características generales antes de iniciar la hermosa aventura de escribir cuentos para nuestros niños.

Veamos algunos aspectos de las características que he aludido:

—En el cuento infantil la historia no debe dar muchas vueltas. Tampoco debe alargarse. Es decir, como ya han escrito expertos en la materia: este tipo de cuentos debe tener continuidad y rapidez.
—La repetición de las acciones es mandatorio. Nunca debemos olvidar que el lector a quien dirigimos estos cuentos, aún no desarrolla todo el potencial de la concentración. Así las cosas, este requiere que le vayan, en el cuento, refrescando los acontecimientos importantes.
—La secuencia debe clara y directa.
—El protagonista debe ser identificado inmediatamente. El lector no debe tener ninguna dudas de con cuál persona, animal o cosa se va a identificar.
—La estructura del cuento infantil, y esto es trascendental, preferiblemente debe ser llana y con pocos misterios. Cuando colocamos estos últimos no debe haber mucha dificultad para descifrarlos.

Los clásicos, y mas conocidos, autores de cuentos infantiles son:

Hans Christian Andersen autor, entre muchos cuentos, de: “Abuelita”, “El abecedario”,  e ntre otros.eiete cabrito ia eara descifrarlos.ad, conocimientos literarios y de la sicologtado de su lectura. Tanto que no he“El abeto”, “Almendrita”, “El ángel”

Los hermanos Grimm, que escribieron: “Hansel y Gretel”,  “El lobo y los siete cabritos”,  “Blancanieves y los siete enanitos”; etcétera.

Charles Perrault, que escribió “La cenicienta” y “La bella durminte”; entre otros.

Pero hay otros escritores emblemáticos que han escrito cuentos para infantes:
Andrei Gorbovsky, Adolfo Bioy Casares, Alejo Carpentier, Alexander Beliaev, Alfredo Julio Grassi, Allen Kim Lang, Ana María Matute, Ana Rosseti; entre otros y otras.

En “María Taquitos”, el cuento de la actriz, dramaturga y narradora Clara Luz Lozano, concurren las características del buen cuento literario infantil.
 
María Taquitos” es un relato lleno de imágenes y símbolos, que al leerlo nos queda la sensación que lo estamos viendo como en redondas pinturas sucesivas. Nos habla de las ilusiones y de los recuerdos compartidos, de la asombrosa manera de cómo una niña, María, logra rescatar, primero, y preservar, luego, sus mejores recuerdos. También nos cuenta de las ilusiones y quereres, de los viajes interiores que puede realizar cualquier niño para construir su particular  y singular universo de fantasías, formas, colores, recuerdos, medios y leyendas.

En el mundo mágico que construye la María Taquitos de Clara Luz Lozano, no hay lágrimas ni tristezas. Añoranzas, sí, por la madre amada y nunca olvidada.

Desde luego que María Taquitos, el personaje protagónico del cuento, no se queda , escapada, viviendo entre las nubes. ¡No! Solo va a ellas procurando lo mejor de sus emociones. Por aquello de que en el presente no podemos proyectarnos convenientemente  hacia el futuro si no construimos la estratégica base en el pasado.

Nuestra María Taquitos viaja al espacio, ciertamente; pero regresará a nosotros para reír y carcajadas, para cantar y contar las alegrías conquistas en su viaje; absolutamente reconciliada con el sencillo, pueblerino y particular universo que le rodea. Eso sí, ya nadie le podrá arrebatar esas ilusiones e imágenes que en sus nubes interiores ha conseguido. Estas, se quedarán dentro de ella como tesoro bien guardado en su cofre interior.

Por supuesto que en el cuento de Clara Luz Lozano se aprecia una cuidadosa y basta cultura de literatura infantil, que como ya dije es la que requiere de mayores y delicados cuidados.

Con estos parámetros, Clara Luz construye cada palabra, cada imagen, cada símbolo y toda la historia de ese venturoso mundo mágico del que nos habla la ya para mí inolvidable María Taquitos.

Cabe destacar las delicadas y justas ilustraciones de “María Taquitos”, realizadas magistralmente por Adela Dore. Estas ilustraciones proporcionan, indudablemente, un atractivo adicional al relato que, por supuesto, celebro. Mas celebrarán los lectores infantiles a quienes en verdad está dirigido esta joya de literatura infantil, escrita por una artista dominicana. No obstante, en lo que podemos llamara la “arquitectura” interior del cuento, encontramos imágenes encantadoras que la artista gráfica Adela Dore inteligentemente descubrió y colocó en la superficie material del relato impreso.

Hace un  tiempo que dejé de ser niño, pero con “María Taquitos” regresé, de repente, a las ilusiones y fantasías de la infancia. Clara Luz, por breves momentos, me obligó a ser nuevamente niño. Estén seguros que les pasará lo mismo.

Cuando crecemos, adquirimos una nueva familia; pero , sin dudas, algo perdemos durante todo el trayecto hacia la adultez. Entre los tantos valores que descubro en “María Taquitos” está, precisamente, el del reencuentro con lo mas puro del pasado. Por eso, aún como adulto, disfruté de la lectura de este cuento de Clara Luz Lozano.

Empero, debo admitir que, definitivamente, este cuento no fue escrito especialmente para mí; sin embargo, cuánto he disfrutado al leerlo. El gozo que me ha producido esta muy valiosa joya de la literatura infantil, me obliga a agradecer a Clara Luz Lozano la hermosa aventura que resultó ser adentrarme en este especial relato. Tanto, que no he podido evitar, desde que concluí la última lectura que hice del cuento, repetir en mi cerebro su hermoso colofón:

María Taquitos
María Tacón,
subió a las nubes
sin ser avión

Pegó un brinquito
que la elevó.
Con su mamita
cantó y bailó.

Zapataquín, zapatacón,
que ya este cuento
se zapateó.

sábado, 11 de mayo de 2013

Telegrama urgente


domingo, 5 de mayo de 2013

La ociosidad


La ociosidad, habré leído alguna vez, es la madre de muchas malicias. También leí ha mucho el siguiente refrán: “Cuando el diablo no tiene qué hacer, con el rabo anda matando moscas.”

En una ocasión uno de mis cuatro ex suegros me dijo que los esposos y esposas deben procurar siempre tener ocupaciones concretas, porque las mentes ociosas, casi siempre, solo maquinan negatividades; con todo lo que eso trae de fábrica: inquina, envidia, malquerencia, retama, resquemor, duda; etc.

Veo la ociosidad como una enfermedad cancerígena que condena a quien la sufre y envenena hasta al laborioso que osa acercársele.

Varios escritores y pensadores se han referido a ella. Mi permito compartir con ustedes sus ideas sobre este tema:



“Así corrompe el ocio al cuerpo humano, como se corrompen las aguas si están quietas.” (Ovidio)
                       
“El ocio representará el problema más acuciante, pues es muy dudoso que el hombre se aguante a sí mismo.” (Friedrich Dürrenmatt )
                       
“La ociosidad camina con lentitud, por eso todos los vicios la alcanzan.” (San Agustín)           
         
“Las razas laboriosas encuentran una gran molestia en soportar la ociosidad.”
(Friedrich Nietzsche)           

“Una vida ociosa es una muerte anticipada.” (Goethe)

Ya lo saben, el mejor antídoto contra el rencor que todo lo consume, serán siempre inyecciones de Trabajo.        

Se me antoja que la ociosidad tiene una prima hermana muy querida: Celos. 

A partir de estos Yago manipuló a Otelo para que este asesinara a su esposa Desdémona; según plantea Shakespeare, cualquiera que este haya sido, en su obra “Otelo”: “Lo celos son el monstruo de ojos verdes que se alimenta con la vianda que lo nutre.”


¡Telón!