lunes, 19 de septiembre de 2016

DISTINTOS ROSTROS DE VARGAS LLOSA





Por supuesto que jamás hubiera asistido a la entrega del premio “Pedro Henríquez Ureña” al apóstata Mario Vargas Llosa. Sin embargo, las imágenes gráficas, al menos, reivindican algo la dignidad dominicana.

Quiero que los lectores observen el rostro de este escritor, hoy denunciado como un plagiador profesional, en la entrega del Nobel de Literatura, del Cervantes y del premio Carlos Fuentes.
Su rostro, de divo super feliz en tabloides, no es el mismo que muestra al recibir el premio “Pedro Henríquez Ureña”.

Detalles: el presidente Danilo Medina (que tiene una participación en la ONU dentro de dos días) se fue hoy para no estar junto a Vargas Llosa. El actual ministro de Cultura dejó que el infame Luis Brea Franco (artífice real del premio a Vargas Llosa) y el (inicialmente opuesto a la adjudicación del premio y luego cómplice por aceptación), sean sacrificados como corderos destinados a los dioses.

Pienso que estas señales, y las expresiones de los rostros, son mensajes claros de que ni un premio nobel puede venir a humillar a este país.

martes, 13 de septiembre de 2016

¡Mi maldita tozudez!

¡Mi maldita tozudez!
Por Giovanny Cruz Durán.



Hay actitudes que yo por idiota, lo admito, no termino de entender. La de Vargas Llosa y la del Estado Dominicano me confunden. Me confunden mucho.

Uno de los hijos del ultraderechista escritor Mario Vargas Llosa, a quien acogimos en el país durante muchos años, ejecuta una sostenida campaña en contra de la República Dominicana. Su padre ha respaldado en varios foros esa postura. Y llegó al extremo de compararnos con la Alemania hitleriana. Entonces... ¿cómo tiene el señor Vargas Llosa el desatino de aceptar un premio que otorga ese mismo Estado “pro nazi” y asesino de nacionales haitianos?

Bajo ninguna circunstancia este artista y escritor hubiera aceptado un reconocimiento de Hitler, Mussolini, Stalin, Hussein, Franco, Somoza, Duvalier, Pinochet, Videla; entre muchos otros.

Durante una gran parte de mi vida milité en la Izquierda. Empero, cuando descubrí que los llamados países socialistas tenían mismos, y hasta peores, vicios del Capitalismo, pero sin las ventajas que uno encuentra en éste; decidí renunciar a mis antiguas simpatías políticas. Por supuesto que aún asumo postulados revolucionarios y me sigue asqueando la Derecha recalcitrante.

Fui uno de tantos que sentían admiración por Fidel Castro y la Cuba revolucionaria. Pero hace algunos años comencé a cuestionar la intransigencia de dos hermanos ancianos que, nadando contra la corriente liberal del planeta, se empecinan en esclavizar a todo un pueblo. Precisamente esto me llevó a rechazar las “eternizaciones” de los Castro. Ya no les creo y tampoco los acepto.

Entonces, ustedes quizás puedan seguirme cuando mis principios me impiden entender el asunto Vargas Llosa y por qué me opongo a su reconocimiento en suelo dominicano. Él viene el 19 del corriente mes a nuestro país, a nuestra Feria Internacional del Libro, a nuestro Teatro Nacional a recibir un premio de autoridades de una República que previamente ha tildado hasta de criminal. Aceptará ser recibido por un intelectual criollo, que ha poco defendió con gallardía en foros internacionales la soberanía, el honor y la cultura dominicanos.

¿Qué? ¿Vargas Llosa ha variado su opinión sobre nosotros? ¿Dirá ahora un discurso reconociendo que se equivocó al juzgarnos? ¿Pedirá perdón por salir a desacreditarnos? Jum. ¿O por el contrario, aprovechará el espacio estelar que le estamos brindando para reiterar sus consideraciones?

Estoy convencido que él ya no puede desdecirse. Quedaría muy mal parado frente a la opinión internacional si lo hiciera comprometido por nuestro premio y los veinticinco mil dólares que éste otorga. Entonces... permítanme otro... jum, que sugiere podríamos estar cerca de que este señor venga a escupirnos o enjabonarnos la sopa.

Igual me luce incongruente que, sin que haya mediado una disculpa pública a nuestro pueblo, traigamos finalmente al señor Vargas Llosa, cuyos méritos literarios nadie pone en duda, para entregarle una distinción tan importante para nosotros, luego de los insultos proferidos y su complicidad con una campaña de descrédito contra nuestra Patria. 

Sé que este asunto no es sencillo. El jurado del Premio PHU estaba constituido como tal. Actuó, entonces, en potestad; aunque con suma torpeza y mayor inconsecuencia. Sus sentencias no pueden ser apeladas. Pero nosotros podemos reservarnos el derecho de no hacer el ritual final de la premiación.

Me siento apesadumbrado al adelantar que no asistiré a la noche inaugural de la Feria Internacional del Libro, momento en el cual galardonarán a Vargas Llosa. Hubiera querido estar ahí. Estoy convencido de que nuestra Feria comenzará un proceso de cambios. Al parecer, el libro será —¡al fin!— su gran protagonista. Deseaba abrazar calurosamente a las nuevas autoridades del Ministerio de Cultura. No obstante, debo ser coherente con lo que pienso y con las posiciones de principio que sobre el tema que nos ocupa he reiterado. Dentro del mismo Consejo Ministerial de Cultura, al cual aún pertenezco, asumí una firme oposición a la adjudicación del galardón PHU al señor Vargas Llosa. Cuando se hizo un intento de redactar un documento de respaldo a esa acción, mantuve firme mi oposición. No la voy a variar ahora. Mi maldita tozudez me impide hacerlo.

¡Telón!

domingo, 4 de septiembre de 2016

El último instante de Guillermo y Carlota


El último instante de Guillermo y Carlota
Por Giovanny Cruz.



¿Guillermo Cordero director teatral?

Lo es. Y muy bueno. Mejor que muchos que vivimos complacientemente alabando. 

Es probable que no pocos se hayan sorprendidos al leer en los medios que Guillermo Cordero iba a dirigir la pieza teatral de Franklin Domínguez “El último instante”.

No me pongan en ese grupo. Sé, desde siempre, que Guillermo es un artista académico, formado como director internacional de eventos escénicos.

En mi condición de director teatral identifico en la puesta en escena de Cordero, códigos que sólo corresponden a un genuino realizador teatral.

He salido tan entusiasmado de la representación de “El último instante”, que me sentiría ofendido si le regatearan a Guillermo la calidad alcanzada en esta puesta en escena o se desdibujara en mezquindades circunstanciales el nivel logrado.

En perfectas complicidades Guillermo y Jeymi Díaz logran una escenografía austera, hermosa y espectacular. En la obra se rompe, en la Sala Ravelo, con el ya hastiante aposento; sin dejar de estar en un aposento. En la propuesta escenográfica de la obra, se logra una atmósfera brechtiana de profunda estética. Es justa y hermosa la escenografía que Cordero conceptualiza.  Además, Guillermo y Jaymi aportan, al final de la obra, una espectacularidad nunca antes vista en la Sala Ravelo.

El caso del diseño de luces amerita una ponderación especial. Bienvenido Miranda y Guillermo Cordero convierten las luces del evento teatral en un tremendo logro artístico. Las paredes, sólidas y blancas, de la escenografía se semi transparentan para que los espectadores no tengamos dudas del encierro de la Noemí caracterizada por la inmensa Carlota Carretero. Pero todavía las luces conceptuales de la realización escénica nos dicen mucho más. La iluminación de los intersticios constituyen el exterior presente de la obra. Todavía más: Guillermo y Bienvenido juegan con nuestra imaginación al mostrarnos, a través de sus luces, qué ocurre en el cerebro de la ex prostituta y hoy enferma mental Noemí-Carlota.
No conforme aún, las luces muestran una tercera realidad cósmica: Dios penetrando el universo particular de la Criatura. Pocas veces he visto en el teatro nuestro una utilización tan eficiente y hermosa de la iluminación. Como director teatral confieso algo de envidia.

El texto original de la obra no es realmente una obra maestra. No. En él hay lagunas y reiteraciones verdaderamente insoportables. Pero, Guillermo Cordero y Carlota Carretero despojan al texto de muchas de sus imperfecciones y nos muestran una historia coherente y bastante entretenida. Este es uno de esos muy escasos instantes teatrales en los cuales la puesta en escena supera al texto.

Ahora, el gran acontecimiento escénico, el gran momento, el suceso artístico es, sin dudas, Carlota Carretero.

He dirigido a esa actriz en trece obras teatrales. La he visto interpretando más de cuarenta personajes. Este es uno de los mejores que ha presentado a sus espectadores. Lo que la Carretero hace frente a nosotros, es una exhibición de maestría actoral en cualquier parte del mundo. Aseguro a los lectores de esta crónica, que pocas veces verán en una escenario, local o internacional, un momento actoral de esta dimensión. 

Cuentan que los antiguos actores griegos lograban transformaciones tan proteicas, que alteraban hasta sus composiciones físicas. Para mí eso siempre pareció un mito. Ahora lo creo. Al ver a Carlota en “El último instante”, asumo como verdad que un actor pueda lograr la transformación absoluta del cuerpo y del alma. Aunque me cueste admitirlo, he sido testigo de eso.


Guillermo Cordero y Carlota  Carretero: gracias. Han logrado renovar mis votos teatrales. El Arte, su belleza y profundidades me han sido bien servidos. Nunca olvidaré esto. Agradecimiento eterno.
¡Qué miserable me siento al tener que decir desde mi particular biblioteca...

Telón!

viernes, 2 de septiembre de 2016

El último instante, teatro exquisito y señal de un gran retorno

SEPTIEMBRE 2, 2016


Dentro de tanto "teatro basura" que nos golpea en plena cara, ha estado ocurriendo una tendencia que parece ser una respuesta a la mediocridad y mal gusto escénico que desde varios años pululan en nuestro país. Se trata de muy dignas representaciones, con artistas de la escena de probada calidad. José Rafael Sosa, eterno testigo teatral, al mismo tiempo que identifica el asunto, publica su comentario crítico sobre la realización de "El último instante". Comparto en La Pasión Cultural la crítica de Sosa.
El último instante, teatro exquisito y señal de un gran retorno
Por José Rafael Sosa
????????????????????????????????????¿Se merecerá el país, el teatro exquisito  que ha vivido en los años recientes?  Frente a la barahúnda de desgracias y carencias, hay un área humana, afortunadamente artística,  que recompensa esta nación con la bondad de trayectorias y valores por la  calidad y condiciones  de excelencia del teatro que estamos viviendo.
Cuando no hemos salido del estremecimiento de Juicio a una Perra, con una Helena de Troya, revivida por la Elvira Taveras, sube a un escenario simbólico impecable y oloroso de un estilo fresco y nuevo en escenografía,  Noemi, la loca, borracha, drogadicta y destemplada mujer, para que el teatro vuelva a hacer de las suyas, haciéndonos  vivir la carga intensa de El Último Instante.
En la interpretación del texto dramático de Franklin Domínguez, Carretero  logra una de las transformaciones más radicales y significativas que hemos visto en los últimos años. Una fiesta del teatro criollo de vocación internacional.
La actuación
La artista, bajo la novedad de una dirección de Guillermo Cordero, logra ese aliento mágico que comportan la sorpresa, el entrenamiento y la genialidad interpretativa. Lo que logra representar no es un personaje dramático más. Lo que logra es un giro que reafirma la fuerza de  su carrera y que nadie, en su sano juicio teatral, debía perderse, en la Sala Ravelo este fin de semana y el siguiente.
El flujo interpretativo de esta mujer, su capacidad corporal de transmisión de contenidos, en tono y los giros dela voz, la expresión tan significativamente lograda (y que hace notable distancia de la belleza física de la artista) hacen de esta actuación una referencia a ser vista, disfrutada y reinvindicada como un hito del arte nacional de la escena.
Elementos técnicos embriagan. La escenografía de Yeimy Díaz, para nosotros un nombre nuevo que impregna frescura y  creatividad precisa, trabajando sobre el concepto de Cordero) y el diseño de luces, que  produce en personajes que se sienten y actúan a partir de la imaginación del público y la impronta del creativo Bienvenido Miranda, La Carlota Carretero, exigente en la aceptación de papeles, no tuvo duda en aceptar el reto de la transformación. La estética visual resultante es un gesto  para la historia del teatro hecho en el lar nativo.
????????????????????????????????????

El concepto
El libreto del maestro Franklin Domínguez rompe del marco temporal en que se produjo, el asfixiante clima de opresión del trujillismo, para producir – a nuestro juicio-  una de las más importantes piezas feministas más representativas de la dramaturgia nacional, texto que además supera su circunstancialidad porque resultó  premonitorio de la dolorosa segunda intervención norteamericana de 1965. El autor apuntó hacia una sociedad que no discriminara con prejuicios y tabúes a las mujeres. Premonición y la capacidad del concepto, danzando al mismo tiempo.
????????????????????????????????????
El gran retorno
Guillermo Cordero logra un retorno de gloria con El Último Instante, un regreso al calor del afán creativo, con un emotivo aplauso extendido y sincero, de un público, incluyendo decenas de artistas, directores y productores teatrales. Las funciones al público inician hoy viernes.
Cuando la pieza finaliza con uno de los finales más sorprendentes que hemos visto, y llega el protocolo de la presentación del director, las palabras de agradecimiento se quiebran al indicar que han pasado siete años sin sentir ese aplauso del público.
Para rematar, Franklin Domínguez, invitado especial en tanto autor de la pieza, también sube. Besos emotivos de verdad, aplausos, llanto contenido de artistas y espectadores.
????????????????????????????????????

¡Telón!