Patrimonios
culturales y desagravios
La Pasión
Cultural
Carlos Andujar
Nota: El 18 de mayo del 2001 La Cofradía de los Congos del Espíritu Santo de Villa Mella fue declarada por la UNESCO "Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad". Precisamente quienes postularon dicha Cofradía antes la UNESCO fue un equipo del Museo del Hombre Dominicano, integrado por Carlos Andujar, José G. Guerrero, Juan Rodríguez, Carlos Hernández y Edys Sánchez. Dagoberto Tejeda aportó al equipo una biografía anexa de la Cofradía en cuestión. Los Guloyas de San Pedro de Macoris obtienen el mismo reconocimiento en el año 2005. Carlos Andujar es absolutamente coherente cuando escribe este artículo-protesta, sobre las dos instituciones nuestra que han recibido tan importante reconocimiento. Leamos, pues, los planteamiento de Andujar.
Nuestro país consta
en estos momentos con dos patrimonios
inmateriales: El complejo sociocultural de la Cofradía de los Congos
del Espíritu Santo de Villa Mella y el Teatro Popular Danzante de
los Gulotas de San Pedro de Macorís, además de la ciudad colonial
de Santo Domingo, patrimonio monumental e histórico, entre otras
potenciales manifestaciones culturales de gran significación social
y cultural entre quienes convierten su practica en un motivo de vida,
un referente identitario y recurso de la memoria social del grupo y
por qué no, de la sociedad en su conjunto.
Desagravio al
patrimonio viene del hecho que como país no hemos dimensionado la
significación que tienen estos reconocimientos. Para muchos de
nosotros es una manifestación de grupos afroamericanos sin ningún
valor, para otros, es la expresión de grupos socialmente marginados,
y por el contrario, otros consideran que en el país existen mas
expresiones culturales de mayor impacto y para colmo, las
instituciones oficiales no han prestado la debida atención material,
institucional, de colaboración y divulgación a estos patrimonios,
de tal manera que se siente por momento que el país no ha valorado
la importancia de estas declaraciones de la UNESCO.
En estos momentos
debió haber programas de visitas organizadas desde la escuela
nacional, estudios concretos auspiciados por los profesores
universitarios para sus estudiantes de manera continua, promociones
turísticas destacando estos premios de la UNESCO. Pero igualmente el
diseño de políticas estatales desde el Ministerio de Cultura, en
procura de no solo difundir y proteger estos patrimonios, sino ayudar
a sus principales portadores para que permitan traducir estos
reconocimientos en una mejor calidad de vida de muchos de sus
representantes, así como hacer una inversión en infraestructura que
potencie el orgullo de pertenencia de sus miembros y la nación toda
se empodere de estas manifestaciones de la cultura popular hoy parte
del listado de patrimonios culturales universales.
Sin una coalición
institucional que comprometa al Ministerio de Turismo, al de
Cultura, Obras Públicas, Educación, el Gobierno Municipal y el
sector privado, es poco lo que se puede lograr y mostrar como impacto
social de estos patrimonios tanto hacia dentro del país, o como
producto cultural turísticamente vendible, sin que ello distorsione
su naturaleza.
Sin embargo, mas
preocupante podría ser el estado actual en
que estos patrimonios se desenvuelven no solo frente a las
precariedades materiales, sino a programas de fortalecimiento,
consolidación y protección de su acervo cultural y la necesaria
obligatoriedad de articular las comunidades concernientes y las
nuevas generaciones, con la necesidad de valorar el sentido
emblemático, identitario y de soporte de la memoria social de los
grupos concernientes. Tal vez en esta reflexión, lo más preocupante
es el estado actual en que estos patrimonios se reproducen y
sobreviven a las adversidades.
Ciertamente que
antes de estos reconocimientos, ni les impactaba la propagada, ni el
dinero, ni la publicidad, ni lo comercial, todo ello es válido, no
obstante, la estrategia es salvar la tradición de la inercia y la
desintegración, a contrapelo de las fuerzas centrífugas que les
pueden influir hoy, en un escenario y en una realidad social
distintas, para profundizar en los programas de colaboración, apoyo
institucional y reconocimiento oficial de estos patrimonios.
Contribuir con su
fortalecimiento, institucionalización, protección, colaboración,
recursos, reconocimiento y respeto como patrimonio universal que son
y además, como expresión de hechos culturales de significación
para sus portadores y participantes, hace que se vean como un
compromiso de los sectores, instituciones públicas y privadas,
gobiernos municipales y gestores culturales, valorando que estas
manifestaciones culturales son importantes, mas que por el
reconocimiento internacional, por su significación y validación
social entre la gente que los hace suyo como parte de su identidad y
de su cotidianidad.-
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