miércoles, 9 de diciembre de 2009

¡Asaltaron a Villalona!


 Por Nivangio Zurc.


Ciertamente cinco individuos asaltaron ayer a Rafael Villalona. ¡Y en su propia casa! En presencia de esposa, hijos y nietos.

Al parecer los cinco tipos que penetraron en la casa de Rafael, buscaban lo que para ellos era muy valioso: Informaciones. ¡Oigan eso: informaciones! No olviden que la información es poder.

¿Cuáles informaciones se llevaron? Según supe eran los partes médicos de los últimos exámenes realizados por los doctores que luchan por la salud del teatrero criollo, una verdadera leyenda viva en los escenarios dominicanos.

Aunque se llevaron dichos documentos, no pudieron borrar los datos que ya estaban enquistados en las memorias de la actriz Delta Soto, su hija Nelly y del propio Rafael; quienes contaron a este reportero que la evolución de la salud del enfermo es muy buena.

Lo mínimo normal, explicaron los médicos, es que un individuo tenga índice proporcional de 150 mil plaquetas. Pues resulta que ya Villalona anda -¡albricias!- por 149 mil.

Los médicos ahora enfocan sus cuidados al director de la Guerrita de Rosendo y La noche de los asesinos, para que recupere la gran cantidad de masa muscular perdida. Es decir: quieren que engorde. Y como ya el director de Casa de Muñecas puede comer libremente y no asistido, lo está haciendo muy bien. Parece una nigua.

Su semblante y temperamento son muy buenos. Decimos "buen temperamento" en un director teatral cuando ya este puede comenzar a dar unos cuantos boches. Hasta puede, digeron los médicos, volver a dirgir El pagador de promesas.

Los doctores del admirado hombre de teatro están tan entusiasmados que ya le autorizaron a beber una copa de vino (pero del bueno). ¡Sólo una copa! Y de la normal. Nada de llenar de vino una copa-pecera. ¡No! ¡Así no!

El director de El Veneno del teatro está de tan buen estado (dentro de las circunstancias) que, me cuentan, hasta conversó  y bromeó animadamente con sus asaltantes.

Estos últimos, según informaciones confiables que nos han llegado, andan ahora por ahí leyendo en esquinas, solamente a privilegiados artistas y diletantes amigos de ellos, los partes médicos sobre la salud en recuperación del director teatral, a quien en ciertos lugares apodan "El Ruso", el mismo que dirigiera brillantemente Pluff, el fantasmita.

Pero ¿quiénes son estos inusuales forajidos que actúan envuelto en el misterio? Son gente de la peor calaña, con apodos singulares y que usan sus nombres propios como seudónimos.

Lean sus generales:
1- El Poeta: Gusta de la poesía y vive ensayando. Es un hombre muy locuaz y de ideas un tanto subversivas. Algunas de sus vainas se han publicado en periódicos del país. No niega ser un carajo comprometido.
2- El Catedrático: Es un individuo parco, que aparentemente le gusta enseñar (a gente de su calaña, desde luego) y está blanco en canas.
3- El Productor: Es un hombre de piel oscura, nacido en Azúa, a quien le encanta lanzar arengas por la radio. Según me dijeron se ha infiltrado en el Plan Social de un reputado médico y filántropo dominicano (Doctor Cruz Jiminián).
4: El Actor: Es un hombre pequeño, de pelo crespo y ojos verdes. Le gusta publicar por ahí las hazañas de la gente con quienes se junta. Al parecer formó su tigueraje en España.
5- El Dramaturgo: Este vive planificando. Cree que la vida es un libreto. Es un verdadero terrorista de la palabra escrita. Le dan unas rabietas memorables. Y dice ser un libre pensador.

Esos son los verdaderos nombres de los cinco asaltantes. Pero miren los apodos que usan para confundir a los enemigos: Tony Raful, Eduardo Melo, Merán, Juan Sánchez y Giovanny Cruz.

¡Son individuos muy peligrosos y revoltosos! Cuentan que algunas veces celebran en bares sus fechorías. Hace exactamente una semana vieron a dos de ellos (El Poeta y El Dramaturgo) en estos menesteres por el restaurante Boga-Boga. Allí estaban, heridos gravemente por la risa, con una mariposuela conocida como Gia.

Todo indica que son personas que usan alta tecnología. Estando en casa de Villalona llamó a  un BB una tal Carapálida. Quería informaciones sobre lo que acontecía en casa del amigo Rafael... o estaba dando instrucciones. (¿Acaso dirigía ella el asalto?) Me contaron que a uno de los pillos se le  zafó, cuando hablaba con la tal Carapálida, un nombre... Karina. ¡Se le escuchó clarito! En este país todo se sabe, man.

Me gustaría poder gritar: ¡Hay Rafael Villalona para rato! No puedo hacerlo porque los cinco asaltantes antes citados tienen todos los documentos probatorios. Y ahora andan por ahí celebrando con ellos.

Si ustedes se encuentran con miembros del ya llamado Grupo de los Cinco traten de convencerlos para que compartan las informaciones robadas. Que no sean tacaños de noticias. Todo el mundo tiene derecho a disfrutar de las buenas nuevas. Aquí hay leyes que consagran el libre acceso a las informaciones.

Que sepan estos facinerosos que hay un grupo grande de gente y amigos del teatro que estamos listos para salir a las calles a celebrar la espectacular recuperación del director de Proceso por la sombra de un burro. No lo hemos hecho, todavía, solamente por comedimiento. Pero deseos y timbales no nos faltan.

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