viernes, 20 de junio de 2014

¡Dios bendiga a América!

¡Dios bendiga a América!


—Compadre, me vi precisado a invadir a aquel país problemático, porque estaban construyendo armas de destrucción masivas...

—Lo entiendo, compadre. ¡Altruismo internacional!

—Hay un detalle, un pequeño e insignificante detalle: hasta ahora no hemos encontrado las dichosas armas esas...

¡Dios bendiga a América!

—Compadre, ya el tipo molestoso, aquel del Medio Oriente, no fuñirá más. Le dejamos caer un misilito y le matamos al hijo y a algunos familiares más, por si acaso requería algo persuasivo...

¡Dios bendiga a América!

—¡Compadre, pero fue a procurar preso a uno de sus antiguos socios de Centro América! ¿Y qué pasó ahí, compadre?

—Que el tipo no me dio lo mío y, además, yo quería probar unos helicópteros nuevos hechos a mano.

¡Dios bendiga a América!

—Ángela, tú podrás ser todo lo que quieras en Alemania, pero en mi casa hay que tener sexo como en cualquiera otra casa.

—Y yo estoy de acuerdo, Joachim. ¿Quieres que vaya hasta allá con o sin ropa interior. (Se escucha un clip. Ángela si interrumpe) ¿Joachim, escuchaste ese clic? Creo que alguien nos estaba espiando.

—¿Quién podría atreverse a tanto?

¡Dios bendiga a América!

—¡Ay, Billy! ¡Tú siempre con ese cigarro en la boca!

—No siempre. No siempre. Algunas veces lo pongo en otro sitio...

—¿Anjá? ¿Y dónde? Si me lo pasas por donde imagino, creo que me van a apodar "La Pasante"...

¡Dios bendiga a América!

—Señora presidenta, que le termine bien su Mundial...

—Muy amable, señor Vice. Pero mire, usted me ha caído de lo más que se yo. Me gustaría llamarlo por teléfono de vez en cuando. ¿En cuál número lo puedo contactar?

—En cualquiera. Nosotros los escuchamos todos... Usted hable con quien sea que yo la escucharé.

¡Dios bendiga a América!

—Oigan, soy un prisionero de guerra. La Convención de Ginebra me garantiza ciertos derechos. Ustedes no pueden torturarme, no pueden obligarme a limpiarme el culo con mi propia bandera ni a defecarme en mi libro sagrado...

—Si podemos. Es que ahora se estableció una mejor definición de ciudadanos en guerra: los que son de mi país y la porquería del resto del mundo...

¡Dios bendiga a América!

—Si prefieres la coca colombiana más que a la nuestra, si prefieres la marihuana jamaiquina más que a la nuestra, si prefieres las películas europeas más que las nuestras, si prefieres al Fútbol antes que el béisbol o el basketball, si prefieres los zapatos italianos más que los tenis nuestros, si amas más el Porsche que al Corvette, si no te gustan nuestras gomas de masticar y la coca-cola; te voy a declarar "Persona Fallida", corrupta y subdesarrollada...Y por supuesto que te voy a quitar la visa.

¡Dios bendiga a América!

—¡Putin, salte de ese país!

—¡No lo haré!

—¡Putin, vete ahora!

—¡No!

—¡Putin, Putin! Si no lo haces te voy a sacar la lengua.

—No me importa un pepino que me saques tu lengua.

—¡Ay no! ¡No es la mía la que te voy a sacar!

¡Dios bendiga a América!

—El presidente ese no quiere cooperar con nosotros. 

—Entonces, ¡epa fuera que va!

¡Dios bendiga a América!

—Doctor...

—Dígame, señor...

—No tengo dudas que usted es un genio. Pero, tengo una curiosidad, sólo es una curiosidad: ¿es posible inducirle cáncer al cuerpo de una persona? No es por nada especial. Pero ¿si un presidente impertinente...?

¡Dios bendiga a América!

—Señor, atrapamos al malhechor. Lo estamos llevando para allá.

—¿Para acá? ¿Para que yo tenga en la cárcel que darle de mi comida? ¡Ay no! ¡Siquitrilla con él!

¡Dios bendiga a América!

Nota: Estos fragmentos de diálogos son sólo ejercicios dramatúrgicos que suelo hacer para mantener mis sentidos arácnidos-teatrales en alerta. Todo semejanza con algo que a ustedes les parezca real es mera coincidencia. En La Pasión Cultural no nos hacemos responsables por los pensamientos que, quizás, han pasado por sus cabezas. No obstante, por si las moscas, aquí mismo decidimos procurar el...

¡Telón!










viernes, 6 de junio de 2014

Novecientos once asombro, vergüenza y dudas

911 asombro, vergüenza y dudas
Por Giovanny Cruz



Soy de los que se molestan, casi llegando a la ira, cuando en el exterior nos dicen, piensan o nos ven como "Estado fallido". Cuando nos lo dicen, prácticamente en plena cara, al menos sabemos (supongo) qué contestar. Pero cuando lo piensan, y acompañan el pensamiento con miradas de desaprobación, que uno aunque las supone no puede certeramente asumirlas como tales, me lleno de un gran desasosiego.

Generalmente, cuando nos endilgan lo de "fallido", les tiro en la cara nuestra única y cultural lucha independentista, la dignidad de la Restauración que nos rescata de iniquidades internas y nos devuelve la soberanía, la confluencia de tres culturas en el Pensamiento dominicano, la actual estabilidad política que vivimos, el poderoso movimiento artístico dominicano (pintura, música, teatro, poesía, danza, canto, etc.), la Literatura que se produce aquí (nunca correctamente proyectada), la natural bondad dominicana, la comunicación terrestre del país, lo informado que viven nuestros ciudadanos... etcétera.

Empero, cuando a pesar de todo esto, en mi mente entran las imágenes de las miradas esas que ya he aludido, me sobrecojo y me pregunto: ¿tendrán algo de razón esas miradas?

Uno quisiera creer que no. No obstante, cuando nos enteramos del saqueo sistemático, casi con impunidad, que ha habido en nuestro país (¿que en la Lotería Nacional qué?) desde las misma esferas gubernamentales, la criminalidad creciente y la indolencia colectiva; no nos queda de otra que entender las censurantes miradas foráneas.

En Sociología insisten en decirnos que la familia es la real unidad social de una nación. Así las cosas, si estamos fallando es porque el individuo, aunque se escude para hacerlo en el conglomerado, lo está haciendo dentro de su misma familia.

Cuando participamos (como víctimas, agentes o cómplices) del transito... tenemos que aceptar las malditas miradas esas.

Cuando escuchamos a la mayoría de nuestra gente mal hablar y peor pensar... debemos preocuparnos por las malditas miradas que aludo.

Cuando nos enteramos de tanta violencia (actual e histórica) contras nuestras mujeres... no podemos sustraernos de las lastimeras miradas aquellas.

Cuando pensamos en la indolencia y abusos de nuestros comerciantes y empresarios (el rosario de pruebas es abrumador)... obligados estamos a aceptar las miradas en cuestión.

Y así podría citar una sarta muy larga de justificaciones a las miradas, como puñales expectantes, que algunas veces nos lanzan desde fuera.

Pero lo que en estos días me ha asombrado y avergonzado, es la actitud de muchos de nuestros ciudadanos al magnífico recurso e iniciativa del 911. ¿Cómo es posible que nos burlemos, mediante llamadas falsas, de algo que luce vital en estos momentos para nuestra salud social. No creo que necesite enumerar los méritos de ese servicio. Todos lo sabemos.

La cantidad exorbitante de llamadas latosas al servicio señalado es preocupante y, más aún, alarmante. Este escritor quisiera explicar a las nuevas miradas que ya nos estarán lanzando, que probablemente sean asaltantes y asesinos quienes están intentando desacreditar al 911...

¡Sí! ¡Es eso!

Sin embargo, en mi interior estoy convencido de que no es así. De que es mi vecino, un sobrino, cualquier amigo, algún colega, una jovencita, cierta abuela y hasta mis pocos enemigos quienes lo hacen.

¡Siento vergüenza!

A los que descubran en esto deben tratarlos como criminales de la peor calaña. En lo particular, todos nosotros debemos, en cualquier lugar que estemos, hablar de este asunto. Explicar a nuestro alrededor la importancia del servicio. ¡Crear conciencia!

Dado que padezco en estos instantes de angustiosas dudas sobre nosotros mismos, trataré de comportarme, hoy más que nunca, como el isleño que soy y acortar el alcance de mis ojos y de mi imaginación para no percibir las seguras miradas que ya nos están lanzado por el triste resultado de este asunto. Lo complicado es que Lorca nos demostró, en "La casa de Bernarda Alba", que no es suficiente con darle la espalda al mar para dejar de escucharlo.

Mientras resolvemos esto... pido que pongamos, a toda la isla, para que ni nos miren en estos días, un inmenso...

¡Telón! 

lunes, 2 de junio de 2014

Canto, resabio y un mensaje

El canto:



En uno de mis viajes a la antigua URSS fui invitado, como delicada cortesía, a la Unión de Escritores Soviéticos. Tres escritores conversaron conmigo aquella vez. Recuerdo haberle oído alabar, encantados, la belleza del idioma español y ponderar las cosas hermosas que podían decirse y escribirse con este idioma, al que muchos juzgan el ideal para la Literatura. 
En un inesperado giro de la conversación comenzamos a hablar de Filosofía. Descubro, entonces, que entre los tres escritores anfitriones uno era filósofo (por más que lo he intentado no he logrado recordar su nombre). Hablando de la supuesta experiencia comentó que esta es muy engañosa. Porque dentro de ella había más de repetición que de otra cosa. Aquello se quedó archivado, y aparentemente olvidado, dentro de mis neuronas durante muchos años. 
Olvidado hasta un día, hace unos cuantos años, en el cual comencé a pensar sobre la necesidad individual de reciclarnos... constantemente. Exactamente ocurrió que veía un par de mozuelos que acababan de destruir, con una resortera, un nido de Madame Sagá que colgaba en el pino de mi casa. Por supuesto que espanté a aquellos insensibles muchachos e intenté recuperar el nido. Era imposible. El nido estaba destruido. Lo puse cerca del pino con la esperanza de que las aves constructoras lo utilizaran. No ocurrió. Durante varios días anduve triste. Pero una mañana observé, alborozado, que dos Madame Sagá estaban construyendo un nuevo nido. ¡Qué lección! 
Desde aquel día he decidido, siempre empezar a construir el amor, la alegría, la bondad, la literatura y la amistad todos los días sin pensar mucho en pasadas, y quizás amargas, experiencias. 
El futuro nunca se inicia. El pasado es una destrucción del presente. Así las cosas, pienso que ambos son sólo puntos referenciales. El mejor, y único tiempo, es el presente. En él vivo. En él nazco todos los días. En él pienso en Heráclito con su cambiante y único río. Y, no tengas dudas, pienso en ti, para amarte con bríos siempre renovados: ¡Vida!

El resabio:

Mi canto de alabanza y aclamación sólo es a la Vida. Y al padre Sol que está tan ligado a ella. Y a esa Singularidad (o curvatura del espacio) por la cual se creó, durante millones de años, el Universo que conocemos hoy. ¿Imaginan esa energía sencilla, pequeña e imperfecta (como el hilito de agua que da inicio a los grandes ríos) que sin poder pensar, mediante esa Singularidad, formó el Universo con nosotros incluido? ¡Asombroso! ¡Asombroso! ¡Asombroso! 
¡Gracias, mil veces gracias a la Vida... y a estar vivo... y a poder compartirme contigo que de tantas maneras eres la única y verdadera "tierra" prometida!

El mensaje:


Pido tu comprensión por ser incorregible e irremediablemente feliz. Y aunque me preocupa que mi felicidad imperecedera y los renovados éxitos personales te entruñen, no puedo evitar reírme... no de ti; pero tampoco contigo.

¡Telón!