sábado, 27 de abril de 2013

¡La Biblioteca Libre!


¡La Biblioteca Libre!

Ayer estuve en la Feria del Libro. Me di cuenta de algo: parece una feria del libro. En otro momento entraré en detalles.


Sin embargo, quiero destacar en esta breve entrega, solo destacar, un concepto de biblioteca que hasta me emocionó. Se trata de una muy extraña librería llamada Librería Libre, Libros Libres o La Biblioteca Libre; que debería ser el atractivo principal de la Feria, muy por encima de los grandes conciertos.


Ocurre, que hace unos seis meses un grupo de jóvenes
dominicanos, muy jóvenes,  crearon un "negocio" de libros para nada lucrativo; pero sí muy gratificante. Han estado accionando los fines de semana en la Plaza España.


El asunto funciona de esta manera: usted lleva un libro y se lo cambian por otro. Desde luego que puede donar algunos. (Yo lo haré muy pronto. Igual pido a mis colegas escritores que hagan lo mismo.)

Le pregunté a un joven, creo que llamado Miguel, que quién financia aquel extraordinario concepto. Resulta que nadie lo hace. Bueno, ellos mismos son quienes pagan sus gastos y hasta fabrican sus asuntos. Las mesas para los libros, por ejemplo, fueron fabricadas por estos jóvenes con madera recicladas que recogieron en los muelles dominicanos. Dichas mesas se ven muy fuertes, hermosas y nítidas; los libros son numerosos y organizados. 

Estos jóvenes tienen un entusiamo y un actitud cultural y patriótica de entrega que hace a uno decir: ¡Que viva nuestra amada República Dominicana!


Cuando vayan a la Feria no dejen de pasar por Libros Libres, Librería Libre o La Biblioteca Libre

Tienen otros departamentos iguales de atractivos (exposiciones, poesías, canciones, música, etc.), siempre bajo el concepto de "libertad cultural"



¡Qué bendito ejemplo, qué lección nos están dando estos jóvenes! ¡Lo que están protagonizando es la verdadera Feria del Libro! ¡Que todo el mudo que vaya a la Feria visite su espacio... libre y sin contaminaciones oportunistas! Esa sería la mejor muestra de reconocimiento que podemos darles.


Están a un costado del Museo de Hombre Dominicano.

¡Todavía queda Patria cultural!