lunes, 29 de noviembre de 2010

LA NOVELA CORTA DOMINICANA

Nota: Osiris Madera es un reconocido escritor  dominicano, con una amplia y difundida obra literaria. Hace apenas unos días dictó una conferencia titulada: "La Novela corta dominicana", que constituye una valioso aporte para la cultura del país. Se trata de uno de esos documentos que cualquier persona interesada en los temas literarios, o culturales, desearía tener siempre a mano. La Pasión Cultural la publicará hoy con gran sentimiento de orgullo y agradecimiento a su autor por permitirnos el gran privilegio de publicar esta conferencia.
"LA NOVELA CORTA DOMINICANA" 

por Osiris madera


              Vamos aconversar brevemente sobre La Novela Corta, señalando de entrada que el hechode su menor extensión no significa ni implica estemos ante textos de menorcategoría, ni ante una sub literatura. 

            La Celestina haproducido tantos lectores satisfechos como el Quijote y su impacto sobre lavisión que de sí tuvo la sociedad española fue tan fuerte como el caballero de laTriste Figura.



“El coronel notiene quien le escriba”


No naufragaríaen la historia de la literatura universal de no haber existido Cien Años deSoledad.  





“Un día en lavida de Iván Ivanovich” representa a su autor tan dignamente como cualquierotro de sus textos.





Traigo a colaciónestos ejemplos para evidenciar el ganado espacio en el universo de las letrasque merecidamente posee la Novela Corta o noveleta como también se le designa.





Si la extensiónes la característica definitoria del género se cae de la mata preguntarse cuáles el número de folios que traza la raya.


Ese número es decien folios.


La estructura enlas novelas cortas es menos complicada, con predominio de los diálogos y pocasdescripciones.


En ellas vecuentan los hechos de unos personajes sin profundizar demasiado en ellos sinoen lo narrado, pues al ser más cortas son más directas.


Son textos quecumplen con la unidad narrativa porque en ellas se inician desarrollan yculminan acontecimientos.


Algo constatabley que no deja de sorprender es ver como las nuevas sociedades producen obrasliterarias que la sustancian y definen su espíritu, y aun siendo obras desociedades jóvenes toman tiempo en ser superadas.


Sucedió conHomero en Grecia, se repitió con la Eneida en Roma. En el nacimiento de nuestralengua está “El Quijote”.





En nuestro caso,la República Dominicana nacida en 1844 encontró su voz en Salomé Ureña,corporización de la patria y se sustanció como nación en la Novela“Enriquillo”, gran arquitectura verbal donde reviven los indígenas quisqueyanoscomo en un gigante  friso históricoque imbrica para siempre al taino a nuestro ser nacional.


Años más tarde,en 1936, Juan Bosch nos entrega su Novela Corta “La Mañosa” magnifica acuarelaque nos dibuja la caótica nación de la montanera y el caudillismo.





Una explicaciónal hecho de iniciar las sociedades con obras literarias fundamentales puede serla observación de Norman Holland de que el proceso de lectura ficcional es comomirar una ilusión óptica: por alguna razón entendemos ver algo siendoigualmente posible ver otras cosas.





¡Es lamaravillosa carga de significación múltiple que portan las obras de arte!


    Ante la singularidad de cada lectura se expresa lasubjetividad más absoluta procedente de los fantasmas y fantasías del propiolector.





¿Qué mayormomento de fantasía colectiva puede presentar una sociedad a un autor que lasimplicadas en las motivaciones causantes de su propio nacimiento, de suorganización como sociedad distinta y distinguible de las demás?





El textoliterario refleja las fantasías del autor y a la vez conecta y despierta conlas del lector estableciéndose así un nexo entre el sujeto creador y el lectorreceptor, que en el caso de estos textos fundacionales abarcan la sociedadcompleta.


Ese nexo autor –lector abre la comunicación en la medida que este ultimo reconoce sus propias fantasíasexpresados en la ficción logrando descargar afectividad y emociones sabiendoque eso le pasa “a los personajes” y sabiendo que su seguridad no estáamenazada en esa transferencia.


El creadorlibera los contenidos latentes de sus sueños desplegándolos sin censuras,permitiendo emerger sus fantasmas, su doble.  No escribiríamos si pudiésemos conformarnos con soñar.


En el sueñodespierto que es el texto literario el autor nos pone en contacto con suinconsciente vaciado en el texto.


El lectoractualiza sus deseos más arcanos al acceder de manera metafórica al mundo queva recreándolo en su cerebro validándolo como realidad y completándolo desde supropio arsenal perceptivo.


El individuolector reconoce como algo propio suyo ese exterior que es el texto y lograr esatransacción es el efecto por excelencia de la literatura.





En nuestro paísesa relación de los creadores con la lectoría, sin tener estadísticos que nosean mis conversaciones con Doña Virtudes y Doña Verónica Sención, ángelesguardianes del escritor nativo, así como de Isael Pérez quien estimula lalecto-escritura dentro del sistema educativo, son los textos narrativos de cortaextensión, menores de 120 páginas los que la establecen. Son esos textos losque mejor vinculan a los creadores con los lectores y con las generaciones enformación.


Siendoindiscreto, recuerdo la voz cariñosa con que una de ellas me señaló: Marcio, Andrésy tú no tienen por qué quejarse. Me imagino que mentalmente nos organizó enorden de demanda.





Tras un silencioprosiguió “se escriben y se venden muchas cosas pero dentro de lo que esliteratura, no deben quejarse”.





Estaparticipación activa del lector se constituye en lo que efectivamente define laliteraturidad de un texto, que hoy la crítica comprende no radica sólo en lafuerza estética que ha de poseer sino en esa capacidad de renovarse en lacomunicación con el receptor y en la experiencia afectiva guardada en cada obrade arte que se concretiza en el receptor donde la obra fija su significación.





Las obrassignificativas que señalé nacen con las sociedades, son entonces los paradigmasde ese enlace con un autor que logra representar los fantasmas colectivos queson actualizados en los lectores y que terminan generando una forma de entenderla vida y al accionar humano de una colectividad.





Recalco que laliteratura ofrece una visión del mundo, que es un discurso con un contenidocapaz de validar el hacer humano, el hacer de cada uno, resultando así un antídotocontra la angustia originaria del existir, tan cuestionable ante la evidenciade la muerte inevitable.





El literatoausculta su corazón y lo amplifica hasta incluir al del otro acercándonos alconocimiento mutuo.





En nuestraliteratura la Mañosa que no fue nuestra primera Novela Corta, sino La Fantasmade Higuey (1857) sí fue la primera con la capacidad de generar una nueva visiónde la realidad, cual lo consiguió Galván con su Enriquillo.





Ante tantoscreadores con la palabra como los presentes quizás huelgue decir que en nuestromundo el libro se ha industrializado y apoyado en los medios de comunicaciónpara su difusión hasta una dimensión planetaria casi instantánea.





Esa nuevarealidad ha influido los contenidos de las obras de arte, no solo las escritas,haciendo se manifiesten en ellas la problemática de la destrucción de lametafísica que nos ha dejado sin el soporte de la eternidad y haciendo que sepriorice lo finito, lo temporal y lo virtual.





Las obras dearte contemporáneas manifestaron esa destrucción con su propia destrucciónsignificante del mundo actual llegando hasta lo ininteligible o loininteligente participando en la finalización del mito de la realidad objetivacon el que hasta nuestros días se construyó la cultura occidental a la cualpertenecemos.





Launiversalización de la comunicación promueve que hoy en día los creadores seanuna personalidad, seres singulares únicos con brillo propio, con su carisma conque seducir un público globalizado, debilitándose sus ligazones a naciones oescuelas manejándose dentro de estructuras publicitarias.


Dentro de esosparámetros os hemos convocado a conversar sobre lo que no hemos escrito.





Oigamos a opinara Bisilio Billiard: muchos críticos literarios afirman que la gran noveladominicana aun no se ha escrito, a pesar de la existencia de novelas como “La Sangre”de Tulio Manuel Cestero, “Over” de Ramón Marrero Aristy, “La Mañosa” de Juan Bosch“Biografía Difusa de Sombra Castañeda” de Veloz Maggiolo y “La Balada de Alfonsina”de Andrés L. Mateo”.





Esas palabras deBelliard nos hacen pensar estamos en una de las páginas de la historiainterminable donde la nada destruye por completo el Reino de la Fantasía.





Don BrunoRosario Candelier, presidente de la Academia de la Lengua, señala también ladebilidad de la novelística dominicana, indicando como causas el tratamientotradicional de los temas y la baja calidad técnica.





El sitúa en losaños 70 el inicio de la ruptura con las formas tradicionales y una mejorestructuración de las novelas.


También GiovanniDi Pietro al valorar la literatura dominicana la  juzga desconocida y olvidada sin ninguna obra con ecos fueradel país.





    Los factores de atraso denuestra novelística son hoy tratados de superar por una pléyade de narradoresque intentamos escribir el primer titulo de una novela dominicana en castellanoque alcance la lista de la gran literatura.


Con una visiónmenos pesimista, sin embargo, para Avelino Stanley la narrativa de largoaliento ha alcanzado su plenitud en las ultimas tres décadas superando comogénero los escollos señalados a las producciones anteriores a los 80.


El saltocualitativo que obtuvo la poesía dominicana a mediados del siglo XX lo apreciaél en nuestra narrativa a partir de los ochenta.


Desde elnacimiento de la república hasta la llegada de Trujillo solo dos novelasalcanzaron valoración “Enriquillo” y “La Sangre“.


Durante latiranía se publicaron 79 novelas resaltando entre ellas “La Mañosa” “Cañas yBarros” “Over” y “Los Enemigos de la tierra” Las turbulencias de los 60 y 70hizo decaer la producción novelista sobresaliendo Veloz Maggiolo.





A partir de los70 y 80 nuestra novelística renace vigorosa con progresos cualitativossignificativos.





Hoy afirmo anteustedes, señoras y señores que han venido amablemente a escucharme, que tambiénen lo concerniente a la Novela Corta hemos dada un salto espectacular tanto enel número de producciones como en la calidad de sus contenidos.





Somos muchosquienes hemos empuñado la luna para escribir dedicación y tazón textos dignosde ser aceptados por nuestra comunidad y más allá del Mar Caribe y del OcéanoAtlántico.





Suscribiendo lavisión optimista de Avelino revisemos la producción a partir de los 80 queabarca dos generaciones de novelas cortas. Veamos:





En 1980 sepublicaron tres novelas cortas “Los Acorralados” de Lipe Collado “Mutan Villede Arturo Rodríguez Fdez. Y “Novelas Cortas” de Marcio Veloz Maggiolo.





En 1981sobresalieron:


“Ritos” de Hector Almonte.“El Brigadier” de Pedro Peix.





En 1983destacamos:


“Inti–Huaman” de EfrainCastillo “Decir Samán“ de Manuel Mora Serrano. Y “El Ultimo Resucitado” de LuisR. Santos. 





En 1985:


“La Felicidad Vendrá” deApolinar García “Quisqueya” de Emilio Antonio Núñez “El Parnaso de la Memoria”Pedro Peix.





En 1986:


“El Ultimo Sueño deDionisio Padrón” de Ramón Nina “La Noche en que Trujillo Volvió” de AliroPaulino Hijo “Equis” de Avelino Stanley.





En 1988:


“En el Jardín de Omán” deJosé Bobadilla.





En 1991:


“La Guerrillera Sila Cuásar“de Freddy Gatón Arce “El Jefe Iba Descalzo” Marció Veloz Maggiolo.





En 1992:


“La Canción de la Hetera” FreddyGatón Arce “La Balada de Alfonsina Bairán” Andrés L. Mateo.





En 1995:


“Fantasma de una LejanaFantasía” de Guillermo Piña Contreras “El Cruce de Las Siete Veredeas”, GuaroaUbiñas.





En 1996:


“La Novela de Usnea” deOsiris Madera.





En 1997:


“El Indio también Soñaba” HéctorZambrano.





En 1998:


“Hombres, Mujeres y Gallos”de Miguel Phipps Cueto.





En el 2000:


“Los tres Entierros de DinoBidal” de Rafael Peralta Romero.





En el 2002:


“Testamento de un Bohemio”de Federico Franco “La Gran Ventana” de Iván Mieses.





En el 2003:


“Bolo 15”, la Segundanovela corta de Osiris Madera “Volver al Frío” Carmen Imbert Brugal “Queda laMúsica” de René Rodríguez Soriano “El Viento y la Noche” de Diógenes Valdez.





En el 2004:


“Flores de Hielo” segundanovela corta de Diógenes Valdez.





En el 2005:


“Las Lagrimas de mi Papá”de Miguel Solano.





En el 2006:


“Ruinas” segunda novelacorta de Rafael García Romero “La Avalancha” de Manuel Matos Moquete.





En el 2007:


Nos trae la tercera novelade Osiris Madera intitulada “El Culpable Voluntario” Armando Almanzar publica“Desconocidos en el Parque” y Mateo Marison entrega “Un Silencio que Camina”.





En el 2008 se editan:


“Maura” de Osiris Madera,su 4to texto narrativo. “La Huida” de Federico Jovine Bermúdez. “Prisajó” deMiguel Solano. “La Verdadera Historia de Aladino” de Marció Veloz Maggiolo.¡Año realmente productivo!





En el 2009:


“Vórtice” de ArmandoAlmanzar “De cómo utopía encontró a Tarzán” Rafael Peralta Romero. “La Sirenitade Coral” de Ana Brígida Gómez. Como vemos la novela corta ha sido cultivadapor nuestros principales narradores.


Incluso el premio nacionalde novela Manuel de Jesús Galván en tres ocasiones ha reconocido novelascortas.


En 1988 galardonó “ElJardín de Omán”


En 2007 “La VerdaderaHistoria de Aladino”


En 2008 “La Sirenita deCoral” de Ana Brígida Gómez fue premiada como literatura infantil.





En 2001 la novela cortaEquis de Avelino Stanley recibió el premio Sin Fronteras que otorga la AsociaciónMundial de Educación Especial con sede en Madrid.





En 1991 “LaBalada de Alfonsina Bairán” fue premiada por la UNPHU.


Otro hechoreseñable es la consistencia en el cultivo del género que exhiben algunosautores, contrario al antiguo cliché de “novelistas de una obra” Marció VelozMaggiolo ha publicado cuatro novelas cortas.





Osiris Maderaquien les habla, ha publicado también cuatro novelas cortas.


Rafael Peralta Romero hapublicado tres.





Pedro Peix, MiguelSolano y Armando Almanzar han dado dos títulos cada uno a la imprenta.





Aquellos quienesopinan que nuestra literatura es una tabola rasa podrían hurgar en este género.


Ciertamente sila literatura recrea la emocionalidad y la espiritualidad de una generación, deuna nación y en su mayor expresión la de humanidad misma, puedo afirmar que losautores dominicanos hemos cumplido nuestro papel.





Sin embargo¡aquí hay ojos que no quieren ver!


Quizás no seafunción de una generación juzgarse a si misma sino solo representarse pero sí podemosjuzgar a nuestros antepasados y ver en ellos sus grandezas.





Finalmente, parano seguir abusando de su amabilidad de venir a escucharme voy a contarles algo.


Sentado haceunos días en la cafetería de una librería de esta capital oía sin intención laconversación de los hombres en la mesa vecina. La curiosidad me llevó instintivamentea mirarlos, eran dos mulatos, uno como de treinta años y el otro algo mayor ya encanecido.


El mas joven sequejaba con desanimo.


“Voy a dejar de seguirenviando mis obras a los concursos, tienen elegidos los ganadores de antemano,el asunto es que hay tan pocas facilidades para editar o promocionar nuestrostextos”, dijo como contestándose a sí mismo.


Me sorprendió la respuesta de su compañero de mesa y por eso meatrevo a referirla en tan digno escenario. El otro respondió:


“Tranquilízate, mira esta realidad tan evidente: no hay obras maestrasinéditas.


No aparece cada rato en un cajón un material perdido por falta deoportunidad de darse a conocer. ¡Y ya van seiscientos años de imprenta!


Nadie ha logradocon cargos ni con opiniones ajenas trascender sobre la barrera generacional.


Nadie ha logrado trascender sin un texto significativo.


Para quienes amamos la palabra el desafío y el reto es solo ese:producir el texto, aunque se pierdan los bailes de alcahuetes.


Hagamos caso a ese consejorecibido de trasmano.





Trabajemos en engrandecer la literatura dominicana.



Muchas Gracias.