viernes, 12 de agosto de 2011

¡Ahí viene la Carretero! ¡Borren!


En "Quíntuples"
Carlota Carretero ha realizado actuaciones fundamentales y antológicas para el teatro del planeta. Imposible olvidar sus caracterizaciones de "La maestra Pasambú", "Calígula", "La Casa de Bernarda Alba" "Dos viejos pánicos" "Un whisky por el Rey Saúl", " Soberbia", "La pasión de Antígona Pérez", "Orquídeas a la luz de la luna", "Interioridades", "Andrómaca", "Las Heroínas", "Los Tiranos", "Romeo y Julieta", "La víspera del degüello", "Whisky Sour", "Baño de Damas", "Salomé","Cero", "La cabeza del Rey" y, por supuesto, "Quíntuples"; entre muchas otras. 
Cuando uno la ve en la escena se pregunta si verdaderamente es humana. Por aquello de que la perfección nos está negada.
Los hacedores de Teatro conocemos muy bien el término "actuación proteica". Se cuenta que los actores griegos lograban ese tipo de actuación en su tiempo. La característica de ese estilo es que se logra, supuestamente, alcanzar transformaciones tan absolutas que hasta en el cuerpo físico del actor ocurren alteraciones significativas sin que intervenga, necesariamente, el maquillador. 
En "La víspera del degüello"
Cuando este monstruo teatral criollo esta en escena la invocación que hace del personaje nos obliga al asombro, por lo "proteica" que resulta. 
Por circunstancias especiales que no vale la pena citar, la prudencia me obligaba  a ser comedido al hablar de mis apreciaciones sobre Carlota. Pero, al pasar el tiempo, ahora puedo decir lo que pienso de la Carretero sin ninguna aprehensión.
En una ocasión una gran actriz dominicana me dijo, con claro ánimo de fastidiarme, que Carlota era un poco mejor que yo en escena. Yo le contesté: ¿Sólo un poco? Entonces voy ganando, porque a mi me parece que ella es mucho mejor que tú en el escenario. ¿Verdad que vino por lana y salió completamente trasquilada?
"Un whisky por el Rey Saúl"
No deben sentirse mal con esto los buenos creadores escénicos nacionales, sobre todos los jóvenes, que frecuentemente se desesperan y salen, por envidia, a pretender destruir la bien merecida fama de las grandes figuras del Teatro nuestro. Igual que todos fui también joven. Igual que todos sentí envidia por los consagrados. Igual que todos me desesperé porque el triunfo no llegaba con la rapidez que deseaba. Igual que muchos practiqué lo que Tony Raful signó, refiriéndose a la envidia en el campo de la poesía, como El síndrome de Penelope. Igual que muchos sólo cuando maduré artísticamente comprendía que en Teatro la juventud es una enfermedad que se cura solamente con los años.
Carlota, igual que muchos, también fue joven. La maestría actoral que exhibe ahora y los rangos teatrales conquistados, no fueron un regalo de alguien. No consiguió sus galones cuando pestañeó el día. No, amiguitas y amiguitos. Lo logró construyendo paso a paso sus personajes, su personalidad teatral y su carrera. Hubo de leer y estudiar mucho. Porque de una cosa estoy absolutamente convencido: ustedes pueden aparentar, pero si no tienen cultura no es verdad que se convertirán en un actor o actriz que supere el montón.
En "Dos viejos pánicos"
He estado observando admirado la carrera teatral de la Carretero. En una obra todo el mundo puede estar excelente hasta que ella aparece. Luego de hacerlo —¡Borren que la vaina empezó de nuevo!
Les aseguro que ella ha tenido que renunciar a muchos placeres por el placer mayor que es el Teatro. Ha preferido pasar muchas dificultades económicas para no distraer su talento en lo que llamo: labores "prostitutas". Por supuesto que nadie está obligado a esos sacrificios. Aunque soy un dudante incorregible en mi condición de semidiós también  otorgo el "libre albedrío". 
Terence McNally pone en palabras de María Callas, en la excelencia de "Master Class", una frase genial que es la mejor enseñanza que recibira´siempre un artista: "Hace falta más que una bella voz para construir una carrera".
Tres preguntas se me ocurre ahora formular: 
¿Algún actor o actriz ha llegado aquí a las referenciales hazañas de la Carretero?/ ¿Es en "Quíntuples" donde ocurre su momento actoral más elevado?/ ¿Ella misma podría superar esa actuación? 
Creo que sólo el Dios de quien me cuentan podría lograr eso y tendría que esforzarce para hacerlo. 
En "Interioridades"
¿Piensan que estoy exagerando? Podrán comprobar todo esto el 29, 30 y 31 de septiembre, y el 1 y 2 de octubre cuando en la Sala Ravelo del Teatro Nacional, luego que concluya la magnífica "Master Class", Carlota vuelva a caracterizar sus tres personajes en la divertidísma "Quítunples", del genial Luis Rafael Sánchez. Les aseguro que ella, más allá del texto y de mi puesta en escena, monta en las tablas un soberbio espectáculo. Si aquí hubiese justicia, luego de verla, el gobierno debería cerrar todos los teatros estatales y esperar que yo los abra cuando con la Compañía Nacional de Teatro lleve a escena en diciembre "Duendes y locos de la dunas" (Premio Nacional de Teatro). ¡Ay ombe!
 ¡Telón!

2 comentarios:

el crepusculo de los dioses dijo...

Que bueno alli estaremos disfrutando de la actuacion de Carlota gran profesional y magnifico ser humano. Felicdades!

Ivan Miura

Mónica Volonteri dijo...

Dicho con la objetividad crítica que me carateriza: lo de Carlota no tiene madre.