domingo, 20 de junio de 2010

Solicitud pública de entrevista



Apreciado Lantigua:

Por las caraterísticas privadas de estamisiva voy a tutearte como siempre he hecho familiarmente.

Solicito una urgente entrevistacontigo. La necesito. Sé que cuando mis amigos Dora o CarlosMena me llamen me van a preguntar: ¿cuál sería la agenda de dichaentrevista? Por eso me adelanto a informarte.

Lo primero que voy a proponerte es celebrar. 

Celebrar no brindando con vino en tu despacho, como me gustaría, por el resonanteéxito que está teniendo el Festival Nacional de Teatro. Digo que nopropondré un brindis por dicho éxito porque después dirían losenvidiosos de siempre: ¡Ahí están los dos tipos de El Caimito deMoca bebiendo en el Ministerio! Hasta saldría un enano e insidiosoconocido a decir  que lo hacemos con dinero del Estado.
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Dado esto propongo que dediquemosvarias sonrisas y algunos aplausos al Festival. Ciertamente temereces la alegría esta vez. Esto lo digo porque te empeñaste enhacer el evento teatral a pesar de varias recomendaciones ypronósticos pesadumbrosos. Te mereces sonreir esta vez porque,imagino, no sonreiste suficiente luego que concluyera la Feria delLibro, el gran monstruo de las actividades de Cultura en nuestropaís.

Luego de las sonrisas tendremos quehablar de aspectos y enseñanzas que está dejando el verdaderoprimer Festival Nacional de Teatro.

En este tenor hablaremos de la rupturade varios mitos:
                     1- Ya los dominicanos no ven masivamente teatro.
                     2- La gente que ve teatro solamente valos fines de semana.
                     3- Los artistas no son buenosadministradores.
                     4- Un Festival Nacional no despertaráel mismo entusiasmo que el Internacional.
                     5- El teatro que aquí gusta es elcomercial o el de baja calidad.
                     6- El teatro preferido es el que ponefigura de televisión aunque no tengan talento.
                     7- Los teatristas dominicanos sonchismosos.
                     8- Los teatristas dominicanos son malagradecidos.
                     9- No hay figuras verdaderas en elteatro dominicano.
                    10- Casi no hay dramaturgia en elteatro dominicano.

La masiva asistencia (sin buenapublicidad) a todas las propuestas teatrales, de lunes a domingo, nopuede ser escondida aún por adversarios entruñados. Hace yavarios años que son artistas del teatro quienes dirigen losFestivales aquí y se ha aprendido a “estirar el peso”, quealgunas veces es escaso. Nuestros montajes son verdaderos ejemplosfinancieros de eficiencia que mucha gente debería aprender. Se meantoja que este Festival Nacional ha provocado más interés de losespectadores que el suscitado por el el último Festival Internacional. Elllamado teatro comercial ha sido derrotado por los verdaderosartistas de la escena. Aunque nos hemos quejado de injusticias, atropellos eincoherencias hemos seguido trabajando en el Festival con auténticodeseo de que funcione bien. Los teatreros aprecian los esfuerzos queun sector del Ministerio está tratando de hacer por nuestradisciplina artística. Ya tenemos gente de teatro que sonreconocidos, seguidos y aclamados por miles de espectadores. Treceestrenos dentro del Festival indican que se está escribiendo buenteatro en la República Dominicana.

Varias lecciones está dejando desde yael Festival. 
¿Por qué la gente, pagando, sale de su casa a verteatro hasta los lunes en el Festival?
¿Por qué la gente asistepoco a las actividades teatrales profesionales fuera del Festival?
Sencillo: no resistelos precios que estamos cobrando. No hay que sacarle mucha punta allápiz para llegar a esta conclusión. Los teatristas criollos hemossostenido docenas de conversaciones, hemos realizado congresos,escrito artículos, hemos formulado profundas reflexiones tratandode buscar una explicación a la huida de espectadores y talentos.

Empero, casi nadie (y aquí me voy aexcluir) se ha atrevido a poner un dedo en la llaga. Los costos demateriales, técnicos, salas, publicidad , impresos y actores (enalgunos casos también la parejería) nos obligaron a subir nuestrosprecios. Y ahora estamos resultando caros para el público en general.
El Festival Nacional de Teatro nos estáindicando lo que el suscrito ha proclamado durante años:que debemos hacer ajustes económicos para que nuestra actividad teatral vuelva a tenerlos éxitos acostumbrados y deje ganancias suficientes y estimulantesa nuestros productores.

En nuestra entrevista trataré contigoun plan para impulsar la Ley de Teatro, que tiene poéticamenteatrincherados a mis queridos colegas de Guloya.
Te presentaré una fórmula razonablede auspicios directos e indirectos: como bajar los gastos que nosocasionan las salas.

Aquí tendré que hacer un aparte para recordaralgo que sé estás totalmente de acuerdo conmigo; pero que no siemprelo han entendido algunos administradores y directores desde hace más de veinteaños: en materia cultural el Estado no puede funcionar como unaoficina recaudadora (¡Oigan la bulla!).
La competencia es desleal. El Estado no debe estimular la llamada fuga de divisas. Por lo tanto,cuando estimula las realizaciones criollas está asegurando que eldinero producido en taquillas se quede y circule aquí. Los eventosinternacionales tienen incentivos no convenientes y hastacontraproducentes. Muchas actividades artísticas de clara facturacomercial deben, mediante una fórmula, suplir recursoseconómicos que las verdadera producciones artísticas dejarían desuministrar al Estado. En muchas ocasiones los artistas dominicanoshemos llegado a pensar que se nos penaliza por el hecho de serlo.
Para ser justo tengo que señalar que éste es un mal que viene de antaño y habla perfectamente de lasdudas históricas que hay aquí sobre las calidades nacionales.
Las condiciones de trabajo debenmejorar un poco. 
Resulta que los teatreros, casi todos, confrontamosproblemas para encontrar lugares de ensayos. No se puede olvidar queen nuestro país los horarios de actividades y ensayos artísticos noson las de las oficinas públicas. Las actividades teatrales, pormotivos perfectamente entendibles, son nocturnas. Es mejor tener un actor o una actriz ensayando hasta la quimbamba que vendiendo droga en un esquina o intentando montarse en un avión para irse del país. ¡El teatro tenemos que hacerlo aquí!

¿Sabías que a los teatreros en elpasado se les cobraba una suma para pagar al vigilante que... los  vigilaba?
¿Sabías que tenemos que pagar unadieta a varios técnicos aún después del pago porcentual acordado?
¿Sabías que lo mismo ocurre con losjuegos de taquillas?
¿Sabías que los horarios de ensayosse han ido reduciendo, estando obligados los productores a pagarmiles de pesos por turnos extras?
¿Sabías que a muchos teatreros se lesimpide ensayar si hay otras presentaciones en otros espacios del mismoedifico?
¿Sabías que a los teatreros se lesestá presionando y obligando (aún durante de su propio Festival y enmedio de sus presentaciones) a bajar el sonido de la músicade sus espectáculos para que esta, supuestamente, no se cuele enotras salas; sin que a nadie le preocupe que los sonidos de lasotras salas se cuelen en las que nosotros estamos haciendo nuestro arte y nuestro Festival?
Estos puntos y soluciones debemostratar cuando nos juntemos, si acaso me das la entrevista.
Desde luego que hacedores de teatrotendremos que sacrificar un poco. Debemos bajar nuestras tarifas. ¡Todos!Actores, técnicos, directores y productores.
Lo que finalmente debe preocupar aartistas y autoridades, es beneficiar al espectador dominicano y al talento criollo. Para ellos y con ellos hacemos nuestras actividades.
Debemos, Lantigua, encontrar la manerade volver a enamorar a las empresas para que aporten a lasproducciones teatrales. Si se les dota de incentivos fiscales loharán. Pero, para ser justos, si nuestros eventos artísticosllevan (como ha ocurrido en el Festival) miles de espectadores los empresarios se animarán a invertir en la publicidad dentro denuestros programas impresos. Es más, estoy convencido de que esteFestival, más significativo que todos los anteriores, provocará uncambio de actitud de parte de ellos.
Si encontramos un fórmula que asegureel sostenimiento del triunfo logrado por nuestros teatreros con elapoyo de nuestro Ministerio, esto puede ser permanente.

Espectáculos comerciales y religiosos en las salas oficiales.

Noimporta cuánto paguen por el alquiler de las mismas, si no tienen lascalidades artísticas requeridas no deben tener cabida. Las salasprofesionales tienen que ser, exclusivamente, para los profesionalesde valor. Las veladas deben presentarse en los salones de actos de iglesias, escuelas y colegios. Yciertos espectáculos comerciales en los hoteles.
Insisto: Bellas Artes, el TeatroNacional, el Centro de la Cultura de Santiago, el Gran Teatro delCibao, el Teatro de Villa Juana, etcétera; son para los artistasverdaderos. No debemos tener miedo de revisar la política de contrataciónen este sentido, que no se inició ciertamente contigo.

El espectador del verdadero Arte sealeja cuando llegan los seguidores de estos eventos que nada tienenque ver con la alta calidad que se supone demanda el Arte.

¡Ah! La entrevista no será sóloconmigo. Desde luego que no. Pretendo, aunque no les he consultado,hacerme acompañar de varios directores y productores teatrales.Claro que serán profesionales de verdadera vocación artística, loscomprometidos a buscar soluciones para el teatro profesionaldominicano y no ir a hablar pendejadas, solamente par escucharsehaciéndolo.

Imagino que el teatro aficionado y elescolar también tendrían puntos que tratar con el Ministerio deCultura. Pero en este caso solamente deseo hablar de lo que soy.
¿Darás la entrevista?
Espero que sí. Si no... seguiréinsistiendo. Estoy dispuesto hasta asechar un día que vayas a ElCaimito y asaltarte allí... intelectualmente. Allá si es verdad quehablaríamos a calzón quitao.
¡Allá, en El Caimito, en la casa demi abuela Toña (beata y partera fenecida), próximo al Hospital,frente a la finca que era de Jesús María y donde cruzábamos a marotear carambolas, casi al lado de la finca de los De lamaza, al lado donde estaba la mata de peonías!
Yo pongo lasgalletitas mocanas, los rosquetes, la mejor yuca del país, plátanos recién cortados y el refresco imperio.

Tu amigo y compueblano...


Giovanny Cruz Durán
 Incorregible hombre de teatro

 







Rinnnnnnnng. (Seguramente es Doraliza llamando.)