miércoles, 20 de abril de 2011

Cristóbal Colón: ¿Navegante Templario?

—¿Cuánto se sabe realmente del enigmático Colón?
—¿Cuánto sabía él en verdad de cartografía?
—¿Cómo llegaron hasta él planos de la época de Alejandro Magno?
—¿Cómo pudo llegar, siendo un desconocido sin mucha                 importancia, hasta los Reyes Católicos?
—¿Iba él para Oriente y se topó con Occidente?
—¿Por qué no se alteró cuando la brújula se puso loca antes de llegar a estas aguas?
—¿Por qué ni se alteró cuando los vientos parecían que podían dar al traste con su viaje?
—¿Conocía Colón previamente la ruta para llegar al Caribe?
—¿Qué tiene él que ver con los Templarios?              
—¿Cuáles son los misterios de su firma?



Ciertamente son demasiadas interrogantes sobre este hombre que de repente aparece en la Historia en rol estelar; pero del que no se sabe a ciencia cierta quién era, dónde efectivamente nació, ni por qué los poderosos Reyes Católicos le entregan tres carabelas (¡identificadas con cruces templarias!) para que iniciara una aventura tan insegura como parecía ser el viaje al Nuevo Mundo. Tratemos de dilucidar algunos misterios.


Papa Inocencio VIII
Aunque aún se discute dónde está finalmente enterrado, aceptemos (sólo para salir del asunto) que el Almirante nació en Génova; pero no se descarta que lo haya hecho en Francia, Grecia, Inglaterra, Portugal y hasta en la misma España.

Muchos investigadores aseguran que era hijo del Papa Inocencio VIII (¡Físicamente idéntico a Colón!), lo que podría explicar, de resultar esto cierto, por qué le abrieron tantas puertas en las cortes españolas.

Debo apuntar que en Génova aparece un quesero llamado Cristoforo Colombo que no responde al perfil que tenemos del Almirante Colón. Cuando su propio hijo, Diego, fue a Génova a buscar  su familia no encontró, según confesó después, ningún antepasado allá; aunque se supone que pudo haber sido hijo de alguien llamado Domingo.

Los registros de la época eran muy deficientes y, además, el propio Colón prefirió que toda su vida estuviese cubierta por un misterioso manto. Quizás sus misterios son indicios de la tesis templaria que ahora se debate.

Aunque era un autodidacta sabemos que poseía notables conocimientos de cartografía. Conocimientos y estudios que le llevaron a admitir que la tierra era ciertamente redonda, aunque estaba lejos de saber su verdadero tamaño.

A pesar de estos conocimientos ¿se perdió en Gran Navegante en su viaje a Cypango? Al menos eso nos han hecho creer, pero... Cristóbal Colón parecía tener muy claro hacia dónde se dirigía. 

Ruggero  Marino (prestigioso y diez veces premiado periodista e investigar arqueológico), en su libro “Cristobal Colón: el último de los templarios” afirma que éste era un miembro activo de la Orden del Temple;  quizás el último de ellos, si entendemos como último a los que fueron quedando tras la muerte de Jacques de Molay

Se basa en la enigmática firma de Colón y en otros puntos que desgrana en su interesante libro.

Algo sabía Colón que no sabían los demás. La teoría más clara es que  Colón poseía un mapa donde se detallaba cómo llegar a continente que hoy conocemos como América. Las teorías por las cuales los Templarios podrían tener conocimiento de la existencia de América son muchas y variadas, una de las más aceptadas es la existencia de un mapa atribuido a Piri Reis.

El mapa de Piri Reis es una carta náutica elaborada por este almirante otomano y publicada hacia el 1523.  Aunque Piri Reis vivió en un tiempo anterior, se suele decir que dibujó  los mapas posteriormente al "descubrimiento de América"; aunque bien es cierto que la fecha de su creación fue en el mismo siglo que los viajes colombinos. Piri Reis se basó en mapas con antigüedad de 1500 años,  de la era de alejandrina.  

Colón y su tripulación bien pudieron haber navegado sabiendo perfectamente hacia qué lugar se dirigían utilizando  los mapas del otomano, ya que hay ciertos hechos que vinculan a Cristóbal Colón con Piri Reis, y qué mejor opción de relación que la de los Templarios, que en todo el tiempo que estuvieron en Tierra Santa se relacionaron con los otomanos.

De los muy misteriosos Templarios sabemos que fueron los grandes guerreros de la cristiandad, ricos, los primeros banqueros, creadores de las letras de cambio, dueños de una poderosa flota naval, poseedores de grandes secretos de la cristiandad, guardianes de reliquias trascendentales y acuciosos investigadores. Llegaron a tener tanto poder en todo el mundo que una celosa Iglesia aceptó que fueran aniquilados. Algo que se intentó; pero, al estar tan diseminados por todo el mundo, no pudieron hacerlo en la medida que se pretendía.

Siempre se ha afirmado que ellos vinieron a esta zona mucho antes que el Colón que nos ocupa. Incluso existe la firme creencia que Don Cristóbal había pirateado para los Templarios ante de su viaje al continente americano.

Don Fernando Arrollo Durán (Presidente de la Sociedad de Estudios Templarios y Medievales «Templespaña») escribe, en una amplia carta al también investigador Fernando Fluguerto Martí (Presidente de la Fundación Delphos, en Argentina), lo siguiente:

No cabe la menor duda que el Temple viajó al continente americano antes de su descubrimiento oficial en 1492, y como bien dice tras la disolución lo hizo de forma más que planificada.
Las expediciones a ultramar partieron especialmente desde los puertos atlánticos de La Rochelle (Francia) y Noya (Galicia, España), al objeto fundamentalmente de abastecerse de plata, en especial de los yacimientos argentíferos de México y Perú. Cabe pensar, que en futuras expediciones llegasen por tierra más al sur, pero en modo alguno puede pensarse en desembarcos, por lo que explicaré más adelante.
Por otro lado, existen pruebas más que concluyentes que tras la orden de arresto partieron navíos templarios hacia América desde Escocia y desde las provincias templarias de la península Ibérica, previa escala en las islas Canarias. Únicamente desde este último lugar indicado cabría la remota posibilidad de una llegada a las costas patagónicas.
- Sinclair y otros historiadores británicos que han estudiado la vía escocesa, sostienen que los navíos templarios que partieron de Escocia sólo cabe pensar que pudieron haber llegado a las costas de Norteamérica, concretamente a algún lugar situado entre Terranova y Massachussetts, donde por cierto existen algunas evidencias. Es precisamente en estas zonas donde tiempo después arribaron los colonizadores ingleses, pues no cabe pensar en una desviación hacia el sur de tanta magnitud como para permitir una llegada a Patagonia. La distancia sería tal que haría absurda e imposible una travesía semejante. La parte más sur a la que habrían podido llegar es a la zona del Caribe, pues como sostiene el oceanógrafo Tomás Doreste, "el viaje al continente americano era sumamente sencillo (con reservas).
Bastaba dejarse llevar por las corrientes marítimas y por los vientos. Y una vez en América, no resultaba complicado el viaje de vuelta. El "Gulf Stream" conducía los barcos hacia las costas de Europa, de tal manera que la travesía no ofrecía (en teoría) apenas riesgos". Esta es la razón por la que Colón, en base a la cartografía templaria a la que tuvo acceso en Portugal, Valencia y La Rochelle, llegó a las costas de la actual isla de Santo Domingo.
A este respecto, indicar que bajo el patrocinio del príncipe Henry Sinclair, integrante de una familia escocesa profundamente ligada a la Orden del Temple, los hermanos Nicolo y Antonio Zeno habrían alcanzado las costas americanas en 1392. Esto está más que probado en una carta autógrafa fechada en 1458 y escrita por Nicolo Zeno "el Joven", cuyo original se guarda en el archivo del duque de Portland, y en la que éste describe a su hermano Antonio con todo lujo de detalles, las ciudades y las características de los pueblos que habitaban la actual zona de Veracruz en 1392, fecha del segundo viaje a América de los hermanos venecianos. Esta información, publicada en España en 1993, sin duda avala las tesis de Doreste. Previamente, en 1374, ya habrían realizado una primera incursión que alcanzó la actual zona de Massachussetts, que sería el lugar al que llegarían los templarios en fuga de Escocia; al mando del comendador del Ballantrodoch.
Otra documento muy revelador que he podido personalmente comprobar, es una carta manuscrita de Cristóbal Colón, que publicara su hijo Fernando Colón, y en la que el almirante escribe textualmente: "Junto a la Geografía de Ptolomeo tengo el informe de Zeno" Ante esto, cabe preguntarse ¿cómo llegó este informe a manos de Colón antes de que descubriese América?
Conclusión: En vista de estas pruebas documentales y otras más que actualmente estamos estudiando, la única posibilidad de que el Temple hubiese alcanzado los territorios patagónicos es a través de los contingentes llegados desde Canarias, y siempre por medio de expediciones terrestres a través de Perú, Bolivia, etc. Ello desde luego no descarta la creación de enclaves portuarios de seguridad en las costas de dicho territorio del sur de Argentina, aunque nos inclinamos más a pensar que si hubo establecimientos más o menos estables fueron más bien por la zona del Río de la Plata. Una de las claves principales de todo ello se encuentra sin duda en el navegante normando Jean IV de Bethencourt, conquistador de Canarias al servicio de la Corona de Castilla, figura sobre la que nos hallamos investigando actualmente. Otra línea importante de investigación, sin duda es la que han abierto recientemente desde Delphos en torno a la Orden de Calatrava y su influencia en el antiguo Virreynato del Perú. Reciba un fuerte abrazo.

Para concluir la entrega de hoy debemos señalar que la famosa Orden de Calatrava es una orden originalmente religiosa-militar de origen templario. La primera de este tipo formada en España. Se sabe que Colón estuvo directamente vinculado a esa Orden y que hasta vivió un tiempo en sus edificaciones.

En la próxima entrega publicaremos otras "curiosidades" sobre este mismo tema. Me permito comentar, antes de despedirme, el asunto citado más arriba de la línea de puntos que aparece en uno de los mapas atribuidos a Colón, entre Palos de la Frontera y un punto en esta isla al que él le pone Monte de Cristo. Se trata de nuestra provincia de Montecristi de la Hispaniola. Lo que se desprende del hecho es que ya Colón venía hacia ese específico lugar de nuestra isla.  ¿A qué? ¿Quién se lo ordenó? ¿A traer o  buscar qué? En el próximo artículo detallaré este y otros misterios.


¿Ganahani o Mayaguain? Veremos cuáles revelaciones aparecen en el libro de Ramón J. Didiez Burgos.



2 comentarios:

Xavier Ortiz dijo...

Mañana noooo hoy!!!!!! Me quedé con las ganas de seguir leyendo!!!

henriette dijo...

esperamos la segunda entrega con ansiedad