martes, 29 de junio de 2010

El "Café frío..." de Tony Raful.



 Nota: Tony Raful, recientemente elevado a miembro de la Real Academia de Lengua en nuestro país, es uno de nuestros más sólido y completo intelectual. Como ensayista quizás sea el más profundo y por su condición de gran poeta es, indudablemente, un taumaturgo de la palabra. Su enfoque de nuestra pieza "Un café frío en la calle El Conde", es una lección de crítica; (publicada hoy en el Listín Diario) que ante la voluntaria ausencia de críticas publicadas de Mariane de Tolentino, José Rafael Lantigua y Carlos Castro, es un bálsamo necesario para aquellos que aspiramos a dotar al teatro del marco teórico enaltecedor. Desgraciadamente esta crítica maestra del intelectual Raful es a una pieza del sucrito. Por eso temo que los malsanos de siempre (esos enemigos que peremnemente están presentes, como convenció Marguerite Yourcenar en su "Memoria de Adriano") asegurarán por ahí que digo esto por los elogiosos comentarios de Tony Raful a la obra que hemos escrito, producido, dirigido y presentado. El único mentis que puedo dar a la malquerencia que así se expresaría es la propia crítica, (confieso que algunas veces me ha sonrojado). Agradeciendo los elogiosos comentarios que he recibido de amigos como Rafael Villalona, Carlos Castro, Henry Mercedes, Claudio Rivera, Raúl Martin (diretor cubano), Carlota Carretero, Víctor Pinales, Mario Lebrón, Luis González Fabra, Lisette Selmam, Luis Manuel Aguiló y cientos de grandes personalidades nuestras; les invito a disfrutar la crítica de Tony.
Un café frío en la calle El Conde
                                                                             por Tonny Raful

 
Antoine Artaud creía que la imaginación era la realidad y que la realidad había que demolerla a través de lo que él llamaba el teatro de la crueldad. La representación de ese teatro tenía como objetivo desbordar toda consideración social de los valores consignados por los convencionalismos externos, provocar repulsión y lograr esa reacción sobre la base de los contrastes de contenido, articulando escenas de rechazo de lo manifestado como real, alterar la conciencia de los espectadores provocando en éstos expresiones  disfuncionales, asco por lo real y búsqueda a través de la imaginación de otros planos de realización vital. Artaud fue tan lejos como pudo y redactó “el teatro y su doble” donde revoluciona toda la tradición de la tragedia griega y le imprime a las corrientes de vanguardia del teatro moderno en la primera mitad del siglo XX un desafío conceptual y técnico. En gran medida Niestchez le transfirió filosóficamente el marco teórico en cuánta impugnación y búsqueda del sentido de lo heroico en las interioridades de la conciencia, pero Artaud prosiguió su propio camino en  una concertación misteriosa con una secta de indios mexicanos, los tarahumaras, que cientos de años antes que él estaban en disputa con la realidad, creando otra realidad, de la que no han salido jamás, inducida por el peyote y otras sustancias  o plantas alucinógenas.

Stanislavski, ese gran maestro ruso que transformó la actuación e introdujo la interactuación, la relación público-actor, la asunción de la representación del personaje como sentimiento vivo, como motivación personal, como fuente creativa, rompiendo con los moldes clásicos, no pretendió cambiar la realidad por la imaginación o diezmarla como rémora, sino abordarla como experiencia crítica. No hay ruptura  de planos en Stanislavski sino integración, el sujeto no es ajeno a la representación, vive como actor la realidad propuesta en la obra de teatro,  la incluye como  vida colectiva. He citado a Artaud como ejemplo de la negación absoluta de la realidad o de los fenómenos que integran la representación social; aunque víctima de la locura, éste endilgó siempre su demencia a un desvelamiento de la farsa de lo real como lógica convencional. Y he procurado en Stanislavski el molde de una integración de lo real emocional y creador que en su momento enriqueció el destino de la actuación.

Giovanni Cruz, probablemente el dramaturgo dominicano de mayor calidad y sentido creador de nuestros días, ha puesto en escena “Un café frío en la calle El Conde” durante la celebración del exitoso Festival de Teatro auspiciado por el Ministerio de  Cultura, evento dedicado al gran Rafael Villalona, una especie de actor fundacional de la implementación de métodos de renovación y cambio en el teatro dominicano, cuya estirpe humana alcanza valores paradigmáticos; y Danilo Taveras, teatrista de larga data, buen ser humano y de una vocación admirable al arte y la actuación. Cruz se ha propuesto no negar ni anular la realidad como se lo propuso Artaud, sino asumirla con destreza y espíritu crítico combativo, no procura en el teatro efectos de liberación del inconsciente para contrastar la escena  de lo representado como real, sino que denuncia con un manejo magistral todos los componentes que tipifican el orden social de lo vivido. Giovanni Cruz esta en desacuerdo con la realidad, pero no la niega sino que aspira a transformarla, poniendo en la conciencia del público el arma crítica de su desenmascaramiento, para él, no es lo real lo que  debe ser sustituido, sino la perversión de lo real, su injusticia, la manipulación social, la opresión humana. 

A diferencia de Artaud, Cruz usa los efectos especiales en el  teatro no para provocar vómitos, sino indignación; la repulsa en Artaud es fisiológica porque requiere romper todo nexo con la visual físico real. En Cruz la censura es selectiva, no sacrifica el consciente sino que lo activa, no huye hacia otras realidades virtuales o vegetativas sino que inclina el escalpelo y lo introduce en el cuerpo social para forjar valores de confrontación. Artaud emigra hacia la locura absoluta donde nadie lo podrá vencer, Cruz se posiciona en la conciencia como conquista y atributo significativo del desarrollo humano y social, y vuelca en la pantomima su visión cuestionadora logrando como Stanislavski integrarnos a nosotros, público heterogéneo, a un despertar crítico de rechazo a la alienación y el engaño.

“Un café frío en la calle El Conde”, muestra cómo el control de los medios de comunicación masiva, la dictadura mediática en una sociedad cualquiera, es capaz de transformar o cambiar a un ser humano en su contrario, cómo por un asomo casual que Camus llamaría absurdo, el personaje se ve envuelto en un drama que lo arrastra a representar todo lo que su propia vida niega; en la obra de Giovanni la burbuja mediática lo es todo, el ser humano, nada. Usando técnicas innovadoras, apelando a caracterizaciones notables, introduciendo el video, todo el andamiaje de sonidos y carteles, el miedo, la farsa. Una obra de calidad que es arte y resistencia, conciencia y mérito de un artista comprometido con su tiempo y la libertad.  

lunes, 28 de junio de 2010

Villalona visto por Augusto Feria


Nota: Augusto Feria fue el elegido para escribir y leer las ponderaciones oficiales sobre Rafael Villalona, hombre completo de teatro a quien se le dedicó el Primer Festival Nacional de Teatro en la República Dominicana. Hoy, casi al finalizar ya el Festival, publicamos las ponderaciones de Augusto sobre el destacado teatrero criollo.

Villalona tiene hoy varios motivos para estar contento: "Su" Festival ha sido un resonante éxito. Ni el infame Basilio Nova, a pesar de sus serios intentos anti éticos (el último lo protagonizó anoche al intentar humillar a la digna Compañía Nacional de Teatro, por cuyo honor el gran actor independiente Víctor Pinales salió radicalmente a pelear) ha logrado deslucirlo. Más aún: quienes han intentado escupir la sopa del inolvidable Festival han mordido el polvo de la derrota y se han desacreditado más de lo que ya estaban.
Pero Rafael Villaona tiene otro motivo muy especial para celebrar. Resulta que cuando fue esta semana a la Plaza de la Salud para el tratamiento que le siguen a su enfermedad, los médicos decidieron dosificar sus medicinas y el tratamiento ante el avance espectacular de su recuperación. Desde luego que no está ya sano. No. Pero cada día el disciplinado enfermo exorcisa los demonios que invadieron su sangre.

 ¿Viva Villalona y el teatro dominicano! (Creo que acabo de cometer un pleonasmo.)

 Ahora sí... leamos lo que es escribió sobre el destacado director teatral uno de sus grandes actores: Augusto Feria.
Expectantesy formales, estaban aquel día los compañeros de trabajo y de toda la vida;Rafael Villalona y Delta Soto, mientras escuchaban a César Olmos leer la DeclaraciónTeatral con que se inauguraba el grupo Nuevo Teatro, que sería para ellos suporta estandarte teatral por siempre. Ese 10 de enero de 1969, en la plazoletade La Atarazana, estaba muy consciente Rafael, a sus 26 años, del arduo trabajoque le esperaba para su futuro incierto. Apenas a un mes de su llegada deestudiar en el Instituto Estatal de las Artes Teatrales (GITIS, por sus siglasen ruso), de Moscú, en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS),conocido también como Instituto Lunacharski. Habían realizado una evaluación dela actualidad teatral dominicana y las perspectivas, no eran para nadahalagüeñas. El problema más grave tenía que ver con la infraestructura actoralexistente: “Evidentemente que el desprecio del teatro-tradicional-formalistapor las posibilidades expresivas del cuerpo humano, tiende a limitar al actor aun solo medio de comunicación: la voz”, decían en esa DeclaraciónTeatral. El plan, entonces, consistió en priorizar soluciones en un marco deobjetivos a lograr, a saber: dar a conocer el Método de Stanislavski enprimer lugar, para lograr la formación de nuevos actores y actrices, mediantemontajes y talleres; sus resultados presentarlos si fuera necesario, en nuevosespacios escénicos – a falta del comprometido escenario oficial –para obtener de esta manera, el nuevo público necesario para la nueva visión,de democratización teatral. Luego, en el camino, la dialéctica fueposibilitando la difusión del fenómeno teatral ampliándolo, al través de losmedios masivos de comunicación; después, con la descentralización de laformación y la difusión del teatro, llevándolo a las demás provincias delinterior, con las presentaciones de su grupo en particular y con lasrepresentaciones del teatro dominicano a nivel internacional.

Cincoobras de teatro, esencialmente, dan inicio a la labor de Rafael Villalona,figura señera de las artes escénicas dominicanas. “Pirámide 179”,de Máximo Avilés Blonda; “Los ojos grises del ahorcado”, de RafaelÁñez Bergés; “Pluff, el fantasmita”, de María Clara Machado;“Over”, de Ramón Marrero Aristy y “Vietnam hoy”. Con“Pirámide 179” obtiene el premio del público del  Festival deManizales, Colombia. Con “Los ojos grises del ahorcado”, logra unéxito impresionante en el movimiento teatral de la época, ganando en PuertoRico el premio al “mejor equipo actoral” otorgado por el SegundoFestival Latinoamericano de Puerto Rico, cuyos gestores fundaríanposteriormente el CELCIT, e iniciando la representación teatral internacional,como directivo en Santo Domingo de ese centro latinoamericano de creación einvestigación teatral. Como obra infantil consigue con “Pluff, elfantasmita” un éxito tan tremendo, que obliga a la crítico más importantede la época, María Ugarte, a retractarse de su comentario inicial; luego deasistir con su nieta –  de nuevo, a insistencia de la niña – y alver al través de la pequeña, las reacciones infantiles, comprendió que el findel deleite estaba dirigido a ese tipo de público, detalle este que no pudo ver,en la primera ocasión, escapándosele a su inalterable criterio adusto yprofesional. Con “Over” y  “Vietnam hoy” continúa  suplan inicial con el Teatro Universitario de la Universidad Autónoma de SantoDomingo (UASD), de dar a conocer el Método de Stanislavski; el nuevogiro estuvo en la aplicación de la creación colectiva para los trabajos, con lonovedoso de que los actores debían de llegar a los objetivos planteados por supropia vía, a falta de la jerga normalmente común del Método, que enesos momentos era desconocida en Santo Domingo; los actores debían utilizar lasterminologías, caminos y experiencias de las profesiones que estudiaban; era unverdadero teatro experimental, en la búsqueda de la verdad del Método,que dio frutos, pero no fueron satisfactorios y debía de profundizar.

Comoconsecuencia de los planes originales de difusión teatral, las circunstanciasparieron la posibilidad de hacerlo al través de la televisión, esto lo llevaríaa dos comprobaciones diferentes, en el tiempo y en el espacio; “Primerafila”, en 1973 y “Los dominicanos hacemos los clásicos” endos etapas 1978 y 1982, ambos en la emisora oficial canal 4. 

Mientras,entre una y otra experiencia en 1974, Villalona inauguraba la culminación de laidea original de Ángel Haché, Casa de Teatro – proyecto asumido porFreddy Ginebra – dirigiendo a su grupo Nuevo Teatro, en “Procesopor la sombra de un burro”, de Dürrenmatt, en el festival deinauguración. A partir de esta obra, logró la unificación de criteriosnecesaria, para tener en la enseñanza del Método un lenguaje común. 

Casade Teatro, vendría a ser la primera realidad triunfante, en la búsqueda de unespacio propio. Aunque, luego Nuevo Teatro se separaría de ella, ya Rafaelhabía realizado un intento anterior en un pequeño local en el Edificio Baquero,en El Conde esquina Hostos, luego de la desilusión de Casa de Teatro; realizóotro en la Hostos y Luperón, todos en la zona colonial de Santo Domingo. En eseúltimo local, dónde apenas cabían como sardinas en lata, cincuenta personas, seincentivó otra vez, la búsqueda de nuevos espacios teatrales con lasexperiencias de “La Boda”, de Bertolt Brecht y “Casa deMuñecas”, de Henrik Ibsen. Mientras “Casa de Muñecas” sepresentó en el cine Capitolio, “La Boda de los pequeños burgueses”hizo un periplo, además del Capitolio, que lo llevó a Las Ruinas de SanFrancisco, a la estación de bomberos de Los Mina, al Colegio Sagrado Corazón deJesús de Villa Juana, y otros múltiples lugares. Se habían experimentado ya, yse experimentarían más adelante, otros espacios; la Logia Masónica, elrestaurante Rincón Mexicano, parques, canchas deportivas, el Cinema Lumiere,clubes, siempre llevando su propuesta teatral para los nuevos públicos.

Luegode estas experiencias, Villalona, entra en una travesía nueva, trasladándosecon su familia a la Región Norte, para trabajar en el Centro de la Cultura deSantiago inaugurando el Teatro Popular del Centro (TPC). De nuevo al principalobjetivo: enseñar el Método de Stanislavski, esta vez echando mano al armaidónea del teatro popular y al apoyo total del CELCIT que le dio un abanico deposibilidades envidiable para cualquier movimiento teatral. Son triunfosnotables las obras teatrales “Las aceitunas”, de Lope de Vega y“El manto maravilloso”, de Lope de Rueda, que servirían para serentes multiplicadores adaptados, utilizándolos en talleres impartidos enbarrios, clubes, cárceles y diferentes comunidades de la región. Del TPC, cabedestacar los procesos de creación particularmente exitosos de “La lentemaravillosa”, de Emilio Carballido y “El rey clinejas”, deManuel Rueda. Después de todos estos lauros, pasó lo que sucede con todo lo quecae en manos de los políticos, luego de 4 años de éxitos inimaginables en ElCibao, que marcaron para siempre a todos sus protagonistas; todo se fue a la deriva.

En1986 la República Dominicana recibe por su venia, el premio internacional“Ollantay”, otorgado a su grupo Nuevo Teatro, mención grupo deteatro, concedido por el Centro Latinoamericano de Creación e InvestigaciónTeatral (CELCIT).

Finalmenterealiza el sueño de su vida, la construcción de un teatro pequeño en la calleSan Juan Bosco, que vino a ser su mayor éxito, por los resultados, de sucarrera hasta ese momento. Allí realiza los estrenos de “El pagador depromesas”, de Días Gómez; “El contrabajo”, de PatrickSüskind; “Buenas noches mamá”, de Marsha Norman; “1789 larevolución ha comenzado”, de Ariane Mnouchkine; “Maquiavelo ahoraes comedia” (basado en “La mandrágora”), de NicolásMaquiavelo; “El veneno del teatro”, de Rodolfo Sirera; “Lasecreta obscenidad de cada día”, de José Antonio de la Parra, así como elimpresionante montaje de “La noche de los asesinos” de José Triana;más otras actividades en las que participa como productor o actor, y algunasmás, dirigidas por María Castillo y Félix Germán, entre otras, da a esteproyecto teatral una calidad envidiable y no repetida hasta los momentosactuales. 

Para1992, logra armar un tinglado gigantesco, con “Opera merengue” – y lagenerosa ayuda de la UNESCO, que permitió que se pagaran los ensayos, tal vezpor primera vez – donde logra establecer contacto con artistas populares,clásicos, folklóricos; donde se genera una dramaturgia propia, dominicana, enbúsqueda del héroe escénico nacional. Acompañado todo esto de canciones detextos estupendos y música con arreglos pegajosos. Solamente faltó en esteespectáculo la comprobación del público crítico, para ir arreglando la cargapor el camino,  como también la integración absoluta de todos los factoresescénicos  involucrados, técnicos de producción, y la visión político culturalde las autoridades del momento, frente a una propuesta novedosa convirtiendo laexperiencia en un diamante echado a la basura.

Merecidaes por demás esta exaltación de Rafael Villalona como Gloria del TeatroDominicano, director acucioso y maestro de varias generaciones de actores, queal través  de sus trabajos exitosos y militantemente instructivos como“La voz humana”, “El daño que hace el tabaco”,“Tres historias para ser contadas”, “Proceso a un hombreloco”, “Los invasores”, “La opera de trescentavos”, “Las sillas”, “Un tranvía llamadodeseo”, “La guerrita de Rosendo”, “Hoy de hoy de milnovecientos hoy”, “Aquí no paga nadie”, “Elentierro”; instructivos tanto para los actores, que disfrutaban divertidosel proceso de ensayo, como para el público que se complacía con el resultadofinal, hacen de Rafael Villalona paradigma del teatro dominicano y universal.

Debemosterminar con sus propias palabras, que dan muestra de su permanentesolidaridad: “Siempre hemos sostenido que el teatro es una tarea deequipo. Por lo que a mí me toca, mal estaría celebrar, sin compartir. Esta seráuna exaltación del teatro independiente dominicano y de todos aquellos que consu talento, sus aportes y sacrificios han logrado colocar al teatroindependiente en los niveles de atención, incluso oficial, en el cual seencuentra hoy. Permítanme compartir y darles las gracias. Muchos aplausos porsiempre.”

actor Augusto Feria.

domingo, 27 de junio de 2010

La carta de Carlos

Nuestro querido amigo e intelectual Carlos Castro nos remite un carta donde él comenta los juicios simples de alguien que desde cierto Centro intenta abrogarse, sabrá Dios con cuáles intenciones, la autoría de una idea y una precupación que vengo escuchando, leyendo y personalmente formulando desde hace muchos años en el Teatro Dominicano. La falta de luces hace que el individuo en el Centro reflexione de manera pintoresca pero profunda sobre los asuntos que hoy preocupan a los hacedores criollos de teatro . Veamos la carta de Carlos y luego nuestro comentario.

Yo creo que el factor precio es un elemento en la no asistencia de público al teatro,  no el factor que determina la inasistencia. Existen otros factores como son: la calidad de lo que se presenta en los escenarios dominicanos, obritas que  no cautivan la inquietud de un público moderno, joven  y con mucha opción de consumo. El teatro dominicano no brega con nuestra problemática, y a excepción de algunos directores, la mayoría no conoce ni el oficio de dirigir bien a un actor. A esto se agrega, una política equivocada sobre el uso de las salas públicas donde César Suarez o Roberto Salcedo gozan de más beneficios que tu y Giovanny Cruz. No existe inversión seria  en publicidad.
Lo mejor sería para el hombre y la mujer de oficio, vivir de lo que hace, o sea cobrar bien.  
De la única manera que  la entrada al teatro puede ser casi gratis es si existiera una política pública que proteja al teatro y los teatristas como una actividad que deber recibir subsidio, aún como se hace en países desarrollados. De lo contrario. ¿Quién cubre la inversión de una producción?  
Creo que el problema es más complejo que regalar las entradas al público, no podemos caer en políticas que a la larga reflejan populismo artístico.
Debemos hacer mejor teatro y presionar al Estado para que comprenda que el teatro al igual que el cine debe ser protegido como patrimonio público, como actividad que en sí misma no es lucrativa.
Con aprecio.
cC

El veterano, actor, director y dramaturgo Iván Garcia responde brevemente a Carlos Castro diciendo que básicamente está de acuerdo con él. También el suscrito lo está... básicamente. Por eso citamos, en el artículo publicado en este blog sobre el tópico, (Solicutud pública de entrevista) el fenómeno de los precios como uno de los males que nos afectan. Por eso hablamos en dicho artículo de la competencia desleal, de inconguencias, de la publicidad, del respaldo económico y de lo que ya ha tratado con profundidad el siempre genial Manuel Chapuseaux en su "Política de salas públicas". Por eso, también, citamos las luchas que hoy libran gente nuestra desde el Teatro Guloya para dotarnos de una Ley de Teatro.

Ciertamente el asunto de las tarifas, cuya preocupación actual un "insidioso conocido" ridiculamente reclama como suya, es sólo un aspecto del asunto. 

Ahora, no podemos negar el hecho de que al Festival Nacional de Teatro los espectadores han acudido masivamente. Y dentro del Festival, en eso de la calidad artística, ha habido de todo. 

Entonces insistimos en algo que tenemos años planteando (hasta cuando fuimos Vice-Ministro de Cultura): los productores teatrales nos hemos visto obligado a subir nuestros precios y es una de las tantas causas que ha alejado a los espectadores de teatro. 

Desde luego que Carlos acierta cuando plantea que hay otras razones envueltas en el asunto. Igual lo hace con otras preocupaciones y sugerencias que plantea.

Una que no cita Carlos Castro es la poca unificación de criterios que exite en nuestro teatro. El mismo éxito de espectadores logrado en el presente Festival, que debe ponernos a todos de fiesta, parece ser envidiado y boicoteado por gente nuestra enquistadas en determinas esferas de influencia. Llegando al extremo (aquí todo se sabe) ciertos teatreros y teatreras, de intentar inutilmente desmeritar al Festival y despotricar en las puertas de los teatros contra la organización y las puestas en escenas presentadas.

En ese mismo tenor: resulta altamente sospecho que en estos momentos se reclamen engañosamente, autorías de precupaciones generales y que sean presentadas de manera simplistas. Parecería que se pretende escupir la sopa (como gusta decir a Rafael Villalona) y evadir el bulto.


Contrariamente a esto Manuel Chapuseaux ha enviado un buen bien elaborado documento sobre  la política a seguir en las salas públicas que es un punto de partida y un trascendental apòrte al tema que nos ocupa. En el documento de Manuel, básicamente, lo que se consigna es una polítca de cosas claras y reglamentadas.  

Lo mismo hace por su lado el actor y productor teatral Exmin Carvajal, que en estos momentos elabora una propuesta de protección a  la actividad teatral, cuyos presedentes él detecta en varios países latianomericanos; los cuales Exmin contacta en estos momentos para argumentar con la experiencia sus ideas.

Adelantamos que la reunión con el querido amigo Lantigua va. Probablemnte se hará con pocas personas inicialmente. Pero, para ello, convocaremos previamente a unos cuantos directores y productores en nuestra casa a una reunión-cena (ya saben que la calidad de la misma está garantizada) para discutir y elaborar una propuesta realizable que debemos hacer llegar al amigo y Ministro de Cultura.


No pretendemos, desde luego, mostrar al Ministro Lantigua una propuesta personal de todos estos asuntos. Eso sería injusto. Esto así porque las reflexiones formuladas y motivadas salen, indubitablemente, como se plantea en el artículo anterior, de todas las conversaciones y correspondencias que sostenemos los verdaderos creadores teatrales dominicanos.

Lo que deseamos particularmente, lo único (y quizás seamos de los teatreros que menos lo necesitamos), es que nuestro teatro sea realmente una actividad digna y profesional, respetada al menos por un grupo importante de dominicanos.

 Por eso insistimos en que... ¡Viva el teatro dominicano!
Pero antes que nuestro gran amigo Carlos Castro lo señale... ¡El buen teatro dominicano! 

Nota: Como un regalo muy especial el gran teatrero dominicano, que triunfa hoy en Estados Unidos, Carlos Espinal ha enviado un nostálgico vídeo realizado hace años para la puesta en escena de "La Virgen de los Narcisos". Lo compartimos con ustedes, si es que la tecnología nos lo permite. Si no pueden abrirlo aquí recomendamos entrar a lapasioncultural.blogspot.com y buscarlo en la barra de vídeo. Esta obra, presentada durante todo un mes a casa llena en la sala principal del Teatro Nacional, es parte de nuestra sensible historia.
 

domingo, 20 de junio de 2010

Solicitud pública de entrevista



Apreciado Lantigua:

Por las caraterísticas privadas de estamisiva voy a tutearte como siempre he hecho familiarmente.

Solicito una urgente entrevistacontigo. La necesito. Sé que cuando mis amigos Dora o CarlosMena me llamen me van a preguntar: ¿cuál sería la agenda de dichaentrevista? Por eso me adelanto a informarte.

Lo primero que voy a proponerte es celebrar. 

Celebrar no brindando con vino en tu despacho, como me gustaría, por el resonanteéxito que está teniendo el Festival Nacional de Teatro. Digo que nopropondré un brindis por dicho éxito porque después dirían losenvidiosos de siempre: ¡Ahí están los dos tipos de El Caimito deMoca bebiendo en el Ministerio! Hasta saldría un enano e insidiosoconocido a decir  que lo hacemos con dinero del Estado.
.
Dado esto propongo que dediquemosvarias sonrisas y algunos aplausos al Festival. Ciertamente temereces la alegría esta vez. Esto lo digo porque te empeñaste enhacer el evento teatral a pesar de varias recomendaciones ypronósticos pesadumbrosos. Te mereces sonreir esta vez porque,imagino, no sonreiste suficiente luego que concluyera la Feria delLibro, el gran monstruo de las actividades de Cultura en nuestropaís.

Luego de las sonrisas tendremos quehablar de aspectos y enseñanzas que está dejando el verdaderoprimer Festival Nacional de Teatro.

En este tenor hablaremos de la rupturade varios mitos:
                     1- Ya los dominicanos no ven masivamente teatro.
                     2- La gente que ve teatro solamente valos fines de semana.
                     3- Los artistas no son buenosadministradores.
                     4- Un Festival Nacional no despertaráel mismo entusiasmo que el Internacional.
                     5- El teatro que aquí gusta es elcomercial o el de baja calidad.
                     6- El teatro preferido es el que ponefigura de televisión aunque no tengan talento.
                     7- Los teatristas dominicanos sonchismosos.
                     8- Los teatristas dominicanos son malagradecidos.
                     9- No hay figuras verdaderas en elteatro dominicano.
                    10- Casi no hay dramaturgia en elteatro dominicano.

La masiva asistencia (sin buenapublicidad) a todas las propuestas teatrales, de lunes a domingo, nopuede ser escondida aún por adversarios entruñados. Hace yavarios años que son artistas del teatro quienes dirigen losFestivales aquí y se ha aprendido a “estirar el peso”, quealgunas veces es escaso. Nuestros montajes son verdaderos ejemplosfinancieros de eficiencia que mucha gente debería aprender. Se meantoja que este Festival Nacional ha provocado más interés de losespectadores que el suscitado por el el último Festival Internacional. Elllamado teatro comercial ha sido derrotado por los verdaderosartistas de la escena. Aunque nos hemos quejado de injusticias, atropellos eincoherencias hemos seguido trabajando en el Festival con auténticodeseo de que funcione bien. Los teatreros aprecian los esfuerzos queun sector del Ministerio está tratando de hacer por nuestradisciplina artística. Ya tenemos gente de teatro que sonreconocidos, seguidos y aclamados por miles de espectadores. Treceestrenos dentro del Festival indican que se está escribiendo buenteatro en la República Dominicana.

Varias lecciones está dejando desde yael Festival. 
¿Por qué la gente, pagando, sale de su casa a verteatro hasta los lunes en el Festival?
¿Por qué la gente asistepoco a las actividades teatrales profesionales fuera del Festival?
Sencillo: no resistelos precios que estamos cobrando. No hay que sacarle mucha punta allápiz para llegar a esta conclusión. Los teatristas criollos hemossostenido docenas de conversaciones, hemos realizado congresos,escrito artículos, hemos formulado profundas reflexiones tratandode buscar una explicación a la huida de espectadores y talentos.

Empero, casi nadie (y aquí me voy aexcluir) se ha atrevido a poner un dedo en la llaga. Los costos demateriales, técnicos, salas, publicidad , impresos y actores (enalgunos casos también la parejería) nos obligaron a subir nuestrosprecios. Y ahora estamos resultando caros para el público en general.
El Festival Nacional de Teatro nos estáindicando lo que el suscrito ha proclamado durante años:que debemos hacer ajustes económicos para que nuestra actividad teatral vuelva a tenerlos éxitos acostumbrados y deje ganancias suficientes y estimulantesa nuestros productores.

En nuestra entrevista trataré contigoun plan para impulsar la Ley de Teatro, que tiene poéticamenteatrincherados a mis queridos colegas de Guloya.
Te presentaré una fórmula razonablede auspicios directos e indirectos: como bajar los gastos que nosocasionan las salas.

Aquí tendré que hacer un aparte para recordaralgo que sé estás totalmente de acuerdo conmigo; pero que no siemprelo han entendido algunos administradores y directores desde hace más de veinteaños: en materia cultural el Estado no puede funcionar como unaoficina recaudadora (¡Oigan la bulla!).
La competencia es desleal. El Estado no debe estimular la llamada fuga de divisas. Por lo tanto,cuando estimula las realizaciones criollas está asegurando que eldinero producido en taquillas se quede y circule aquí. Los eventosinternacionales tienen incentivos no convenientes y hastacontraproducentes. Muchas actividades artísticas de clara facturacomercial deben, mediante una fórmula, suplir recursoseconómicos que las verdadera producciones artísticas dejarían desuministrar al Estado. En muchas ocasiones los artistas dominicanoshemos llegado a pensar que se nos penaliza por el hecho de serlo.
Para ser justo tengo que señalar que éste es un mal que viene de antaño y habla perfectamente de lasdudas históricas que hay aquí sobre las calidades nacionales.
Las condiciones de trabajo debenmejorar un poco. 
Resulta que los teatreros, casi todos, confrontamosproblemas para encontrar lugares de ensayos. No se puede olvidar queen nuestro país los horarios de actividades y ensayos artísticos noson las de las oficinas públicas. Las actividades teatrales, pormotivos perfectamente entendibles, son nocturnas. Es mejor tener un actor o una actriz ensayando hasta la quimbamba que vendiendo droga en un esquina o intentando montarse en un avión para irse del país. ¡El teatro tenemos que hacerlo aquí!

¿Sabías que a los teatreros en elpasado se les cobraba una suma para pagar al vigilante que... los  vigilaba?
¿Sabías que tenemos que pagar unadieta a varios técnicos aún después del pago porcentual acordado?
¿Sabías que lo mismo ocurre con losjuegos de taquillas?
¿Sabías que los horarios de ensayosse han ido reduciendo, estando obligados los productores a pagarmiles de pesos por turnos extras?
¿Sabías que a muchos teatreros se lesimpide ensayar si hay otras presentaciones en otros espacios del mismoedifico?
¿Sabías que a los teatreros se lesestá presionando y obligando (aún durante de su propio Festival y enmedio de sus presentaciones) a bajar el sonido de la músicade sus espectáculos para que esta, supuestamente, no se cuele enotras salas; sin que a nadie le preocupe que los sonidos de lasotras salas se cuelen en las que nosotros estamos haciendo nuestro arte y nuestro Festival?
Estos puntos y soluciones debemostratar cuando nos juntemos, si acaso me das la entrevista.
Desde luego que hacedores de teatrotendremos que sacrificar un poco. Debemos bajar nuestras tarifas. ¡Todos!Actores, técnicos, directores y productores.
Lo que finalmente debe preocupar aartistas y autoridades, es beneficiar al espectador dominicano y al talento criollo. Para ellos y con ellos hacemos nuestras actividades.
Debemos, Lantigua, encontrar la manerade volver a enamorar a las empresas para que aporten a lasproducciones teatrales. Si se les dota de incentivos fiscales loharán. Pero, para ser justos, si nuestros eventos artísticosllevan (como ha ocurrido en el Festival) miles de espectadores los empresarios se animarán a invertir en la publicidad dentro denuestros programas impresos. Es más, estoy convencido de que esteFestival, más significativo que todos los anteriores, provocará uncambio de actitud de parte de ellos.
Si encontramos un fórmula que asegureel sostenimiento del triunfo logrado por nuestros teatreros con elapoyo de nuestro Ministerio, esto puede ser permanente.

Espectáculos comerciales y religiosos en las salas oficiales.

Noimporta cuánto paguen por el alquiler de las mismas, si no tienen lascalidades artísticas requeridas no deben tener cabida. Las salasprofesionales tienen que ser, exclusivamente, para los profesionalesde valor. Las veladas deben presentarse en los salones de actos de iglesias, escuelas y colegios. Yciertos espectáculos comerciales en los hoteles.
Insisto: Bellas Artes, el TeatroNacional, el Centro de la Cultura de Santiago, el Gran Teatro delCibao, el Teatro de Villa Juana, etcétera; son para los artistasverdaderos. No debemos tener miedo de revisar la política de contrataciónen este sentido, que no se inició ciertamente contigo.

El espectador del verdadero Arte sealeja cuando llegan los seguidores de estos eventos que nada tienenque ver con la alta calidad que se supone demanda el Arte.

¡Ah! La entrevista no será sóloconmigo. Desde luego que no. Pretendo, aunque no les he consultado,hacerme acompañar de varios directores y productores teatrales.Claro que serán profesionales de verdadera vocación artística, loscomprometidos a buscar soluciones para el teatro profesionaldominicano y no ir a hablar pendejadas, solamente par escucharsehaciéndolo.

Imagino que el teatro aficionado y elescolar también tendrían puntos que tratar con el Ministerio deCultura. Pero en este caso solamente deseo hablar de lo que soy.
¿Darás la entrevista?
Espero que sí. Si no... seguiréinsistiendo. Estoy dispuesto hasta asechar un día que vayas a ElCaimito y asaltarte allí... intelectualmente. Allá si es verdad quehablaríamos a calzón quitao.
¡Allá, en El Caimito, en la casa demi abuela Toña (beata y partera fenecida), próximo al Hospital,frente a la finca que era de Jesús María y donde cruzábamos a marotear carambolas, casi al lado de la finca de los De lamaza, al lado donde estaba la mata de peonías!
Yo pongo lasgalletitas mocanas, los rosquetes, la mejor yuca del país, plátanos recién cortados y el refresco imperio.

Tu amigo y compueblano...


Giovanny Cruz Durán
 Incorregible hombre de teatro

 







Rinnnnnnnng. (Seguramente es Doraliza llamando.)

sábado, 19 de junio de 2010

El Santo Esclarecido.



Ayer sábado en la noche fui a ver laúltima representación, dentro del Festival Nacional de Teatro, de laobra de Carlos Esteban DeiveEl Santo Esclarecido”; obra PremioNacional de Teatro, de la cual el suscrito esperaba un poco más comotexto teatral.

La pieza, llevada a escena por elTeatro Rodante de Bellas Artes, bajo la acertada dirección de CarlotaCarretero, se presentó en todas sus funciones a casa llena y con buena acogida de los espectadores; como haocurrido prácticamente con todas las otras obras de teatro que hastaahora se han presentado en el citado Festival, aunque éste no contócon la masiva publicidad que suele hacer el actual Ministerio deCultura a sus eventos.


Carlos Esteban Deive es uno de nuestrosmás sólidos intelectuales y un gran amigo de este hombre de teatro.No obstante su texto teatral no nos cautivó del todo. Encuentro,escénicamente pensando, algunas ingenuidades dentro del suceso. Latrama se presenta en cuadros que frecuentemente se quedan encategoría de estampas. Desde luego que Deive maneja con pulcritud ellenguaje literario. Es en el puramente teatral donde encuentro esasingenuidades de las que hablo. Lo mismo ocurre con el conflictogeneral de la pieza, al que siento le faltó profundidad ydesarrollo.



Colectivamente las actuaciones de larepresentación fueron buenas, sobresaliendo los personajes querealiza el ya experimentado Diógenes Medina, aunque le recomiendocuidar un poco los niveles de su voz. 

El Tulio que realiza Billy Martin, es bien llevado por el joven actor del Teatro Rodante que lo interpreta. A él recomiendo frasear y proyectar mejor unos cuantos parlamentos. A pesar de estos inconvenientes me parece que en ese joven, dada su indiscutible presencia escénica, tenemos una sólida promesa teatral.

Los diferentes personajes realizados por Johanna González (una lástima que ciertas limitaciones del programa impreso nos impidan ofrecer algunos detalles) no tienen desperdicio, sobre todo el de la Vírgen. Johanna se nos presenta esta vez con buena voz, buenos movimientos, buena caracterización y mejor entrega.


Indiana Brito, Rafael Morla, IvánAybar y Cindy Galán, con insignificantes altibajos, cumplen con surol y logran momentos muy buenos en sus distintas interpretaciones. 

Desde luego que se trata de gente joven que irá desarrollándose amedida que trabaje sobre escenarios. No tengo ninguna duda de queestamos frente a un grupo que constituye un esperanzador relevoteatral.


Empero, el trabajo direccional de laCarretero, aunque discreto, es el mejor de la noche. Logra darle unateatralidad a las estampas folklóricas de la pieza de Deive. Por esalimitación del texto teatral Carlota Carretero la coloca cercana ala farsa, un riesgo del que sale airosa.



El concepto de teatro pobre yutilitario en el cual sitúa el estilo de la pieza es acertado. Eluso de la discreta utilería le va muy bien a la propuesta deCarlota.

De director a directora le recomiendobajar un poco la presencia de la música y los músicos sobre elescenario. Quizás sería conveniente dar un antecedente quejustifique mejor el buen efecto final. Este podía ser que laaparición de Liborio ocurra con algo más de magia.

Perdón por el pecado cometido: a los directores no se les dirige. Sólo está permitido apreciar sus trabajos. 

¿Anotaron nuestros críticos estas sacrosantas verdades?

Sinopsis:
El espíritu de LiborioMateo se le aparece a Tulio y le comunica que Dios lo envió aencomendarle la misión de redimir la humanidad. Tulio acepta yposteriormente crea un ministerio llamado el Nuevo Amanecer donderecibe a las personas que necesitan curación, con tan buenosresultados que estas empiezan a llamarlo El Santo Esclarecido. Elmovimiento no es bien visto por las autoridades militares, ni porsectores religiosos y de poder económico que defienden sus interesesparticulares.





"El Santo Esclarecido", "El Método Gronholm", "La Celestina",  "El 28", "La Noche del los Asesinos," "Un Café Frío en la Calle El Conde" y otras puestas en escenas que se presentarán en el Festival; me obligan a gritar que...

¡El teatro dominicano no es segundo de nadie!







viernes, 11 de junio de 2010

Villalona visto por Reynaldo Disla


                                            RAFAEL VILLALONA
                                           (Santo Domingo, República Dominicana,
1942)
                                                                                      Por Reynaldo Disla.




Nota: El gran dramaturgo y actor dominicano Reynaldo Disla, para prestigiar este blog, nos remite una colaboración que resulta ser una muy buena visión suya sobre el prestigioso Rafael Villalona. La publicamos para continuar con los homenajes que se hacen hoy en nuestro pais al teatrero y amigo Villalona, al cual se le dedica el Festival Nacional de Teatro que estamos celebrando.

Nota al margen: Agradecemos sobremanera los comentarios que se han vertido sobre el trabajo teatral que estamos presentando en el Festival. Las entusiastas opiniones del público en general, la manera en que reaccionan los espectadores ante las escenas que mostramos en Bellas Artes y las consideraciones de críticos y teatreros nos llenan de orgullo. De todas estas tenemos que resaltar, precisamente, la  del propio Rafael Villalona, el celebrado director teatral dominicano. ¡Gracias, Villalona! Así mismo ponderamos los alagüeños comentarios del gran director cubano Raúl Martín.
 Pasemos ahora al trabajo de Disla:


Este nombre es sinónimo de seriedad y compromiso con el arte teatral de República Dominicana. Al regresar de Moscú en 1969 transforma la escena dominicana, todavía apresada en los convencionalismos importados por varios directores españoles. Yo llegué a oír la pronunciación castiza, el peso declamativo en las interpretaciones, y las voces graves, bonitas e impostadas de los actores. Villalona llega a revolucionar la manera de encarnar personajes, introduce la disciplina y la mística del grupo teatral con la creación de Nuevo Teatro, y expresa, en enero de 1969, su nueva visión, a través de un manifiesto, o declaración teatral, sobre el arte escénico y su relación con la realidad dominicana.

El Manifiesto del Nuevo Teatro indica: “El teatro dominicano, tradicionalista por años, se ha formado de objetivaciones extraídas de otra realidad y encontradas para satisfacer otras necesidades espirituales, sociales y culturales, y es por esto que nosotros identificamos al teatro actual como un teatro de corte FORMALISTA.”

Rafael Villalona inició una cruzada con sus propios actores y actrices encaminada a desterrar los vicios de la educación teatral formalista implantada por la escuela española. Utilizó el Método de las Acciones Psicofísicas como vehículo para encontrar la propia identidad y hallar los matices de la psicología del pueblo dominicano y sus aspectos universales. Consideraba una obligación desprenderse de toda falsedad, abriéndole paso a la intuición creadora. A las voces de barítonos al uso, Nuevo Teatro opone “una voz joven, la voz viva de nuestra generación desde la escena, NUESTRA VOZ”, acentúan con mayúsculas. Nuevo Teatro, desde el principio, tomó al Actor como el centro de la creación teatral y los demás elementos técnicos sólo como propiciadores de una atmósfera escénica (luces, escenografía, maquillaje, etc.), es decir, como colaboradores, nunca como actores principales.


Rafael Villalona, desde el estreno de “Los ojos grises del ahorcado” (1969) se convirtió en el más prestigioso director teatral dominicano, lugar que ha mantenido por más de cuarenta años, consolidándose como un referente para las nuevas generaciones de directores dominicanos. Actualmente es una de las personalidades culturales más respetadas en República Dominicana.


Desde joven, aun siendo alumno de la Escuela de Teatro de Bellas Artes, Villalona mantenía un espíritu crítico hacia la artificialidad de las actuaciones y la falta de verdad escénica. Por eso se mantiene en el centro de su trabajo la creación de una escena viva, actual, que transforma el territorio de la representación y al espectador.


Fundador de Nuevo Teatro, junto a su esposa la actriz Delta Soto, grupo del que han formado parte, en el correr de los años, valiosos actores y actrices dominicanos que se han destacado no sólo en la escena, sino, además, en el cine, la televisión y la radio. Entre esos actores y actrices están: Ángel Haché, Augusto Feria, César Olmos, Milagros Martínez, María Castillo, Félix Germán, Arturo López y muchos otros. Algunos de esos actores y actrices han incursionado en la dirección como María Castillo (formada en Moscú), Ángel Haché, Félix Germán y Arturo López.

Villalona se propuso llevar a escena piezas consideradas tabú en nuestro medio, de autores como Shakespeare, Chejov y Brecht, entre otros. Concibe la sensibilización del espíritu humano a través del arte como algo fundamental para obtener cambios estructurales en la sociedad.


El teatro ha sido el centro vital de Rafael Villalona, organizando su vida y su medio ambiente de acuerdo a las necesidades que sus proyectos teatrales le demanden. Identificamos dos líneas fundamentales en su práctica vital y escénica: 1) La defensa de su identidad y 2) La promoción de los mejores valores culturales dominicanos.

Su actividad cultural ha sido múltiple: director, actor (de teatro y cine), profesor y gestor cultural, sobresaliendo en cada una de estas actividades por el tesón y perseverancia en cada uno de los proyectos que emprende.

Uno de los episodios más destacados en la vida de Rafael Villalona fue la fundación, en 1979, del Teatro Popular del Centro (TPC), adscrito al Centro de la Cultura de Santiago. Allí el maestro Villalona se incorpora a las más avanzadas corrientes del teatro popular latinoamericano y establece en el TPC una mística de trabajo y formación teatral sin precedentes en la República Dominicana. Los miembros del TPC tuvieron una educación teatral privilegiada que incluyó el contacto con maestros extranjeros tan destacados como Osvaldo Dragún, Sergio Arrau, Eduardo Di Mauro,
Rodolfo Santana y Alberto Rowinsky. El TPC, dirigido por Villalona, agotaba un calendario impresionante de presentaciones en escuelas, cárceles, y otros espacios abiertos y cerrados. En una visita que les hice en 1980 observé en un mural, las obras que había leído cada integrante del TPC y las que les faltaban por leer. La lista de obras, y sus informes de lectura, garantizaba la asimilación de una cultura dramática imprescindible. En el TPC se formaron o impulsaron sus posibilidades grandes actores y actrices dominicanos como Víctor Checo, Elvira Taveras, Esther Suárez, José Núñez, y muchos otros.

Junto a la introducción al país del Método de las Acciones Físicas de Stanislavski, Rafael Villalona y Delta Soto consolidaron una metodología de trabajo en grupo, de gente que vivía por y para el teatro. Me contaba una vez Fernando Coste, que debajo de un aguacero formidable se apuraba para llegar a un ensayo con Villalona; debía arribar así, mojado, porque era su obligación ser puntual, para evitar que el director lo enviara al paredón de los que demoran los ensayos; porque para Villalona ni fallecer en el camino podía ser una excusa para llegar tarde.

Rafael Villalona ha compartido su formación con decenas y decenas de alumnos, por más de 40 años.

Rafael Villalona realizó estudios de
Actuación y Dirección en el GITIS (Moscú, URSS) y en el Instituto Teatral Lunacharsky (1964-1968). Fue fundador del Movimiento Cultural Universitario (MCU) y fundador del Grupo Teatral Antón Chejov. Director del Teatro de Investigación Sociales (TIS) de la UASD. Director fundador de Nuevo Teatro, en el cual, además, fue profesor de actuación y dirección. Villalona ha ocupado varios cargos en la administración pública, fue Director Teatral del Centro de la Cultura de Santiago, Fundador/Director del Teatro Popular del Centro (TPC) y Director General de Bellas Artes.

El café del Diario Libre

Nota: Mi buen amigo Alfonso Quiñones acaba de publicar un artículo caliente de Un café frío en la calle El Conde. Se lo remitimos para que luego no tengan escusas para dejar de ir a ver nuestra realización escénica.

Para tomar un café frío en la calle El Conde


Giovanny Cruz habla de una obra con técnicas variadas, un híbrido que utiliza también video
"Un café frío en la calle El Conde, cuenta con fotografía de Rubén Román. Fuente externa
SANTO DOMINGO. Anoche comenzó su andanza por la escena dominicana, dentro del Festival nacional de Teatro, la nueva obra de Giovanny Cruz: "Un café frío en la calle El Conde".
La obra, que seguirá en cartelera hasta el domingo, en la sala Máximo Avilés Blonda del palacio de Bellas Artes, fue escrita por el dramaturgo, actor y director dominicano, hace año y medio aproximadamente.

"Estoy trabajando la cotidianidad dominicana. Aquí trabajamos temas internacionales y no nos damos cuenta que los temas griegos son locales, pero tratados universalmente. En esa búsqueda he estado trabajando, y en el héroe escénico nacional; que la gente se identifique con ellos, que se vea reflejada en un espejo", dijo a Diario Libre, pocas horas antes del estreno, Giovanny Cruz.
"Al mismo tiempo -puntualizó su autor- esta obra se inscribe en varias vertientes del teatro: una el real teatro popular, el que habla de la gente común; otra, el concepto del teatro total, es decir que los actores tengan que practicar varias técnicas del teatro. Es una obra que aunque trata un tema serio, no reniega del buen humor. En ese sentido trabajamos personajes incidentales, que provocarán hilaridad en los espectadores", señaló.

Cruz explicó que se trata sobre el hombre común, "manipulado por un medio de comunicación, para costruir una noticia". En ese sentido, confiesa que trabajó con lo que denomina "una técnica híbrida", ya que "un 25% de la obra es video, por lo tanto es muy experimental; esto juega un papel importantísimo en esta obra. Ese lenguaje ha sido de una dificultad seria para nosotros, porque como sabes son lenguajes diferentes el del video y el teatro; por tanto hemos tenido que hacer ajustes importantes e investigaciones para que uno no traicione al otro".

Además de los actores en escena, están los actores que trabajan en el video, y desde ese punto de vista hay cinco actores más actuando, además de los cuatro que actúan en las tablas. El video es creado por Amaury Pérez, un joven actor quien es además realizador de video. La fotografía de la obra, que es también experimental, es de Rubén Román.

Ficha Técnica
Obra: "Un café frío en la calle El Conde"
Dramaturgia, producción y dirección: Giovanny Cruz
Fechas: viernes, sábado y domingo
Hora: 8:30 de la noche
Lugar: Sala Máximo Avilés Blonda Palacio de Bellas Artes
Boletas: RD$50.
   
 Personajes y actores obra: 
Alicia: Yorlla Lina Castillo/ José Alberto: Johnnie Mercedes/
Colasa: Clara Lozano/ Alcibíades: Raeldo López
Reparto Técnico:
Asistente de Dirección: Giamilka Román/ Escenografía, luces y sonidos: Nivangio Zurc/ Fotografías: Rubén Román/ Efectos visuales: Marcos Mejía/ Tramoya: Carlos Ortega/ Asesora Técnica y de Producción: Fiora Cruz Carretero/ Asesora de vestuario y utilería: Renata Cruz Carretero/


De Alfonso Quiñones