jueves, 18 de agosto de 2011

El momento de Miguel Collado

Por Miguel Collado


Miguel Collado

Santo Domingo. (Atanay.Com).- “Yo creo que los políticos dominicanos no hemos entendido el problema de la cultura en nuestro país”. Es la confesión dolorosa de un político honesto, de un hombre al que le duele la cultura de su patria: Danilo Medina Sánchez, candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana. Y yo estaba sentado frente a él cuando lo dijo y vi en su mirada a un ser humano sincero, sensible, que expresaba lo que sentía, convencido de que los políticos deberían prestarle mayor importancia a eso que su maestro, Juan Bosch, definía como:

“la acumulación de todos los conocimientos y de todas las artes que la humanidad ha venido creando en su larga lucha por dominar la naturaleza que lo rodea, de la cual saca su sustento, su techo, lo que la viste y la cura, y en suma todo lo que ha necesitado para mantenerse con vida y en constante evolución” (“La palabra cultura”, en su Textos culturales y literarios. Santo Domingo: Editora Alfa & Omega, 1988. Pág. 11).

Ese memorable encuentro ―que bastó para que me decidiera a apoyarle independientemente de la decisión que pudiera haber tomado, en ese momento, el actual Presidente de la República y líder del PLD, Dr. Leonel Fernández Reyna― tuvo lugar en su oficina, en noviembre de 2010. Presentes estaban los escritores y amigos César Zapata, Luis R. Santos, Bismar Galán, Carlos Márquez y algunos jóvenes cineastas cuyos nombres no logré registrar en mi memoria de bibliógrafo.

Recuerdo que mi reacción ante esa atípica confesión en la voz de un político criollo fue la siguiente: “Líder, yo quiero que me permita usted intentar darle alguna explicación a lo que acaba usted de plantear, que me parece sumamente interesante”. Humilde ―con esa humildad que nunca oculta, que siempre le acompaña en su rostro, en sus gestos y en la atención que presta a su interlocutor― me miró fijamente y me dijo: “¡Sí, cómo no!”.

“Para que un político pueda entender el problema de la cultura debería ser mucho más que un político”, comencé diciéndole, mientras él me prestaba toda la atención que sólo una persona educada y reconocedora de la trascendencia del tema es capaz de exhibir. Ese político ―continué― debe ser capaz de comprender que la problemática de la cultura involucra a seres humanos con sensibilidades, intereses, sueños, prejuicios, egos y complejos muy diversos, que varían en función de los ámbitos culturales o artísticos en los que realizan su labor creadora, por lo que algunas diferencias podemos encontrar, por ejemplo, entre la realidad de los artistas visuales y la de los escritores o teatristas. Líder, es que el mundo de la cultura es un mundo complejo y esa complejidad no es posible entenderla desde la tradicional mirada política, que sólo alcanza a ver un voto electoral en cada hacedor o hacedora de cultura; hay que comenzar a cambiar esa manera de ver al trabajador de la cultura y hay que hacerlo a partir de una sensibilidad muy singular, no común en nuestros políticos”, concluí.

Danilo, a partir de ese momento, como sorprendido con mis palabras ―con las que todos los allí presentes se sintieron identificados―, puso a mi disposición los salones de su oficina electoral para trabajar en la concepción de un proyecto cultural que respaldara su precandidatura presidencial.

Fue, ese diálogo con testigos, el inicio de una relación política que habría de convertirse en el primer paso hacia el nacimiento del Frente Cultural con Danilo-Sector Externo, movimiento juramentado por él mismo el viernes 11 de marzo de 2011, es decir, cuatro meses después de aquel significativo encuentro con ese dominicano que constituye una verdadera reserva ético-moral del pueblo dominicano.

A mi memoria asoman sus palabras cuando, entusiasmado, con su diestra levantada, expresó: “Me siento complacido de tomarles el juramento. Este es un grupo que puede jugar un importante papel en el sector cultural y su rol debe ser más en el aspecto cualitativo que cuantitativo”.

Varias veces he sostenido encuentros similares con Danilo y siempre ha sido lo mismo: ha expresado su honda preocupación no tan sólo por la educación sino, además, por la cultura. “En un gobierno de Juan Bosch la cultura ocuparía un lugar preponderante”, le oí decir en diálogo sostenido, a solas conmigo y con el escritor Luis R. Santos, en el mes de febrero del año que discurre. Lo decía y lo sentía, como una exclamación brotada desde lo más profundo de su ser. Yo lo percibí así, a menos de un metro de distancia de él.

Danilo Medina, como lo fue el profesor Juan Bosch, es un abanderado de la educación y de la cultura y ―porque tiene luces y sensibilidad para entenderlo así― sabe que no hay forma de lograr que una sociedad avance y se engrandezca sino está sostenida sobre esos dos pilares fundamentales del desarrollo humano que son precisamente: la EDUCACION y la CULTURA.

En un conversatorio sobre políticas culturales, titulado “Cultura y política cultural” y realizado en diciembre de 2010 en la Sociedad Cultural Alianza Cibaeña, en la ciudad de Santiago de los Caballeros, Danilo “destacó los proyectos culturales que se pondrían en marcha en el gobierno dirigido por él, y resaltó el papel de la cultura en el desarrollo de los pueblos” (Ver: “Danilo Medina presenta política cultural en Santiago”, en http://eljacaguero.com/danilo-medina-presenta-politica-cultural-en-santiago/).

En su propuesta programática sobre política cultural, en el año 2000, Danilo Medina ya había dejado bien clara su visión sobre la cultura: “La cultura es la base de la nacionalidad…Sin cultura es imposible vencer la pobreza material ni alcanzar la riqueza espiritual”.

* Coordinador Nacional del Frente Cultural con Danilo-Sector Externo