martes, 22 de abril de 2014

¡Telegrama urgente!

Yo, probablemente igual que tú, conozco parejas de amigos que se han querido hasta el delirio. Una de estas cree hoy aborrecerse. Esto, porque algunos demonios vestidos se dedicaron a contaminar con mentiras algunos chips vulnerables de sus cerebros.  Contaminaciones de este tipo ocurren en una zona cerebral en la cual las palabras malsanas logran penetrar.

Sin embargo, yo, probablemente igual que tú, sé que malquerencias de este tipo son predeciblemente pasajeras. Es que hay querencias que se guardan imborrablemente. Borges me dijo con una milonga de fondo: —Giova, "Una sola cosa no hay... y es el olvido".

En esa memoralidad, los antivirus y cortafuegos son tan poderosos que ni los demonios con ropas logran provocar infartos emocionales. Esto lo sé... porque una noche, justamente aparecido en mis espejos, me dijo el sabio Albert Camus: —Giova, “El corazón también tiene su memoria.”