martes, 1 de enero de 2013

Para comenzar este asunto


Actuaciones en dos de cuatro películas y de dos cortos
Seguramente ustedes, como tantos otros, trabajaron mucho en el año que apenas hace una hora ha terminado. En mi caso, no pocos acontecimientos signaron positivamente todo el discurrir del 2012: Internacionalización de mi libro de relatos "Los cuentos del Otro", cinco películas, dos cortos, reposiciones de "Duendes y locos de las dunas", dos piezas teatrales escritas, dos novelas terminadas, un libro de poemas y otro libro de cuentos. Además, consolido la siempre cariñosa relación con mis hijos Jean-Paul, Fiora y Renata. Igual ha ocurrido con mis amigos y por ahí camina, con rítmicos y firmes taconeos, un amor que desespera... por decir su nombre.

Suelo proclamar que soy una persona feliz. Aclaro que no digo "estoy feliz", sino que "lo soy". Esto, porque he asumido la felicidad como un estadio permanente y no como una circunstancia.

Sé que el Pasado es una destrucción del Presente; por lo tanto no existe. Como el Futuro nunca se inicia (cuando lo hace ya es presente), tampoco existe. Pasado y Futuro son meras referencias del Tiempo que el dios Kronos ha creado para divertirse. Siendo, entonces, el Presente el único Tiempo con el cual podemos contar, trato de vivirlo con intensidad y todas las pasiones típicas de un escritor y artista.

No obstante, detenernos a veces en una esquina, o debajo de un zaguán, para hacer un ejercicio cerebral procurando visualizar al Presente en algún costado del Porvenir, es de sabio; aunque esto finalmente sea pura Imaginería... ¿o Quimera?

Generalmente nos trazamos metas en el mágico diciembre que proyectamos comenzar desde el mismo 1 de enero. Algunas de estas son recurrentes y un tanto complicadas: voy a estudiar inglés, voy a rebajar de peso, voy a ahorrar para comprar un auto, voy a hacer un viaje a París o New York, por fin escribiré un libro, me buscaré un esposo (suplidor o no) o una esposa (nunca fea); etcétera. Frecuentemente esto es solamente pura Fantasía. Ella se diferencia bastante de la Imaginación porque nos permite pensar en acciones y cosas realizables con los medios a nuestro alcance.

El caso es que está bien que nos tracemos metas; pero absolutamente factibles y verdaderamente trascendentes.

Cuidemos cada inversión, material y emocional, que hagamos este año. Recuerden que esa peste que han llamado Reforma Fiscal es una realidad insoslayable. Ya está ahí, como el espíritu del mar que casi nunca vemos o como la Muerte, a la que solo notamos en los ojos del Otro. Así las cosas, proyectemos nuestros asuntos sobre la base de esa no deseada realidad de la cual, probablemente, pocos de nosotros somos merecedores.

He despertado temprano, como regularmente lo hago. Por supuesto que vengo de la fiesta familiar del día anterior, del vino que aguza el pensamiento y pone alas en las palabras, vengo del pavo horneado, los pasteles en hoja, algunas uvas  y la ensalada rusa ya dominicanizada. Vengo de los abrazos y las llamadas sinceras o protocolares de felicitaciones, del incienso que creó aquella mítica princesa nombrada Mirra y vengo de las esperanzas renovadas.

Al despertar, tenía planificado regar con agua y abono mis plantas. Solo a unas cuantas hube de hacerlo. Ha llovido en Las Caobas II mientras yo dejaba que Morfeo susurrara secretos inmemoriales en mis oídos interiores. Se trató de una lluvia serena, sin ninguna estridencia o explosiones de ira. Fue una lluvia mágica y fría, como la que acostumbra a ofrecernos el  diciembre taumaturgo. Todas mis matas están agradecidas. Menos las orquídeas que, francamente, no son muy amantes del agua y del clima de esta época.

El asunto es que, cuando vi las matas de mis terrazas, la grama y las plantas del patio; sentí que mis particulares duendes, como no articulan palabras, se manifestaron en cada gota de agua caída durante la madrugada.

¡Esa es la felicidad! ¡Y de ahí viene la literatura! Cuando podemos ver los detalles ocultos en los sucesos cotidianos y nos sentamos a contarlos... entonces, solo entonces, somos escritores. Entonces, solo entonces, podemos amar. Entonces, solo entonces, estamos preparados para descifrar algunos de los enigmas de este singular y cómplice Universo.

Estas muy sencillas expresiones constituyen mi regalo para comenzar el año. Esto es lo que les ofrezco esta mañana.

No sé si la amada que me inquieta el alma se sentirá satisfecha y agradecida con esta entrega. Quizás esperaba otra ofrenda. En ese caso, tomo prestado unos versos de Facundo Cabral para decirle: querida, perdóname/ si a ti no dejo nada.

"La vieja luna de oriente
y las campanas de Lorca,
la llamarada de Whitman
y la belga de Mallorca.
El sol, el amado sol
que enciende toda la vida,
esa fiesta permanente
por la que mi alma camina.
El espíritu extasiado
y la gloria de los días,
la salud de Dinamarca
y el encanto de Turquía.
Una idea que armoniza
con tantas otras ideas,
dos hermanos en Tandil
un abuelo en Galilea.
Una madre que me espera
y un padre que no conozco,
Nueva York cuando la nieve
y México cuando Rosco.
Una milonga sureña
un par de botas tejanas,
una esperanza infinita
y una flor en la ventana.
Una canción inconclusa
y un jorongo mexicano,
amores en todo el mundo
y nada preso en la mano.
Un amigo en el desierto
y un maestro en la montaña,
la libertad más hermosa
y la idea más extraña.
Esas cosas dejaré
el día que yo me vaya,
querida perdóname
si a ti no te dejo nada.
Una cerveza en Holanda
un pintor en Salamanca,
una hoguera junto al nido,
un poema en Casablanca.
Una pregunta en el aire
y una respuesta en el alma,
las noches en el mar Rojo,
y los veranos de España.
La voluntad y el delirio,
una vieja gorra griega
un turbante del Neguel,
dos máscaras, una quena.
Esas cosas dejaré
el día que yo me vaya,
querida perdóname
si a ti no te dejo nada.
La lluvia sobre Marruecos,
en el bolso, pan y queso,
y la Biblia liberando
a mis sueños y a mis huesos.
La locura satisfecha
y la conciencia tranquila,
los temores que perdí
en París o Alejandría.
Amo y señor de mí mismo
sin bandera y sin espada,
al viento devolveré
las maravillas prestadas.
Las alegrías de ser
y hacer lo que uno ama,
querida perdóname,
si a ti no te dejo nada."

Luego de este fragmento del poema de Facundo, estoy compelido a gritar en este nuevo año, mi primer... ¡Telón!