Lo que noté en “Un cuento de Navidad”
Por Giovanny Cruz Durán.
Aunque no acostumbro ver estrenos teatrales, lo confieso, acudí el pasado viernes (casa llena) a la primera entrega de “Un cuento de Navidad”; basado en el texto de Charles Dickens, bajo la adaptación y dirección de Josué Hirujo, en el Teatro Lope de Vega (sin duda el escenario no oficial más completo y hermoso del país).
El trabajo de Josué Hirujo me pareció impecable. Buen manejo de la plantilla actoral y todavía mejor el manejo de sus recursos técnicos. En esta puesta en escena, en tempo de teatro musical, Hirujo sortea, con inusual maestría en alguien tan joven, los distintos elementos que conforman su propuesta artística. El esteta francés Joan Doat define al teatro como “una síntesis de artes que exige un arte de la síntesis.” En muchos de los musicales que veo en el país, escenas y recursos lucen como parches o construcción de hojas sueltas. Esto, porque no siempre logran que todos los elementos que conformar la síntesis aludida, se conviertan en una obra de arte en si misma. Josué Hirujo y Fiora Cruz sí lograron hacerlo en este “Un cuento de Navidad”. Mi reverencia.
Luces, vestuario, escenografía y demás elementos de producción jamás compiten con la célula madre del teatro: el actuante. Más aún: resaltan toda la belleza poética que tiene esta gran producción, en la cual se nota una notable inversión de recursos y ponderada imaginación. Nada dejado a la casualidad. Hay un momento especial en el cual el vestuario de Renata Cruz Carretero se vuelve “transforme”. ¡Espectacular! Lo aplaudí.
Aunque siempre procuro en mis comentarios críticos nunca contar ciertos detalles, no puedo evitar resaltar la escena en la que colocan 18 velones (de 12 pulgadas cada uno) y sobre este marco lanzan copos de nieve: pura magia, pura poesía. Logrado. ¡Sobrecogedor!
Coreografía y música realmente profesional. No puedo dejar de citar un acertado recurso que reviven en esta realización: el de la Sombra Chinesca. Ahí hay toda una nostalgia.
Un siempe efectivo actor Exmin Carvajal, interpretando a Scrooge, logra sin duda la mejor actuación de su carrera teatral. Un trabajo en el cual Exmin luce comprometido todo el tiempo. Proteico. Buen manejo de sus recursos vocales. El joven actor y cantante Guille Martín provocó la admiración sincera de este veterano hombre de teatro. En Martín tenemos un actor con un futuro enorme en nuestros escenarios. Indirita Acosta, también cantante y actriz, aunque sus mejores momentos ocurren cuando canta, en uno de los tantos personajes que realiza (especie de ángel blanco) logra una magnífica interpretación.
Este es un trabajo teatral de gran belleza que, dentro de los parámetros que permite el escenario, no renuncia a la espectacularidad y a sus emociones. Nada mejor para resaltar en una producción sobre las tablas la magia de todos los diciembres, a la que muy bien podría yo ir nuevamente, algo casi imposible lograr que haga.
Salí contento del Lope de Vega. Pienso en la obra y sigo contento. Mientras la sigo aplaudiendo desde mi casa, debo dejar ahora que corra el necesario…
¡Telón!