Pasión culinaria:
Hace unos 500,000 años el hombre primitivo descubrió el fuego; es decir: comenzó a domesticarlo. Se deduce que al descubrirlo su primer uso fue para protegerse del frío y el segundo para elaborar sus alimentos.
Una de mis grandes pasiones, a parte del teatro y la cultura en sentido general, es la cocina. En varias entregas sucesivas hablaremos de ella.
Publicaremos en esta Pasión Cultural, el origen histórico de muchos platos, clasificaciones de salsas, curiosidades culinarias y detalles de infusiones. También publicaremos los inventos de Leonardo Da Vinci en la cocina y otras notas pintorescas y sabrosas que seguramente encantarán a los lectores. Desde luego que en la última entrega de esta serie publicaré algunas de mis recetas preferidas. A muchas de la cuales he hecho suculentas modificaciones.
Comenzaré la serie culinaria con el origen de manjares cotidianos que despertarán, espero, vuestras curiosidades. Al final de esta entrega les contaré cómo nacen simpáticamente "nuestros" palitos cerveceros.
La hamburguesa:
Los antiguos egipcios comieron hamburguesas o un plato muy parecido. A principios del siglo XX unos arqueólogos descubrieron, junto a la momia de un alto dignatario de 4,000 años de antigüedad, dos tortas de pan con un pastel de carne horneado.
Las hamburguesas también figuran en la gastronomía de los tártaros. Estas tribus guerreras picaban la carne del ganado y reservaban la de más baja calidad para elaborar los famosos filetes tártaros, también llamados en la actualidad filetes rusos.
La hamburguesa tal y como la conocemos hoy, nació en Alemania hacia el siglo XIV. Era una comida para gente de pocos recursos que se elaboraba con carne de muy baja calidad y condimentos baratos. El nombre de esta receta provino de la ciudad de Hamburgo, donde se empezó a conocer como filete hamburgués.
La hamburguesa no se popularizó hasta que en el siglo XIX el afamado doctor J. II. Salisbury, experto en dietética, empezó a recomendarla, porque, según él, la carne triturada facilitaba notablemente la digestión al tener que hacer trabajar menos al estómago. Es por esta razón por lo que la hamburguesa empezó a ser conocida en Inglaterra bajo el nombre de Salisbury steak.
Las empanadas:
Después del asado, las empanadas son el plato típico argentino. Sin embargo, su origen se ubicaría hacia el Siglo V antes de Cristo en Atenas, en uno de los ambientes más cultivados de la Historia Antigua. A alguien una vez se le ocurrió rellenar un molde de masa con carne o pescado, y así nació la empanada. Esta se introducía en el horno sobre un lecho de hojas de laurel y se servía caliente. Hoy podemos encontrarla en todo el planeta.
En nuestro país su variedad en yuca es muy sabrosa aunque alta en calorías.
Los churros:
Empezaron a consumirse en Cataluña a principios del Siglo XIX, pero se desconoce quién fue su inventor. Su origen es probablemente árabe y se pierde en el tiempo. La masa de los churros se hace con agua caliente para que la levadura se queme.
Los actuales dueños del exitoso restaurante Boga-Boga, empezaron aquí vendiendo churros en el deslumbrante malecón nuestro. La fortuna le ha sonreído permanetmente desde aquella época.
La tortilla:
El vocablo tortilla proviene del latín tortilla, es decir: pequeña torta de pan, que a su vez procede del término griego toitidion, que significa panecillo. Contrariamente a la opinión popular, la tortilla no se descubrió por azar, sino que fue fruto de las investigaciones culinarias llevadas a cabo por uno de los llamados Siete Cocineros más importantes del mundo antiguo. Su invención es atribuida al Cigofilo, también conocido como el Maestro de los Huevos, según cuenta el gramático griego Ateneo en su obra El banquete de los sabios, del Siglo III. Cigofilo no sólo ideó la tortilla, sino también el huevo duro y el huevo pasado por agua.
El turrón:
Su origen no está claro. Según se señala en el libro del español Pepe Rodríguez "Mitos y ritos de la Navidad". Está documentado, por ejemplo, que en el año 662 a. de C., durante la primera Olimpíada, alrededor del templo de Zeus, se vendía una especie de turrón elaborado con almendras.
También el pueblo judío podría ser la cuna del dulce navideño, Turquía, con su famosa “miel turca”, o bien los árabes con su alajú, compuesto por almendras, nueces, miel y pan rallado, el cual podría, al menos, ser un antecedente inmediato.
Los fideos:
Aunque la palabra fideo proviene del latín fides, vocablo que significa cuerda de lira, resulta muy improbable que en la antigua Roma conocieran este producto. La pasta es una invención de los chinos, que ya la preparaban hace 3,000 años con harina de arroz y habas.
Según la tradición, la receta para su elaboración fue introducida en Occidente por los hermanos Maleo y Nicolás Polo y su sobrino Marco a su regreso de China en el siglo XIII. Los fideos, por lo tanto, llegaron primero a Italia, donde fueron denominados suaghetti, palabra que significa cordoncillos.
Las salchichas:
Hace casi 4,000 años, los babilonios rellenaban las tripas de animales, generalmente cerdos, con carnes especiadas. Esta es la referencia más antigua que se conoce acerca del origen de las salchichas. En la Grecia clásica también era un alimento muy apreciado, aunque los helenos las elaboraban de manera algo distinta que en Babilonia.
Precisamente, un embutido similar, la morcilla, fue inventado por un griego, Atómates de Corinto.
Las salchichas también figuraban entre los platos ensalzados en la antigua Roma. En las fiestas en honor a Lupercus, dios de los pastores, que se celebraban a partir del 15 de febrero, los adolescentes eran introducidos en la vida adulta mediante un rito en el que la salchicha jugaba un papel muy importante que nada tenía que ver con el arte culinario. Precisamente fue su simbolismo erótico lo que hizo que la Iglesia desaconsejara su consumo y que el emperador Constantino prohibiera por decreto su fabricación. Pese a esta incomprensible animadversión, las salchichas siguieron siendo, aunque en la clandestinidad, un alimento básico en la dieta romana. De hecho, la palabra salchicha deriva del término latino salsus.
Pasaron los siglos y en 1852 el gremio de carniceros de la ciudad germana de Frankfurt presentó una salchicha especial ahumada y embutida en una tripa delgada y casi transparente. De este modo nació la salchicha de Frankfurt, que se exportó al mundo entero. Otro carnicero alemán tuvo la ocurrencia de servir una salchicha caliente en un pedazo de pan, combinado que bautizó con el nombre de la raza de su perro, un dachshund.
El emparedado:
La primera forma de emparedado se atribuye al sabio judío antiguo Hillel el anciano, por haber puesto la carne del cordero pascual y de las hierbas amargas dentro del matzo (o del pan plano) durante el Passover. El relleno entre los matzos sirvió como recordatorio a los israelitas de su trabajo forzado que construía edificios egipcios. Por esta razón, los romanos refirieron a la comida como " cibus Hilleli" o bocado de Hillel. Durante las Edades Medias, las losas gruesas del pan grueso y generalmente añejo, llamadas "trenchers", fueron utilizados como placas.
Después de una comida, el trencher fue alimento de perros, mendigos menos afortunados, o comido por el comensal. Los Trenchers eran los "heraldos" de los emparedados. En el Oriente Medio, las partes mediterráneas, y otras de Europa, preferían comidas que abarcaban la carne, la fruta, el queso, y los condimentos intercalados entre el pan o los pasteles existieron mucho antes el aspecto de la palabra “emparedado”. El primer uso escrito de la palabra apareció en el diario de Gibbon Edward, refiriendo al "pedacitos del meat" frío; como “emparedado.” Fue nombrado después Juan Montagu, aristócrata inglés del Siglo XVIII, cuarto conde del emparedado, aunque él no fue ni el inventor ni el mejor degustador del alimento. Se dice que señor Sandwich estaba encariñado con esta forma de alimento porque le permitía jugar cartas sin tener que ir a una mesa comer y sin que se les engrasaran las cartas.
El chorizo:
La primerare ferencia escrita a este embutido llamado chorizo aparece aproximadamente 500 años antes de Cristo en un drama griego protagonizado por gente de la época, y servía para ahorrar alimentos que generalmente se tenían que tirar como desperdicios, ya que estaba formado por una tripa de animal que antes se había vaciado de residuos y luego se metían en ella, los restos de la carne que, después de haber curado y troceado, se introducían en estas tripas para que no se hicieran malas y pudiera utilizarse para comerlas. Una vez incorporadas estas carnes en dichas tripas, se cocían hasta que estuvieran bien hechas. Para terminar decir que los romanos adoraban los chorizos y los devoraban con gran ansia y destreza en sus reuniones fiestera.
España es, probablemente, el primer país que lo industrializa. Se supone que por el 1650 se crea el chorizo rojo que conocemos hoy. Esto ocurre cuando llega a la península Ibérica el pimentón mexicano.
Los donuts:
Nadie realmente sabe cuándo se inventaron los donuts o quien los invento. Los donuts (buñuelos en inglés Británico), fueron hechos originalmente como algo alargado y torcido, y no con la forma de anillo con la que los conocemos en la actualidad.
En Inglaterra también se hacían como una bola cerrada, sin agujero, y luego se añadía mermelada en su interior, después de ser cocinada. Un tal Hansen Gregory, por el 1847, se reivindicó como el inventor del actual donut. Dijo que no estaba satisfecho con la textura central de ese delicioso bollo, así que hizo una agujero en el centro, quedando la forma que hoy todos conocemos.
Palitos cerveceros:
En nuestro país los llamados palitos cerveceros (salchichas muy picanes) se han hecho muy populares, siendo raro el "colmadón" que no lo ofrezca a sus parroquianos. Pues resulta que dichos embutidos tienen a nuestra mitad de isla como parte de sus inicios. En el barrio 30 de Mayo existe una charcutería de un germánico que tiene su contrapartida en Alemania. En una ocasión que sus dueños iban de paseo a su patria, sus familiares le socilitaron llevarles una colección de los mejores picantes naturales criollos. Lo hicieron. El propósito de los solicitantes del picante, era elaborar una salchicha tan picante que molestara a otro germánico que tenía por costumbre ir a la charcutería alemana a pedir bocadillos gratis. Hiceron la salchicha, se la brindaron al alemán glotón para fastidiarlo y esperaron la terrible reacción. No fue la esperada. Al alemán come-gratis le gustó la salchicha, aunque pidió una jarra de cerveza para manejar su picor. Ahí mismo nació el... ¡palito cervecero!
Bueno... ¡Telón!
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