lunes, 10 de febrero de 2014

El primer poema de amor lo escribió una mujer

El primer poema de amor lo escribió una mujer
La escritura fue inventada por los sumerios, algo más de 4,000 antes de Cristo. Y la primera narración escrita que conocemos es la Epopeya de Gilgamesh o el Poema de Gilgamesh, que  es una narración de la Mesopotamia  sumeria. La narración es una epopeya rimada que narra las peripecias del legendario Gilgamesh . Se hizo sobre tablillas de arcilla y con la escritura cuneiforme. Los estudiosos juzgan que esta obra literaria es la recopilación de varias leyendas del pueblo sumerio, que se hacía llamar sah-giga (pueblo de las cabezas negras). Hoy se conservan doce de las tablillas en las  cuales esta narración poética se escribió.
Sin embargo, el primer poema de amor fue escrito por una mujer sumeria. Está dedicado a Shu-Shin, un rey que habría gobernado Sumeria desde los años 4,000 antes de Cristo. La tabla de arcilla que contiene el poema fue desenterrada a fines de la década de 1880, en Nippur (la región que hoy ocupa Irak). El poema permaneció guardado junto a varios documentos sumerios: como un fallo judicial del año 2030 a.C. de disolución de un compromiso e informes sobre un homicidio. Fue descubierto en 1952 en el museo de Estambul. Está siendo publicado por motivo del Día de los Enamorados.

Es lo que se llama un poema consagrado. Esto porque fue dedicado al rey por una de sus esposas dentro de un ritual en el cual estaría involucrada la agresiva Inanna, diosa del amor y la procreación en el país de Sumer. Era costumbre que los reyes sumerios se casaran cada año con una de las sacerdotisas de esta diosa. Esto también apunta a la tesis de la ritualidad en el amoroso poema, en cual podemos notar la libre concepción sumeria sobre el amor y el sexo.

Pero dejemos que el poema se explique a sí mismo. Créanme que lo hace perfectamente:
“Amado de mi corazón
esposo amado de mi corazón.
Grande es tu hermosura, dulce como la miel.
León, amado de mi corazón, grande es tu hermosura,
dulce como la miel.
Tú me has cautivado,
déjame que permanezca temblorosa ante ti;
esposo, yo quisiera ser conducida por ti a la cámara.
Tú me has cautivado, déjame que permanezca temblorosa ante ti.
León, yo quisiera ser conducida por ti a la cámara.
Esposo, déjame que te acaricie;
mi caricia amorosa es más suave que la miel.
En la cámara llena de miel,
deja que gocemos de tu radiante hermosura;
león, déjame que te acaricie;
mi caricia amorosa es mas suave que la miel.
Esposo, tú has tomado tu placer conmigo;
díselo a mi madre, y ella te ofrecerá golosinas;
a mi padre, y te colmará de regalos.
Tu alma, yo no sé como alegrar tu alma;
esposo, duerme en nuestra casa hasta el alba.
Tu corazón, yo sé como alegrar tu corazón;
león, durmamos en nuestra casa hasta el alba.
Tú, ya que me amas, dame, te lo ruego, tus caricias, mi señor,
mi dios, mi señor protector, mi Shu-Sin,
que alegra el corazón de Enlil,
dame, te lo ruego, tus caricias, tu sitio dulce como la miel,
te ruego que pongas tu mano encima de él,
pon tu mano encima de él como sobre una capa-gishban,
cierra en copa tu mano sobre él
como sobre una capa-gishban-sikin.”

Ahora me permito, con el permiso de la sacerdotisa-esposa que escribió este poema, del rey Shu-Shin a quien se lo escribieron y de la diosa Inanna que los consagró en ritual de amor;  solicitar que caiga el… ¡Telón de las cabezas blancas, negras y mulatas!

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