¡Libertad y Vida!
Por Giovanny Cruz Durán
Hace unos meses vimos y escuchamos a un importante grupo de artistas cubanos, de diferentes disciplinas, protestar en calles de su país. Procuraba mejores condiciones de vida y trabajo. También vimos, en cámaras, la manera cómo lo reprimieron las más altas autoridades de su Ministerio de Cultura. Igual supimos que algunos fueron hasta encarcelados. Lo vimos y supimos muy bien.
Recuerdo haber escrito sobre el tema. Recuerdo haber dicho que aquella acción tendría consecuencia en el pensamiento cubano. Generalmente, acciones de este tipo realizadas por escritores y artistas se convierten en tendencia.
En el caso, aquellas protestas parecieron que se diluían en el tiempo. Pareció que la dictadura “hizo su trabajo”. No necesariamente ocurrió así.
Lo que no se han diluido son las precariedades cubanas. No. La carencia en los servicios básicos, en la comida y las telecomunicaciones se ha vuelto insoportable en la vecina isla; sometida por una dictadura que demuestra cada día más ser infuncional; entre otros muchos decires.
El slogan barato que culpa a otros de la ineficiencia en Cuba, luego de más de cincuenta años diciéndolo, es una tomadura de pelo. La llamada Revolución Cubana nunca ha sido eficaz para la economía de aquel país.
Cuando era un parásito de la URSS, lograban manejar su crisis, aún con ciertas precariedades. Pero cuando Rusia entendió que no podía seguir manteniendo aquel deficiente barril sin fondo ni propósitos que era Cuba, y dejó de patrocinarlos, la dictadura entró en la debacle. Dicha relación comenzó en 1959. Se afianzó en 1972 cuando Cuba ingresa al COMECÓN. Se fue a pique en 1990. ¡Hace ya 31 años!
Desde entonces, los dictadores cubanos no han podido encontrar la manera de eficientizar un gobierno que se acostumbró a vivir a costillas de otros.
No obstante, la dictadura se mantiene. La gente pasa allá hambre; pero la dictadura se mantiene. Los cubanos son privados de comunicación libre; pero la dictadura se mantiene. No encuentran medicinas, pero la dictadura sigue allí.
Tengo amigos importantes que todavía osan defender ese absurdo que es la dictadura cubana. Empero, cuando los junto a artistas y escritores cubanos (que todavía viven en Cuba) y les hablan de su cruenta realidad, se sacuden.
Para muchos resulta fácil hablar bien de Cuba desconociendo lo que padece el pueblo allí. Los cubanos amigos se han tenido que convertir en pedigüeños generalizados. Se han visto forzados a evitar hasta sonrojarse por serlo. Es un lujo que no pueden darse. Quienes viven en esa isla, no pueden ni quieren seguir soportando la incapacidad e intolerancia de aquel régimen, fallido en muchos sentidos.
Fui un amigo y defensor de la revolución de marras. Sin embargo, yo que nunca me he inscrito como enemigo de principios revolucionarios, tengo luengos años proclamando el fracaso, en términos generales, de dicha revolución. Es que mi sensibilidad de artista no podía seguir respaldando el sometimiento a un pueblo. ¡El arte necesita libertad!
Por eso, en estos momentos en los cuales miles de cubanos han salido a las calles a pedir un cambio fundamental en su país, cuando una caricatura presidencial le declara la guerra no al hambre, sino a su pueblo hambriento; me uno al clamor general que pide en Cuba… ¡Libertad y Vida!
Para lograrlo, es necesario que a los tiranos les cierren, de una vez y por todas, el…
¡Telón!
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