lunes, 3 de enero de 2011

Ernesto Báez reflexionando.

Ernesto Báez es un notable actor dominicano, gran locutor y productor de bandas sonoras en toda su dimensión. Recientemente ha publicado unas reflexiones en Internet producto de investigaciones realizadas, precisamente en esa magnífica herramienta (cuando se prefiere) que es ahora el cibert-espacio. A La Pasión Cultural le satisface mucho cuando gente joven, hacedora de artes, entra en esta honda de la cultura y el pensamiento, sin importarle si compartimos o no todos los juicios emitidos. Desgraciadamente son pocos los Ernesto Báez que han descubierto lo apasionante que puede resultar ser el conocimiento y el correcto uso de la razón. Al suscrito le alarma la cantidad de basura que encuentra en el Facebook, en Twitter y otras yerbas poco aromáticas del Internet. Por eso celebra esta reflexiones de Ernesto y se apresura a publicarlas con gráficos aportado por el blog.


¡Bien por ti, amigo y colega Ernesto Báez!

Países muy ricos, países muy pobres. Y nosotros, para donde es que vamos?

Particularmente siempre ha llamado mi atención la diferencia entre algunos países que han llegado a ser realmente muy ricos, organizados y con un buen nivel de desarrollo, en comparación a otros que también pudieran ser ricos y sin embargo se quedan atrapados en la pobreza.

Leyendo algunos libros, así como artículos en Internet y una que otra revista, también escuchando algún que otro audiolibro sobre cómo se crean las riquezas y se mueve el dinero en el mundo, encontré cosas muy interesantes sobre este tema.

Antigüedad de la Cultura:
Resulta que entre los países pobres y los ricos, la diferencia no está en la antigüedad de su cultura. La India y Egipto son ejemplos que lo demuestran, tienen miles de años de antigüedad y sin embargo son muy pobres. Por otro lado países como Australia y Nueva Zelanda, que hasta hace poco más de 150 años eran desconocidos, hoy en día son países desarrollados y ricos.


Recursos Naturales:
Por otro lado, la diferencia entre países ricos y pobres tampoco está en los recursos naturales que poseen. Así vemos por ejemplo a Japón. Hace 65 años era un país devastado por la segunda guerra mundial. Apenas tiene un territorio comparativamente pequeño y montañoso por demás, que no sirve para la agricultura y la ganadería, y sin embargo es una de las más grandes potencias económicas del mundo. Funciona como una gran fabrica flotante, importando materia prima de todo el mundo, procesándola y luego exportando el producto resultante también a todo el mundo, acumulando de esta forma riqueza.

Otro ejemplo interesante es el caso de Suiza, sin mares ni océanos, tiene una de las mayores flotas de barcos del mundo. No tiene plantaciones de cacao, pero sí el mejor chocolate del mundo. A pesar de tener unos pocos kilómetros cuadrados, cría ovejas y cultiva el suelo solo cuatro meses al año porque en los restantes es invierno. Tiene los productos lácteos de mejor calidad de toda Europa y entre los mejores del mundo. Al igual que Japón no tiene productos naturales pero da y exporta servicios con un altísimo estándar de calidad muy difícil de superar. Es un país pequeño, que su seguridad, orden y trabajo lo han convertido en la “caja fuerte” del mundo.

Inteligencia de las Personas:

La inteligencia de las personas, tampoco es lo que marca la diferencia entre los países ricos y los países pobres. Así es como vemos a personas de países pobres, que emigran para estudiar en los países ricos y obtienen excelentes resultados en su educación. También, de manera constante vemos como ejecutivos de países ricos visitan fabricas ubicadas en países pobres, y nos damos cuenta de que no hay gran diferencia intelectual entre los ejecutivos de ambos países. Incluso, en muchas ocasiones vemos a ejecutivos de países pobres, emprender inteligentes e ingeniosas iniciativas, que en muchos casos responden a las limitaciones y circunstancias adversas por las que tienen que atravesar.

Entonces, viene la gran pregunta.
Países ricos y países pobres. ¿Donde esta la diferencia?

Cuestión de actitud
Un reciente estudio, al ponderar la conducta de las personas en los países ricos, han concluido que la diferencia está en la “actitud” de las personas. En los países más ricos del mundo la gente coincide en una serie de “actitudes” y “reglas” que aplican en su día a día:
  1. Lo ético como principio básico.
  2. El orden y la limpieza.
  3. La integridad.
  4. La puntualidad.
  5. La responsabilidad.
  6. El deseo de superación.
  7. El respeto a las leyes y los reglamentos.
  8. El respeto por el derecho de los demás.
  9. El amor por su trabajo.
  10. El esfuerzo por la economía y emprender con ímpetu el trabajo.
En los países pobres solo una pequeña parte de la población, casi ninguna, sigue estas reglas en su vida diaria. Los países pobres, no son pobres porque les falte riqueza natural, o por que Dios así lo quiso, “simplemente son pobres por su ACTITUD”.
 
Ante esto me pregunto constantemente ¿hacia donde vamos nosotros? ¿evolucionamos o involucionamos? ¿enriquecemos o empobrecemos?
 
Tomando en cuenta lo que vemos en nuestro país en el diario vivir, nuestro proceso de ser sociables, nuestra debatida calidad educativa, nuestro simple transitar por las calles, podemos ir sacando nuestras propias conclusiones.

Creo que adoptar estas prácticas es lo más saludable. Todo es cuestión de voluntad. Son cosas que me recuerdan tanto al sentido común y a los valores familiares. Mostrémosle a otros su importancia o simplemente enseñémosle a quien nos corresponda, a mí como padre me toca la responsabilidad de mis hijos. Podemos hacer que nuestra actitud sea diferente para con nosotros mismo, para nuestra sociedad. Es un hecho que nuestra actitud cambia a voluntad según las circunstancias. Constantemente se ve demostrado cuando viajamos a otro país, como nuestra actitud es tan diferente. ¡Hay que imitar lo bueno señores! Así nos iremos alejando de la pobreza y la mediocridad.