lunes, 28 de febrero de 2011

¡Encuestas, encuestas y más encuestas!

En estos tiempos el uso de encuestas es obligatoria para un gran número de actividades organizadas. Su uso es vital para el Mercado y para la Política, sobre todo. Casi a nadie se le ocurriría iniciar una actividad empresarial importante sin un completo sondeo de opinión. Ya hasta los grandes estudios de cine planifican películas luego del correspondiente estudio de Mercado.

Recientemente, como suele ocurrir en la política, se ha desatado una guerra de encuestas entre dos líderes políticos que se disputan la candidatura a la presidencia por el Partido Revolucionario Dominicano. Uno de ellos (Miguel Vargas) publicó una encuesta realizada por una reconocida firma encuestadora (La Gallup) asegurando en esa publicación que el sondeo lo favorecía ampliamente. Luego la firma que había hecho el supuesto estudio publicó otro que ofrecía un resultado diferentes al antes citado, favoreciendo al contender (Hipólito Mejía, que utiliza el pegajoso slogam de ¡Llegó Papá!)

Es que, dada la credibilidad de las encuestas para la gente, los políticos acostumbran usarla, como valor propagandístico que estimula la persección de triunfo entre los votantes. Esto, frecuentemente, hace que muchos desconfíen de la certeza de las encuestas realizadas por encargo. En nuestro, país, no obstante, la mayoría de las encuestas realizadas (tendenciadas o no) han acertado bastante en sus pronósticos electorales, a pesar de las severas críticas que hacen aquellos que no son favorecidos por los números que expresan las encuestas. 

Revisemos en esta La Pasión Cultural la historia de los sondeos que ahora ocupan nuestra atención, según datos que hemos encontrado en varias páginas de Internet, sobre todo en el Banco de Encuestas de Chile.

Nota al margen: Luego de un padecimiento de varios años murió ayer el gran actor y maestro teatral dominicano Marino Hoepelman. Él fue fundador de lo que hoy es la Compañía Nacional d Teatro, uno de los primero actores profesionales del país, de los principales profesores de nuestra Escuela Nacional de Teatro y uno de los grandes maestros de Arte Escénico que instruyó al suscrito. Con sentimiento de gran pena clamamos por... ¡Paz para sus restos!


Andrew Jackson y Quincy Adams
El primer sondeo de opinión fue un sencillo simulacro local de las elecciones para presidente de los Estados Unidos en Pesylvania (1824), donde competían Andrew Jackson (335 votos) y John Quincy Adams (169 votos). Este tipo de sondeos se hizo paulatinamente más popular, siendo aplicado siempre en el ámbito local.

En 1916, el Literary Digest efectuó una encuesta a nivel nacional que logró predecir correctamente a Woodrow Wilson como nuevo presidente de los Estados Unidos en base a las tarjetas postales devueltas de las que la empresa había enviado a millones de posibles votantes.
George Gallup

En 1936, Literary Digest utilizó una muestra significativa de 2.3 millones de votantes, en la cual habían determinado que la población norteamericana tendía a simpatizar con el Partido Republicano. Una semana antes del día de las elecciones presidenciales, fue reportado que Alf Landon del Partido Republicano era mucho más popular que Franklin D. Roosevelt del Partido Demócrata. Al mismo tiempo George Gallup condujo una encuesta mucho más pequeña, pero con mejores bases científicas, utilizando muestras demográficas representativas. Gallup predijo la victoria de Roosevelt, en 1936, (quien fue reelecto cuatro veces) generando el primer hito en la historia de las encuestas de opinión pública.

Gallup fundó una subsidiaria en el Reino Unido, (el British Institute of Public Opinion), donde vaticinó la victoria del Partido Laborista en la elección general de 1945, en contraste con virtualmente todos los otros comentadores, quienes esperaban que el Partido Conservador, liderado por Winston Churchill ganara fácilmente. En Francia creó el Institut Francais d`Opinion Publique, (conocido habitualmente como el IFOP), empleando métodos similares para estimar el estado de la opinión pública.

Al término de la Segunda Guerra Mundial el interés por las encuestas se extendió a casi todos los países. Pero fue tan sólo en la década de los sesenta que las encuestas fueron ampliamente utilizadas, con fines electorales, por los medios de comunicación y los partidos políticos. A contar de entonces, el uso de encuestas ha crecido en términos casi exponenciales.

Kennedy
John F. Kennedy fue el primer candidato a la Casa Blanca que se basó en encuestas para su estrategia de campaña. Comprendió la necesidad de estudiar las opiniones y actitudes del público en general y partiendo de esta idea, utilizó las encuestas para definir los puntos fuertes y débiles que le atribuía la gente, así como para evaluar tanto a sus oponentes como los temas de actualidad y para ayudarle a perfilar la planificación de su campaña.

Una de las encuestas reveló que sólo el 30% de las familias enviaban a sus hijos a la universidad, pero que el 80% anhelaban poder hacerlo en un futuro. De modo que, en su campaña por el país, como parte de su estrategia, Kennedy expuso un mensaje sobre la educación dirigido a una audiencia específica. Afirmaba que la educación era una prioridad máxima y que mejoraría las oportunidades de formación para los niños. El público respondió muy bien a este mensaje y, a su vez, a Kennedy.

En una época en la que muchos protestantes no apoyaban a Kennedy porque era católico, el candidato utilizó los sondeos para decidir la trayectoria de su campaña. En función del resultado de las encuestas, Kennedy decidió eliminar 30 estados en las visitas de su campaña en función de la actitud de la gente hacia su condición de católico y dedicando su tiempo y sus recursos a los estados en los que sería mejor recibido.

En los Estados Unidos, las encuestas pueden emplearse incluso para eliminar a una candidatura, que fue lo que sucedió con George Romney, quien se retiró de la carrera antes de las primarias de 1968, y con Walter Mondale antes de las primarias de 1976. La campaña de Hubert Humphrey en las primarias de California de 1972 quedó seriamente dañada por la encuesta California Field que lo mostraba veinte puntos por detrás de McGovern una semana antes de la elección, la que perdió, en rigor, por un margen de apenas cinco puntos.

Partidarios y Detractores
Lazarsfeld
Paul Lazarsfeld, norteamericano de origen polaco, precursor de la Sociología Empírica en Estados Unidos, el año 1950 en su discurso durante el Congreso Anual de la American Association for Public Opinion Research, planteó que era un deber de los investigadores que realizaban encuestas actuar como cronistas de los hechos. Para Lazarsfeld, el potencial de las encuestas radicaba en la capacidad de entregar evidencias objetivas para la interpretación histórica de las sociedades. A su juicio, el valor de las encuestas estaría en documentar las opiniones, sentimientos e inquietudes de las sociedades en momentos determinados del tiempo, dejando de lado las interpretaciones y distorsiones propias de las subjetividad de los investigadores.

Bourdieu
Por su parte, en 1971 Pierre Bourdieu, el notable sociólogo francés, llegó a afirmar que “la opinión pública no existe” criticando duramente a estos sondeos, por considerar que se trataba de “artefactos” creados por las empresas que realizan este tipo de mediciones. Sus reparos apuntaban a que todos los seres humanos tienen opiniones personales sobre los asuntos que se les consulta, que todos los entrevistados se hacen a si mismos las preguntas que se les formulan en base a categorías cerradas de respuesta y le atribuyen los mismos significados, y que la suma de todas las respuestas supone que todas las opiniones son equivalentes y que tienen el mismo peso social.



Concluyendo
Las encuestas son, indudablemente, valiosas herramientas; empero, debemos tener cuidado con ellas porque siempre hay uno que otro retorcido que se presta a amañarla  o a utilizarla para condicionar nuestra supueta libre selección. ¡Ojo pelao con esos!

1 comentario:

Anónimo dijo...

ME ENCANTO EL ARTICULO. ES CIERTO, TENEMOS LA PERCEPCION DE QUE SON MANIPULADAS, E INCLINADAS DE ACUERDO A LOS INTERESES DE QUIENES LAS PAGAN. DUDO QUE NUESTROS POLITICOS TENGAN LA SERIA INTENCION DE COMPRENDER LAS OPINIONES DEL PUEBLO,CON EL FIN DE HACER SU PROGRAMA DE GOBIERNO DE ACUERDO A NUESTRAS NECESIDADES.