lunes, 20 de septiembre de 2010

Política de Salas Públicas



En 1997 Manuel Chapuseaux, funcionando todavía CODEARTE, elaboró un breve documento que pretendía servir de base para dotar al país de una política razonable para las salas de espectáculos del Estado.  
La Pasión Cultural publicará este documento advirtiendo, tal y como lo ha solicitado el amigo y gran teatrero Manuel Chapuseaux, que por la fecha en que se hizo el documento podría tener algunos puntos desfazados. Sin embargo, creemos que podríamos estudiar sus renglones y a partir de ellos producir una recomendación de lo que entendemos debe ser una política correcta para la administración de las salas públicas.
Estas como tales, y teniendo por parte del Estado (es decir: nosotros los dominicanos), cubierto todo el pago de directores, administradores, empleados, mantenimientos y gastos eléctricos; no pueden tener el lucro como objetivo.
Frecuentemente nos enteramos de nuevas medidas que se toman en las llamadas salas públicas que dificultan todavía más el trabajo artístico en el país.
En la República Dominicana (quizás único caso en el planeta) hay incentivos o privilegios que tienen determinados espectáculos foráneos y no así los del patio. Un contrasentido. Primero, porque los artistas criollos no debemos ser castigados por el hecho de serlo. Y, segundo, el Estado como tal no puede incentivar la fuga de divisa. Proteger al patrimonio artístico de un país, y sus finanzas, debe ser una meta y un propósito estatal.
Artistas, técnicos y administradores culturales me han escuchado decir durante años que  a los hacedores de Arte del país hay, hasta, que añonarlos.
El Teatro Nacional, el Gran Teatro del Cibao, el Auditorio de Bellas Artes, el Teatro de Villa Juana, etcétera; sin los artistas, aún enciendan luces de colores, aún abran y cierren sus telones, aún uniformen sus acomodares, aún vistan de galas a sus administradores y gobernadores, no serían más que cascarones sin  nosotros.
He proclamado que en el Teatro la entidad imprescindible es el Actor. Los directores, dramaturgos, escenógrafos, iluminadores, tramoyistas son muy necesarios; pero si no existiesen podría hacerse Teatro mientras haya actores y actrices. El Arte, en sentido general, de lo que depende para serlo es de los artistas.
El suscrito, luego de publicar el documento de Chapuseaux, también hará y publicará algunas sugerencias. De igual manera publicaremos las que seguramente harán algunos de los pasionarios, allegados y diletantes.
Con esta publicación, y las que realizaremos en el futuro, pretendemos elaborar una propuesta final, que luego haremos llegar al Ministerio de Cultura.
Recuerdo a los pasionarios que hay una prometida y previa reunión del firmante con el Ministro (que se dilata en concretarse) donde, entre otros asuntos, debemos crear la agenda para el encuentro donde un grupo de directores y productores presentaríamos nuestra propuesta final. Habíamos dicho (como me recuerdan varios constantemente) que  convocaría una reunión para discutir estos aspectos. Para hacerlo esperábamos la reunión (que sigue extrañamente dilatándose) con el ministro y buen amigo Lantigua para discutir las coordenadas a seguir.
La reunión va. Con o sin el encuentro con el licenciado, y mocano militante, José Rafael Lantigua. Presentar, finalmente, una propuesta de políticas de salas públicas es una prerrogativa... y hasta un deber. 

PROPUESTA PARA EL MANEJO ADECUADO DE LAS SALAS TEATRALES DEL ESTADO.

En nuestro país no ha existido nunca una política cultural estatal definida y coherente, que establezca líneas programáticas y de acción adecuadas, que promueva el desarrollo del arte nacional o que estimule la creación, búsqueda e investigación de nuestras expresiones.
Esta ausencia se ha reflejado, como es sabido, en el uso de las salas teatrales del Estado, las cuales se manejan de modo arbitrario y a veces caprichoso, olvidando el papel que éstas deben jugar y confundiendo su labor con la de las salas de espectáculos privadas.
Con el fin de contribuir a la superación de tal situación, el Colegio Dominicano de Artistas de Teatro propone las siguientes líneas generales para la utilización de las salas del Estado:
1. La programación de las salas estatales se hará en basada en criterios de promoción del arte y la cultura nacionales, los cuales serán definidos por el Estado a través de sus organismos pertinentes o, en su defecto, por los incumbentes de dichas salas con la participación de los artistas de la escena y sus organizaciones: Colegio Dominicano de Artistas de Teatro, Comité Dominicano de la Danza, Asociación Dominicana de Titiriteros y otras que puedan surgir.
2. Las propuestas de presentaciones de espectáculos se recibirán durante un período específico del año o del semestre, con el fin de ser evaluadas y valoradas para la asignación de las fechas solicitadas, con tiempo suficiente para la preparación y promoción adecuada de los espectáculos seleccionados.
3. Esta evaluación será llevada a cabo por las autoridades de la sala en cuestión o sus representantes, junto a uno o más representates de los artistas escénicos organizados. En el caso de eventos importantes auspiciados por empresas o instituciones privadas (por ej. Temporada de Teatro T.N.), participará también un representante de la entidad auspiciadora.
4. Los criterios para la selección de los espectáculos a presentarse serían los siguientes (en orden de importancia):
a) Carácter estatal, independiente o comercial (en ese orden de preferencia) de la institución, compañía, elenco o artista(s) productor(es) y del espectáculo propuesto.
b) Interés artístico o cultural del evento para la comunidad en general.
c) Dimensión general o amplia del evento o espectáculo (festivales, temporadas, encuentros artísticos, etc.)
d) Nivel o trayectoria artística y profesional de los artistas involucrados en el proyecto.
e) Presencia y participación de artistas dominicanos.
f) Viabilidad de realización del proyecto.
5. El comité de selección y asignación establecerá, según los criterios anteriores, no sólo las fechas de presentaciones, sino además las condiciones que se brindarán a cada evento, las cuales no serán las mismas en todos los casos, sino que privilegiarán a las que mejor cumplan con dichos criterios.
6. Para cumplir adecuadamente con esto, proponemos una clasificación en tres categorías de espectáculos: A, B, y C. Para cada categoría se brindarían las siguientes condiciones de presentación:
A: Auspicio por parte del Estado a través de compra y distribución de boletas, exoneración de todo pago de porcentaje, honorarios y avances, así como promoción y difusión del evento por todos los medios posibles.
B: Exoneración o pago mínimo (no mayor del 10% de boletería) de porcentaje por uso de la sala y cobro de un avance también mínimo (no mayor de $500 por función) por reservación de fechas.
C: Cobro de avance por reservación entre $2000 y $5000 por función, así como de un porcentaje de 30 a 50 % de boletería o de una tarifa fija considerable por presentación.
Creemos que con la puesta en práctica de estas propuestas, las cuales están abiertas a discusión y modificación, se contribuirá a que las salas del Estado comiencen a jugar su papel de ser cada vez más promotoras del arte nacional y cada vez menos vehículos de provecho económico para algunos.