lunes, 12 de febrero de 2024

Sobre el asesino de Micky Bretón


Por Giovanny Cruz Durán.

Vi la entrevista que, en dos entregas, hicieron al asesino confeso, condenado y... ¡liberado! de Micky Breton.

Indudablemente que la entrevista fue lo que llaman un palo noticioso. Empero, debo señalar que se trató de una entrevista muuuy complaciente. En Comunicación a ese tipo de entrevista llaman… “celebración de cumpleaños.”

No voy a cuestionar la decisión del juez que otorgó la libertad condicional al asesino de Micky, dado que, al parecer, tenía las prerrogativas legales para hacerlo. Pero…

En la muuuy complaciente entrevista sólo pudimos ver y escuchar la campana del asesino. Esto, porque el brutalmente asesinado, Micky Bretón, ya no puede emitir ninguna opinión, no puede dar su versión de lo acontecido, no puede defenderse. Y no lo puede hacer porque fue salvajemente golpeado y apuñalado hasta desangrarse y morir.

Ese día, Micky debía reunirse en el restaurante Boga-Boga con Carlos Espinal, Mildred de la Mota, Raeldo López, Exmin Carvajal, Felipe Acosta, el suscrito; entre otros amigos, luego que terminara la función vespertina (era un domingo) de ORQUESTA DE SEÑORITAS, en la Sala Ravelo del Teatro Nacional.

Micky nunca se presentó en el restaurante… porque estaba siendo asesinado en aquellos momentos.

Cerca de las 10 de la noche escuchamos el timbre del teléfono de Carlos Espinal (que se hospedaba en casa de Micky). El comunicador Juan Carlos Albelo nos llamó para participarnos de la infausta noticia.

En el vehículo de Exmin Carvajal fuimos a Patología Forense. Vimos el cuerpo de Micky deformado y cruelmente masacrado por el asesino; que ahora da su versión de los hechos sin que Micky pueda contradecirlo. Y no lo puede hacer, aunque él tenía en vida todas las palabras, porque su voz fue acallada para siempre.

En la muuuy complaciente entrevista, un asesino, supuestamente arrepentido, cuenta que se enfrentó a Micky luego que este intentó violarlo. Aunque antes habría acordado, según dijo el asesino en la muuuy complaciente entrevista, tener un coito por 60 mil pesos…“de entonces.” ¡Sería uno de los actos sexuales más caros del mundo! Y eso, que a Micky Bretón el dinero nunca le sobraba.

Hasta el cuchillo que llevó el asesino a la cabaña en la cual descuartizó a Micky, “fue una coincidencia.” Se baño. Llamó personas para que le aconsejaran cómo huir. Habló con su madrastra para contarle y pedir ayuda. En el vehículo de Micky se escapó a la Vega. Dejó, luego, el vehículo en Bonao. Y volvió a huir hacia la Vega. Finalmente, lo obligaron a entregarse. Detenido dijo, en el colmo de la desfachatez y frialdad, que en unos días pondría a circular una nueva canción.

Ahora (¡ahora!) el asesino habla de Cristo. Dice que en el momento Dios lo iluminó para que no cometiera una locura. Pero ese Dios que reclama…¡ahora!, no lo iluminó para que no matara a Micky, a quien golpeó sin piedad aquel domingo.

Ahora hasta acusa de exagerada a la prensa porque publicó que las puñaladas eran dos o tres más de las infringidas a Micky hasta quitarle la vida en una cabaña, a la que voluntariamente entró.

¿Un crimen cometido con inusual crueldad y brutalidad puede ser perdonado por la sociedad? El juez entendió que si. En mi caso, escribo esta nota, nada imparcial, para tener siempre presente los hechos acaecidos… y no perdonar. Estoy en mi derecho.

Todavía en mi cerebro con la imagen del cuerpo de Micky (Borges escribió que… “una cosa no hay y es el olvido”) destrozado en una bandeja depositada en el piso de Patología, con el ceño fruncido me veo en la necesidad de procurar el…

¡Telón!

martes, 30 de mayo de 2023

Repercusiones locales de Ícaro y Sísifo

Repercusiones locales de Ícaro y Sísifo

Por Giovanny Cruz Durán.


 

Ícaro:

Dédalo, padre de Ícaro, fue el arquitecto que construyó el laberinto de la isla de Creta. Un día decidió escapar de la isla en secreto; pero dado que el rey Minos controlaba las aguas y la tierra, fabricó unas alas para él y su hijo Ícaro. Enlazó las plumas uniendo con hilo las centrales y con cera las laterales. Advirtió a Ícaro que procurara jamás volar muy alto porque al acercarse al sol se derretiría la cera, ni demasiado bajo porque la espuma del mar mojaría las alas y no podría volar. Ambos asuntos resultarían catastróficos, como fácilmente puede entenderse.

Dédalo e Ícaro, efectivamente escaparon volando. Pero luego de rebasar varias islas, Ícaro se entusiasmó y voló muy alto, próximo al sol. La cera se derritió. Ícaro cayó.

Con su vuelo Ícaro desafió a la naturaleza y a los dioses, únicos que podían llegar tan alto. Pagó por ello.

 

Sísifo:

Fundador y rey de Éfica, luego llamada Corinto. Había sido testigo de una supuesta violación realizada por Zeus a la hija del dios fluvial Asopo. A éste fue con el chisme. Cuando Zeus se enteró, envió a Tánatos (la muerte) a buscarlo. Pero Sísifo, mediante engaño, logró encadenar a Tánatos. Al hacerlo, impidió que por largo tiempo alguien muriera sobre la tierra, hasta que el dios Ares liberó a Tánatos. Como castigo, este puso a Sísifo bajo su custodia en el inframundo. Pero Sísifo pidió le permitieran regresar para vengarse de su esposa, que no le había formulado las debidas honras fúnebres. Prometió regresar inmediatamente cumpliera su venganza. Cuando estuvo de nuevo en Corinto, rehusó volver al inframundo, viviendo allí dudrante varios años hasta que murió de forma natural.

Otra vez en el inframundo (de ese destino nunca nos podremos escapar definitivamente), Sísifo fue condenado a subir una pesada piedra por una colina. Justo antes de llegar a la cima, la piedra resbalaba y Sísifo debía volver a ejecutar la acción por toda la eternidad de la muerte.

Este mito se ha interpretado de diferentes maneras. Albert Camus para validar el absurdo de la condición humana en su devenir por la vida. En el siglo I antes de Cristo, Lucrecio vio en el mito a los políticos que aspiran a un cargo, con la búsqueda del poder como algo fútil, semejante a rodar inútilmente la roca hacia una colina.

Un caso local, muy vigente en estos días, me ha obligado a pensar en ambos mitos. Esto, porque el “establishment” te permite accionar durante un tiempo (como Ícaro y Sísifo); pero si lo desafías constantemente, al final de la jornada serás dura y eternamente castigado por los dioses.

Ojalá que nuestros particulares y recientes Ícaros y Sísifos se vean reflejados a tiempo en el espejo de sus mitos. Hasta los iletrados tienen algunas veces la oportunidad de la reflexión. Aunque para hacerlo tengan que escaparse de ellos mismos y del país por algún tiempo.

miércoles, 1 de marzo de 2023

Soy dominicano: impecable producción y realización de Archie López

Por Giovanny Cruz Durán

Soy un devoto de mi país. Hasta me juzgo como un patriota. Celoso de la dominicanidad.


Como hombre de la Cultura siento respeto por los llamados artistas populares; aunque algunas veces tengo que cuestionar ciertas actitudes que asumen unos cuantos de estos.


Existe ahora una clara intención de, encaramado en la indiscutida popularidad de esos artistas, producirles eventos que aporten a nuestra cultura y patriotismo. Gran idea. Grande, porque actúa en dos sentidos: resaltar nuestros valores con figuras que el público aprecia y proyectar otra imagen de nuestros artistas. ¡Qué bien!


En ese tenor, CCN (Centro Cuesta Nacional) y Archie López han hecho una realización de un vídeo realmente espectacular: Orgullo dominicano o Dominicano soy.


Figuras muy importantes del arte y el deporte nuestros aparecen en dicho vídeo. Charitín, Fernando Villalona, el Alfa, Cuquín Victoria, Amara La Negra, Vladimir Guerrero, Albert Pujols, David Ortiz, Francisco Vásquez, El Apechao, Shelow Shaq, La Insuperable, El Mayor Clásico, Kiko El Crazy, Natan El Profeta, Prisilla Rivera, Letón Pé, Chimbala, El Cherry; entre otros, han realizado un video musical de muy alta calidad que hizo que la Patria se me pusiera inmensa en el pecho. Tan grande, que aceleró peligrosamente mi corazón.


Me emocioné tanto, que hasta sentí miedo de sufrir una sacudida en mi reloj interior.
Calidad de producción cinematográfica, iluminación perfecta, escenografía hermosa, fotografía super bella y precisa, dirección y realización impecables. El trabajo musical (interpretación, ejecución y arreglos) muy bien realizado.


Las figuras que aparecen en el video también lucen emocionados. Se nota (recuerden que soy actor y que es muy difícil que me puedan convencer con una mala actuación) que el patriotismo le estaba saltando en sus laberintos interiores. ¡Se lo disfrutaron!
Me siento comprometido a felicitar al CCN y los productores de este video. Calidad e intención lo harán único, irrepetible e imperecedero. La Patria ha sido servida y nuestros artistas, una vez más, dan un paso al frente para aclamarla. Quizás no tengan compromiso políticos ninguno, pero si demuestran tenerlo con este hermoso país que nos duele tanto y que tiene que ser política, geográfica y culturalmente libre... "o se hunde la Patria".

Corran a verlo inmediatamente lean esto! Me lo van a agradecer.

(https://www.youtube.com/watch?v=llNLAp1bITg)

¡Corten… se imprime!

lunes, 23 de enero de 2023

PALABRAS DE PRESENTACION AL TEXTO “AREYTOS, LOS CANTOS SAGRADOS”

Tony Raful



Lo que somos, lo que fuimos, intermitentemente fugaces como luminosidad circundante, terrón de pesares y aerolitos veloces sobre el techo galáctico, no alcanza todavía con suficiente argamasa a sepultar cuitas y cantos ceremoniales, ese barro que llueve en la isla todavía, como llovizna del alma cautiva, ese dador de tiempo ritual, cuyas teclas mensajeras tocaron el vozarrón de una historia no contada, eximida de los manuales, ausente por  vacíos y desplantes, perdida irremediablemente en la oscuridad absoluta de la grafía inexistente, del dibujo prismático de las cuevas, hedor del tiempo podrido y de la imaginación impotente. Intuimos  la labranza de los espíritus, la holganza de la memoria datada, el incesante transcurrir de las carencias, la explosión de los cuerpos y la piratería insomne de la propia historia. Es entonces que contactamos al hechicero, al cómplice taciturno de la oscuridad que bambolea sus propios tenedores  en la magia de los elementos, salta los confines de la materia grosera y podrida de los tiempos, y aúlla, atrapa en decibeles, en conexiones rituales del cántico y la palabra, las cantinelas del oscuro ser, que no por ausente en la grafía deja de levitar insomne en el terraplén de los cantos en la otredad. 

 

Asistimos esta noche a un acto especial, el texto Areytos, los cantos sagrados, una fuga estelar del poeta que nos incorpora bajo un colorido de imaginación  y poesía al encuentro de lo mágico-real, a la identificación  de las barreras, que nos conduce de la mano a internarnos en un mapa primario, donde cohabitan los vocablos uncidos, la capa térmica del alma hendida, la oscura polimetría de los espacios cohabitados por la poesía clandestina de los dioses.

 

El autor de estos cantos sagrados es un narrador insomne, despabilado 500 u 800 años después, que rasga la cortina de maderos y de guasábaras, y desanda caminos pedregosos, procura al amo del fuego, hurtado con astucia al más sabio de los dioses. El narrador omnisciente no omite prontuarios, refrenda la  huidiza eternidad donde los taínos, que no descienden  de la noche sino del conocimiento con el fuego y por el Guey, la luz eterna de todos nuestros días. 

 

El relator, evidentemente tocado en su mecenazgo de florilegio verbal y contumacia esotérica, no escatima sentencia, el don verbal de la imaginación, entrelazado con el pronóstico de todas las fundaciones iluminadas por el sesgo inmutable de los dioses. El testimonio del narrador es omnisciente, templado, pariente de todas las cosmogonías del universo, 

 

“Bayamanaco ofendido/ al Yamoncobre imprudente/ lanzó un escupitajo en plena espalda/ que al tocar el lomo del gemelo/volviose jicotea sin lomo endurecido/ En la saliva del dios había una simiente/ que esparció la vida nueva en el mundo, el fuego y lo mucho que  el anciano conocía/ luego se alojó en el interior de las mujeres/ que crecieron y trajeron entonces/ multiplicadas simientes de aquel dios/ Así por lo divino, nacieron los taínos que al nacer  ya cantaban hasta cuatro, de la ciencia y el fuego que un gemelo/ hurtara con astucia al más sabio de sus dioses”. 

 

En la mitología griega, Prometeo desafía a los dioses robando el fuego y dándolo a la humanidad. De ese hurto venimos, desde entonces nacieron los taínos, descendencia cósmica atribulada en un peñón de isla solitaria que naufraga todavía desde entonces, entre vaticinios y tormentos.

 

Los Areytos son los cantos sagrados que pernoctan en neblina y  naufragios de la débil solera de los tiempos chamuscados, son resuellos  de un destino que no cesa, que reemplaza la angustia en su búsqueda  de nuevos cielos, la visión ofendida de la reminiscencia. El autor no necesitó unciones para subirse en el lomo  de los espíritus sagrados. Su estelar narrativa la va diseñando arriba, sobre los prolegómenos del misterio. Trabaja en la vaciedad del cronometro del tiempo datado, no sustituye la gradación  de las estaciones temporales de la historia; más bien retorna al principio, al ordenamiento simple de las cantinelas, los himnos hieráticos del fuego antiguo.

 

Este hermoso libro de Giovanny Cruz Durán, tiene nueve cantos de una hermosura alegórica, trenza el misterio en una compulsa vigorosa de la palabra alada, nos va introduciendo en el entresijo y de súbito  uno se percata de que los ritos constituyen un compromiso de lectura, que hoya la temporalidad en el mismo decurso de todas  las estaciones  de la cultura. Por momentos, de súbito, no nos son ajenos las disquisiciones, todas  las palabras, todo el embrollo y los ritos, el molde  relativo de la fiera encantada de los sacrificios, todas las disquisiciones en consultas con el Dios dador, esa pluralidad asistida, la historia contada por la flor, el idilio del sol y la luna, las lágrimas de Dios, a Yaya el Innombrable, un cacique de trueno, la Madre de la Piedra, para despedir a la Flor de Oro, Epitafio final.

Este deslumbrante aporte de Giovanny Cruz a la conciencia deletérea de estos cantos, traduce estilo y precisión semántica, manejo diestro del lenguaje, aclimatación  al mito y la leyenda, convirtiéndose el propio autor en su momento narrativo más denso, en un  mago paralelo del creador de los cielos y la tierra.  Se trata de un hechicero, quien rescata 163 vocablos taínos, diez textos que  levitan en la mitología  taína, ese pasado nublado y  remoto de la prehistoria en los prolegómenos  de la conquista y la depredación  más oscura. Es el camino pedregoso del Tiempo, el pueblo sofocado como llama donde la Reina  descifra el viejo enigma, la definitiva muerte derogada una y otra vez en la gravitación  de estos versos.

 

Giovanny,  preciso, depurado, introductor al sortilegio letrado de cada tragedia, una escritura limpia, a la que agrega, como soporte  sostenido un Glosario de términos y nombres taínos, para que la magia y su urdimbre traduzca el asombro y el portento del texto. 

 

Gracias Giovanny Cruz, por esta miscelánea de cantos sagrados que hace del lenguaje un puente prodigioso de hermosura y divinidades.


viernes, 11 de noviembre de 2022

Por otro 12 de noviembre

Por Giovanny Cruz Durán.


 

Te celebro hoy en toda la dicha

de este venturoso mundo mágico

donde el tiempo fue y sigue siendo una quimera.

 

Te celebro en la palabra perdida

ida cuando se convirtió en profecía

sólo para volver a su origen: la poesía.

 

Te celebro en todas las pasiones

del “Remedia Amoris” de Ovidio 

procurando antídoto a las flechas de Eros 

uno de los dioses primordiales.

 

Te celebro en el sol y sus lágrimas

porque de allí viniste

y venimos

te irás

y nos iremos.

 

Te celebro en esos otros dioses ignorados

u olvidados

que susurran nostálgicos hechizos

en los oráculos antillanos.

 

Te celebro en cada una de miradas amadas

que expectantes

jamás renuncian a su condición de espejo.

 

Te festejo en cada movimiento

de las negras cinturas caribeñas

peligrosas como sus antiguas travesías.

 

Te festejo en esos vocablos inconclusos

que muestran al verbo atrapado en los silencios.

 

Te festejo en las leyendas ancestrales

que esconden la maraca

y el güiro

y la tambora

y la guitarra

y mis danzas.

 

Te celebro en el vino que llegó en tres carabelas

y en la chicha que bebimos antes.

 

Lo hago en los labios ofertados

temblorosos aún después de caricias coronadas.

 

Te festejo en cascabeles y espejitos

de los diablos cojuelos

cromografía que estalla en miles de colores.

 

Te celebro en la renovada eternidad de cada día

que convierte los duendes en certeza y presente.

 

Te celebro en los dos cuernos de la luna

que se esconde detrás de la montaña

para evitar otros resplandores

y admirarse entre los suyos 

cuando la histora la devuelve al río.

 

Te festejo en la paloma y el gusano

en el pico del águila y en las plumas del perico

en el amor veloz del picaflor

en las hojas del viejo otoño 

la nota precursora del invierno.

 

Te celebro en la correspondencia del cosmos y la arena

en la Singularidad que nos ha determinado

en la vida y en su otra hija:

                                          el Edén vencido de los hombres.

 

Te celebro en Bizancio

en aquel otro 12 de noviembre

que brindaron por la boda de Zoe

en el 12 de noviembre de sor Inés

en el de Rodín

en todos los otros

y en el mío.

 

Te celebro en cada una de mis huidas

en las amadas que partieron

en todas las historias que llevaron

en las que prometieron regresar 

y no han cumplido.

 

Te celebro en este nuevo otoño

de hojas apagadas, difusas y tranquilas

en el sueño y la esperanza

en el amor que se avisa todavía

impúdico en algún recodo del camino.

 

Te celebro Ahora

que es el tránsito

y único tiempo definido.

 

Desde veintiuna copas levantas 

tinta en vino

brindo desde temprano hoy

por los 69 años transcurridos.

 

¡Salud!

domingo, 30 de octubre de 2022

Las cosas extraordinarias», pieza inglesa entre nosotros.

Por Giovanny Cruz Durán.

Académico de la Lengua, escritor y hombre de teatro.



«NARRADOR:

 Empecé la lista después del primer intento. Una lista de las cosas extraordinarias de este mundo. Todas y cada una de las cosas por las que merece la pena vivir. 1. Los helados. 2. Las guerras de globos de agua. 3. Que te dejen quedarte viendo la tele cuando ya ha pasado la hora de ir a dormir.4. El color amarillo. 5. Las cosas con rayas. 6. Las montañas rusas. 7. La gente que tropieza. Todas las cosas que, con siete años, pensaba que eran geniales aunque mi madre no estuviera necesariamente de acuerdo. Empecé la lista el 9 de noviembre de 1989. Me habían venido a buscar tarde al cole y me habían llevado al hospital, que es donde estaba mi madre.»

 

De esta manera inicia la obra del dramaturgo y director inglés Duncan Macmillan. En él, los temas sociopolíticos son recurrentes. En «Las cosas extraordinarias» parece haber, especialmente, mucho suyo. Esto, porque en un momento de su vida perdió la fe en si mismo. Lo que le produjo una gran depresión. ¿Pensaría en el suicidio?

 

En varias de sus obras manifiesta una intención de escribir pensando en la oportunidad actoral. Es decir: procura escribir textos que sirvan como lanzamiento u oportunidades a actores y actrices.

 

«Las cosas extraordinarias» es un buen texto teatral. ¿Es uno de los mejores que he leído o visto en un escenario? No. Empero, no es ésta una crítica de literatura, por lo que no abundaré más en el análisis estructural del Texto Literario; que convierte en Texto Dramático, con mucho acierto, el director puertorriqueño Ismanuel Rodríguez.

 

La trama es sencilla: un niño (el propio dramaturgo aclara que igual puede ser una niña) tiene que pasar por la experiencia de ver la depresión y suicidio de su madre. Por supuesto que esa traumática experiencia le signará para el resto de su vida. Ya en la adultez decide formular una amplia lista de todas esas cosas, precisamente extraordinarias, que tiene la existencia humana para validar nuestro devenir en este mundo.

 

La banda sonora es muy buena y útil para la actuante. Esta vez no puedo juzgar la escenografía de la realización porque, prácticamente, no hay. ¡Y no se necesita! No les comentaré de las luces porque en la obra estas no constituyen nada especial. ¡Ni me hicieron falta! Me han escuchado o leído decir que en una realización escénica todos esos elementos pueden no existir y hay teatro. Lo que resulta imprescindible, siempre, es el actor. Ha sido el caso. Y, para ser honesto, no hizo falta algo mas.

 

¡Xiomara Rodríguez en «Las cosas extraordinarias»: qué delicia! 

 

Es ella lo que llamo una actriz de formación. Y esto debo explicarlo.

 

En las presentaciones teatrales en las cuales suben a escena actores sin la brega profesional que da la formación, hay deficiencias que se hacen evidentes ante mis ojos por largo tiempo de sus respectivas carreras:

 

Los actuantes sin formación tienden a agacharse. Cuando se desplazan acusan rigidez en sus piernas. Mueven en demasía las manos o no saben qué hacer con ellas. Tienden a colocarse, cada vez que pueden, detrás del mobiliario, como buscando protección de éste. Si hay profesionales en la producción, suelen actuar como «apartándose» de ellos, casi como si le hiciesen una caravana. Sus oraciones son planas, sin matices. No tienen una idea acabada sobre el ritmo escénico, se complican con las llamadas Líneas Internas del personaje; etc.

 

Xiomara, en esta realización, se mueve como un picaflor en el aire. Su actuación parece absolutamente natural (como actor les digo que esa «naturalidad escénica» es algo sumamente difícil de lograr). Sus movimientos son precisos, fluidos e inteligentes. Sus ademanes, aunque al espectador parezcan improvisados, son elaborados meticulosamente. Cada gesto de sus manos, cada giro corporal de Xiomara Rodríguez, cada movimiento de cabeza y sus miradas son códigos que aporta al personaje esta gran actriz.  

 

En el escenario su voz es dulce y su volumen atenuando. Pero su dicción teatral es tan perfecta, que cada palabra (siempre bien pronunciada) llega perfectamente a nuestros oídos. La manera en que llegan nos permite procesarlas, algo que es imperativo en esta pieza.

 

Cuando se otorgan puntuaciones en natación, no sólo se toma en cuenta la perfección de un clavado. La dificultad del salto es determinante en la apreciación de los jueces. Les aseguro que el «clavado» de Xiomara en esta ocasión es de alta dificultad. Hacer café-teatro del bueno es sumamente complicado. Y dentro del café-teatro, aquel en el cual se interactúa constantemente con los espectadores, es todavía más difícil. En este caso se suma, que debe haber en la sala una cantidad buena de público porque con muchos de los presentes la actriz habrá de relacionarse escénicamente. Uno nunca sabe, hasta que se enfrenta al «toro», si éste llegará a la arena con ánimo de cooperar.  

 

Los actuantes de este tipo de teatro tendrán que recurrir a toda su formación para lograr esto. No se trata de pararse en una tarima y contar chistes detrás de un micrófono. No.

 

Xiomara envuelve y compromete a todos los que agotamos las butacas de la sala. Salpica y dosifica el buen humor, que el espectador agradece y premia. Pero, lo que ocurre, el suceso, es desgarrante. Es cierto que nos harán partícipe de una lista de cosas extraordinarias para el buen vivir; pero el personaje recurre al efecto por imperiosa necesidad de hacerlo. El suicidio de su madre ya no se va a resolver. Lo que procura el personaje es evitar el suyo... y el de todos nosotros. Darnos elementos para que nos aferremos a nuestras respectivas existencias. Así de simple.

 

Excepcional la interacción de la Rodríguez con sus espectadores. Los compromete y seduce en la escena. Sin esto, no sería posible desarrollar la trama o Línea Ininterrumpida de la obra. Ese sólo logro, la hace merecedora de mis aplausos.

Igual que en las acciones del personaje, tampoco hay más improvisaciones de las absolutamente necesarias en los parlamentos. A los actores de formación, en su época de academia, les enseñan a bregar con las llamadas Situaciones Atípicas. El «enfrentamiento» de Xiomara con cada espectador es eso. Ella resuelve el efecto con gran maestría.

 

¡Xiomara Rodríguez, en «Las cosas extraordinarias», nos ha fascinado. Se desnuda y desgarra en el escenario, convence al público (dispuesto en teatro arena: gente por todas partes) y asombra a este viejo maestro suyo, hoy amigo y colega que se inclina reverente ante ella, agradeciéndole su actuación.

 

Hubiera preferido regresar a mi casa sólo con las imágenes de su actuación y las palabras suyas y Duncan. Pero, los productores decidieron hablar. En el marco de un Festival, como es el caso, quizás se justifique. Pero no se acostumbren a eso.

 

¡Telón!


martes, 25 de octubre de 2022

“El hijo del sol. Historia de un principito”: una producción profesional

Por Giovanny Cruz Durán.

Académico de la Lengua, escritor y hombre de teatro.


 

Digo... profesional, porque no todo lo que sube a nuestros escenarios con esas pretensiones, realmente lo es.

 

El texto literario de este "Hijo del sol", o adaptación criolla siempre conectada al original (“Le Petit Prince”, novela corta del escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry, publicada en 1943), escrito por Isen Ravelo, aunque con algunas pinceladas un tanto cursi, es encantador. Empero, el texto dramático (resultante del primero) de Indiana Brito, es extraordinario.

 

La soberbia imaginación creadora que Indiana muestra a los espectadores que colmamos la Sala Manuel Rueda, es digna de cualquier escenario del planeta. En el teatro esa imaginación creadora es muy necesaria. Pero (¡cuidado!) hay que procurar que llegue a escena eso y no la fantasía. Son conceptos diferentes.  

 

Los recursos escénicos-mágicos, de los cuales se auxilia, son espectaculares y dignos en esta concepción escénica que prestigia al Teatro Rodante de Bellas Artes y al movimiento teatral dominicano. Lucen como un milagro escénico. Aunque constituyen un recurso teatral muy técnico, en la realización teatral que ocupa mi atención no pierden el encanto de lo rudimentario, de lo... "hecho a mano y medida".

 

Con tales efectos siempre hay que tener la precaución de que no se traguen al mejor recurso que hay en todo teatro: El actor. En este “El hijo del sol”, eso está bordado. 

 

Para que las transiciones de una escena a otra no pierdan el necesario ritmo teatral, Indiana recurre al llamado teatro negro (que nace en China, aunque el moderno empieza en Praga en 1950). Pero logra, en su puesta en escena, convertirlo en poesía del silencio.  Ciertamente, cumple el cometido y aporta más hermosa magia teatral a la realización del Teatro Rodante. 

 

Igual ocurre con las impresionantes luces de Ernesto López. Su concepto de luminotecnia es avanzado. Entiende que en un evento teatral para toda la familia, el espectáculo es mandatorio. Pero al mismo tiempo nos propone unas luces construidas al servicio del actor y no en competencia con éste.

 

La escenografía del insuperable Fidel López es sencilla, creativa y funcional. Optó por criterios poéticos y salió airoso. Recursos imaginativos utilizados con propiedad. Logra una especie de ciclorama que convierte el escenario en un macrocosmos. Aporta belleza y profundidad a las escenas. Mis aplausos.

 

Vestuario, maquillaje y máscaras son excelentes y adecuados. 

 

Todos estos recursos técnicos son tan bien administrados que nunca evitan que los espectadores, deslumbrados por ellos, nos olvidemos de la trama central de la pieza y su objetivo. El meticuloso manejo de esos recursos mágicos y técnicos de la obra, es lo que me lleva a juzgarla como especialmente profesional. 

 

A pesar de todos sus atributos internacionales, Indiana coloca en el escenario la estética nacional. Nuestra cultura y símbolos. Colores en las escenas, bailes y movimientos corporales son nacionales.

 

La música, como la de las antiguas realizaciones teatrales griegas y mis legendarias producciones, es original. Compuesta exclusivamente para esta realización por José Andrés Molina. ¡Estupenda! Nos envuelve en la atmósfera escénica que nos propone Indiana Brito.

 

Las actuaciones de Isen Ravelo y Jozze Sánchez me parecieron magníficas. Lo que suelo llamar "teatro total": actuación más allá de lo convencional o habitual. Imposible lograr más de ahí. Ambos tienen un gran manejo de voces y cuerpos. Nos convencen en todo el evento teatral. Son orgánicos, casi rozando lo proteico. Jozze realiza una espectacular multiplicidad de personajes, aunque no siempre logra diferenciarse en la voz de uno a otro personaje, el manejo de sus diferentes psicologías es maravilloso. 

 

El ritmo, la concentración de la atención, la proyección vocal (aunque amplificada) es buena. Sus dicciones, perfectas. Es verdad que son dos actores jóvenes, pero su brega teatral en esta obra los aproxima a la maestría.

 

Cuando la mise-en-scène tiene este rigor y calidad internacional, como es el caso, este veterano hombre de teatro y escritor es feliz. Tanto, que no quisiera ocurriera el inevitable…

 

¡Telón!