miércoles, 11 de noviembre de 2009

Rasputín, Yusupov y yo










Frecuentemente el intelectual Tony Raful y yo despachamos entusiasmados temas culturales mientras disfrutamos de una o dos cervezas en el Boga-Boga.
Anoche, después de analizar, junto a Luis González Fabra, Carlos Francisco Elías y Onorio Montás, las dudosas hazañas de un nefasto personaje que ha logrado colocarse con notable influencia en una popular institución nacional, comenzamos a hablar de Grigori Yefamovich.


Se que a algunos no le resultará familiar el nombre, más no así su apodo: Rasputín, cuyo significado es el pervertido. Los rusos pronuncian su nombre como Raspútin.



Mi primer contacto directo con la historia amplia de este misterioso e influyente personaje ruso, ocurre en uno de mis viajes a la desaparecida Unión Soviética. 


Por un azar del destino un día me encontré, junto a una amiga soviética de nombre Luvmila, dentro del castillo del príncipe Yusupov, quien encabezó la conjura contra el conocido Rasputín. Allí fui gratuitamente informado de insólitos detalles. El más sorprendente de todos era que en el complot habría participado el servicio secreto británico. Algo que hoy parece confirmado.



Rasputín nació en la cruda Siberia (Exactamente en un pequeño pueblo llamado Pokrovskoye) un 2 de enero de 1869. Desde pequeño comenzó a llevar una vida licenciosa y delictiva. Hasta cuatrero fue en una ocasión. 


La historia no señala con precisión cómo, pero el joven Grigori logró entrar a un monasterio (Quizás como castigo a sus tempranos hechos criminales). Sólo tres meses duró enclaustrado. Pero su experiencia durante esos meses que permaneció en el recinto claustral, junto con una visión de la Vírgen que supuestamente presenció a la vuelta del monasterio, le llevaron a convertirse en un místico. 


Ingresó poco después en una secta cristiana condenada por la iglesia ortodoxa conocida como khlysty (flagelantes).


Contrajo matrimonio con Praskovia Fyodorovna Dubrovina la cual le dio cuatro hijos. 


Pero su carácter aventurero lo llevó, mendigando, a viajar durante dos años por tierras eslavas, Grecia y Tierra Santa. Aprendió historia, esoterismo, teosofía, viejas religiones y tradiciones.



El 1903 regresa a Rusia y deambula por las calles de San Petersburgo, donde se convierte en un adivino popular, famoso también por sus excesos con la bebida y el sexo.





Sufama de gran adivino, curandero y pronosticador del futuro atrajo laatención de gente influyente del Imperio, que lo consultaban ydemandaban sus supuestas habilidades de taumaturgo. 


Para muchosestudiosos su verdadera habilidad era la palabra, la cual usaba conmarcada elocuencia, aunque algunas veces resultaban hoscas y hastarudas. Otra habilidad de Rasputín era la de hipnotizador.






Cuentanque logró “sanar” a cientos de enfermos y que sus prediccionesfuturistas se cumplían a cabalidad.


Elhijo del zar Nicolás II y la zarina Alejandra padecía de hemofilia.Todo indicaba que su muerte era inminente y cercana. Pero AnnaVirúboba, amiga íntima de la zarina, le hizo llegar a ésta informaciones sobre las extrañas habilidades de Rasputín.Desesperada la madre por los tristes pronósticos que tenía sobre lasalud del zarevich Alexei Nicolaevich,ordenó enviar por el ya llamado Monje Loco de Siberia.




Lapenetrante mirada de Rasputín, su impresionante estatura y todo elactuado enigma conque sabía mostrarse impresionaron a la familiaImperial. Pusieron al hijo en manos del extraño monje siberiano y -¡oh sorpresa!- el heredero mejoró considerablemente. Aunque se piensa ahora que fue más por sugestión que por ocultos poderescurativos.



Yapuede imaginar el lector la influencia que desarrolló Grigori Yefamovich Raspútin enlas cortes rusas: Nombraba funcionarios a su antojo, ascendíamilitares, obtenía cuantiosos bienes, poseía a cuantas mujeres desease y no setomaban decisiones importantes sin que fuera consultado. Esto último,cuentan, ocurría por lo certeras que resultaban sus predicciones.


Unade ellas sirvió para prolongarle su estada en la corte: Si yomuero asesinado por un miembro del Imperio, los zares y toda lafamilia también morirán. 


Fue considerado por el propio zar comoHombre Santo.


Sinembargo, los desmanes, abusos de poder, orgías hasta con damascasadas de la más rancia nobleza rusa y la mala influencia queejercía sobre la Familia Real granjeó al monje enemigos peligrososcon poder dentro de la corte. Uno de esto era el príncipe FélixYusupov.



Aunquecasado, se afirma que Yusupov era homosexual y que había sidoviolado, o seducido, por Rasputín. Otros, en cambio dicen que elMonje Loco pretendía la esposa del príncipe. Mientras, porotro lado, sitúan el rencor de Yusupov contra Rasputín en lanegación de favores reales en contra de príncipe por intriga del siberiano.


El29 de diciembre de 1916 el príncipe Yusupov y el conde DemetrioRomanov tendieron una trampa para cazar a la bestia siberiana:En el sótano del palacio de Yusupov prepararon una cena especial alfinal de la cual, hicieron creer a Rasputín, el propio príncipeentregaría su esposa al monje.

Elpríncipe bajó con el influyente personaje hasta el sótano de su castillo mientraslos demás conjurados permanecían arriba.


El manjar era opíparo,como agradaba a Rasputín. Pero todo estaba relleno de cianuro. En unprincipio el invitado no quiso comer ni beber nada, lo que exasperóa Yusupov que, nervioso, prácticamente suplicaba a Rasputín probarlos bocadillos y el vino del banquete.



Solamentea mitad de la velada comenzó Rasputín a comer y beber. Lo hizo ensu depravado estilo. Comió tanto que, luego contaron, el cianuroingerido hubiese matado a todo un escuadrón militar. No así aRasputín; que al sentirse mal descubrió la trama. 


Al versedescubierto Yusupov sacó su arma y disparó dos veces al pecho delmonje. Este cayó desvanecido en el piso. Al oír los disparos losdemás conjurados, guiados por los condes Demetrio y Purichkevich (Y entre loscuales estarían los agentes británicos Oswald Rayner y John Scale)corrieron hacia el sótano. 


En ese instante hubo problemas con laelectricidad del castillo. Cuando lograron restablecerla descubrieron que Rasputínno estaba. Había logrado incorporarse para huir por una puertasecreta. Lo persiguieron y en el bosque, entre todos, lo ultimaronfinalmente. Arrastraron su cuerpo hasta el río Moika (afluente delNeva), abrieron un hueco en sus congeladas aguas. Allí loencontraron luego las autoridades baleado, envenenado, congelado y... ¡muerto!



Elcuerpo de Rasputín fue castrado. Hoy su enorme y legendario pene seconserva en el museo erótico de Rusia.


LaFamilia Real fue ejecutada poco tiempo después, como habíapronosticado el Monje Loco.

FélixYusupov huyó de Rusia con su esposa Irina cuando estalló larevolución bolchevique. El príncipe se estableció en París,escribió algunos libros y realizó algunas inversiones que lepermitieron vivir cómodamente. Murió en Francia en 1967 a losochenta años.







No hay comentarios: