jueves, 29 de octubre de 2009

Premisas sencillas para un dramaturgo principiante



Introducción:
Ocasionalmente a todo dramaturgo alguien preguntará ¿Cómo escribir una pieza de teatro? La respuesta parecería simple. No es así.
Para nosotros escribir teatro es algo tan natural que lo hacemos desde un mecanismo interior que nos resulta “mecánico”.
Sin embargo, mi experiencia corrigiendo textos teatrales (hasta de intelectuales connotados que intentan ser dramaturgos, pero que al parecer no tienen ideas de la estructura que demandan las obras de teatro), me indica que hay serios problemas en ese sentido. 
Esa estructura es imprescindible ya que, prácticamente, se convierte en un código escénico.

Como un aporte a los interesados brindamos esta premisas sencillas que servirán de mucho a los que se inician. 


Estructura básica:
Las obras vienen divididas en actos (muchas tienen solamente uno), los actos en cuadros y los cuadros en escena (que se determina con la salida o entrada de un un personaje).

Estructura física:
Las obras de teatro son dialogadas. Tienen acotaciones y algo un poco más complejo que llamamos condiciones dadas.
Generalmente las acotaciones se presentan en un formato diferente (entre paréntesis, en mayúsculas, cursivas, negritas, etc.) al de los diálogos. Así los futuros lectores y realizadores teatrales no podrán confundirse.
Usualmente los dramaturgos inician la pieza dando instrucciones panorámicas sobre los personajes, escenografía, vestuario y hasta luces. Pero advierto que no todos siguen este patrón formal.
Los nombres de los personajes aparecerán en mayúsculas o en un formato que demuestre claramente su condición. Cuando su nombre es citado dentro de un parlamento se siguen las reglas gramaticales normales.

Dos tipos de acotaciones en mi obra “Obsesión en el 507”:
UNA LUZ EN MOVIMIENTO NOS MUESTRA INTERESANTES DETALLES DEL INTERIOR DEL APARTAMENTO 507: FOTOS DE ACTORES Y ACTRICES FAMOSOS, CARTELES DE PELÍCULAS, UNA CÁMARA DE VÍDEO EN SU TRÍPODE, DOS SILLAS DE DIRECTOR DE CINE, UN MEGÁFONO, DOS TELEVISORES GRANDES, DOS MONITORES DE CINE, DOS CATRES EN EL CENTRO, UNA MESITA CON DOS TELÉFONOS DISTINTOS Y UNA MESA DE COMER PARA CUATRO PERSONAS.
BLANCHE: (ESTALLA EN RISA. ABANDONA SU PAPEL DE POLICÍA.) ¡Te engañé!

Las condiciones dadas son especificaciones que hace el autor, dentro de los parlamentos, sobre personajes o aspectos de la escena.
LUCRECIA: Siempre estás buscándole la quinta pata al gato. Ciertamente me llamo Lucrecia, pero quien es Borgia aquí eres tú.
BLANCHE: Sin embargo, la que tiene su obsesión con los venenos no soy yo, no. ¿Qué estabas viendo en la tele?
LUCRECIA: “El lado oscuro del corazón”.
BLANCHE: ¡Pero otra vez! ¿Qué? (IMITANDO A UNA ARGENTINA.) Hija, ¿planificas envenenar a Subiela?

Los personajes:
Como lo único realmente imprescindible en el teatro son los actores es importante que el dramaturgo precise bien el perfil de los personajes de una pieza teatral. Estos son los seres que llevarán toda la trama, todo el mensaje y los objetivos de la obra. Serán tanto como demande la pieza.
Los dramaturgos cuidarán siempre de no traicionar a sus propios personajes. Luego de ser “creados” ellos tendrán comportamientos específicos, ademanes propios y emociones particulares.
Todo dramaturgo debe procurar que las acciones que ejecutan sus personajes correspondan con la sicología que él les ha construido. Después de esto los personajes adquieren cierta “independencia”.
Conozco obras de teatro donde los personajes en algunos parlamentos asumen posiciones sociales, políticas y filosóficas que no les son propias. Estas corresponden, más bien, a conceptos del dramaturgo, que en este caso debió incluirse él mismo como personaje.

Parlamentos y acciones de los personajes:
Los parlamentos son las palabras que el dramaturgo asigna a sus personajes. Estos deben estar acorde, como ya hemos dicho, a las características de los mismos.
El diálogo continúo, excepto en los monólogos, es lo usual dentro de una pieza. teatral. Cuando un personaje se explaya explicando una situación a ese parlamento llamamos soliloquio. Efecto que tiene que ser administrado cuidadosamente. Su proliferación puede hacer la obra lenta y pesada. El diálogo picado siempre ayudará al ritmo de la obra teatral.
Todo lo que los personajes realizan en el escenario se llama acciones. Estas (como enseñó Stanilavsky) deben ser “lógicas, coherentes y reales”.
Hay dos tipos de acciones: Físicas y sicológicas. El equilibrio de las mismas es vital en un buena pieza teatral.
Todas las acciones de los personajes deben dirigirse, directamente, hacia la Línea General, Línea Ininterrumpida (La trama o tema de la obra). 
 
La trama:
Es aquello de lo que trata la obra. Lo que ocurre. Los sucesos de la misma. Lo que cuenta el dramaturgo en su obra.
Todo lo que confluye sobre el escenario -¡Todo!- debe estar orientado a alimentar esta Línea General. Cuando acciones y sucesos no cumplen esta condición y parecen ir en líneas paralelas a la trama, esta se vuelve confusa y no atrapa a los espectadores.

Los hechos importantes:
El dramaturgo tiene que ir poniendo en su obra hechos transcendentes que de vez en cuando sacudan al espectador. De no hacerlo su obra será aburrida. Demás está decir que los hechos tienen que corresponder con la Línea General de la obra.

Tiempo y espacio.
Las obras ocurren en un tiempo específico (algunas veces los autores son anacrónicos adrede procurando cierto tipo de efecto. En este caso el dramaturgo debe tener una lógica que justifique su anacronismo).
Un buen dramaturgo sabe que los seres humanos no actúan igual ahora que en el medioevo, que nos comportamos diferentes en el crudo invierno y en el caluroso verano, que variamos los comportamiento entre noche y día.
Las escenas transcurren en un tiempo teatral que la mayoría de las veces no tiene relación con el real.
Las piezas tienen su propio espacio vivencial. Ocurren en España, Rusia, República Dominicana, Puerto Plata, San Pedro; etcétera. Este hecho determina características singulares en los personajes.
En la realización escénica las obras ocurrirán en un escenario específico, con una o algunas escenografías. (Ciertos experimentos teatrales muestran varios espacios en el edifico en que se presenta la obra). El autor teatral tomará muy en cuenta las limitaciones de espacio que tiene el teatro.
Cuando algunos narradores escriben teatro tienen a olvidar estas limitaciones y hacen que sus personajes transiten tanto, que más que una pieza teatral escriben un guión de cine. 
 
Convencionalismos teatrales.
-El más notorio es el de los apartes. En ellos los personajes dicen parlamentos que los demás personajes, supuestamente, no escuchan.
-Una coma determina un inflexión.
-Tres puntos es una pausa muy breve.
-Una pausa es un corto silencio.
-Un silencio es un tiempo más largo sin palabras; pero siempre con acciones.
-Para muchos el teatro completo es un convencionalismo cuyas “verdades” son simplemente escénicas.

Lenguaje y estilo.
Las piezas teatrales definen su propio lenguaje. Este dependerá de los objetivos que persiga el autor, de la época, del país y los personajes.
Aparte de los estilos literarios tenemos en el teatro: tragedia, drama, comedia, sátira, melodrama, paso, entremés, auto, etc. 
 
El conflicto:
Para mi la célula madre del drama teatral es el conflicto. Aprendí de Octavio Paz que la gran literatura no es la que presenta al ser reconciliado consigo mismo, sino con el alma hecha jirones.
En este sentido los personajes tienen que entrar en contradicción con alguien o algo en el escenario. La intensidad de esas contradicciones hará más o menos interesante la pieza teatral. Manejar esta dialéctica es lo que nos convierte realmente en dramaturgos.
Debemos tener cuidado con los personajes históricos. No podemos presentarlos en el teatro en una sola dimensión (la que ya le asignó la Historia en su condición de héroe o heroína).
¡No! Ellos, como humanos, no son “químicamente” puros. Tienen pasiones como todo el mundo.
Si no las tienen, si no tienen conflictos (O no nos atrevemos a escribirlos) no nos sirven para ser llevados al teatro. Hagamos entonces con ellos un buen documental.

Texto Literario y Texto Dramático:
El Literario es el que escribe solamente el autor teatral. Empero, este debe saber que su texto será representado por otros: Directores y actores.
Precisamente es a estos a quienes corresponde convertir ese Texto Literario en un Texto Dramático, que es el que llega directamente a los espectadores y, desgraciadamente, también a los críticos y criticones.
¡Corran! ¡Telón! 

Nota: Un truco. Yo acostumbro a escribir primero un especie de cuento de unas mil quinientas palabras.  En este cuento narro la historia completa que luego formularé como obra de teatro. También hago un esquema literario con los nombres o características de las escenas que incluiré en la pieza en construcción. Les doy estos "atajos" pero no lo digan por ahí.

G.C.