martes, 27 de septiembre de 2011

¡Se montó la Carretero, compai!

Como de costumbre cuando estoy a punto de presentar una realización teatral, llegué temprano al Teatro Nacional. Convoqué a los técnicos para revisar algunos aspectos de mi interés. Efectué algunos ajustes a la silla de ruedas que utilizamos en la obra. Roberto, uno de los iluminadores, recordó que había hecho las luces de "Quíntuples" cuando la presentamos en Nuevo Teatro. Otro me pidió contarle cómo resolvieron a Argentina el asunto de las luces intermitentes. Gina Marte, la encargada de la Sala Ravelo entra a comunicarme que ya el sonidista está llegando. Salgo del Teatro a buscar un letrero que usaremos en la puesta en escena. Mi hija Fiora, la productora actual de "Quíntuples" (también lo fue en el Teatro Liberarte en Baires), me llama para preguntarme sobre la cantidad de programas que deben imprimirse. Regreso al Teatro con un almuerzo que he comprado en el camino. Almuerzo en el camerino.

Repaso tres de mis personajes. Recorto un poco la barba de uno de ellos y coloco los gemelos en la camisa de dos. 

La Carretero me llama por el celular para preguntarme que dónde me encuentro. Ella está en el pasillo de los camerinos y quiere entrar al suyo. Le paso la llave y acordamos ensayar en media hora. Por supuesto que se queja del olor a mocato de la sala y los sonidos que emiten los músicos sinfónicos que están ensayando. También asegura, como toda gran actriz, que tiene un dolor en un pierna y cierta disfonía.

Entramos al escenario. La noto un tanto emocionada. "Quíntuples" es para ella una obra muy especial, aparte de lo que le exige como actriz. Me pregunta si podríamos poner la silla de Bianca en  un lugar diferente. Para variar. No espera mi confirmación para realizar el cambio. Le comento que deberé al día siguiente variar la dirección, entonces, del foco de luz especial. Le enseño las luces intermitentes que utiliza otro de sus personajes (Dafne). Se sonríe y sale a medio maquillarse. Me siento en la sala. Ella entra a interpretar su primera caracterización. El dolor, la disfonía, las tensiones y las aprehensiones han desaparecido. La veo y en un momento pienso: Carajo... ¡Se montó la Carretero!

Eso hizo. Y no se montó en uno sino en cuatro personajes. He visto actuar a Carlota Carretero miles de veces. La he visto realizar los personajes de "Quíntuples" cientos de veces. Y aún no pude evitar mi grato asombro. Aún estoy obligado a decir: Nadie ha llegado hasta ahí... todavía. En verdad no parece humana.

Ojalá que cuando abramos el telón yo logre estar a su altura.

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¡Qué hermosa -llena de calidad humana y de justicia en la valoración de la mejor actriz dominicana- es esta breve crónica-reflexión tuya, apreciado GiovannyTiene la Carretero merecidas tus palabras, las que suscribo imbuido por la admiración y el respeto que ella siempre me ha inspirado. Esa admiración y ese respeto también los tienes ganados tú, estimado amigo.  Un abrazo Miguel Collado

1 comentario:

geovannijerez@gmail.com dijo...

Y estaras a su altura porque ambos son quintuples, el binomio perfecto dividiendo su histrionismos en multiples personajes. A ambos lo respeto porque me representan como seres artistas y dignifican al teatro dominicano como parte de la muy exquisita gama de talentos criollos de dimensiones universales. !Que viva Carlota! !Que viva Geovanni!
con cariño Geovanni Jerez