lunes, 29 de julio de 2013

El chisme de las musas: ¿Erán tres, cuatro, siete, nueve o diez?


 El chisme de las musas: 
¿eran tres, cuatro, siete, nueve o diez?


El término “musa” proviene del griego antiguo μοῦσαι (mousai). Los primeros aportes a su leyenda nos los da el historiador griego Pausanias.

Originalmente era tres:
Ciertamente los griegos nos hablan, primero, de tres musas: Meletea, de la meditación; Mnemea, de la memoria y Aedea, del canto.

En Delfos eran otras:
En Delfos originalmente también eran tres; pero sus nombres coinciden con las cuerdas de la lira de Orfeo: Nete, Mese e Hípate. También fueron nombradas como: Cefiso, Apolonis y Boristenis.


 Siete musas:
Luego, algunos escritores griegos comienzan a hablar de siete musas o ninfas, ya que habitaban en las fuentes: Neilo, Tritone, Asopo, Heptapora, Achelois, Tipoplo y Rhodia.

Cuatro musas hijas de Zeuz y Plusia:
Se supone que estas cuatro eran: Telxinoe, Aede, Arje y Meletea.

¿Finalmente nueve?
Luego establecen que las musas eran nueve diosas menores, hijas de Zeuz y Mnemósine (diosa de la memoria.), que tenían a cargo amenizar con sus cantos y danzas los banquetes de los dioses del Olimpo; dirigidas por Apolo (dios del fuego solar y de la belleza, de las artes plásticas, la música y la poesía), cerca de las fuentes del Parnaso. Algunas veces descendían a la Tierra y actúan de mediadoras entre lo divino y lo humano, proporcionando inspiración a los artistas.

Homero, efectivamente, cita este número, pero nunca mencionó sus nombres. El primero en nombrar a las nueve fue Hesíodo:


Calíope (Καλλιόπη), la de la bella voz: 
               Musa de la elocuencia y de la poesía épica. Sus diferentes representaciones  
               artísticas  son una corona de laureles, un libro, una tablilla, un estilete y una  
               trompeta.

Clío (Κλειώ), la que celebra:
              Es la musa de la historia. Sus diferentes representaciones artísticas son una   
              corona de  laureles, un libro o un pergamino, una tablilla, un estilete y un cisne.

Erato (Ἐρατώ), la amorosa:
             Es la musa del arte lírico de la elegía. Sus representaciones artísticas con una lira, 
             una viola y un cisne.

Euterpe (Ευτέρπη), la del deleite:
            fascina con el hechizo de la Música a hombres y animales, musa de la música

Melpómene (Μελπομένη), la del cantar:
           habla del sufrimiento y de la muerte, temas fundamentales del Teatro de la Tragedia.

Polimnia (Πολυμνία), la de muchos himnos:
           inspira a los poetas que se acompañan de la lira y preside la Poesía Lírica.

Talía (θάλλεω), la del florecer:
           se burla de todas las cosas, es la musa de la Comedia.

Terpsícore (Τερψιχόρη), la del deleite de la danza:
          se consagra a los ritmos de la Danza.

Urania (Ουρανία), la celestial:
          es la musa de la Astronomía, canta la armonía de los astros.

El museo era originariamente el templo de las musas, que se alzaba sobre una de las colinas de Atenas. El término música designaba en un principio al conjunto de las artes presididas por las musas.

Safo de Lesbos, la décima musa:


Algunos escritores griegos clásicos colocaron a la poeta Safo de Lesbos como la décima musa. Pero ésto fue, más que otra casa, un reconocimiento a sus inmensos talentos, belleza y aportes literarios. Safo llegó a  ser colocada entre los Nueve Poetas Líricos Griegos. Se acepta que Safo y Alceo fueron los más destacados poetas líricos de la Grecia Clásica.


En mi sueño cerca se me aparece
tu graciosa imagen, sagrada Hera,
la que los ilustres reyes Atridas
vieron con ruegos;

pues llegado el fin de la empresa de Ares,
junto al Escamandro voraginoso,
no pudieron ir desde aquí sus naves
hasta su casa

sin hacer ofrendas a ti y a Zeus
y al amable dios que engendró Tiona.
Sacrificios puros te ofrece el pueblo
hoy como entonces:

las doncellas traen un hermoso peplo
y a tu altar se agrupa junto con ellas
la apretada fila de las mujeres...

¡Telón!

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