domingo, 5 de octubre de 2014

Kate Claxton y 7 flores en el bar

Kate Claxton y 7 flores en el bar

El 5 de diciembre de 1886 el Teatro de Brooklyn, en Washington Street, fue devorado por el incendio que ocurrió en plena presentación de la obra "The two orphans" . Allí murieron, aún no eficientemente contados, más de doscientos ochenta espectadores. Varios artistas resultaron seriamente lesionados y dicho incendio, prácticamente, le costó la carrera teatral a  Kate Claxton, a quien la crítica señalaba como la principal actriz de aquellos tiempos. 

Ella fue encontrada, luego del siniestro, según un reportero del New York City, vagando desorientada con serias quemaduras y otras lesiones. Estaba tan turbada y afectada que no lograba recordar cómo tomar el ferry de Brooklyn a Manhattan. Luego logró recuperarse de sus heridas y quemaduras.

Kate Claxton
Pero sus penurias no terminaron con su recuperación física. Meses después del incendio, la Claxton viajó junto a su hermano a  Saint Louis para aparecer en otra escenificación. Tan pronto como llegó se registró en el hotel Austral. Horas después de hacerlo ese hotel ardió en llamas, pero Kate hizo un escape milagroso segundos antes de que el hotel se derrumbara. Ante el temor de que era una especie de ave de mal agüero, otros actores se negaron a aparecer con ella en el escenario y los amantes del teatro, por temor a otro fuego, boicotearon sus actuaciones.

A partir de estos datos y en esa singular  “atmósfera” escénica, he construido mi nueva obra teatral: “Siete flores en el bar”

El suceso ocurre en un bar bonaerense ("La flor del gaucho"), pero en New York; justo al lado de un teatro que acaba de incendiarse. Cinco actrices hispanas (una de ellas es actriz porno) que ensayaban en el teatro van al bar y, aparentemente sin enterarse del incendio, comparten e interactúan en “La flor del gaucho”. 

Excepto el camarero, cuya real identidad sólo descubrimos al final, todos los personajes llevan nombres de flores (Jacinto, Azucena, Violeta, Rosa, Margarita, Dalia y Hortensia). Ya pueden imaginar un grupo de divas teatrales compartiendo en un bar en el cual no son escuchadas. Entre ironías y cinismos, estas divas presentan situaciones divertidas y entretenidas; pero desde una buena dosis de comicidad, la obra evoluciona hacia su verdadero drama, hacia su verdadero conflicto; hacia la venganza absoluta y el resentimiento.

Creo haber logrado con mis "Flores..." un muy sorprendente y espectacular desenlace. Digo "creo" porque ya saben que en Teatro hasta el instante en que la obra se muestra ante el lobo, nunca sabemos exactamente el lugar en que este nos dará la mordida. No conocemos el resultado.

No es mucho lo que puedo contar de Siete flores en el barsin descubrir la trama. Empero, les aseguro que se trata de una obra absolutamente diferente a las por mi antes escritas. En esta hablo de la gente de teatro. De sus egos, sueños, dudas, envidias, apetencias; etcétera. Igual que de las siempre tirantes que son las relaciones internas entre divas teatrales. Mis “flores” escénicas son aparentemente amigas; pero, créanme, es muy difícil que una gran actriz tolere realmente a otra. El lugar preferido de una diva para mirar a otra es la yugular. Así es el asunto en nuestro particular y singular "universo", aunque nunca se admita públicamente.

El año que viene presentaré esta nueva pieza. Claro, si antes no soy asesinado por encargo. Supe, y lo denuncio para intentar evitarlo, que varias actrices han creado una especie de alcancía. En esta se reune el dinero que pagarían a un identificado sicario. Me parece que sería un error imperdonable eso de matarme, porque este mundo aún no está preparado para perderme.


Nos veremos en escena el año que viene… si me dejan. Ja.


¡Telón… o salud!