lunes, 28 de junio de 2010

Villalona visto por Augusto Feria


Nota: Augusto Feria fue el elegido para escribir y leer las ponderaciones oficiales sobre Rafael Villalona, hombre completo de teatro a quien se le dedicó el Primer Festival Nacional de Teatro en la República Dominicana. Hoy, casi al finalizar ya el Festival, publicamos las ponderaciones de Augusto sobre el destacado teatrero criollo.

Villalona tiene hoy varios motivos para estar contento: "Su" Festival ha sido un resonante éxito. Ni el infame Basilio Nova, a pesar de sus serios intentos anti éticos (el último lo protagonizó anoche al intentar humillar a la digna Compañía Nacional de Teatro, por cuyo honor el gran actor independiente Víctor Pinales salió radicalmente a pelear) ha logrado deslucirlo. Más aún: quienes han intentado escupir la sopa del inolvidable Festival han mordido el polvo de la derrota y se han desacreditado más de lo que ya estaban.
Pero Rafael Villaona tiene otro motivo muy especial para celebrar. Resulta que cuando fue esta semana a la Plaza de la Salud para el tratamiento que le siguen a su enfermedad, los médicos decidieron dosificar sus medicinas y el tratamiento ante el avance espectacular de su recuperación. Desde luego que no está ya sano. No. Pero cada día el disciplinado enfermo exorcisa los demonios que invadieron su sangre.

 ¿Viva Villalona y el teatro dominicano! (Creo que acabo de cometer un pleonasmo.)

 Ahora sí... leamos lo que es escribió sobre el destacado director teatral uno de sus grandes actores: Augusto Feria.
Expectantesy formales, estaban aquel día los compañeros de trabajo y de toda la vida;Rafael Villalona y Delta Soto, mientras escuchaban a César Olmos leer la DeclaraciónTeatral con que se inauguraba el grupo Nuevo Teatro, que sería para ellos suporta estandarte teatral por siempre. Ese 10 de enero de 1969, en la plazoletade La Atarazana, estaba muy consciente Rafael, a sus 26 años, del arduo trabajoque le esperaba para su futuro incierto. Apenas a un mes de su llegada deestudiar en el Instituto Estatal de las Artes Teatrales (GITIS, por sus siglasen ruso), de Moscú, en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS),conocido también como Instituto Lunacharski. Habían realizado una evaluación dela actualidad teatral dominicana y las perspectivas, no eran para nadahalagüeñas. El problema más grave tenía que ver con la infraestructura actoralexistente: “Evidentemente que el desprecio del teatro-tradicional-formalistapor las posibilidades expresivas del cuerpo humano, tiende a limitar al actor aun solo medio de comunicación: la voz”, decían en esa DeclaraciónTeatral. El plan, entonces, consistió en priorizar soluciones en un marco deobjetivos a lograr, a saber: dar a conocer el Método de Stanislavski enprimer lugar, para lograr la formación de nuevos actores y actrices, mediantemontajes y talleres; sus resultados presentarlos si fuera necesario, en nuevosespacios escénicos – a falta del comprometido escenario oficial –para obtener de esta manera, el nuevo público necesario para la nueva visión,de democratización teatral. Luego, en el camino, la dialéctica fueposibilitando la difusión del fenómeno teatral ampliándolo, al través de losmedios masivos de comunicación; después, con la descentralización de laformación y la difusión del teatro, llevándolo a las demás provincias delinterior, con las presentaciones de su grupo en particular y con lasrepresentaciones del teatro dominicano a nivel internacional.

Cincoobras de teatro, esencialmente, dan inicio a la labor de Rafael Villalona,figura señera de las artes escénicas dominicanas. “Pirámide 179”,de Máximo Avilés Blonda; “Los ojos grises del ahorcado”, de RafaelÁñez Bergés; “Pluff, el fantasmita”, de María Clara Machado;“Over”, de Ramón Marrero Aristy y “Vietnam hoy”. Con“Pirámide 179” obtiene el premio del público del  Festival deManizales, Colombia. Con “Los ojos grises del ahorcado”, logra unéxito impresionante en el movimiento teatral de la época, ganando en PuertoRico el premio al “mejor equipo actoral” otorgado por el SegundoFestival Latinoamericano de Puerto Rico, cuyos gestores fundaríanposteriormente el CELCIT, e iniciando la representación teatral internacional,como directivo en Santo Domingo de ese centro latinoamericano de creación einvestigación teatral. Como obra infantil consigue con “Pluff, elfantasmita” un éxito tan tremendo, que obliga a la crítico más importantede la época, María Ugarte, a retractarse de su comentario inicial; luego deasistir con su nieta –  de nuevo, a insistencia de la niña – y alver al través de la pequeña, las reacciones infantiles, comprendió que el findel deleite estaba dirigido a ese tipo de público, detalle este que no pudo ver,en la primera ocasión, escapándosele a su inalterable criterio adusto yprofesional. Con “Over” y  “Vietnam hoy” continúa  suplan inicial con el Teatro Universitario de la Universidad Autónoma de SantoDomingo (UASD), de dar a conocer el Método de Stanislavski; el nuevogiro estuvo en la aplicación de la creación colectiva para los trabajos, con lonovedoso de que los actores debían de llegar a los objetivos planteados por supropia vía, a falta de la jerga normalmente común del Método, que enesos momentos era desconocida en Santo Domingo; los actores debían utilizar lasterminologías, caminos y experiencias de las profesiones que estudiaban; era unverdadero teatro experimental, en la búsqueda de la verdad del Método,que dio frutos, pero no fueron satisfactorios y debía de profundizar.

Comoconsecuencia de los planes originales de difusión teatral, las circunstanciasparieron la posibilidad de hacerlo al través de la televisión, esto lo llevaríaa dos comprobaciones diferentes, en el tiempo y en el espacio; “Primerafila”, en 1973 y “Los dominicanos hacemos los clásicos” endos etapas 1978 y 1982, ambos en la emisora oficial canal 4. 

Mientras,entre una y otra experiencia en 1974, Villalona inauguraba la culminación de laidea original de Ángel Haché, Casa de Teatro – proyecto asumido porFreddy Ginebra – dirigiendo a su grupo Nuevo Teatro, en “Procesopor la sombra de un burro”, de Dürrenmatt, en el festival deinauguración. A partir de esta obra, logró la unificación de criteriosnecesaria, para tener en la enseñanza del Método un lenguaje común. 

Casade Teatro, vendría a ser la primera realidad triunfante, en la búsqueda de unespacio propio. Aunque, luego Nuevo Teatro se separaría de ella, ya Rafaelhabía realizado un intento anterior en un pequeño local en el Edificio Baquero,en El Conde esquina Hostos, luego de la desilusión de Casa de Teatro; realizóotro en la Hostos y Luperón, todos en la zona colonial de Santo Domingo. En eseúltimo local, dónde apenas cabían como sardinas en lata, cincuenta personas, seincentivó otra vez, la búsqueda de nuevos espacios teatrales con lasexperiencias de “La Boda”, de Bertolt Brecht y “Casa deMuñecas”, de Henrik Ibsen. Mientras “Casa de Muñecas” sepresentó en el cine Capitolio, “La Boda de los pequeños burgueses”hizo un periplo, además del Capitolio, que lo llevó a Las Ruinas de SanFrancisco, a la estación de bomberos de Los Mina, al Colegio Sagrado Corazón deJesús de Villa Juana, y otros múltiples lugares. Se habían experimentado ya, yse experimentarían más adelante, otros espacios; la Logia Masónica, elrestaurante Rincón Mexicano, parques, canchas deportivas, el Cinema Lumiere,clubes, siempre llevando su propuesta teatral para los nuevos públicos.

Luegode estas experiencias, Villalona, entra en una travesía nueva, trasladándosecon su familia a la Región Norte, para trabajar en el Centro de la Cultura deSantiago inaugurando el Teatro Popular del Centro (TPC). De nuevo al principalobjetivo: enseñar el Método de Stanislavski, esta vez echando mano al armaidónea del teatro popular y al apoyo total del CELCIT que le dio un abanico deposibilidades envidiable para cualquier movimiento teatral. Son triunfosnotables las obras teatrales “Las aceitunas”, de Lope de Vega y“El manto maravilloso”, de Lope de Rueda, que servirían para serentes multiplicadores adaptados, utilizándolos en talleres impartidos enbarrios, clubes, cárceles y diferentes comunidades de la región. Del TPC, cabedestacar los procesos de creación particularmente exitosos de “La lentemaravillosa”, de Emilio Carballido y “El rey clinejas”, deManuel Rueda. Después de todos estos lauros, pasó lo que sucede con todo lo quecae en manos de los políticos, luego de 4 años de éxitos inimaginables en ElCibao, que marcaron para siempre a todos sus protagonistas; todo se fue a la deriva.

En1986 la República Dominicana recibe por su venia, el premio internacional“Ollantay”, otorgado a su grupo Nuevo Teatro, mención grupo deteatro, concedido por el Centro Latinoamericano de Creación e InvestigaciónTeatral (CELCIT).

Finalmenterealiza el sueño de su vida, la construcción de un teatro pequeño en la calleSan Juan Bosco, que vino a ser su mayor éxito, por los resultados, de sucarrera hasta ese momento. Allí realiza los estrenos de “El pagador depromesas”, de Días Gómez; “El contrabajo”, de PatrickSüskind; “Buenas noches mamá”, de Marsha Norman; “1789 larevolución ha comenzado”, de Ariane Mnouchkine; “Maquiavelo ahoraes comedia” (basado en “La mandrágora”), de NicolásMaquiavelo; “El veneno del teatro”, de Rodolfo Sirera; “Lasecreta obscenidad de cada día”, de José Antonio de la Parra, así como elimpresionante montaje de “La noche de los asesinos” de José Triana;más otras actividades en las que participa como productor o actor, y algunasmás, dirigidas por María Castillo y Félix Germán, entre otras, da a esteproyecto teatral una calidad envidiable y no repetida hasta los momentosactuales. 

Para1992, logra armar un tinglado gigantesco, con “Opera merengue” – y lagenerosa ayuda de la UNESCO, que permitió que se pagaran los ensayos, tal vezpor primera vez – donde logra establecer contacto con artistas populares,clásicos, folklóricos; donde se genera una dramaturgia propia, dominicana, enbúsqueda del héroe escénico nacional. Acompañado todo esto de canciones detextos estupendos y música con arreglos pegajosos. Solamente faltó en esteespectáculo la comprobación del público crítico, para ir arreglando la cargapor el camino,  como también la integración absoluta de todos los factoresescénicos  involucrados, técnicos de producción, y la visión político culturalde las autoridades del momento, frente a una propuesta novedosa convirtiendo laexperiencia en un diamante echado a la basura.

Merecidaes por demás esta exaltación de Rafael Villalona como Gloria del TeatroDominicano, director acucioso y maestro de varias generaciones de actores, queal través  de sus trabajos exitosos y militantemente instructivos como“La voz humana”, “El daño que hace el tabaco”,“Tres historias para ser contadas”, “Proceso a un hombreloco”, “Los invasores”, “La opera de trescentavos”, “Las sillas”, “Un tranvía llamadodeseo”, “La guerrita de Rosendo”, “Hoy de hoy de milnovecientos hoy”, “Aquí no paga nadie”, “Elentierro”; instructivos tanto para los actores, que disfrutaban divertidosel proceso de ensayo, como para el público que se complacía con el resultadofinal, hacen de Rafael Villalona paradigma del teatro dominicano y universal.

Debemosterminar con sus propias palabras, que dan muestra de su permanentesolidaridad: “Siempre hemos sostenido que el teatro es una tarea deequipo. Por lo que a mí me toca, mal estaría celebrar, sin compartir. Esta seráuna exaltación del teatro independiente dominicano y de todos aquellos que consu talento, sus aportes y sacrificios han logrado colocar al teatroindependiente en los niveles de atención, incluso oficial, en el cual seencuentra hoy. Permítanme compartir y darles las gracias. Muchos aplausos porsiempre.”

actor Augusto Feria.