De vez en cuando tengo algunos resabios. No pocos amigos y familiares dirán que es un poquito más que "de vez en cuando". Comparto hoy con ustedes cuatro telegramas culturales y dos poemas urgentes que suelo releer con determinada fruición y hasta enfermiza pasión cultural.
Intento cada día que nadie lea desde mi muro nada que tenga que
ver con política. Y aunque reviso, para borrar y evitarles de esa manera
que estén conminado a leer más disparates, algunos comentarios se cuelan. Te
presento disculpas por esos inevitables
deslices. Aclaro que no estoy fastidiado de la Política, sino de los políticos Bueno... también me fastidian los incultos, los que escriben
mal en las Redes Sociales, los monotemáticos, los que no gustan del Arte, los que no
gustan de la poesía, los que no ven Teatro, los que no respaldan el Cine
de calidad, los que no ríen, los que nunca participan de la bohemia,
los que prefieren una sola lectura, los religiosos que menosprecian a
aquellos que no están de acuerdo con sus opiniones, los que acosan a
hombres y mujeres, los sobornadores y sobornados, los que nunca han
leído a Tolstoi y a Camus, los intolerantes, los que se atreven a decir
que Cohelo es buen escritor, los que "deslizan" aquí en estos medios publicaciones
pornos o casi pornos, los que escriben sandeces, los resentidos y los
pervertidos. Admito que estoy hablando de millones de personas en
mi país. Ellos son culpables por fastidiarme. La ignorancia, el
malquerer, la maldad y el mal gusto a nadie convierte en inocente; torna
a la gente culpable para siempre. ¿Acaso he fastidiado a alguien con esto que he escrito?
Siento
que los escritores, artistas e intelectuales estamos ganando la guerra en las llamadas Redes Sociales. Las inundamos ahora de sabiduría. La
Ignorancia, aunque no muere, se está desplegando, al menos en todos
nuestros muros. Ojalá eso llegue a todos nuestros mundos. Por supuesto
que los políticos se nos opondrán y legislarán en contra de la guerra
declara por nosotros a la Ignorancia. ¡Poetas, escritores y artistas del
mundo... uníos!
Fue puntual a
la cita de aquella noche,
atrás dejó los
pájaros,
las flores,
los amantes
las últimas
noticias,
el llanto,
la piedad del
sueño.
Una mordedura
sombría
de luna en
suspenso
y un manso
vacío de aguas
fueron su
epitafio de luz y misterio
lo que no
consignaron
las comisarías,
los médicos
legistas,
las notas
luctuosas,
los rezos,
toda esa burocracia
de la muerte.
Oda a la amada
Igual parece a los eternos Dioses
quien logra verse frente a ti sentado.
¡Feliz si goza tu palabra suave,
suave tu risa!
A mí en el pecho el corazón se oprime
sólo en mirarte; ni la voz acierta
de mi garganta a prorrumpir, y rota
calla la lengua.
Fuego sutil dentro de mi cuerpo todo
presto discurre; los inciertos ojos
vagan sin rumbo; los oídos hacen
ronco zumbido.
Cúbrome toda de sudor helado;
pálida quedo cual marchita yerba;
y ya sin fuerzas, sin aliento, inerte,
muerta parezco.
Luego de estos dos poemas... ¿qué puede decirles este simple mortal? Sólo se me ocurre: ¡Telón!
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