viernes, 11 de junio de 2010

Villalona visto por Reynaldo Disla


                                            RAFAEL VILLALONA
                                           (Santo Domingo, República Dominicana,
1942)
                                                                                      Por Reynaldo Disla.




Nota: El gran dramaturgo y actor dominicano Reynaldo Disla, para prestigiar este blog, nos remite una colaboración que resulta ser una muy buena visión suya sobre el prestigioso Rafael Villalona. La publicamos para continuar con los homenajes que se hacen hoy en nuestro pais al teatrero y amigo Villalona, al cual se le dedica el Festival Nacional de Teatro que estamos celebrando.

Nota al margen: Agradecemos sobremanera los comentarios que se han vertido sobre el trabajo teatral que estamos presentando en el Festival. Las entusiastas opiniones del público en general, la manera en que reaccionan los espectadores ante las escenas que mostramos en Bellas Artes y las consideraciones de críticos y teatreros nos llenan de orgullo. De todas estas tenemos que resaltar, precisamente, la  del propio Rafael Villalona, el celebrado director teatral dominicano. ¡Gracias, Villalona! Así mismo ponderamos los alagüeños comentarios del gran director cubano Raúl Martín.
 Pasemos ahora al trabajo de Disla:


Este nombre es sinónimo de seriedad y compromiso con el arte teatral de República Dominicana. Al regresar de Moscú en 1969 transforma la escena dominicana, todavía apresada en los convencionalismos importados por varios directores españoles. Yo llegué a oír la pronunciación castiza, el peso declamativo en las interpretaciones, y las voces graves, bonitas e impostadas de los actores. Villalona llega a revolucionar la manera de encarnar personajes, introduce la disciplina y la mística del grupo teatral con la creación de Nuevo Teatro, y expresa, en enero de 1969, su nueva visión, a través de un manifiesto, o declaración teatral, sobre el arte escénico y su relación con la realidad dominicana.

El Manifiesto del Nuevo Teatro indica: “El teatro dominicano, tradicionalista por años, se ha formado de objetivaciones extraídas de otra realidad y encontradas para satisfacer otras necesidades espirituales, sociales y culturales, y es por esto que nosotros identificamos al teatro actual como un teatro de corte FORMALISTA.”

Rafael Villalona inició una cruzada con sus propios actores y actrices encaminada a desterrar los vicios de la educación teatral formalista implantada por la escuela española. Utilizó el Método de las Acciones Psicofísicas como vehículo para encontrar la propia identidad y hallar los matices de la psicología del pueblo dominicano y sus aspectos universales. Consideraba una obligación desprenderse de toda falsedad, abriéndole paso a la intuición creadora. A las voces de barítonos al uso, Nuevo Teatro opone “una voz joven, la voz viva de nuestra generación desde la escena, NUESTRA VOZ”, acentúan con mayúsculas. Nuevo Teatro, desde el principio, tomó al Actor como el centro de la creación teatral y los demás elementos técnicos sólo como propiciadores de una atmósfera escénica (luces, escenografía, maquillaje, etc.), es decir, como colaboradores, nunca como actores principales.


Rafael Villalona, desde el estreno de “Los ojos grises del ahorcado” (1969) se convirtió en el más prestigioso director teatral dominicano, lugar que ha mantenido por más de cuarenta años, consolidándose como un referente para las nuevas generaciones de directores dominicanos. Actualmente es una de las personalidades culturales más respetadas en República Dominicana.


Desde joven, aun siendo alumno de la Escuela de Teatro de Bellas Artes, Villalona mantenía un espíritu crítico hacia la artificialidad de las actuaciones y la falta de verdad escénica. Por eso se mantiene en el centro de su trabajo la creación de una escena viva, actual, que transforma el territorio de la representación y al espectador.


Fundador de Nuevo Teatro, junto a su esposa la actriz Delta Soto, grupo del que han formado parte, en el correr de los años, valiosos actores y actrices dominicanos que se han destacado no sólo en la escena, sino, además, en el cine, la televisión y la radio. Entre esos actores y actrices están: Ángel Haché, Augusto Feria, César Olmos, Milagros Martínez, María Castillo, Félix Germán, Arturo López y muchos otros. Algunos de esos actores y actrices han incursionado en la dirección como María Castillo (formada en Moscú), Ángel Haché, Félix Germán y Arturo López.

Villalona se propuso llevar a escena piezas consideradas tabú en nuestro medio, de autores como Shakespeare, Chejov y Brecht, entre otros. Concibe la sensibilización del espíritu humano a través del arte como algo fundamental para obtener cambios estructurales en la sociedad.


El teatro ha sido el centro vital de Rafael Villalona, organizando su vida y su medio ambiente de acuerdo a las necesidades que sus proyectos teatrales le demanden. Identificamos dos líneas fundamentales en su práctica vital y escénica: 1) La defensa de su identidad y 2) La promoción de los mejores valores culturales dominicanos.

Su actividad cultural ha sido múltiple: director, actor (de teatro y cine), profesor y gestor cultural, sobresaliendo en cada una de estas actividades por el tesón y perseverancia en cada uno de los proyectos que emprende.

Uno de los episodios más destacados en la vida de Rafael Villalona fue la fundación, en 1979, del Teatro Popular del Centro (TPC), adscrito al Centro de la Cultura de Santiago. Allí el maestro Villalona se incorpora a las más avanzadas corrientes del teatro popular latinoamericano y establece en el TPC una mística de trabajo y formación teatral sin precedentes en la República Dominicana. Los miembros del TPC tuvieron una educación teatral privilegiada que incluyó el contacto con maestros extranjeros tan destacados como Osvaldo Dragún, Sergio Arrau, Eduardo Di Mauro,
Rodolfo Santana y Alberto Rowinsky. El TPC, dirigido por Villalona, agotaba un calendario impresionante de presentaciones en escuelas, cárceles, y otros espacios abiertos y cerrados. En una visita que les hice en 1980 observé en un mural, las obras que había leído cada integrante del TPC y las que les faltaban por leer. La lista de obras, y sus informes de lectura, garantizaba la asimilación de una cultura dramática imprescindible. En el TPC se formaron o impulsaron sus posibilidades grandes actores y actrices dominicanos como Víctor Checo, Elvira Taveras, Esther Suárez, José Núñez, y muchos otros.

Junto a la introducción al país del Método de las Acciones Físicas de Stanislavski, Rafael Villalona y Delta Soto consolidaron una metodología de trabajo en grupo, de gente que vivía por y para el teatro. Me contaba una vez Fernando Coste, que debajo de un aguacero formidable se apuraba para llegar a un ensayo con Villalona; debía arribar así, mojado, porque era su obligación ser puntual, para evitar que el director lo enviara al paredón de los que demoran los ensayos; porque para Villalona ni fallecer en el camino podía ser una excusa para llegar tarde.

Rafael Villalona ha compartido su formación con decenas y decenas de alumnos, por más de 40 años.

Rafael Villalona realizó estudios de
Actuación y Dirección en el GITIS (Moscú, URSS) y en el Instituto Teatral Lunacharsky (1964-1968). Fue fundador del Movimiento Cultural Universitario (MCU) y fundador del Grupo Teatral Antón Chejov. Director del Teatro de Investigación Sociales (TIS) de la UASD. Director fundador de Nuevo Teatro, en el cual, además, fue profesor de actuación y dirección. Villalona ha ocupado varios cargos en la administración pública, fue Director Teatral del Centro de la Cultura de Santiago, Fundador/Director del Teatro Popular del Centro (TPC) y Director General de Bellas Artes.

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