martes, 29 de mayo de 2012

EL FOLKLORE NO MUERE, SE TRANSFORMA

EL FOLKLORE NO MUERE, SE TRANSFORMA

 Por Dagoberto Tejeda Ortiz
Sociólogo

 
El investigador dominicano Moisés Vargas, ha abierto un gran caldero de grillos, dejó de par en par la puerta de un departamento del infierno donde se alojaban demonios dominicanos y desató vientos huracanados que se están originando dentro de nuestro pedazo de isla. El huracán principal, el de mayor fuerza moral e intelectual, lo ha constituido mi entrañable amigo, el nunca suficientemente admirado y aplaudido Dagoberto Tejeda Ortiz. La Pasión Cultura publica hoy un artículo aplastante del querido Dago sobre los tópicos por Moisés cuestionados. Recomiendo amarrarse en sus sillas para leerlo, porque son desbastadores los vientos  que impulsan las palabras de Dagoberto. Como es habitual aclaramos que los gráficos lo hemos colocado nosotros. ¿Se ataron bien? Pues comiencen a leer.


El señor Moisés Vargas expresó en una reciente entrevista a un diario local: “El folclor dominicano murió y vengo a hacerle una misa de cuerpo presente, enterrarlo en una caja de muerto para luego ver como lo resucitamos”. Lo más “anticientífico” es afirmar que el folklore ha muerto, porque elimina su dimensión dialéctica, su dinámica de cambio, que su característica fundamental. El folklore nunca muere, se transforma. Además los folklorologos, los estudiosos de folklore, en caso de que fuera así, no lo pueden “resucitar” porque ellos no hacen folklore, solo el pueblo puede hacerlo.

Agregó en su entrevista, que en el país el folklore murió “porque aquí nada de lo que se está haciendo es folclor, lo que se está haciendo es cultura popular y lo popular no es folklore”. Es desconcertante esta visión desfasada de Moisés porque lo “popular” desde que fue inventado el término “folk-lore” en Inglaterra por William John Thoms en 1846, ha sido una variable fundamental de esta rama de la Antropología que se ha mantenido en todas las clasificaciones propuestas hasta hoy y no comprendemos esta afirmación cuando él dice que estudió en Cleveland State University, porque las propuestas criticas más objetivas a las teorías tradicionales sobre el folklore se han venido haciendo en Estados Unidos desde la década de los sesenta, donde se plantea exactamente todo lo contrario de lo que él dice, ya que el folklore es cultura popular.

Aquí se creen que el folclor dominicano son las máscaras de diablo cojuelo y los carnavales. Eso no es folklore, eso son expresiones populares y lo popular no es folclórico”, reafirmando su conceptualización anterior. No sabemos de dónde sale esta conclusión, ya que en su entrevista él no define lo que entiende por folklore y reiteramos nuestro asombro de diferenciar y discriminar lo popular de lo folklórico, variable para nosotros imprescindible en la caracterización del hecho folklórico ya que solo el pueblo es el creador y el protagonista del folklore.

En la entrevista se afirma que “Vargas dice conocer los grupos de baile folclórico del país y asegura que sólo tres están haciendo un trabajo “aceptable”. A su juicio son el Teatro Popular Danzante que dirige Senia Rodríguez, el grupo Sangre Mulata y el Ballet Folklórico de Santiago. Primero es una afirmación irrespectuosa y demuestra un profundo desconocimiento de Moisés sobre el trabajo de los grupos de proyección folklórica a nivel nacional. En un análisis objetivo y justo, no se puede ignorar, por ejemplo, el trabajo serio de años de Reyes Moore en Cotuí, de Rafael Armanzar en Santiago, de Chombolo con el Ballet Folklórico Casandra Damirón, en Barahona y mucho menos, el legado del maestro José Castillo Méndez, el investigador más acucioso e importante de los bailes folklóricos dominicanos, con su Ballet Folklórico de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

Finalmente, Moisés expresó que aquí “no se está investigando folclor” y que a pesar de los años que ha vivido fuera no se ha desactualizado “porque con la tecnología uno está tan presente como cualquiera”. Lamentamos estos juicios que exhiben una exuberancia de desconocimiento de la investigación de la cultura popular y si él quiere del folklore en el país, porque en los últimos años han habido la mayor producción de investigaciones científicas en la historia del país. Moisés, no se con cuales medios de comunicación, con que “tecnología” en tu ausencia ha obtenido las informaciones para mantenerse actualizado sobre la producción folklórica en el país, cuando él sabe que en el estudio y en el conocimiento del folklore lo fundamental no es sola la documentación sino la vivencia, la observación-participante y eso es imposible conseguirlo desde afuera.

De todas maneras, sus afirmaciones y conclusiones son importantes para abrir el debate frontal sobre estos temas. La Dirección de Cultura de la UASD que dirijo en este momento, organizará próximamente un conversatorio para que discutamos estos temas. ¡Espero que Moisés esté presente!