jueves, 29 de octubre de 2009

Premisas sencillas para un dramaturgo principiante



Introducción:
Ocasionalmente a todo dramaturgo alguien preguntará ¿Cómo escribir una pieza de teatro? La respuesta parecería simple. No es así.
Para nosotros escribir teatro es algo tan natural que lo hacemos desde un mecanismo interior que nos resulta “mecánico”.
Sin embargo, mi experiencia corrigiendo textos teatrales (hasta de intelectuales connotados que intentan ser dramaturgos, pero que al parecer no tienen ideas de la estructura que demandan las obras de teatro), me indica que hay serios problemas en ese sentido. 
Esa estructura es imprescindible ya que, prácticamente, se convierte en un código escénico.

Como un aporte a los interesados brindamos esta premisas sencillas que servirán de mucho a los que se inician. 


Estructura básica:
Las obras vienen divididas en actos (muchas tienen solamente uno), los actos en cuadros y los cuadros en escena (que se determina con la salida o entrada de un un personaje).

Estructura física:
Las obras de teatro son dialogadas. Tienen acotaciones y algo un poco más complejo que llamamos condiciones dadas.
Generalmente las acotaciones se presentan en un formato diferente (entre paréntesis, en mayúsculas, cursivas, negritas, etc.) al de los diálogos. Así los futuros lectores y realizadores teatrales no podrán confundirse.
Usualmente los dramaturgos inician la pieza dando instrucciones panorámicas sobre los personajes, escenografía, vestuario y hasta luces. Pero advierto que no todos siguen este patrón formal.
Los nombres de los personajes aparecerán en mayúsculas o en un formato que demuestre claramente su condición. Cuando su nombre es citado dentro de un parlamento se siguen las reglas gramaticales normales.

Dos tipos de acotaciones en mi obra “Obsesión en el 507”:
UNA LUZ EN MOVIMIENTO NOS MUESTRA INTERESANTES DETALLES DEL INTERIOR DEL APARTAMENTO 507: FOTOS DE ACTORES Y ACTRICES FAMOSOS, CARTELES DE PELÍCULAS, UNA CÁMARA DE VÍDEO EN SU TRÍPODE, DOS SILLAS DE DIRECTOR DE CINE, UN MEGÁFONO, DOS TELEVISORES GRANDES, DOS MONITORES DE CINE, DOS CATRES EN EL CENTRO, UNA MESITA CON DOS TELÉFONOS DISTINTOS Y UNA MESA DE COMER PARA CUATRO PERSONAS.
BLANCHE: (ESTALLA EN RISA. ABANDONA SU PAPEL DE POLICÍA.) ¡Te engañé!

Las condiciones dadas son especificaciones que hace el autor, dentro de los parlamentos, sobre personajes o aspectos de la escena.
LUCRECIA: Siempre estás buscándole la quinta pata al gato. Ciertamente me llamo Lucrecia, pero quien es Borgia aquí eres tú.
BLANCHE: Sin embargo, la que tiene su obsesión con los venenos no soy yo, no. ¿Qué estabas viendo en la tele?
LUCRECIA: “El lado oscuro del corazón”.
BLANCHE: ¡Pero otra vez! ¿Qué? (IMITANDO A UNA ARGENTINA.) Hija, ¿planificas envenenar a Subiela?

Los personajes:
Como lo único realmente imprescindible en el teatro son los actores es importante que el dramaturgo precise bien el perfil de los personajes de una pieza teatral. Estos son los seres que llevarán toda la trama, todo el mensaje y los objetivos de la obra. Serán tanto como demande la pieza.
Los dramaturgos cuidarán siempre de no traicionar a sus propios personajes. Luego de ser “creados” ellos tendrán comportamientos específicos, ademanes propios y emociones particulares.
Todo dramaturgo debe procurar que las acciones que ejecutan sus personajes correspondan con la sicología que él les ha construido. Después de esto los personajes adquieren cierta “independencia”.
Conozco obras de teatro donde los personajes en algunos parlamentos asumen posiciones sociales, políticas y filosóficas que no les son propias. Estas corresponden, más bien, a conceptos del dramaturgo, que en este caso debió incluirse él mismo como personaje.

Parlamentos y acciones de los personajes:
Los parlamentos son las palabras que el dramaturgo asigna a sus personajes. Estos deben estar acorde, como ya hemos dicho, a las características de los mismos.
El diálogo continúo, excepto en los monólogos, es lo usual dentro de una pieza. teatral. Cuando un personaje se explaya explicando una situación a ese parlamento llamamos soliloquio. Efecto que tiene que ser administrado cuidadosamente. Su proliferación puede hacer la obra lenta y pesada. El diálogo picado siempre ayudará al ritmo de la obra teatral.
Todo lo que los personajes realizan en el escenario se llama acciones. Estas (como enseñó Stanilavsky) deben ser “lógicas, coherentes y reales”.
Hay dos tipos de acciones: Físicas y sicológicas. El equilibrio de las mismas es vital en un buena pieza teatral.
Todas las acciones de los personajes deben dirigirse, directamente, hacia la Línea General, Línea Ininterrumpida (La trama o tema de la obra). 
 
La trama:
Es aquello de lo que trata la obra. Lo que ocurre. Los sucesos de la misma. Lo que cuenta el dramaturgo en su obra.
Todo lo que confluye sobre el escenario -¡Todo!- debe estar orientado a alimentar esta Línea General. Cuando acciones y sucesos no cumplen esta condición y parecen ir en líneas paralelas a la trama, esta se vuelve confusa y no atrapa a los espectadores.

Los hechos importantes:
El dramaturgo tiene que ir poniendo en su obra hechos transcendentes que de vez en cuando sacudan al espectador. De no hacerlo su obra será aburrida. Demás está decir que los hechos tienen que corresponder con la Línea General de la obra.

Tiempo y espacio.
Las obras ocurren en un tiempo específico (algunas veces los autores son anacrónicos adrede procurando cierto tipo de efecto. En este caso el dramaturgo debe tener una lógica que justifique su anacronismo).
Un buen dramaturgo sabe que los seres humanos no actúan igual ahora que en el medioevo, que nos comportamos diferentes en el crudo invierno y en el caluroso verano, que variamos los comportamiento entre noche y día.
Las escenas transcurren en un tiempo teatral que la mayoría de las veces no tiene relación con el real.
Las piezas tienen su propio espacio vivencial. Ocurren en España, Rusia, República Dominicana, Puerto Plata, San Pedro; etcétera. Este hecho determina características singulares en los personajes.
En la realización escénica las obras ocurrirán en un escenario específico, con una o algunas escenografías. (Ciertos experimentos teatrales muestran varios espacios en el edifico en que se presenta la obra). El autor teatral tomará muy en cuenta las limitaciones de espacio que tiene el teatro.
Cuando algunos narradores escriben teatro tienen a olvidar estas limitaciones y hacen que sus personajes transiten tanto, que más que una pieza teatral escriben un guión de cine. 
 
Convencionalismos teatrales.
-El más notorio es el de los apartes. En ellos los personajes dicen parlamentos que los demás personajes, supuestamente, no escuchan.
-Una coma determina un inflexión.
-Tres puntos es una pausa muy breve.
-Una pausa es un corto silencio.
-Un silencio es un tiempo más largo sin palabras; pero siempre con acciones.
-Para muchos el teatro completo es un convencionalismo cuyas “verdades” son simplemente escénicas.

Lenguaje y estilo.
Las piezas teatrales definen su propio lenguaje. Este dependerá de los objetivos que persiga el autor, de la época, del país y los personajes.
Aparte de los estilos literarios tenemos en el teatro: tragedia, drama, comedia, sátira, melodrama, paso, entremés, auto, etc. 
 
El conflicto:
Para mi la célula madre del drama teatral es el conflicto. Aprendí de Octavio Paz que la gran literatura no es la que presenta al ser reconciliado consigo mismo, sino con el alma hecha jirones.
En este sentido los personajes tienen que entrar en contradicción con alguien o algo en el escenario. La intensidad de esas contradicciones hará más o menos interesante la pieza teatral. Manejar esta dialéctica es lo que nos convierte realmente en dramaturgos.
Debemos tener cuidado con los personajes históricos. No podemos presentarlos en el teatro en una sola dimensión (la que ya le asignó la Historia en su condición de héroe o heroína).
¡No! Ellos, como humanos, no son “químicamente” puros. Tienen pasiones como todo el mundo.
Si no las tienen, si no tienen conflictos (O no nos atrevemos a escribirlos) no nos sirven para ser llevados al teatro. Hagamos entonces con ellos un buen documental.

Texto Literario y Texto Dramático:
El Literario es el que escribe solamente el autor teatral. Empero, este debe saber que su texto será representado por otros: Directores y actores.
Precisamente es a estos a quienes corresponde convertir ese Texto Literario en un Texto Dramático, que es el que llega directamente a los espectadores y, desgraciadamente, también a los críticos y criticones.
¡Corran! ¡Telón! 

Nota: Un truco. Yo acostumbro a escribir primero un especie de cuento de unas mil quinientas palabras.  En este cuento narro la historia completa que luego formularé como obra de teatro. También hago un esquema literario con los nombres o características de las escenas que incluiré en la pieza en construcción. Les doy estos "atajos" pero no lo digan por ahí.

G.C. 

miércoles, 28 de octubre de 2009

Cine Dominicano


¡Cortos criollos en Europa!


Los incasables e invencibles Félix Germán y Peyi Guzmán, sin muchos escándalos ni aspavientos, realizaron cinco cortos fílmicos sobre cuentos de Juan Bosch.
Tres de estos auspiciados por el Banco de Reservas: “Los Amos” (dirigido por Peyi Guzmán), “Todo un Hombre” y “La Bella Alma de don Damián” (dirigidos por Félix Germán). Los otros dos cortos fueron patrocinados por la Comisión de Efemérides Patrias e Indotel: “En un Bohío” y “Luis Pie” (dirigidos por Félix).

Invitados estos dos cineastas criollos por La Casa de las Américas de Barcelona (Coordinación realizada por Henrriete Wise), exhiben en estos momentos los cortos en Barcelona y Lisboa.
Las informaciones que nos han llegado reportando las actividades realizadas son muy halagüeñas. Las fotografías hablan por sí solas.

¡Tremendo éxito!







De allí irán directamente con sus realizaciones cinematográficas a Francfort, París y Estocolmo; para finalmente regresar a mediado de noviembre, amenazando ambos con venir inmediatamente, desde el avión, a cenar a nuestra casa. Me han prometido contar los pormenores del viaje en detalles. Pero... en todos sus detalles. ¡Todos!








Como no somos baúles de nadie ya les contaremos las historias, y seguramente hay muchas, a los lectores de este blog cultural... y algo chismoso.
Qué gran iniciativa la de nuestros dos amigos: difunden la cultura nuestra a través de la cuentística de Bosch y muestran lo que somos capaces de hacer en el cine si hay apoyo.
Como conocemos bien a estos dos inquietos artistas dominicanos les adelantamos que esos cortos forman parte de otros proyectos grandes que, apostamos peso a morisqueta, están gestando. (Ya estoy viendo el truño de algunos envidiosos.)
Se me antoja que serán muy buenas contribuciones a la consecución de un verdadero cine nacional. Tenemos tanto contenido temático que para hacerlo no necesitamos de payasadas ni de payasos.
Pasión Cultural felicita y aplaude calurosamente a estos dos buenos amigos que pasean hoy por Europa una significativa muestra de la mejor cultura de aquí.

¡Oigan la bulla!

lunes, 26 de octubre de 2009

Humor con Pasión


En el mundo del teatro

UNO:
Una pregunta tonta: ¿Por qué los actores se desviven para ser reconocidos y cuando lo logran se ocultan tras unas gafas?

DOS:

Ayer me hicieron un propuesta insólita. Se me acercó Exmin Carvajal para contratarme como director de una obra de teatro. Me comentó que la escenografía sería algo simple. Solamente habría en el escenario un gran cartel con dos hombres tomados de la mano. ¡Raro!- Le dije a Exmín. -No tanto- Me respondió. -Lo que pasa es que la obra se llama "Portergeis"-
TRES:

El domingo 25 de octubre, luego de la presetación de "Orquesta de Señoritas" fui con el actor Víctor Pinales, la actriz Karina Noble y el comunicador Onorio Montás al Boga-Boga a tomar unas cuantas "frías". Karina contó que había hecho el casting para un anuncio donde ocurrió algo francamente notorio: Un actor nuestro, de indiscutida calidad, rechazó trabajar el en un comercial (de Pepsi) porque él era fiel... a la coca.

CUATRO:

En el libro Guines los Directores de Teatro aparemos con un record nada envidiable: Somos los seres humanos cuyos corazones son más apreciados para trasplantes. ¿La razón? Porque tienen poco o ningún tiempo de uso.


CINCO:
Hay un actor muy conocido en teatro dominicano (Asegura que él es tan bueno que hay que decirle el Emperador de nuestro teatro) que te recibe generalmente con una grosería, seas hombre o mujer, Los chistes que hace son de muy mal gusto siempre. No le importa si hay una dama educada para hacer una de sus "cosas". Pues resulta que hace unos días, me contó Germana Quintana, que este actor fue al teatro "La Máscara" a saludar y se cayó estrepitosamente cuando intentaba subir al escenario. Lidia Ariza, herida gravemente por la risa, preguntó: ¿Emperador, esta es la Caída del Imperrio Marrano?

SEIS:

¡Las cosas de Basilio Nova! Este artista prácticamente me obligó a ir a ver una otra de Teatro Grupal. Empezó la obra... que apenas duró unos minutos. En escena apareció el actor Ernesto Báez, se sonó la nariz y murió frente a todos los espectadores. Entró, entonces, el actor Amaury Pérez, miró a los espectadores, se sonó la nariz y cayó muerto en el escenario. Finalmente entró el actor Vicente Santos, se miró a si mismo, sonó también su nariz y murió sobre el escenario. ¡Fin de la obra! ¡Todos aplaudieron el trabajo hasta el delirio! Yo no. Cuando salimos de allí fui con Basilio al Mesón de Bari procurando una necesaria copa de vino. Entonces pregunté: ¿Qué es esto que acabamos de ver? Basilio respondió seriamente: "Los Sonetos de muerte".

SIETE:






Conozco muy bien al actor y director teatral Carlos Espinal; pero no sabía que él era, también dramaturgo. Me enteré esta mañana de eso. Después de disculparse por dejarnos plantados anoche, me contó que escribió, dirigió, produjo y presentó una obra donde Carlota Carretero y María Castillo vestidas de monjas aparecen en una escena jugando a las cartas. En una segunda escena las que aparecen, vestidas de mojas y jugando a las cartas, son Karina Noble y Olga Bucarelly. Luego, en una concluyente tercera escena, aparecen vestidas también de monjas y jugando a las cartas Elvira Taveras y Viena González.
¡Qué elenco! ¿verdad? Pero lo sorprendente realmente era el título de la obra: "¡Partida de madre!"

OCHO:

Pasión Cultural es, entre tantas cosas, un medio para difundir y promover las actividades escénicas del país. En ese sentido les brindo una primicia: Mario Lebrón y Teo Terrero (Los mismos del "Método...") producirán una obra cuyo protagonista será Fausto Mata. En la fotografía que utilizarán para promoverla aparece Fausto, con sus orejotas y cargando un recién nacido. Les pregunté por qué eligieron esa foto. -El título del evento teatral nos obliga- Respondieron en coro: "El Retoño del Jedy"

NUEVE:
Esto ocurrió hace ya unos años: Un actor llamo a la oficina del Teatro de Bellas Artes y pidió hablar con el Director.
- "Lo siento, el Director acaba de morir", le respondió la secretaria.
 El actor volvió a llamar 25 veces más, obteniendo siempre la misma respuesta de la secretaria. Al final ella, un poco molesta, le preguntó por qué seguía llamando si ya le había dado la fatal noticia.
 -"Porque me gusta oírla", contestó.




jueves, 22 de octubre de 2009

Ángel Hache y la Reina Mab

 

Ángel Haché y El Velo de la Reina Mab
Por Sabino Torres


"Cada uno de los discursos concluye en el “yo” del artista que se lamenta de la imposibilidad de realizar su obra, siempre en lucha con el mundo, con la sociedad y consigo mismo"
Teresa Martín Tafarell


Recientemente tuve el honor de ser invitado a presenciar un documental que da cuenta del trabajo actoral, tanto en teatro como en cine, de uno de los mejores actores de todos los tiempos en la escena nacional. De lo acucioso, del rigor que imprime a todo lo que hace este artista plural, de la forma que va adquiriendo el carácter del personaje a representar, desde el trabajo de mesa hasta la puesta en escena. De las aportaciones al personaje, a partir de las experiencias previas, y su consecuente maduración. De la valía de la actuación de Ángel Haché por espacio de media centuria y más recientemente por su trabajo como director teatral asociado al grupo Teatro Orgánico nos hablan, en el susodicho trabajo, con palabras de profundo respeto y admiración sincera, cuatro de las primerísimas figuras de las tablas nacionales: Rafael Villalona, María Castillo, Augusto Feria y Delta Soto; todas ellas voces más autorizadas que la mía. Mas no es esa consabida virtud suya la que nos ocupa, el punto medular de esta reflexión consiste, más bien, en la necesidad de hacer una lectura atenta del final de su discurso fílmico, el cual cierra con una sentencia terrible “merde, beaucoup de merde1, expresión de realización prosódica imperativa, que desdice de la rancia tradición del teatro occidental que acuñó varios eufemismos permeados, en la generalidad de los casos, por la ironía, pero que siempre se los apreciaba en tono desiderativo.


A lo largo del documental, inserto en su corpus, hace aparición un personaje pletórico de exquisiteces, el que con un discurso propio se campea por los grandes géneros que nos ha legado la Grecia de Esquilo: la tragedia y la comedia. El personaje de marras es un mimo, y conforme avanzan las tramas: su trama, la del documental; va poniéndose y quitándose las máscaras, según acontezca que amerite(n) la(s) historia(s), hasta que al final, el desdoblamiento es tal que nuestro actor se apea de la máscara (sale de la(s) historia(s)) y nos quedamos con la singularidad de un personaje poliédrico de enésimas aristas: el sujeto biológico, resolviendo el conflicto a la mejor manera del genial Marcel Marceau de El fabricante de máscaras. Pero para apoderarnos un poco de las claves que nos permitan hacer de este ovillo algo inteligible; debemos abocarnos a la teoría de Henri Meschonnic, poeta, traductor y teórico francés que en su libro “Crisis del Signo: política del ritmo y teoría del lenguaje nos advierte que en un sujeto biológico (desterrada toda noción de individuo) cohabitan más de una docena de sujetos2, dentro de los cuales puede distinguir: el sujeto filosófico, el sujeto psicológico, el sujeto de la dominación de los otros, el sujeto de la felicidad, el sujeto del derecho, el sujeto de la historia, el sujeto de la lengua y el más importante para nosotros -el que nos concierne- el sujeto del arte.


La génesis de la expresión habrá que buscarla en una costumbre supersticiosa muy arraigada todavía, que ha gravitado en el teatro desde antaño. El origen es muy vidrioso, aún así nos prestamos a enumerar las versiones con que vox populi se ha contentado. La primera y más socorrida versión sustenta que antiguamente, en París, sólo podían asistir al teatro las personas de clase adinerada y que los mismos acudían al teatro en coches tirados por caballos, ergo si a la puerta del teatro se apreciaba gran cantidad de excremento, significaba que el teatro estaba lleno, lo que se traducía en tener éxito y su consiguiente beneficio económico. Otra versión, menos socorrida, pero más lógica por aquello de que “el dinero mueve al mundo”, afirma que el origen de la dichosa expresión está asociado a los artistas itinerantes de la Edad Media que se desplazaban en sus carromatos de pueblo en pueblo, si al llegar a uno veían en la entrada de éste mucha mierda, eso les hacía inferir que en el mismo se estaría celebrando una feria, un mercado y por esta razón entraban, presentaban su espectáculo y se marchaban, cuando el destino les cruzaba con otra caravana, entre ellos se deseaban mucha mierda al llegar al pueblo próximo. La tercera y última versión que tiene como escenario a Francia sugiere que el origen de la expresión está asociado a la obra Ubú Rey, representada en París en 1896, en el Théâtre de L´Oeuvre. Representación que escandalizó a la sociedad de entonces y cuyo estreno fue suspendido varias veces por los abucheos de los que se sentían ofendidos; ya que la obra está plagada de un cúmulo de improperios, de hecho la misma comienza con un enfático ¡Mierda!.


Habré de hacer constar que sólo las expresiones (merde; merde, merde), son originarias del país galo; no así la superstición misma y el hecho de utilizar una fórmula eufemística que se despoja de todo tipo de denotación para connotar desiderativamente lo contrario de lo que pronuncia. Así la expresión inglesa “break a leg”, equivalente del artificio francés, tiene su origen a principio del siglo XVII en Inglaterra. Si la representación complacía al público, éste lanzaba al escenario monedas a manera de propina, por lo que se deduce que los actores se arrodillaban para recogerlas. Cuanto más dinero arrojaban más tenían que flexionar sus rodillas y por eso entre ellos se deseaban antes de salir a escena que se le rompiera una pierna. Recuerdo que en el film biográfico Chaplin de Sir Richard Attenborough, hay una escena en que Geraldine Chaplin (hija de Charles Spencer Chaplin) interpretando a su abuela, como actriz de un teatro de variedades londinense, no logra conectar con el público que se siente decepcionado y comienza a arrojarle todo tipo de cosas. En esta situación, Charles, que a la sazón no contaba con más de 6 años; sale a escena, armado sólo con la gracia propia de su tierna edad y la predestinación con que el destino lo había signado, divierte al público que complacido le arroja monedas en señal de aprobación. Traigo a colación este pasaje porque es un ejemplo fidedigno y está ampliamente documentado como la muestra primigenia de lo que más tarde se convertiría en el más afecto de todos los vagabundos: Charlot.


De momento, el atento lector se preguntará ¿A qué viene todo esto? Por mi parte debo decir que muy lejos de tomar al texto como pretexto, hemos esgrimido algunas consideraciones y comentado unas que otras notas curiosas, a los fines de poder encontrar las puntas del ovillo y amarrar este discurso que precede, al título que motiva estas líneas, a saber: Ángel Haché y el Velo de la Reina Mab.


En El Velo de la Reina Mab3, Rubén Darío (o mejor, el sujeto del arte y en éste, el sujeto de la escritura) nos presenta un cuadro en que la reina Mab escucha las lamentaciones de cuatro hombres no conformes con el reparto que habían hecho las hadas entre los mortales. A cada uno le había tocado por suerte: una cantera, el iris, el ritmo y el cielo azul. Se quejaba el escultor de su pequeñez para alcanzar sus sueños de belleza ideal, cuyo modelo se había fijado en Fidias. El pintor reconocía haber pasado por todas las escuelas, y lamentábase a su vez de la imposibilidad de vivir de la pintura, hasta el punto que había considerado pintar “el cuadro que llevaba dentro”. El músico era conocedor de todas las sinfonías, desde “las liras de Terpandro hasta las fantasías orquestales de Wagner”, aún así sólo veía como destino la celda del manicomio y, por último el poeta que se regodeaba entre los secretos del verso, buscaba el ritmo ascendente hacia la luz, pero le abrumaba el hambre y la miseria. Entonces la reina Mab tomó su velo azul, el velo de los sueños que hace ver la vida color de rosa y envolvió a los hombres. Los cuales dejaron “de estar tristes porque penetró en su pecho la esperanza, y en su cabeza el sol alegre, con el diablillo de la vanidad, que consuela en sus profundas decepciones a los pobres artistas”. El desánimo, la incomprensión, la angustia, la desesperación, son los sentimientos que predominan en estos discursos; todos sienten el desaliento del artista marginado, no valorado por la sociedad. Y qué otra cosa, sino ésta, ha pasado con nuestro Ángel Haché, quien ha tenido que darse a la tarea de escribir el guión, musicalizar, dirigir, y producir un documental que habla de sí mismo. ¿Acaso no están llamados otros sujetos a realizar esta tarea? ¿Dónde estaba el sujeto de la dominación de los otros? ¿Dónde estaba el sujeto del conocimiento de las cosas? Muy a pesar de ellos, tenemos en este digno documental la justa valoración de ese primerísimo actor que nos despide con un desmitificado merde, beaucoup de merde.


Gracias a Ángel, por habernos regalado la exquisitez hecha mimo. Gracias por, en vez de desearnos mucha suerte, habernos mandado a todos ¡a la mierda!










Ángel Haché (2)



ÁNGEL HACHÉ
Por Augusto Feria


Durante 1962 y parte del ’63, una de mis rutinas era sintonizar “Radio Santo Domingo TV los domingos a las 8:00 PM. No podía perderme el refrescante programa “Cita con la Juventud”. En él trabajaba un joven actor que era uno de mis favoritos: Ángel Haché.


Como me llamaba la atención el teatro, cada vez que me enteraba de alguna presentación buscaba la manera de ir a verla. El “Grupo Artístico Cita con la Juventud” presentó “Abajo los Curas” de Freddy Ginebra, en el Colegio De la Salle donde estudiaba. Allí pude volver a admirar aquel actor delgaducho, con la cara llena de cicatrices causadas por el acné, que se destacaba con esa incipiente fuerza interior. Luego fui espectador de “En la Ardiente Oscuridad” de Antonio Buero Vallejo dirigida por Luis José Germán (Niní). La calidad del equipo esta vez era obvia, una dirección profesional, unos actores con mejores posibilidades, un nuevo grupo: “La Máscara”. Ese día, el espectáculo, las actuaciones, marcaron mi inclinación; la trocaron en algo más palmario.


Finalmente lo conocí de manera personal en la vanguardia del movimiento teatral, de él fue la idea de “Casa de Teatro”, la comunicó al director teatral Rafael Villalona, otro visionario sin faltriquera de dónde echar manos; luego aparecería Freddy Ginebra, quién saltó al vacío, endeudándose hasta el cuello. Así se inauguran en 1974, “Casa de Teatro” y nuestra primera pugna escénica; salimos bien librados, frente a las duras exigencias de Villalona, quien contribuyó purificando la alquimia que apenas nacía entre los dos. A partir de ese momento, los encontronazos se repetirían por años.


En 1980, trabajamos en “La Cruz de Tiza” una de las obras breves de “Terror y Miserias del III Reich” de Bertoldo Brecht, como la dirección respondía a otra escuela de actuación, como polos contrarios de un imán formamos un equipo; nuestro trabajo en la búsqueda de los objetivos, las condiciones dadas, el necio ejercicio de hallar dentro del texto su verdad, la investigación histórica, incluso más allá de los ensayos, imponiéndonos tareas fuera del propio entorno, dieron sus resultados: “…no hay duda de que la yuxta entre el soldado alemán… y la impotente ironía del obrero – Ángel Haché – comunicó a la escena los acentos de mayor dramatismo.”


De nuevo con Rafael Villalona en 1993, en “La Secreta Obscenidad de Cada Día” de Marco Antonio de la Parra. Esta vez la experiencia fue todavía más completa, habida cuenta de que contábamos con un director acucioso, de claros objetivos, que maneja los hilos de su profesión a la perfección, quien permite la unificación de criterios, donde los modos de ver se discuten, para obtener resultados acabados: “… Juntos… forman un espectáculo delicioso, una pareja que aúna patetismo y dramatismo, ironía, nostalgia y ácido humor”. “…Y Sigmund - Ángel Haché sorprende tal vez aun más. Aclaremos que no se trata de una comparación cualitativa entre dos interpretaciones excelentes. Es que asistimos a una auténtica metamorfosis, a la (re) presentación de un personaje antítesis de su intérprete… que lo hace tan verosímil”. (Marianne Tolentino) Pudimos manejar nuestros personajes, moldeándolos a la perfección, escrutándonos, para ver que había de nosotros que encajara con ellos, entrelazando nuestros caracteres…. Él se siente orgulloso de haber podido cantar un pequeño dúo a capela. Este actor que no entona nada, quién había tenido que abandonar varios papeles importantes por ésta dificultad, ese breve momento, es para él estelar.


En el 2006 presentamos “Un Enemigo del Pueblo” de Enrique Ibsen, una experiencia totalmente nueva en nuestra relación, donde conozco a un Ángel, esta vez director y actor, colérico, airado – le decía el Gugu Furioso – donde la impotencia, lo lleva a explotar constantemente, cuando ve la falta de apoyo hacia nuestra profesión, desde los sectores oficial y privado, incluso hasta la mano solidaria de amigos; cuando tiene que lidiar con actores nóveles que difieren en grado de preparación, talento, disciplina, cultura. Donde el de mayor posibilidades, cambia su pobreza de espíritu, por señales visibles de que se le habían subido los desperdicios a la cabeza, sin comprender el método, buscando encontrar el camino hacia la interpretación correcta, por los vericuetos más disparatados y ajenos; que en lugar de ser humilde, ordenado, es irrespetuoso, arrogante; luego de un nuevo percance, ¡en escena delante del público! Ángel cortó por lo sano. Adaptó el texto en cuestión de horas, sacando del reparto al presuntuoso actor, ¡borró el personaje! Como el público no se entera de lo que pasa en escena, los resultados fueron los esperados: “Un Enemigo del Pueblo” es una obra de teatro bien hecha, por su composición dramática y su planteamiento dialéctico entre la razón y la fuerza, la honestidad y la hipocresía. Trasciende en el tiempo y se convierte en un clásico, sus postulados son tan válidos hoy como ayer…. Haché asume en su ánimo el estado del personaje, adoptando gestos, movimientos y entonación que convencen, como convencido está de su verdad, la defiende hasta las últimas consecuencias”. (Carrmen Herdedia)


Puedo hablar eternamente de este artista profesional, disciplinado, talentoso… pero quisiera decir algunas cosas del hombre: serio, de una sola pieza,… una sola mujer; sobrio, terco; turco, cuadrado, difícil de doblegar, necio unas veces, otras, impertinente. Defiende sus ideas con pasión, con estoicismo. Por su actitud indomable, ha tenido varios inconvenientes con políticos de todos los colores y de todos los tiempos, quizás el más notorio por el resultado, fue la encerrona que le armó un ejecutivo cultural. Llevándole como si fuese al patíbulo; la habitación llena de gente, por aquello del bulto, él flamante, estoico, erecto, rodeado de escoberos, pletórico de altanería y macroglosia politiquera; para terminar demacrado, queriéndose ir a los puños, por la férrea actitud de un ángel impoluto.


Me ha enseñado mucho, con su filosofía de vida. Hace poco lo llamé por teléfono, Elsa me dijo que estaban pasando por un momento muy difícil, a poco, en medio de un caos y traspasos de mano, lo escuché decir con jipíos, llorando a mares, que había muerto esa mañana,… su gatico…. En otros tiempos, se me habrían abierto los esfínteres de la risa. Como artista, con todo se interrelaciona, lo estudia profundamente, hasta conocer lo más mínimo, lograr ser el alma gemela. ¡Ha conseguido ser el hombre de Vitrubio!.... He intentado seguirlo, aunque confieso que no he podido acercarme. Por ejemplo, he tratado de comunicarme con los animales como él lo hace, lo he logrado a medias, a mi perro cuando le hablo, ya me entiende perfectamente, me obedece, hace lo que le digo, ¡pero no he podido conseguir lo que Ángel Haché ya ha logrado!, puesto que cuando el perro me habla a mí… ¡les puedo jurar, que yo no lo entiendo nada!

Sobre Ángel Haché



Algunas palabras sobre “Ángel Haché en escena”
Iván García Guerra


Ángel Haché es Ángel Haché.
Y ahora mismo, con tal escueto, enigmático, perogrullesco y hasta tonto inicio, podría yo finalizar mi intervención en la amable trascendencia de esta noche.
Y es que es así: ¡él es él!
No recuerdo haber conocido materia tan inquietante en marco tan magro, y dudo que en lo que me queda por vivir encuentre nada parecido.
Es tozudo, obstinado, porfiado, tenaz, pertinaz, terco, testarudo; mas nunca resultará caprichoso si valoramos la razón de su empecinamiento. En su siempre frágil cuerpo esa reciedumbre de roca tiene una razón de ser: integridad; una virtud en peligro de extinción en nuestro país y, sí, en el resto del mundo; en nuestros tiempos y espero que no en los que vendrán.
Esta característica que quizás es lo más importante en su ya bastante larga biografía, sin quizás, es lo que más escozor puede producir en mucha gente.
Independientemente de certezas o no, defiende lo que cree, y lo hace con cierta firme inocencia que parece no aceptar opiniones. Y esa virtud, que alguien puede pensar defecto, la hemos comprobado en pocas personas: en un Duarte, en un Bosch, en… bueno, en ejemplos que de ser practicados, o al menos respetados, nos darían una perspectiva redondamente beneficiosa como sociedad y como nación; como parte de una humanidad que necesita mejorarse.
Por eso lo de la irritante desazón epidérmica. Porque, cuando se presenta un parámetro de difícil seguimiento, instintivamente es repudiado el inalcanzable modelo y es éste odiado, y hasta se trata por todos los medios de mancillarlo con poco creíbles pero insistentes falacias.
Mas, aunque en algún momento puede que esto le haya preocupado o molestado, estoy convencido de que, en caso de ser así, el asunto no le quitó minutos o apenas segundos a su tranquilo dormir o a su estar despierto y vigilante.
¡Qué alivio!... Siempre es remuneratorio actuar bien, y él lo ha hecho.
Puede que por eso éste nuestro Ángel no sea todo lo popular que debería ser; pero, afortunadamente, en cambio, es medularmente amado por los que hemos tenido la oportunidad de acompañarlo y comprenderlo.
Soy uno de ellos.
Somos hermanos en lo profundo de nuestras emociones. Y esto lo comprobé un tanto al leer el conciso prólogo de Augusto Feria, cuando habla de las lágrimas por la muerte de un gato, inexplicables para él. Se sorprende el sincero prologuista de que nuestro amigo llorara; pero yo quien, de paso, fui quien le regaló el hermoso animalito, he llorado no una, muchas veces, por la ausencia nunca completamente aceptada de esos hijos de cuatro patas con los cuales los dos logramos entendernos.
Y no sólo por eso: aunque a veces más estudiadamente diplomático, también yo padezco o disfruto de la obstinación por esos compromisos que nosotros mismos nos adjudicamos, e igualmente he ganado el provecho de no ser aprobado por los otros, los muchos otros.
Además, trabajamos varias veces juntos en tablas y frente a cámaras.
Compartimos la palpitante experiencia de “Marat Sade” cuando yo era el titular del “Teatro de Bellas Artes”.
Es uno de mis recuerdos confortablemente perdurables haber estado a su lado en la verdadera inauguración de Casa de Teatro cuando, dirigidos por Rafael Villalona, yo como el pirata Tifis, actué junto al prologuista Augusto que representaba el dentista, y con nuestro héroe de hoy como el burrero en “El Proceso por la Sombra de un Burro”, lírica y música míos.
Entre otras cosas, todavía queda por ahí un video con Delta Soto, él y yo, en “Pedido de Mano” de Anton Tchejov. ¡Qué acertada belleza!...
Y varios más.
Entonces y siempre, Ángel es alguien con quien, si amas tu trabajo, te sientes dulcemente bien compartiéndolo.
Quiso ser artista plástico, y lo es. Quiso ser hombre de teatro y lo es. Certera y verticalmente en ambos casos. Apartado en todo momento de modas o de búsquedas fáciles y bastardos favoritismos. Basta con ver uno de sus dibujos, o de conmoverse con su presencia escénica en una de sus meticulosas actuaciones para darse cuenta de que se está siendo testigo de algo auténtico, orgánico, irrepetible, ¡magistral!
Y la historia de esos logros y de su vida pública y hasta privada aparece en este libro escrito por Marianne de Tolentino, brillantemente como ella acostumbra.
Su auténtica actitud ante el arte resulta magníficamente descrita en sus páginas, es reforzada gracias a una serie de fotos a color que aparecen concienzudamente de tanto en tanto como jalones, en las cuales el rostro, desde una lejana inexpresividad de mimo, se va transformando en un ser humano el cual, pasando por expresiones de dolor o rabia, acaba desnudándose, regalándonos una amistosa y calmada, limpia y auténtica sonrisa de ser humano completo.
Eso es el “él” al que me referí al principio.
Resumiendo un tanto para poder terminar, Ángel Haché es excelente artista de la plástica y la escena y la pantalla, y por tanto, no cabe duda, resulta merecedor de una publicación de altura como ésta que hoy se pone en circulación. En esta objetiva y hermosa obra se alcanza a informar justamente su estatura, de manera fluida y amena.
Por otro lado, no puedo dejar pasar la ocasión sin comunicar mi opinión de que son especialmente importantes las publicaciones relacionadas con las artes escénicas, sus técnicas y cultores, ya que la bibliografía de ese renglón en la República Dominicana se acerca tristemente a la ausencia, y nuestro pueblo necesita conocer a sus grandes hombres, sin importar la actividad en que se destaquen.
Aplaudo en consecuencia la consideración y el aporte del Banco Central de la República Dominicana.
Y retribuyo la deferencia en nombre de Ángel, de Marianne, de Augusto, de Elsa (la compañera de siempre), y, sí, por qué no del mío también, al Gobernador de esta institución, Héctor Valdez Albizu, y al oculto factor José Alcántara Almánzar poro haber hecho justicia con un dominicano que lo merece.
Muchas gracias y buenas noches.



martes, 20 de octubre de 2009

La tumba de Lorca





No te conoce el toro ni la higuera,

ni caballos ni hormigas de tu casa.

No te conoce tu recuerdo mudo

porque te has muerto para siempre





Nota de
Pasión Cultural: Desde que se anunció que excavarían en el lugar donde probablemente habían enterrado a Federico García Lorca hubo un regocijo universal en los predios culturales. Sin embargo, aquellos que pensamos que lograr exhumarlo e identificarlo en la fosa común donde lo enterraron era motivo de celebración, recibimos un balde de agua fría al leer que los sobrinos de Lorca no deseaban que se realizara la búsqueda y mucho menos la posible identificación del cadáver. No entendimos la posición de los familiares del poeta granadino. Empero, al pasar los días la prensa española ha ido soltando informaciones y manejando docenas de conjeturas. En laopiniodegranada.es y elplural.con leímos unos artículos que nos parecieron, en este tenor, muy interesantes. Lo reproduciremos íntegros en este blog estrictamente cultural, desde luego con el toque gráfico que acostumbramos.



No te conoce el lomo de la piedra,

ni el raso negro donde te destrozas.

No te conoce tu recuerdo mudo

porque te has muerto para siempre.













No te conoce el lomo de la piedra,

ni el raso negro donde te destrozas.

No te conoce tu recuerdo mudo

porque te has muerto para siempre.




(laopiniondegranada.es)

ÁLVARO CALLEJA El lugar exacto donde reposan los restos del poeta Federico García Lorca, junto a las circunstancias que rodearon su detención y el papel que jugaron algunas personas relacionadas con su ejecución, sigue siendo, casi 73 años después, uno de los principales misterios. Muchas aristas sobre su muerte siguen perdidas entre brumas.

A falta de días para que se inicien los trabajos de exhumación, se reabre el debate sobre el lugar concreto donde enterraron el cadáver del poeta junto a los del maestro de Pulianas, Dióscoro Galindo, y los banderilleros anarquistas Joaquín Arcollas y Francisco Galadí.



Era previsible. Incluso la propia consejera de Justicia y Administración Pública, Begoña Álvarez, reconocía hace unos días como algo "normal" que surgieran "hipótesis y especulaciones" en torno al lugar de enterramiento, sin que ello fuera a alterar la "hoja de ruta".



Esa hoja de ruta pasa por iniciar la excavación en las inmediaciones del olivo próximo al monolito del parque de Alfacar que se construyó en memoria del poeta.



Fueron este lugar, junto al paraje del Caracolar, en Víznar, los dos emplazamientos posibles que la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica (AGRMH) hizo constar el pasado año en su solicitud de exhumación que trasladó al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón a petición de los descendientes de Francisco Galadí y Dióscoro Galindo [familiares de este último se han desmarcado de la postura de una de las nietas y a día de hoy son contrarios a la apertura].



Los representantes del colectivo granadino de la Memoria Histórica, que suscribirán el próximo viernes el convenio con la Consejería de Justicia, la Diputación y el Ayuntamiento de Alfacar, apuestan por comenzar los trabajos en el parque.



Se apoyan en las investigaciones llevadas a cabo por algunos de los muchos historiadores que han buceado en las turbias aguas que desembocaron en el asesinato del poeta y sus compañeros de viaje.



El hispanista Ian Gibson y otros estudiosos han dado por bueno el emplazamiento del parque de Alfacar. El investigador irlandés basaba su argumento en el testimonio del enterrador, Manuel Castillo Blanco.



Sin embargo, el propio hispanista sembró dudas sobre el lugar de la tumba hace unos meses cuando admitió que la versión de uno de sus informantes, muy dado a la bebida, le había podido engañar mostrándole un sitio equivocado.



Otro lugar donde podrían encontrarse los restos de los cuatro fusilados se encuentra a poco más de 400 metros del lugar acotado por Gibson, en el término de Víznar, una tesis avalada por uno de los primeros que investigaron la muerte de Lorca. Agustín Penon, en su obra ´Miedo, olvido y fantasía´ que editó Comares gracias a Marta Osorio, sitúa en los años cincuenta la fosa en dirección al Camino del Obispo, en la zona del Caracolar. Fue crucial el testimonio de Valentín Huete García, que residía en las proximidades de La Colonia, una finca de recreo a las afueras de Víznar convertida en improvisada cárcel antes de que los prisioneros fueran ´paseados´.



Otro de los investigadores, Eduardo Molina Fajardo, director del diario ´Patria´ y autor del libro ´Los últimos días de García Lorca´ (Plaza & Janes), fijó también el Caracolar como lugar del enterramiento tras mantener una entrevista con Pedro Cuesta Fernández, miembro de las fuerzas al mando del capitán José María Nestares Cuéllar.



Por otro lado, el hispanista Gerald Brenan, que conoció a Lorca en vida, indagó también sobre su muerte en los años cuarenta. Sus investigaciones las plasmó en uno de los capítulos de su libro ´La faz de España´. Brenan fue directo al cementerio de Granada, en cuyos muros fueron fusilados en torno a 2.000 personas; pero, una vez allí, le dijeron que debía buscar en Víznar, uno de los municipios elegidos por la barbarie fascista para fusilar a cientos de personas.



Claude Couffon o Marcelle Auclair también intentaron arrojar luz, pero sus investigaciones se centraron en otros aspectos de su muerte.



En esa zona de sombras en la que siempre ha estado envuelto el asesinato del poeta, han ido apareciendo nuevas hipótesis como la posibilidad de que el dictador Francisco Franco hubiera permitido a la familia del poeta extraer sus restos a los pocos días de su fusilamiento para luego enterrarlos en la Huerta de San Vicente; o la versión de que fue enterrado en una finca privada fuera de Alfacar, en la avenida de los Mártires.



Un laberinto de rumores y medias verdades, a los que se les ha dado poco crédito y que hasta el momento no han servido para resolver el enigma que rodea la muerte de el poeta granadino más reconocido.

Porque te has muerto para siempre

como todos los muertos de la Tierra,

como todos los muertos que se olvidan

en un montón de perros apagados











No te conoce nadie. No. Pero yo te canto.

Yo canto para luego tu perfil y tu gracia.

La madurez insigne de tu conocimiento.

Tu apetencia de muerte y el gusto de su boca.

(andalucíaelplural.com)

La apertura de la fosa reaviva las leyendas

¿Dónde está Lorca?

Si todo marcha según lo planeado por los expertos, a finales de este mes se abriría la fosa donde yace, entre otros, Federico García Lorca. El misterio que ha envuelto a la apertura de su tumba y la negativa de la familia durante años a hacerlo ha alimentado la rumorología popular y se han estipulado distintas teorías a lo largo de los años. Ahora, todos los misterios podrían esfumarse si finalmente se hace público quién yace en la fosa

Una de las teorías que tiene más peso es la que defiende el periodista e investigador Fernando Guijarro, quien sostiene que, aunque Lorca fue enterrado en un primer momento en unos terrenos de Alfacar (los mismos que se están peinando con georradar) "su cadáver ya no está allí".

La familia pudo rescatar el cadáver

Guijarro se muestra convencido de que la apertura de la fosa demostrará que los restos del poeta no se encuentran en ese lugar. Según su versión, apoyada en testimonios de los vecinos de la zona, defiende que la familia desenterró el cuerpo días después del fusilamiento. El padre, además, pagó “300.000 pesetas de la época” para evitar el asesinato, aunque fue inútil. Esta versión podría explicar la reticencia de la familia a que se descubra el cadáver.

Movimiento de tierra

Un estudio del terreno, realizado por iniciativa propia por el experto en fosas Luis Avial, ha revelado la existencia de una fosa común con capacidad para seis cuerpos. Según el estudio, se aprecian cortes en los estratos de la tierra que sugieren movimiento en el terreno posterior al enterramiento. A pesar de los datos y la precisión de los equipos, Avial ha aclarado que se trata de "una aproximación científica".

Petición de los familiares

La intervención de la Junta en el proceso se inició a raíz de la petición cursada por los familiares de tres de los fusilados que supuestamente yacen en la misma fosa común que el poeta. Se trata del maestro republicano Dióscoro Galindo -cuya exhumación no será finalmente atendida por la Junta al existir opiniones contrarias en el seno de la misma familia- y de los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Arcollas.

Nuevos datos

Según se ha conocido recientemente, junto a ellos también podrían estar enterrados el inspector municipal de tributos Fermín Roldán y el restaurador granadino Miguel Cobo Vilches. Las familias de ambas víctimas se han sumado a la petición de apertura de la fosa.

La tristeza que tuvo tu valiente alegría.

Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace,

un andaluz tan claro, tan rico de aventura.

Yo canto su elegancia con palabras que gimen

y recuerdo una brisa triste por los olivos.