miércoles, 22 de junio de 2011

La "Sed" que vió Chiqui Vicioso.



Chiqui Vicioso es excelente poeta, escritora de teatro, crítica de Arte y de Literatura, feminista, amiga y esposa. A solicitud nuestra ha tenido la gentileza de enviarnos su visión crítica de la danza-teatro "Sed"  que se presentara hace unos días en el marco del Festival Internacional de Teatro de Santo Domingo. Sobre el mismo evento el prestigioso escritor, actor, coreógrafo, crítico y cantante lírico Eduardo Villanueva también nos ha enviado su crítica que publicamos en una entrega aparte en el mismo día de hoy. Una novedad que celebramos entusiasmado en  La Pasión Cultural.



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Siempresorprende lo que se puede hacer con un simple objeto, como son los vacíos botellonesde agua .  Y lo que se puede hacercon el cuerpo, cuando se le desata y libera, mediante una técnica danzariallamada precisamente “release”.

Danza“contaminada” por incorporar técnicas de muchas otras danzas y disciplinas artísticas, SED, de la Compañía de Danza Contemporáneadel Ballet Nacional, dirigido por Marianela Boan, cuenta la historia de nuestropaís a traves de la metáfora de la sequía, demostrando un conocimiento poéticoy esotérico de la importancia del agua no solo para sobrevivir sino paralimpiar la presencia de lo senil, de lo perverso, de la violencia, del abuso,de la degradación, o sea, el agua como bautismo.

En una secuenciadonde la música marca las transiciones,  los botellones se convierten en plataformas (increíble comose podían sostener los bailarines y girar sobre ellos), mecedoras, armas paraejercer la violencia colectiva y la violencia contra las mujeres en una falocraciadonde un dictador senil afirma que es un trinquete mientras colapsa.

Denuncia delhedonismo, de la decadencia, del racismo, donde se utilizan la pantalla y la filmaciónpara mostrar a los bailarines afanados en blanquearse y desrizarse el pelo parabailar el merengue del dictador, SED no es solo sed de agua, sino de amorcolectivo, de libertad, de equidad, de purificación.

En la pieza“mangú” son las voces de las bailarinas las que sirven de percusión para la rebeliónde las mujeres contra quienes las maltratan.  La receta del mangú un mantra para resistir los golpes.

Utilización delhip hop, merengue, la salve, y maravillosamente las voces de los y lasdanzantes, (la gran sorpresa de la noche para quienes les habíamos visto solodanzar y actuar).  Voces quecomienzan a exorcisar la competencia, y a aunar voluntades para poder liberarsea ritmo de tambor.

Exploración deltalento joven en disciplinas múltiples, de ese talento que abunda y está solo ala espera de que llegue alguien con propuestas hermosas y prácticas que exploretodo su potencial, en esta obra se conjugan la denuncia política, la tradición musicaldominicana y la religiosidad, que es la que en el baño colectivo del final, dondelos desnudos sorprenden y sublimizan las imágenes, culmina con el gran bautizodel agua, metáfora de liberación, “release del alma”.

Es una suerteque en el país podamos contar con una coreógrafa con la tradición  (más de cincuenta años en ejercicio) yexperiencia de Marianela Boan, porque siempre los y las que llegan pueden mirarde manera no contaminada el escenario artístico nacional y hacer sus aportes atemas que como el Trujillato se han trabajado ya en montajes teatrales y dancísticos.  Tema inagotable, porque siempre dependeráde la visión particular y experiencia del artista  que lo asuma, SED es un gran vaso de agua, para un país ávidode nuevas propuestas.

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