martes, 15 de marzo de 2011

Brizna de ternura y pincel para Bidó

Todos ya conocen la noticia: ¡el maestro del pincel, espátula y pintura Cándido Bidó trascendió a otro plano del universo!
Es el mismo que creó colores particulares para expresarse, para dotar de poesía los versos conque podemos aún deleitarnos en sus pinturas.
El poeta Tony Raful ha escrito un artículo, que concluye en el poema, para despedir al pintor ausente que realmente nos conmovió.
Lo publicamos aquí como sencillo homenaje al artista que ha partido, hermoseado con la línea gráfica que solemos utilizar, porque la belleza no le hace daño a nadie. 
¡Qué bien puede escribir un poeta! 

 
Brizna de ternura y pincel para Bidó
Tony Raful
A Marcio Veloz Maggiolo
Pablo Neruda ensu elegía a Federico García Lorca, dijo; “por ti pintan de azul los hospitales”,Víctor Hugo dijo que el arte era azul, Rubén Darío publicó su “Azul”desbrozando vías y textos para que el “Modernismo” irrumpiera airoso en laliteratura, y desde entonces hubo que pintar de azul el cielo, los palomares,la red cristalina de los arroyos y los piélagos, los charcos claros donde laluna desdibuja su faz, los lagos que parecen mares cautivos y mansos, laspeinetas en el pelo candoroso de las doncellas, el ámbar resinoso de losbosques, el polvillo y la clorofila en los telares del alba, los tejados de lasaldeas antiguas, la ciudad colonial, los vestidos de las novias en el frontispiciode las Iglesias, los pájaros azules en la copa de los árboles y en las pupilasazules de los amantes, los carnavales, el reloj de sol, la ceiba antiquísima,el mismo príncipe azul de todas las muchachas en flor, los cardúmenes y lospeces de colores, las alas de las palomas que vuelan en azul, bajo el lienzoazul del pintor, y donde el poeta, su hermano, quiere fundar de nuevo laciudad, la bóveda azul del universo, los cometas con sus colas de azul bajo lanieve azul del pincel y la palabra azul, la primavera y su llamarada cerúlea.


Hubo que pintarde azul el cuarto sublimado de la bandera de febrero, el marfil ondulado de unsurco de geranios y petunias, el lucero de la mañana, la feroz dulzura del amory su fortuna, una muchacha que se mece en la llovizna con su blusa azul y sucabeza ladeada, el obelisco de azul, el diamante y el delfín, el trapecio azulde los duendes en el sueño, la chichigua azul que vuela en mi niñez. CándidoBidó pintó de azul la ternura y la vida, el azul como magia, hechizo vibratorioque acicala el destello, el asombro azul del sortilegio. Hubo que pintar todode azul y Bidó se fue con su mochila a festejar la memoria de los días, untandolas tonalidades de la espátula al borde del río florido de su alma. Ahora queha muerto, el país debe cubrirse de azul, pintar la siembra y las colinas,tributar el azul emblemático de Bidó en la alborada vencida de su muerte.

 

¿Es que el paíssabe quién es Cándido Bidó? ¿Sabrá el país que este ser infinito en su bondad ysonrisa, vivió para alimentar la esperanza, el ideal trunco de una sociedad dejusticia y libertad? Cándido no olvidó sus raíces, fue un artista parido por elpueblo más humilde, se elevó a la categoría de pintor nacional contrascendencia en base a una vocación ilimitada de servicio y de identidadcultural. Creó en su pueblo natal un centro de cultura que irradia valores ycreaciones artísticas, sirviéndole a la juventud y a los necesitados. No seufanó con los premios ni los reconocimientos, nunca trasegó con seudovalores nise agregó a círculos de prestancia elitista. Se supo siempre un hombre depueblo y como tal actuó, con virtudes y aportes esenciales a la plásticadominicana. ¿Cómo lo conocí? En días de euforia y amores, cuando la música desonidos y utopías, cuando la poesía y la pintura, el dibujo y la canción, eranefluvios y amuletos de una vida florecida en frondas y promesas.

 

Y así vivió Bidó,guardando en su corazón la inviolable certidumbre de un mundo mejor, en cuyospeldaños, él puso los colores, las palomas, la ternura, el azul grandioso, lamaternidad, la soflama intraducida de la imagen, los muchos rostros que el azulencinta de su pátina fecundó en sus cuadros, haciéndolos saltar, ante nuestrasmiradas, y echándolos a andar por la vida. Yo escribí hace muchos años y loguardaba celosamente: “Las palomas danzan en la lluvia de Bidó”, era un poema aun viejo amor y Bidó me sirvió de telón de fondo, de contexto visual.

Corrí a leerlelos versos al pintor, como quien le lleva una copiosa ofrenda.

Bidó sonrojado, casiescondiendo el rostro, se quedó absorto. “Léalo otra vez, poeta”, me dijo convoz quebrada.

 

Lo leí tres vecesy me dijo que estaba impresionado, que no merecía el elogio. Le dije: “Maestro,no hay cómo llenar el espacio de admiración que su obra suscita, ni la poesíaalcanza su estatura de gigante”.



 Las palomas danzan en la lluvia de Bidó



Las palomas ascienden
invaden la llama del atardecer
toda la ciudad cabe en el aliento
donde las palomas vuelan entre tus manos
La ciudad llega en el instante que te amo
es un destello de alas, encaje tierno de miradas
como en un sueño/las palomas danzan en la lluvia de Bidó
Yo me encandilo en tus ojos/ o en tus alas
antiquísimo es el mar/hechizo violeta o lapislázuli
bóveda de susurros
tejido blando
donde el obelisco es un navío de palomas
los amantes atinan/envoltura de un pájaro
que será cintura y carnaval
recinto de muchedumbres
que amaron la luz
y defendieron la heredad frente al mar
La palomas se ciñen al cielo
y yo busco tu vecindad
tu tibio cuerpo
tu dulce rostro querido
locura del deseo
plenitud de espacios
donde el Maestro
salva la ciudad de cristales y albas
palomas lilas, blancas, ígneas, azules
que humedecen el corazón
esa savia invencible de mi amor.