viernes, 16 de abril de 2010

¡Muere Arturo Rodríguez Fernández!


El crítico de cine, cuentista y dramaturgo Arturo Rodríguez Fernández murió esta mañana por causas aún desconocidas, según hemos leído en las ediciones digitales de Panorama Diario y El Nacional.  

Rodríguez Fernández acostumbraba desayunar con su madre y fue echado de menos esta mañana por ésta al ver que no llegaba.

Su madre envió a una hermana al apartamento de Arturo en una torre de la avenida Anacaona, al llamar  y notar que no respondía buscó ayuda para forzar la puerta, encontrando a su hermano sin vida en la cama.

Hasta el momento se desconocen las causas de la muerte, aunque se presume que murió de in infarto ya que padecía del corazón.  Hace poco le había dado dengue hemorrágico que dejó secuela serias en su organismo.

Hasta el momento de su muerte era director la Muestra Internacional de Cine de Santo Domingo

Al momento de escribir con dolor está crónica estaban haciendo la autopsia al cadáver para precisar la causa de la muerte.

El cine dominicano pierde a uno de sus más grandes promotores. Pasión Cultural envía sentidas condolencia a sus familiares y clama por... ¡Paz a sus restos!

jueves, 15 de abril de 2010

El cuento para Cortázar





Nota: En la Revista Digital Ciudad de Seva hemos encontrado unas premisas del propio Julio Cortázar sobre técnica que juzgamos necesarias para escribir cuentos. Algo que Cortázar como todos saben, era un verdadero maestro. Uno de los mejores de todos los tiempos. Pasión Cultural publicará en varias entregas la recopilación que la Revista Digital citada hizo sobre distintas opiniones del escritor argentino

1. El cuento, género poco encasillable

(...) Nadie puede pretender que los cuentos sólo deban escribirse luego de conocer sus leyes. En primer lugar, no hay tales leyes; a lo sumo cabe hablar de puntos de vista, de ciertas constantes que dan una estructura a ese género tan poco encasillable; en segundo lugar, los teóricos y los críticos no tienen por qué ser los cuentistas mismos, y es natural que aquéllos sólo entren en escena cuando exista ya un acervo, un acopio de literatura que permita indagar y esclarecer su desarrollo y sus cualidades.


2. Ajuste del tema a la forma

(...) Los cuentistas inexpertos suelen caer en la ilusión de imaginar que les bastará escribir lisa y llanamente un tema que los ha conmovido, para conmover a su turno a los lectores. Incurren en la ingenuidad de aquél que encuentra bellísimo a su hijo, y da por supuesto que los demás lo ven igualmente bello. Con el tiempo, con los fracasos, el cuentista capaz de superar esa primera etapa ingenua, aprende que en literatura no bastan las buenas intenciones. Descubre que para volver a crear en el lector esa conmoción que lo llevó a él a escribir el cuento, es necesario un oficio de escritor, y que ese oficio consiste, entre otras cosas, en lograr ese clima propio de todo gran cuento, que obliga a seguir leyendo, que atrapa la atención, que aísla al lector de todo lo que lo rodea para después, terminado el cuento, volver a conectarlo con su circunstancia de una manera nueva, enriquecida, más honda o más hermosa. Y la única forma en que puede conseguirse ese secuestro momentáneo del lector es mediante un estilo basado en la intensidad y en la tensión, un estilo en el que los elementos formales y expresivos se ajusten, sin la menor concesión, a la índole del tema, le den su forma visual y auditiva más penetrante y original, lo vuelvan único, inolvidable, lo fijen para siempre en su tiempo y en su ambiente y en su sentido más primordial.

(...) Pienso que el tema comporta necesariamente su forma. Aunque a mí no me gusta hablar de temas; prefiero hablar de bloques. Repentinamente hay un conjunto, un punto de partida. Hice muchos de mis cuentos sin saber cómo iban a terminar, de la misma manera que no sabía lo que había en la popa del barco de Los premios, y eso vale para todo lo que he escrito.

Es lo que me interesa más: guardar esa especie de inocencia -una inocencia muy poco inocente, si usted quiere, porque finalmente soy un veterano de la escritura- como actitud fundamental frente a lo que va a ser escrito.

No sé si usted ha hecho la experiencia, pero hay escritores que proyectan escribir un libro y se lo cuentan a usted en detalle, en un café, todo está listo, todo planteado: cuando lo escriben, generalmente es un mal libro.


3. Brevedad

(...) el cuento contemporáneo se propone como una máquina infalible destinada a cumplir su misión narrativa con la máxima economía de medios; precisamente, la diferencia entre el cuento y lo que los franceses llaman nouvelle y los anglosajones long short story se basa en esa implacable carrera contra el reloj que es un cuento plenamente logrado.

4. Unidad y esfericidad.

(...) Para entender el carácter peculiar del cuento se le suele comparar con la novela, género mucho más popular y sobre el que abundan las preceptivas. Se señala, por ejemplo, que la novela se desarrolla en el papel, y por lo tanto en el tiempo de lectura, sin otro límites que el agotamiento de la materia novelada; por su parte, el cuento parte de la noción de límite, y en primer término de límite físico, al punto que en Francia, cuando un cuento excede de las veinte páginas, toma ya el nombre de nouvelle, género a caballo entre el cuento y la novela propiamente dicha. En este sentido, la novela y el cuento se dejan comparar analógicamente con el cine y la fotografía, en la medida en que en una película es en principio un "orden abierto", novelesco, mientras que una fotografía lograda presupone una ceñida limitación previa, impuesta en parte por el reducido campo que abarca la cámara y por la forma en que el fotógrafo utiliza estéticamente esa limitación. No sé si ustedes han oído hablar de su arte a un fotógrafo profesional; a mí siempre me ha sorprendido el que se exprese tal como podría hacerlo un cuentista en muchos aspectos. Fotógrafos de la calidad de un Cartier-Bresson o de un Brassai definen su arte como una aparente paradoja: la de recortar un fragmento de la realidad, fijándole determinados límites, pero de manera tal que ese recorte actúe como una explosión que abre de par en par una realidad mucho más amplia, como una visión dinámica que trasciende espiritualmente el campo abarcado por la cámara. Mientras en el cine, como en la novela, la captación de esa realidad más amplia y multiforme se logra mediante el desarrollo de elementos parciales, acumulativos, que no excluyen, por supuesto, una síntesis que dé el "clímax" de la obra, en una fotografía o un cuento de gran calidad se procede inversamente, es decir que el fotógrafo o el cuentista se ven precisados a escoger y limitar una imagen o un acaecimiento que sean significativos, que no solamente valgan por sí mismos sino que sean capaces de actuar en el espectador o en el lector como una especie de apertura, de fermento que proyecta la inteligencia y la sensibilidad hacia algo que va mucho más allá de la anécdota visual o literaria contenidas en la foto o en el cuento. Un escritor argentino, muy amigo del boxeo, me decía que en ese combate que se entabla entre un texto apasionante y su lector, la novela gana siempre por puntos, mientras que el cuento debe ganar por knockout. Es cierto, en la medida en que la novela acumula progresivamente sus efectos en el lector, mientras que un buen cuento es incisivo, mordiente, sin cuartel desde las primeras frases. No se entienda esto demasiado literalmente, porque el buen cuentista es un boxeador muy astuto, y muchos de sus golpes iniciales pueden parecer poco eficaces cuando, en realidad, están minando ya las resistencias más sólidas del adversario. Tomen ustedes cualquier gran cuento que prefieran y analicen su primera página. Me sorprendería que encontraran elementos gratuitos, meramente decorativos. El cuentista sabe que no puede proceder acumulativamente, que no tiene por aliado al tiempo; su único recurso es trabajar en profundidad, verticalmente, sea hacia arriba o hacia abajo del espacio literario. Y esto, que así expresado parece una metáfora, expresa sin embargo lo esencial del método. El tiempo del cuento y el espacio del cuento tienen que estar como condensados, sometidos a una alta presión espiritual y formal para provocar esa "apertura" a que me refería antes.

(...) Cada vez que me ha tocado revisar la traducción de uno de mis relatos (o intentar la de otros autores, como alguna vez con Poe) he sentido hasta qué punto la eficacia y el sentido del cuento dependían de esos valores que dan su carácter específico al poema y también al jazz: la tensión, el ritmo, la pulsación interna, lo imprevisto dentro de parámetros previstos, esa libertad fatal que no admite alteración sin una pérdida irrestañable. Los cuentos de esta especie se incorporan como cicatrices indelebles a todo lector que los merezca: son criaturas vivientes, organismos completos, ciclos cerrados, y respiran.

(...) -¿Cómo se le presenta hoy la idea de un cuento?

-Igual que hace cuarenta años; en eso no he cambiado ni un ápice. De pronto a mí me invade eso que yo llamo una "situación", es decir que yo sé que algo me va a dar un cuento. Hace poco, en julio de este año, vi en Londres unos pósters de Glenda Jackson -una actriz que amo mucho- y bruscamente tuve el título de un cuento: "Queremos tanto a Glenda Jackson". No tenía más que el título y al mismo tiempo el cuento ya estaba, yo sabía en líneas generales lo que iba a pasar y lo escribí inmediatamente después. Cuando eso me cae encima y yo sé que voy a escribir un cuento, tengo hoy, como tenía hace cuarenta años, el mismo temblor de alegría, como una especie de amor; la idea de que va a nacer una cosa que yo espero que va a estar bien.

-¿Qué concepto tiene del cuento?

-Muy severo: alguna vez lo he comparado con una esfera; es algo que tiene un ciclo perfecto e implacable; algo que empieza y termina satisfactoriamente como la esfera en que ninguna molécula puede estar fuera de sus límites precisos.

martes, 13 de abril de 2010

Una nota de Villalona

 
 
El director de teatro Rafael Villalona, amigo y maestro actoral de varias generaciones de teatreros dominicanos, nos envía una nota que nos apresuramos en publicar. Las palabras de los iconos son para nosotros como oráculos de los dioses.

Desde luego que no puedo publicar la nota sin recordar que Villalona es el Director Teatral de montajes excepcionales en este país: Pirámides 149, La Boda, Casa de Muñecas, La Guerrita de Rosendo, El Veneno del Teatro, La Noche de los Asesinos, El Pagador de Promesas, Los Ojos Grises del Ahorcado, Proceso por la Sombra de un burro, El Contrabajo, La Ópera de Tres Centavos, Un Tranvía Llamado Deseo, Ópera-Merengue y la mejor puesta en escena infantil jamás presentada en el país... Pluff El Fantasmita; entre otros.

Aunque la coherente nota de Rafael Villalona se explica muy bien, me permito informar que ha sido elegido como figura emblemática dentro del Festival Nacional de Teatro que se celebrará en junio. Dentro de ese evento se le declarará "Gloria del Teatro Dominicano". Reconocimiento muy justo porque sobrados méritos tiene Rafael; cuya labor actoral particular, tanto en teatro como en cine, no es muchísima; pero igual de memorable que la de Director Teatral. Recuerde el lector que él es uno de los diez actores que escogimos como los mejores de todos los tiempos.

¡Qué viva Rafael Villalona, el Héroe Escénico Nacional que él siempre ha andado buscando y con ellos... el glorioso Teatro Dominicano!

G. C.


Compañeros y amigos del Teatro Independiente:
El pasado sábado 27 de marzo 2010, día del Teatro, nacional e internacional, en un acto llevado a efecto en los jardines del Bellas Artes y convocado por el Ministerio de Cultura, se reconoció la labor y la excelencia de años, a un grupo de actores y directores de teatro.

En el mismo evento se anuncio la dedicatoria del Festival Nacional de Teatro FNT, a Danilo Taveras y a Rafael Villalona (Detalles en el anexo), además de la distinción como “Gloria del Teatro Dominicano” por el Ministerio de Cultura.

Siempre hemos sostenido que el teatro es una tarea de equipo. Por lo que a mi toca, mal estaría celebrar, sin compartir. Esta será una exaltación del Teatro Independiente Dominicano y de todos aquellos que con su talento, sus aportes y sacrificios han logrado colocar al TI en los niveles de atención, incluso oficial, en el cual se encuentra hoy.

Permítanme compartir y darles las gracias.
 
Muchos aplausos, por siempre.


Rafael Villalona
Santo Domingo, Rep. Dom.,
6 de Abril del 2010
 

 

lunes, 12 de abril de 2010

Tres opiniones sobre El Talía


Varías personas me han enviado su opinión en torno a mi artículo sobre las intenciones del Ministerio de Cultura de querer revivir el premio El Talía de Plata. Les recuerdo a los pasionarios que estamos absolutamente en desacuerdo con dicha idea porque juzgamos que no debe destinarse recursos a eso que tildamos de... "capricho". También planteamos en el publicado artículo, que el premio de marras solamente traeria separación y chismes entre los teatreros dominicanos.
En un párrafo del citado artículo decía: "Quiero declarar, públicamente, que me opongo con toda las fuerzas interiores que me quedan a la constitución de un premio que, como todos, siempre será sectario, innecesario, contraproducente, superfluo, injusto y divisionista."

Concluía el trabajo de manera premonitoria: "Visualizo hoy el problema que vendrá en el futuro si persisten con el Talía. Lo digo yo... y dicen por ahí que soy bastante brujo. ¡Gracias a la misericordia!"

El joven actor Raeldo López emitió una interesante y bien argumentada opinión que nos hubiese gustado incluir en el trabajo de hoy, para que géneros y generaciones estuvieran representados dentro de él; sin embargo, sin querer borramos el trabajo de Raeldo enviado por Internet. Lo que puedo asegurarle es que tampoco favore la creación del premio ese. Decía conocer mis actitudes de médium y pedía una mejor política oficial que asegure mayor afluencia de espectadores en las Salas de Teatro y... el chequesito de rigor luego de concluir las representaciones.

Pero veamos tres de la tantas opiniones recibidas al respecto. Tratamos de ser amplio y democrático; empero, ninguna de las opiniones hasta ahora emitidas fueron favorables al discutido proyecto de El Talía. Si llegase una que lo defienda la publicaremos, siempre y cuando esté bien escrita. ¡Los iletrados aquí no pasarán!

La opinión de Aídita Selman 
En mi humilde opinión, los teatristas no debemos luchar por "otro" premio, (que inevitablemente por un buen tiempo será "el otro"), sino, como prioridad, ocuparnos de la situación de baja que está afectando nuestro arte, con salas vacías, fracasos económicos y poco apoyo privado o estatal a la actividad de hacer arte. Opino que los artistas debemos concentrarnos en rescatar el arte y luego vendrán los premios como consecuencia. Ciertamente el compañero Giovanny Cruz acierta en prever que un premio en estos momentos desuniría. Primero reforcemos el gremio, fortalezcamos el oficio, invirtamos en el propio teatro y cuando alcancemos la estabilidad, entonces pensemos en premios. Necesitamos con urgencia el premio de una sala llena, de un público apoyándonos, de un patrocinio permanente y organizado, de una seguridad para el productor o director que hace la inversión arriesgando el cuello y para el artista que no sabe si mañana podrá ir al supermercado. No es favorable que un premio nazca en un ambiente de inseguridad entre sus beneficiarios. Primeros aseguremos el teatro y el oficio del teatrista. Analicemos los fenómenos que afectan la industria teatral, gestionemos las soluciones y después celebremos. 
Con aprecio y admiración a los héroes que mantienen vivo el teatro.

La opinión de Manuel Herrera
Totalmente de acuerdo contigo, Giovanny. Aunque acabo de recibir tres nominaciones para los AUDIE, que son los premios de la industria de los Audiolibros, equivalentes a un Grammy. Pienso que si ganara no me beneficiaría en nada ya que lo que me mantiene en el mercado es la plataforma de calidad que hemos logrado en todos estos años.



 La opinión de Iván García
Inteligentes deducciones, mi amigo. Estoy de acuerdo contigo, y voy mas lejos, me parece: que no creo en ningún premio de ninguna parte, porque en ellos siempre intervienen las opiniones (casi siempre interesadas) y los grados de asimilación cultural (que va desde casi plena hasta totalmente ausente). Una prueba son los "Academy Award" de Hollywood (conformada por los miembros del clan), en cuyo nombre tantos crímenes han sido cometidos. Con la intención de mejorar la situación fue creado el "Golden Globe"; pero, que va, ya hace tiempo que les va siguiendo los pasos a su antecesor...
El asunto es... que al ser humano le gusta ser premiado por lo que hace (bien o mal), sobre todo en países como el nuestro, en los cuales, como decía el gran Padre del Postumismo, don Moreno Jiménez, el que no anuncia no vende. Y también en el arte clásico y sus sucedáneos la publicidad es necesaria para poder vender... Bien; para no alargar demasiado el asunto me parece que tenemos que disponernos a crear "el agua tibia" si queremos que nuestra profesión, no los individuos, llame la atención de los tibios y, ademas, reconozca, aunque de manera imperfecta, la calidad de sus grandes...

domingo, 11 de abril de 2010

El Conde de Iván García


Como he escrito varias veces Iván García Guerra es mi gran amigo y mi antiguo y siempre vigente maestro. Categoría y título que le otorgaré mientras yo viva. 

En un momento estelar en nuestro país se dio el fenómeno en que el teatro pareció dividirse en dos grandes "escuelas" (que portener a dos caballeros a la cabeza nunca entraron en contradicciones que no fueran estilísticas). Estas "escuelas" estaban lidereadas por Rafael Villalona e Iván García. Cada uno de ellos le imprimióa su equipo de trabajo el sello particular que trajeron de sus“fábricas” interiores. Rafael Villalona, al irse a Santiago atrabajar en el TPC amplió la cobertura de su didáctica. Luego Iván lo haría, también en Santiago; pero un poco enclaustrado en la PUCAMAIMA.

Mientras, aquí en Santo Domingo, el grupo de Iván era, digamos, un tanto más joven, cerrado y exclusivo. En él trabajamos con ahínco gente como Odalís Pérez, Nápoles Calderón, Margarita Gómez, Praxísteles Mejía, Ramón Oviedo y el suscrito; entre otros. Hacíamos teatro todo el tiempo; empero, nunca descuidamos la formación cultural. Lo Griego, lo Romano, lo Latinoamericano, lo Europeo, lo Dominicano, etcétera; eran objeto de profundos estudios nuestros en el campo filosófico, sociológico, político, literario, teatral e histórico.

Al maestro Iván García hay que reconocerle que es un hombre de teatro a tiempo completo y sin pausas: dramaturgo, actor, director, productor, vestuarista, adaptador, diseñador escenográfico, musicalizador y hasta coreógrafo teatral.

Cuando salí a protestar por las desconsideraciones que fuera objeto en aquel superado asunto de El Graduado, no dije nada de él de lo que no estuviese convencido. Mas aún: fui hasta parco al señalar sus virtudes. La conducta personalde Iván, un radical de la ética, raya en lo apostólico. Su cultura es verdaderamente enciclopédica, de lo cual nunca hace alarde. Y de la humildad que practica todos aquí podemos dar testimonio. 

Cuando trabajábamos con él mucha gente se sorprendía por el cariño que se profesaban el erudito maestro y este temperamental discípulo suyo. Bueno, pues así ocurrió siempre. Cada uno sabía que no cabía en los espacios del otro y el respeto se daba en todos los órdenes.

Ha pasado el tiempo y seguimos manteniendo, aunque los asuntos profesionales y laborales nos obliguen a distanciarnos algunas veces, nuestra vieja amistad. Escribí el prólogo para la recopilación de sus obras, he dirigido varias de sus piezas teatrales y a él lo he dirigido en cinco obras, por eso puedo decir que es uno de los hacedores de teatro dominicano más disciplinado y amable conque contamos.

Ahora que publicamos este blog él se ha convertido en uno de los más entusiastas pasionarios. Un orgullo para nosotros. Pues resulta que a raíz de la última publicación de Pasión Cultural ("...en la calle El Conde"), Iván García ha tenidola gentileza, como ha hecho muchas veces, de enviarnos un comentario. Por el valor testimonial que tiene he decidido, sin su autorización, publicarlo en el blog. Aunque él asegura que fue un grato recuerdo leer nuestro artículo, me parece que nos enriqueceremos todos cuando leamos el comentario-artículo suyo.

Una vez mas: ¡saludo, amigo y maestro! 

Gracias, Giovanny.   Qué magnífico recuento de la calle El Conde.  Te lo agradezco personalmente porque esa vía, así en mis recuerdos, fue el centro de mi vida, desde que la familia llegó a la Ciudad Capital en el 1944, hasta pasada la Contienda de Abril en 1965 (nada mas y nada menos que veintiún años).    
Vivía a una cuadra del segmento central en la calle 19 de Marzo, número 56, esquina Salomé Ureña, en la que fue residencia de la ilustre poetisa. 

Correteando por ella llegué a la adolescencia, simplemente porque era el camino lógico y preferido para ir a la escuela de La Salle (cuadras más allá en la Arzobispo Meriño), a los cines Encanto, Leonor, Capitolio, Olimpia, Independencia, al restaurante en que comíamos en circunstancias especiales, “El Conde”, al coro de Rafaelito (hoy Padre Rafael Bello Peguero), en el entonces Ex -Convento de los Dominicos; y por supuesto al Malecón (el paseo de los domingos).   
Luego las conspiraciones contra Trujillo en La Cafetera, La Bombonera y hasta en la misma calle, en la esquina de mi casa frente a la tienda El Palacio
En ese preciso lugar nació nuestro grupo “El puño”, y se convirtió en lo que todos comentábamos divertidos como nuestra oficina (Miguel Alfonseca, Rene del Risco, José Ramírez Conde, Armando Almánzar, otros más y, por supuesto, yo). 


En la primera manifestación política multitudinaria a la llegada de los primeros miembros del PRD (en el parque Colón), al final del mitin corrimos desaforadamente alegres rompiendo los retratos de Trujillo en una orgía de libertad sólo repetida en el momento en que la ciudad de Santo Domingo recobró su nombre armonizado con las campanas de todas las iglesias de la zona colonial (Santa Bárbada, la Catedral, el Convento de los Dominicos, Regina Angelorun, San Miguel, San Lázaro).   

Y para culminar aquella “era de oro”, la guerra de las veinte cuadras, cuando el edificio Copello se convirtió no solamente en mi lugar de trabajo, sino en el techo bajo el cual comía y dormía durante los casi cinco meses que duró el asunto.
Para mí, mas que una arteria, es un monumento de dulce y gloriosa recordación.  Esperaré ansioso tu nuevo trabajo...

Iván

...en la calle El Conde



En el Festival Nacional de Teatro, que el Ministerio de Cultura efectuará durante el mes de junio del año en curso, llevaré a escena en Bellas Artes mi pieza “Un café frío en la calle El Conde”. 


Esta calle de Santo Domingo tiene una interesante historia arquitéctonica, humana, social, cultural, política y teatral.

El maestro de las Artes Plásticas Prats Ventós explicaba que cada vez que iba a esculpir sobre un material estudiaba todo sobre él. Lo mismo hago cuando escribo una obra de teatro. 

Mi nueva y divertida obra ocurre, como indica su  título, en la calle El Conde. Quiero compartir con ustedes los datos que he obtenido en mis investigaciones sobre la hoy adoquinada calle.

Originalmente se llamó, desde 1543, calle Clavijo en honor a un distinguido maestro (José Clavijo) que en la calle que llevó por un tiempo su nombre fundó un centro educativo.

Luego, dada la importancia que fue adquiriendo, le asignaron el nombre de calle Real. Adquiere el nombre de El Conde en 1655 en honor al conde de Peñalba (Bernardino de Meneses Bracamonte y Zapata), a quien leatribuyen, aunque hoy muchos historiadores lo ponen en duda, la construcción del antiguo baluarte de San Genaro. Dentro de este baluarte también construiría la Puerta de Tierra o de El Conde (hoy 27 de Febrero). El conde de Peñalba se destacó en el conflicto armado que nuestra Historia llama “La Invasión de Penn y Venables”.

Segúnel historiador Emiliano Tejeda adquiere el nombre de El Conde después de la construcción del baluarte y cuando se inicia aquí la costumbre de asignar las calles con nombres distintivos.

Luis E. Alemar, en su libro “La Ciudad de Santo Domingo” nos dice que entre los años 1804 y 1809, durante la ocupación francesa, se le nombró como Rue Imperial. Luego, el ayuntamiento la titula como Separación, conmemorando la separación de la antigua colonia de la república de Haití. El 23de agosto de 1929, por iniciativa de los regidores José María Bonetti y Silvestre Aybar Núñez, adquiere el nombre de 27 deFebrero en recuerdo de nuestra gesta independentista. Sin embargo, en agosto de 1934 le restituyen su antiguo nombre de El Conde.

Sus particularidades


Hoy la calle es una importante arteria comercial, pero antes estaba llena de hermosas residencias coloniales, algunas con sus historias particulares: 

—El 9 de marzo de 1887, desde el balcón de la casa número 5 (luego 53), el General y Diputado Santiago Pérez dispara y mata por celos al buen poeta venezolano Eduardo Scalán. La crónica nos dice que el victimario luego fue condenado a muerte y fusilado el 4 de marzo de1887 frente al Cementerio Católico

—En 1788 la casa marcada como 8 (luego 54) pertenecía al rico Mayorazgo de Mosquera. En la número 20 (luego 202) don José Rosa Pérez fundó su Instituto de “Artes y Ciencias”. 
—La casa número 25 (luego 153), la de la joyería Prota, en 1818 era de José Sterlin. Frente a esta, hoy entrada al Palacio Consistorial, estaba la Carnicería de la Ciudad
—En la número 46 (luego 352), al lado de la que fuera de Pedro Santana, funcionaba en 1852 un periódico llamado La Bandera Española
—En la 51 (luego 305), donde una vez estuvieron las oficinas de la Lotería Nacional, nació el 21 de septiembre de 1841 el historiado Emiliano Tejeda, autor del libro sobre el hallazgo de los restos de Colón (¡Zafa!).

Escenario de la dignidad


La calle El Conde tiene una gran importancia y significación dentro de la Historia moderna dominicana. Prácticamente ella fue el centro operativo de los constitucionalistas de abril en 1965, quienes lucharon contra fuerzas retrógradas dominicanas y el poderoso ejército norteamericano, procurando el retorno de la Constitución Dominicana y las libertades patrias (arrebatadas cuando el remanente del trujillato derrocó al gobierno de Juan Bosch). En la casa número 403 estaba el edificio Copello (construido en 1939), desde donde operó el llamado Gobierno Constitucional, presidido por el único héroe de estos tiempos en la República Dominicana. Nos referimos al Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, el Héroe de Abril.  


Quizás el desenlace no fue el que muchos deseábamos. No obstante, las libertades sociales, políticas y culturales que disfrutamos hoy son consecuencias directas de aquella revuelta donde un grupo de dominicanos (entre estos: escritores, artistas,periodistas y locutores) rescataron la dignidad, previamente mancillada, del pueblo dominicano. ¡Pa que respeten!

La Arquitectura:

Ésta es muy especial. Cuenta toda una Historia visual de nuestro país. La edificación de la calle se inicia en la época colonial con su estilo característico. Luego evoluciona a la modernidad. En algún momento los edificios BaqueroDiez constituyeron las construcciones más elevadas de todo el territorio nacional. En este tenor José Enrique Delmonte Soñe escribió: 
“Su Arquitectura (con mayúscula) es un conjunto de las más importantes muestras de arquitectura desde la colonia hasta mediados del siglo XX. Los edificios Diez (1929),y el edificio Baquero (1928), ambos diseño del ingeniero Benigno Trueba, en su tiempo las edificaciones mas altas de la ciudad, siguen marcando un locus, un sitio de importancia, en toda la trayectoria de la calle, desarrollando un esquema ecléctico que se enriquece con las variaciones de piso a piso y el manejo de la escala comercial del primer piso, aspecto que reconocen posteriormente los edificios modernos de El Conde...”

Teatralidad de la calle El Conde

Aunque ella parece una escenografía teatral que espera ansiosa, siempre posando, ser fotografiada (como gusta decir a mi hija Fiora), tiene su historia teatral propiamente dicha. En la casa número 79 (luego la 403 del hoy edificio Copello), propiedad entonces de Rafaela Pichardo viuda Carretero, once brillantes jóvenes dominicanos fundaron el 24 de octubre de 1884 una agrupación teatral. Los fundarores fueron: Leonardo del MonteAlfredo Max Soler, Manuel S. García, Abrahan Santamaría, M de J.Gómez, B. Palau Ferrer, Jesús M. Cruz, Rafael T. Gómez, José M.Valera, M. L. Carretero y Juan José Carretero (bisabuelo de la gran actriz dominicana Carlota Carretero).

Tambiénse creó después, en la misma calle El Conde, otra agrupaciónteatral llamada “Amantes de Talía”, que hasta hizo su propio pequeño teatro.

Finalmente

El 8 de diciembre de 1990, por se parte de Ciudad Nueva, pasa a ser "Patrimonio de la Humanidad". Pero desde siempre ha sido un patrimonio de artistas, poetas, intelectuales, diletantes, amantes y bohemios. 

Imposible sería calcular cuántos poemas, canciones, obras de teatro, pinturas, esculturas, cuentos y novelas nacieron en ella, o por ella. Solamente de su La Cafetera han salido miles de obras importantes.

Siempre he dicho que a los artistas, dramaturgos y poetas algo, o alguien, nos dicta o susurra cosas de nuestro interés creativo. Nunca es la casualidad quien nos impulsa. Los duendes... los duendes... 

En este caso parece que fueron muchos quienes me dictaron la nueva pieza teatral: once específicamente. ¡Y les dije sus nombres!


¿Nos veremos en Bellas Artes en el mes de junio?

viernes, 9 de abril de 2010

¿Los dueños de la basura?


Acabo de leer en en el Listín Diario Digital  que la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos acaba de suspender por tres meses a tres miembros del llamado programa "Los dueños del circo". Ya era hora. Para muchos dominicanos parecía sospechoso que los conductores venezolanos del referido programa actuaran con un alto nivel de impunidad en este país. Ellos, hasta ahora, podían decir cualquier cosa que quisieran de cualquiera figura importante dominicana sin que nadie, al parecer, se atreviera a frenarlo. 

La lista de gente famosa a quienes estos individuos han difamado, o calumniado, es asombrosa. Los escádalos que han protagonizado, obviamente pensando en el mercadeo, eran ya intolerables. Ni los hijos e hijas de presentadores y artistas dominicanos se han salvado de las máculas y la pus lanzadas en el espacio de televisión que nos ocupa. En Pasión Cultural felicitamos a la Comisión de Nacional Espectáculos Públicos por actuar (¡por fin!) correctamente en el presente caso. Alguien dirá que mucho esperaron. No importa. El asunto es que han actuado bien y con responsabilidad luego que en ese programa golpearan a la presentadora Venya Caralina,que había ido a defender allí su honor mancillado, quizás no de la mejor manera; pero es que algunas veces la impotencia se hastía de serlo.

Los jóvenes presentadores venezolanos (¡) de "Los Dueños del circo" (hasta el nombre del programa es en si mismo un insulto para los artistas dominicanos.) lucen incontrolables. No debe permitísele ya volver a sus andadas. La escencia de ese programa es el chisme barato, la difamación y los insultos. ¿Es necesario soportatlo? Ni que fueran hijos o esposos de Hugo Chavez que frecuentemente pretende que hasta nos bajemos los pantalones. Estos presentadores foráneos son realmente los dueños... de su propia basura. 

Reproduzco con alegría la reseña del Listína Diario Digital.


La Comisión Nacional de Espectáculos Públicos suspendió por tres meses a Enrique Crespo y Ali David Demey, presentadores del programa “Los Dueños del Circo”, que se transmite por Digital 15. Y también suspendió por seis meses a Juan Castillo, conocido como Tommy Castillo o “La Berny”, luego que escenificaran durante la transmisión del programa el miércoles una trifulca con la presentadora de televisión Venya Carolina Peña.
La sanción está contenida en la resolución 001-2010 en la que el organismo señala varios considerandos como que  “los medios audiovisuales constituyen una actividad de interés público, por lo tanto, estarán sometidos a las normas y las leyes establecidas”.
Entre los considerandos también se cita la ley 24-97 que condena la violencia contra la mujer. Además, también señala que “En el programa “Los Dueños del Circo”, correspondiente al miércoles 7 de abril, la presentadora de televisión Venya Carolina Peña, fue agredida física y verbalmente por los señores: Juan castillo (Tommy Castillo, La Berny); Enrique Crespo Aldana y Ali David Demey Alburjas”.
La resolución dice que ni Crespo ni Demey, ambos de nacionalidad venezolana, podrán realizar programas de radio o TV durante los tres meses de la sanción. Medida que se extiende a seis meses en el caso del dominicano Castillo.
La medida dice que, cumplida la sanción, los presentadores deberán solicitar la acreditación requerida para volver a  su trabajo.
El hecho se produjo el pasado miércoles cuando Venya Carolina acudió al espacio, que se transmite a las 11:00 de la noche,  para defenderse de las críticas de que era objeto por parte de los conductores y de inmediato se iniciaron las discusiones que terminaron con la presentadora en el suelo y parte de sus cabellos en manos de La Berny.
El programa “Los Dueños del Circo” es conducido por los venezolanos Enrique Crespo, Alí David Demey, la cubana Anahí Cañizares y el dominicano Tomy Castillo (La Berny).
Ellos han enfrentado otros procesos judiciales, entre ellos una demanda interpuesta por la Asociación de Cronista de Arte (Acroarte) cuando Fausto Polanco era presidente y se sintió difamado, aunque luego conciliaron el caso.

miércoles, 7 de abril de 2010

¿Talía versus Casandra?

 

Una mayoría aplastante de teatrerosdominicanos está disgustada con los Premios Casandra que repartenpor ahí un grupo numeroso, aunque no total, de auto designadoscronistas de artes dominicanos. Parte del grupo de los artistasteatrales disgustados se siente ofendida por los otorgantes a los que hago referencia. Otros, entre los que está el suscrito, decidióhace tiempo, como hizo también un montón de periodistas, desentendersecompletamente del referido premio. En estos momentos ni lo aceptaría. Que eso esté claro.

Realmente la actitud de losacroartianos hacia los artistas que practican una de las disciplinasllamadas aquí clásicas es insultante. Sus declaraciones y laactitud que asumen en el ceremonial de premiación no deja duda sobrelo que aquí exponemos. Definitivamente los cronistas mencionados nose sienten a gusto con nosotros. Hasta los he escuchado decir quesomos unos mal agradecidos. Algo que nunca he alcanza a comprender.Digo que esto porque quienes deben sentir agradecimiento hacia losartistas son los periodistas que cubren nuestros eventos. El Artepuede perfectamente vivir sin cronistas. Pero ¿pueden estosvivir sin lo que hacemos? Desde luego que no. Tendrían, quienestengan la capacidad, que dedicarse a escribir libros, al periodismonoticioso, a trabajar como relacionistas públicos; pero de ningúnmodo podrían reseñar teatro, canto, música, pintura y danza sincontar con nuestras producciones; porque en una sala vacía, o llenasolamente de cronistas, jamás se creará el Arte

Aclarados estosaspectos pasemos, pues, al tema que realmente interesa.

Cuando debatimos por Internet, esamagnífica maquinaria de comunicación evita-chantaje-de-cronistas,sobre los premios Casandra, muchas y variadas fueron las opiniones. Eldisgusto, repito, era colectivo. 

Sin embargo, y a pesar de la actitudde franco desprecio de la mayoría de los miembros de Acroarte (?),casi todos los nominados corrieron a recibir sus bofetadas en elTeatro Nacional. Masoquismo que no termino de entender. Empero, casitodos estuvieron contestes en que era necesario buscaralternativas valederas. En cambio, Carlos Castro me escribióincómodo por darle importancia al premio aún fuese hablando de él. Además, opuesto a todo premio.

En estos momento en que se plantea yse organiza el rescate de los Premios Talía de Plata como unaforma de amainar el irrespeto del Casandra no pocos teatreros hanfijado posición. La mayoría a favor, aparentemente.

Mario Lebrón me ha enviado una copia de un  documento que ha elaborado consugerencias trascendentales sobre la mecánica y metodología ideal para un premio como el que ahora nos ocupa. Sabemos que ya unacomisión, cerrada y exclusiva, de artistas oficialesestá trabajando en los posibles reglamentos del Talía, cedidopor su dueño al Ministerio de Cultura.

Confieso que, aún con reservas, no he imputadola conformación de un premio del tipo planteado. 

No obstante, enestos momentos, asumo la radical postura del colega Carlos Castro.

Como ya escribí, estuve “asilado”en Jarabacoa por algo más de una semana. En el ocio me vi obligado areflexionar sobre varios tópicos. Este asunto fue, desde luego, unode ellos.
Varias preguntas me formulé en lasfrías montañas cibaeñas:

¿Requieren los artistas ser premiadospara satisfacer sus respectivos egos? ¿No es suficiente recompensa la calidad lograda en nuestras producciones, cierto retorno económico yel premio que otorga el público cada vez que asiste a nuestrasfunciones? ¿Cuál es el real valor de un premio que otorgaría ungrupito? ¿Cómo asegurar la total imparcialidad en algo tan delicado como es el Teatro en escenarios? ¿En qué nosbeneficiaría un premio como el planificado?

Sé que ninguno de ustedes es estúpido,por lo que seguramente descubrieron ya el tono sombrío que hay enmis preguntas.

Quiero declarar, públicamente, que meopongo con toda las fuerzas interiores que me quedan a laconstitución de un premio que, como todos, siempre será sectario,innecesario, contraproducente, superfluo, injusto y divisionista.

Me permito hacer un breve comentariosobre estos último. Aunque, inexplicablemente, los actoresdominicanos no estamos agrupados formalmente, en estos momentos hayuna buena camaradería entre nosotros. Frágil, lo reconozco; perohay un sentimiento de solidaridad que se manifiesta cuando se hacenecesario. Apuesto peso a morisqueta que desde que se instaure elpremio pretendido, entre muchos se va a desatar una competencia queen nada nos beneficiará. Todo lo contrario.

Por otro lado, no somos tontos niciegos. Por ello nos damos cuenta de que nuestro Ministerio deCultura no está boyante de recursos. Eso es innegable. La situacióneconómica del país, y del resto del mundo, ha determinado unacrisis en las finanzas públicas que todos podemos notar fácilmente.Nuestra máxima institución pública de Cultura se ha visto visiblemente afectada. Los incumplimientos en compromisos de pago y el detenimiento o amainamiento de algunos proyectos evidencia lo que aseveramos.

Entonces, ¿vale la pena gastar recursos económicos y humanos eneste capricho? Pienso que no. Se que hay muchos amigos que no piensanigual que yo. Incluso, dentro del mismo Ministerio hay gente aquienes aprecio y me aprecian, que les va a preocupar estoscomentarios y la postura que ellos determinan.

Los he hecho con el mejor sentidocrítico, fraterno, ameno y con cierto nivel premonitorio. Amo el teatro más que a mi propia vida. A la que no entendería ni concebiría fuera del él. Además, aunque ame a César... siempre un poco más a Roma.

Soy jugador de ajedrez desde que teníanueve años. Por costumbre inevitable intento siempre adelantarvarias jugadas. Pero del mismo ajedrez he aprendido que cuando uno veel tablero desde fuera puede apreciar mejor el movimiento de lasfichas. Cuando vemos maestros del juego-ciencia equivocarsetontamente nos asombramos. Claro que no estábamos dentro viendo ysufriendo los obstáculos.

Visualizo hoy el problema que vendráen el futuro si persisten con el Talía. Lo digo yo... y dicen porahí que soy bastante brujo.

¡Gracias a la misericordia!