miércoles, 15 de septiembre de 2010

La nota de Chiqui


Nota: Luego de la carta que publicamos de Teo Terrero comentando nuestra entrega sobre la falta de profundidad en el teatro criollo, Sheresada (Chiqui) Vicioso prestigia este cultural blog con la breve, aunque certera, nota que nos envió. Siempre hemos dicho que cuando los dioses y las diosas se interesan por nuestras cosas no tenemos otro camino que agradecerles. Publicamos, inmediatamente después de la nota de Chiqui, un trabajo sobre ella que escribiera el sólido intelectual Miguel de Mena. Y como una ñapa el poema "Desvelo"; de Chiqui, por supuesto.
Luego, y continuando con nuestra idea de contar al menos la historia gráfica del teatro criollo, publicamos las imágenes que nos ha enviado Mario Lebrón y la última remitida desde New York por Carlos Espinal.
Mañana, a propósito de una expresión de Chiqui Vicioso en su nota, publicaremos varios poemas de Miguél Ángel, para el suscrito el más grande artista de la humanidad, que aún siendo renacentista tenía una agría enemistad y tirantez con algunos artistas del renacimiento, sobre todo con Leonardo Da Vinci.


y hace falta alegrarse cuando alguien se inicia en las tablas, y si viene de otras disciplinas o géneros artísticos mejor.  La gente que querría hacer teatro tiene terror de la reacción del gethoe, porque la tendencia es agredirles no abrirles los brazos...definitivamente no somos renacentistas.


Luego están la deshonestidad y las falsas competencias, "que si el montaje es mas importante que el texto o viceversa", y las pretensiones escriturales en gente que no puede escribir una carta sin faltas ortográficas.  Estupideces que echan a perder proyectos que pudieron haber revolucionado el genero.  Definitivamente no somos renacentistas.

Chiqui Vicioso
 

CHIQUI VICIOSO Y SUS EXTRAÑOS ULULARES
 
Miguel D. Mena



Si todo se hormiguea allá abajo, con las luces de Santo Domingo apagándose y los cinturones aquí apretados, algún poema tiene que ver. Tiene que producirse el consuelo de las imágenes, la fluidez de alguna palabra estableciendo las líneas aureáticas, las sombras que nos dan la sensación de densidades en el alma.
Chiqui Vicioso tiene que aparecer por esa puerta. Tiene que ver su poesía, su teatro, su presencia. Tiene que estar algo ahí redefiniéndonos, sacándonos chispas, moviéndonos por esos terrenos clandestinos de la amistad blindada.
 
Titulada en ciencias sociales, pedagoga de profesión, poeta, diplomática de la creatividad local, sus logros ponen a la deriva todos aquellos clavos con los que la dominicanidad oficial se sustenta. Nacida en Santiago a finales de los 40 dentro de una familia donde la Poesía Sorprendida se respiraba por parte de la madre, ella también una gran poeta, su vida se constituiría en ululares extrañísimos.
 
El Nueva York de los setenta sería la primera estación de un mundo que se ha estado cruzando palmo a palmo de este lado del hemisferio. Guinea-Bissau, Brasil, Nicaragua, Cuba, Bolivia, son algunos de los planos donde se han formado esas coordenadas. La mujer ha sido uno de sus pilares. Gracias a ella nos adentramos en el mundo de Julia de Burgos, y de paso, se produjeron importantísimas revelaciones de uno de los amantes de la autora puertorriqueña, Juan Isidro Jiménes Grullón. Luego vendrían traducciones de Sylvia Plath, pensamientos sobre los problemas de género desde los años 80.
Al mismo tiempo que la promoción de estas autoras y sus temas se producía, también había una gran labor de aglutinamiento de artistas en un trabajo multidisplinario. Produciría entonces una serie de trabajos con los creadores plásticos más reveladores del momento, Tony Capellán, Belkys Ramírez y Jorge Pineda. Redescubrimos el libro como objeto de arte, el valor de las texturas, los colores, las formas. El libro no sólo era para ser leído, sino para verse, agudizando ese gusto cuasi-infantil que de repente perdimos alguna vez.
 
Sensible para todo lo que significara creación, ahí estaban las teorías al lado de la lírica, la consejería en proyectos educativos nacionales y extranjeros, y su irrestricta solidaridad con proyectos revolucionarios. Sin tener que ponerse alguna bandera en el pecho, Chiqui fue una de nuestras Juanas de Arco. Ahí estaba la conciencia del compromiso, la materialización de una voluntad y las ganas de pluralizarse en todo lo que conllevara una mejor condición humana.

Un buen día la poesía llegó a sus últimas costas. Nuestra autora había publicado "Un extraño ulular traía el viento". La conciencia de lo mágico caribeño había logrado una de sus apuestas fundamentales. Tomás Hernández Franco y su "Yelidá" ya no estaban solos en el parnaso dominicano. Más de cincuenta años tuvimos que esperar para tener un texto poético que nos enlazara a los aires de Aimé Cesaire, Derek Walcott y Cos Causse.
 
Después de ahí las flotas tomaron otros cursos. No contenta con el ensayo y la poesía, las nuevas aguas serían las del teatro y el ballet. Luego de un primer proyecto a partir de textos de Emily Dickinson, Chiqui Vicioso escribiría "Whiskey Sour", quizás la obra de teatro de más éxito en el último decenio del siglo XX. Si con "Un extraño ulular..." accedíamos a nuevos ámbitos de lo caribeño en nuestra insularidad, con esta obra se estaba pensando en álgunos ámbitos de la modernidad. El acto de pasar a nuevas edades, el sentido de la finitud de la existencia, se presentaban de una manera hilarante, cómica a veces, lírica siempre.
 
La mujer fue una y fueron muchas. Parecía que a "la mujer" había que irle descubriendo sus niveles para llegar a su estadio más desexuado, a su condición de ser, ser así, simplemente.
Entonces llegamos a sus variaciones sobre Salomé Ureña, nuestra poeta por excelencia, el arrebato por eso que está por ahí aunque cierto sentido común trate siempre de ocultarlo.
Todos tenemos un poquito de Salomé. Está la vida sin oropoles, las tensiones extremas del ser, esas flechas que siempre salen y que al verse tan lejos disipan todo sentido de la corporalidad.
Chiqui Vicioso ha logrado poner marcas sustanciales en esas direcciones por donde nos hemos movido. Sus cartografías son difíciles de conceptuar en una fórmula. La sensación de su obra es que las palabras muchas veces no son suficientes. Buena representante de 1968, lo suyo -y lo nuestro- está en el viento, en un mundo donde los girasoles también dan cuenta de un estado espiritual, de una búsqueda que es encuentro.
 
El viento sigue trayendo sus murmullos. Todo Santo Domingo está hormigueando allá abajo. El mar, lo que suponemos es el mar, es como un cielo al revés y sin luna. Ahora puede uno quitarse los cinturones, moverse un poco, confirmar que muchas almas de uno mismo se han quedado flotando en algún lugar, como aquellos personajes de "Perdidos en el espacio".
 
Uno sabrá, sin embargo, que no importan tanto estas levitaciones. Aquí tengo los poemas de Chiqui Vicioso. Con seguridad que los compartiré con ustedes alguna vez.
Claro que los compartiré.

I. Rojo mar, oleaje de sedas

...en redor de tu retrato
con la mirada impenetrable
y esa distancia del gesto
que intuyo era propia de las Doñas
de tu época.

II. Negra solicitud de la «impureza»

...me interesaste tú, más que tu poesía
porque concebida sin pecado original
me resultabas tan remota de mi
y de todas las mujeres
como jesucristo la primera vez
que se me atragantó la hostia
al darme cuenta de que cargaba en mi boca
su cuerpo y su sangre.

III. Rosa desatada la brisa que envuelva

...a ti no podía ni puedo cargarte
más que en la conciencia
y para eso tenía y ahora tengo
que volver a tus afanes como hija
"ejemplar" de Nicolás Ureña de Mendoza
Poeta, Abogado de buena reputación
Senador, Magistrado. Maestro y Periodista
y de Gregoria Díaz de León
...simplemente tu madre.

IV. Naranja ondulando en la blanca doblez

...de ser "nieta y sobrina ejemplar de una tía nana
que ejerció el magisterio
durante sesenta años y no se casó nunca"
y que se aseguró de que aprendieras a sufrir
o si no a sufrir a sobrellevar
tus sentimientos y a controlar
tu emotividad
esa que desde tu infancia
"te hacía llorar sin motivo aparente"
consumiéndote con mi misma enfermedad
aunque Santo Domingo no fuera Amherst
pueblecito cárcel de Massachussetts
para tu menos afortunada colega
la tímida Emily Dickinson.

V. Cimbreante arcoiris decapitando la palabra...

...los siete poemas que publicó los dió a la luz
como las Bronte, anónimadamente,
porque era impropio para una mujer
preguntar, responderse y volver a preguntar...
"¿Cuántas veces estos pies tan bajos
habrán de destacarse?
- sólo la boca soldada podía decirlo-
trate ¿podría usted remover esta horrorosa cerradura?
trate ¿podría usted levantar las aspas de acero?"

IV. Verde, rojo, violeta, en el suelo todos los azules

...la diferencia es que tú conociste el amor
más tarde y ya cuando lo conociste otros amores
- la Patria y el Magisterio-
te habían inmunizado contra el refugio
en los mundos interiores responsable
de que de Emily sólo se publicaran siete
de sus mil ochocientos poemas.

VII. Amarilla conjura de tules...

...ahora que hablaremos de Patria-Salomé
patria no es sólo Salomé la que cantas
en tus ruinas... ¡Patria desventurada!
Patria eres tú y tus largas horas
tus momentos de angustia triste
Patria era tu hijo Pedro
y tu mar (ido) Francisco
Patria es esta cotidianidad menospreciada
estos mundos cuya gloria está
en lo que se les niega de glorioso.

 Imágenes del ayer del Teatro Dominicano