Ayer concluyeron las representaciones de "Obsesión en el 507", con las geniales actuaciones de Fiora Cruz Carretero, Yorlla Castillo y Mario Lebrón. Presentaciones a casa llena. Tanto que hubo de permitirse que la gente se sentara en los escalones de la Sala Ravelo del Teatro Nacional. Hasta conatos de peleas ocurrieron de gente que no pudo entrar.
Una cantidad impresionante de opiniones se publican en las llamadas redes sociales sobre la obra. Otras opiniones nos llegaron por teléfono, como la de el genial director teatral Rafael Villalona que nos planteó que esta pieza es un auténtico aporte al Teatro Dominicano. De igual manera se han expresado personalidades como la psicóloga Marta Beato, el dramaturgo Rodolfo Santana, el director de cine Iván Herrera, el actor Ernesto Báez, el maestro periodista Luis González Fabra, artistas de la escena y cientos de voces más. La opinión de la escritora y crítica Monika Volontieri no la comento porque ella la publicará precisamente esta tarde en un acto especial.
En las representaciones realizadas los espectadores manifestaron su parecer sobre la pieza cuando delirantes se ponían de pies para aplaudir el trabajo teatral presenciado.
El brillante intelectual y educador dominicano Miguel Collado, hombre culto y de una honestidad legendaria, nos escribió una nota que nos apresuramos a publicar como colofón de esta agradecida entrega de La Pasión Cultural.
!Cuánto disfruté tu obra! !Brillantes las actuaciones de Yorlla Castillo y de tu hija Fiora Cruz Carretero, dos extraordinarias actrices que enaltecen el teatro dominicano! Mi amigo Mario Lebrón, siempre correcto en sus roles. El montaje ―escenario, iluminación, sonido, el vestuario―, así como los diálogos fluidos ―llenos de picardía y de saber cinematográfico―, todo muy profesional y propio de un director teatral visionario, innovador como tú. !La obra es un desafío efectivo al estrés en todo su desarrollo! Veía cómo los actores conectaban con el público y a mi mente llegaban aquellas palabras del maestro sueco ―del teatro y del cine― Ingmar Bergman cuando decía que “el actor es el médium, la voz que habla en el corazón del espectador” y que “la verdadera representación no tiene lugar en el escenario sino en el interior de las personas que asisten al teatro” que es “un hechizo vivo, sin maleficios”. Así percibí que nos sentíamos todos los espectadores congregados en la Sala Ravelo del Teatro Nacional para disfrutar de tu Obsesión en el 507: ¡hechizados por la voz de sus actores! Hace algunos días, apreciado amigo, te felicitaba por haber obtenido nuevamente el Premio Nacional de Teatro “Cristóbal de Llerena” 2010 y ahora he de felicitarte por el éxito alcanzado con el montaje de esta grandiosa obra.
Con gran admiración,
Miguel Collado
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