¿Qué hace un poeta en el Carnaval?
Por Tony Raful
(A Milagros, Dagoberto y Giovanni)
(A Milagros, Dagoberto y Giovanni)
Debe haber unasolícita llama, una búsqueda misteriosa del alma, un esplendor de máscaraspara expresar entre comparsas yserpentinas, una alegría anónima, que explique estedesbordamiento, esta ingeniosidad popular, que revierte en la carne el reino delos espejos, cascabeles y cencerros. Desde tiempos remotos la máscara, eljuego infinito de los rostrostrasmutantes, su órbita multicolor de disfraces a ritmo de lechones y cantos.¿Quién duda de que sea un desbordamiento? Un incontenible desafío de laconsanguinidad histórica de las fiestas paganas y saturnales. ¿Quién le ponelímites a su jolgorio en ese único instante, quién lo oficializa, cuando sussignos vitales centellean frente al mar o en los remotos azares de la provinciay los promontorios? El sub comandante Marcos usa un pasa montaña, un vendajepara canjear su rostro por una máscara mágica. Cuando le preguntaron por qué usaba ese disfraz, respondió, que los indios y explotados de Méxicotenían más de quinientos años mostrando sus rostros sin que nadie nunca sefijara en ellos, en sus mínimos detalles, para qué entonces querían ver surostro ahora, cuando ya no cuenta sino como historia y rebeldía. No se si elinsurgente de Chiapas se contorsiona a la cadencia y el furor del carnaval, sisale al encuentro milenario del girasol y la ternura repartidos en el montajede sus fiestas adamantinas, delcuerpo sublevado, del pájaro tribal de sus asombros y tristezas hondas.
En SantoDomingo, esta hibridez absoluta rasga sus vestiduras y muestra sus naufragiosoníricos, suple sus ambigüedades en una guarida de vibraciones, en unamudanza de los sentidos, en elalma turbia del vértigo y los duendes de la carne. ¿No es acaso con máscarasque viven los aldeanos y los citadinos, antifaces que alternan en sus oficiospara esconder su corazón en el aljibe o en la primavera? Los pueblos acampan en los carnavales, viven su confín ciego, sulibertad creadora, su desdén por todo lo oscuro formal y hacen de la vida un carruaje de burlas, unagravidez imaginativa de destellos, ondulaciones, mutaciones, retornan a lamáscara plural, a su pira y cobija, a su aurora hechicera de sangre y cielo.¿Qué hace un poeta frente a un carnaval que se disputa los linderos de latarde, su poblado incesante de borrascas, su pregón maquillado, su fiestagarbosa, su quejido paralelo abovedado en la cuaresma? Escribió el poeta susversos al carnaval. Debió pensar en Dagoberto, ese bonzo que surte su espátulade colores en la canasta del arcoíris, su palabra de mago, de centinela de esapulsación de danzarinas y gnomosebrios, enroscada en el carnaval, en su ronda de diablos cojuelos, estribillos y festejos de la luz y lossonidos. Debió pensar en Giovanny, ese gurú de la pantomima y el despojo que se domicilia en las viñetasdel cuerpo y exorciza hadas y amantes. Debió pensar en Milagros, esa altezacompañera, que encintó el retorno de las comparsas y los desfiles por laavenida ancha del mar, con sus ojos como el mar, con sus gestos y su amor por la identidad y lastradiciones de esta ciudad de ella y del poeta y de todos. Un poeta escribe ycanta en coro en las retretas, busca el asombro, el trance violeta de las muchedumbres, la fosforescencia y losatuendos, el júbilo trenzado de una muchacha que no puede apaciguar su pecho ni su belleza. Un poetaobserva bajo la palma, los almendros o el barranco, embelesado, el fulgor queatina, la carroza y el cantar, el carnaval que pasa, y entonces escribe:
“Es alquimia salobre la pálida batalladel mito/andanzas de un alba austera que dilata la hermosura/fragua que prodigael mágico poniente de un delfín/ficción del espacio en vigilia de undiamante/demonios aledaños que centellean en las vibraciones/la barca de unSultán que burla su reloj de arena/ el cuerno de un bisonte que ahumó elestío/las bodas de fuego que danzan en la piel/ el diestro navío de unademencia convenida/licencias para las quejas del alma/ebria maravilla de unavelada hendida/eminencia del júbilo encandilado/Es Carnaval, espuma y sortija en los tejados/iguanaque atraviesa el cielo/ orgía de ánimas abocadas al hondo misterio/otrasmáscaras para la máscara ondulante/anticipo de desafuero bajo convite/una ondade luciérnagas pacta con la lluvia/ un nido de hechiceros se acopla en lamarea/los diablos cojuelos embadurnan de espejos el infierno dormido/ y es unmilagro cóncavo la locura del vientre/la piel toda tronando en el jardín y enlas tinieblas”.
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