martes, 16 de agosto de 2011

Dos posiciones culturales

Dos posiciones culturales:
Mi dilecto amigo Carlos Francisco Elías ha escrito un comentario crítico sobre las posiciones y proyecciones culturales en la campaña electoral que realizan en este momento los respectivos comandos de campaña de los candidatos Hipólito Mejía y Danilo Medina. Los planteamientos de Elías están formulados con rigor y caballerosidad. Algo que debe reconocerse, se esté o no de acuerdo con ellos. Eso entendió Tony Raful, presidente del Comando Cultural del PRD, como se traduce de la elegante respuesta que da a su también amigo Carlos Francisco Elías.
Leyendo el contenido de ambos artículos, uno puede prever que, al menos en los aspectos culturales, la campaña será rica en debates de categoría y sapiencia. Sabemos que el escritor Pedro Bergés, un hombre culto, decente y presidente La Alianza Cultural del PLD, anda por esta misma onda. Y, por supuesto, en La Pasión Cultural abriremos espacio para cuando el amigo Bergés desee plantear sus posiciones culturales.
Entendemos que estamos frente a un momento trascendental de la cultura. Nos jugamos el futuro en este aspecto. ¡Qué bueno que ambos comandos de campana están liderados por gente de reconocida trayectoria cultural y de una aplaudible buena educación!

Sin más dilaciones leamos los dos artículos de marras.

PAPELES DEL TRÓPICO
como ayuda memoria.



FRENTES CULTURALES Y ELECCIONES 2012 : 
¿MAS DE LO MISMO ?



Por: Carlos Francisco Elías


La vieja historia de  que a la clase política dominicana, no le interesa la cultura, no  es tan vieja, en todo caso sigue vigente como un evangelio desgarrado. A una década de cultura perdida (que curiosamente incluye a los dos partidos contendores y sus gobiernos), se observan los aprestos acríticos frente al mismo tema, como si el tiempo y el cansancio de lo mismo, hasta la saciedad, no ejerciera su acción en el tiempo.

El proselitismo en la cultura incluye parcialidad con las ideas con el pasado y con el presente, en la medida en que  el que no está en el poder, tampoco toca ni con el pétalo de una rosa (lo adecuado) al que está.

El tema de si ha existido oposición cultural, sería el tópico adecuado para otro artículo, pero vale recordarlo
 
De modo que la situación está servida y uno entonces se pregunta con sentido crítico y pensamiento libre: ¿Cada 4 años para qué se hacen los frentes culturales y las agrupaciones culturales que apoyan a candidatos?...

En el caso del PRD, a estas alturas, una de las tareas esenciales sería revisar el esquema de acción de la pasada administración, claro ello sería un reto para el amigo Tony Raful, porque el mismo que preside ahora el frente, al mismo tiempo fue el incumbente cultural de la pasada administración. Creo que tiene la oportunidad para hacer ese debate con la mejor de las transparencias, porque es necesario o de lo contrario, sería más de lo mismo.

En el caso del PLD, ya se sabe que la ortodoxia en materia del pensamiento y la genuflexión no da para mucho, los intelectuales tienen que apoyar la gestión de gobierno sin chistar ni mirar atrás como Lot, porque se convierten en una estatua de sal. Allí no se concibe una acción del pensamiento diferente, lo que el intelectual piensa si es diferente, debe callarlo, si osa decirlo públicamente, ha traicionado su militancia y al partido, cualquier similitud con Gorki y la proclamación del realismo socialista en el 1932, no será pura coincidencia. En ese estado de paranoia de las ideas, lo que queda es apoyar lo que venga como línea de vigencia.

Este esquema de ambos partidos, en uno más abierto, relativamente, en otro más cerrado, es lo que se viene gestando desde la aparición del Consejo Presidencial de Cultura, nombre que solo su composición indicaba la ley de los contrarios en materia de libertad de acción y visión cultural independiente. Esquema que hizo posible también, vale recordarlo como asignatura pendiente, que la ley 41-00, que es la ley de cultura, naciera en un estado democrático como si hubiera sido discutida y promulgada en un Estado del campo socialista, aberración que los gestores de la ley, ubicados en un campo partidario u otro en este momento, no han asumido como materia a repensar y debatir.
En aquel momento de promulgación se decía que lo importante era tener la ley y a quienes pensábamos que era importante el debate, se nos decía que nuestro "pesimismo " era innecesario, sigo pesando que la ley es birria...
 
Una de las tareas de estos grupos que desean hacer campaña electoral con la cultura, por ejemplo sería debatir la ley 41-00, que en estos momentos su fragancia es más  vetusta que  post moderna : porque los criterios de ciudadanía cultural, derecho al habla y al conocimiento, con la misma legitimidad que el derecho a elegir y ser elegido, entendido como lo plantea la Unesco desde 1997, no están allí reflejados.

Se supone que gente del pensamiento y las ideas, no organice grupos como se hace  cuando se organiza un juego de pelota en un barrio, donde solo los colores ayudarán para ver a los contrarios, creo que se trata de algo más comprometido con los debates pendientes que tiene la cultura en nuestro país, debates que obviamente deben ser sectoriales.

Porque no es un secreto :  que  con ideas de autoritarismo áulico, que 8 años con la lengua, en alegre sea la parte enterrada, el panorama actual no resiste evaluación, porque además allí no fue tratado por Pedro Bergés en " Lucía " ( local donde los culturales Danilistas se reunieron.) Por cierto, sería una lástima que una persona lúcida y sensata, hubiere proferido los chistes racistas en aquel evento que debió ser para sumar...

De todos modos, si Berges aspira por  el Danilismo a ser Ministro de cultura, lo que debe explicar de modo público, , es cómo desmontar esa burocracia de amiguitos preferenciales de feudo altivo y arrobado, para reproyectar una visión de futuro confiable. Las campañas electorales son para eso, aún cuando el sector cultura electoralmente no vaya a determinar unas elecciones nacionales.

En el caso de Tony Raful, que ya fue Secretario de Cultura y que ahora preside el Frente Cultural del PRD, la experiencia es diferente :  debe realizar una evaluación de su gestión, porque no envía buen mensaje ni al  electorado ni al sector cultural, si ahora bajo su liderazgo, el mismo da su gestión pasada como " buena y válida", aspirando de nuevo al cargo de modo colateral a su actual gestión partidaria de jefe grupo cultural.

En otras palabras, no es la primera vez que escribo sobre el tema, tengo años haciendo el planteamiento : que el debate de las ideas sobre la cultura, debe normar la competencia entre los partidos, que no basta formar los grupos de colores diferente y hacer un maldita guerra de papel repleta de nombres y firmas, que eso es más de lo mismo y de siempre, harto visto : y en medio la algarabía gallera de la campaña, como siempre, los temas serios de la cultura quedan en el peor de los olvidos...

Finamente : 

A propósito de la Campaña Electoral del 2012 y la  Cultura:

¿ Le interesa a la clase política el drama de la división de clases en el consumo y uso de la cultura?...
 
¿Hay derecho a tener una ley de cultura, aún no revisada, obsoleta redactada con el tufo del viejo estalinismo de los países del llamado socialismo real?...

¿En esa politiquería de costra y acción a la cieguita, hay conciencia de que la promoción de la cultura, no como Pan y Circo, es un medidor de la calidad de vida de la población ?...

Miles de preguntas como estas se podrían hacer, en pleno 2011, lo que no es posible es que un sector de las ideas y el pensamiento actué como un regimiento sicorrigido, sin destino posible, con disciplina de rigor, sin convertir la apuesta por la cultura en una fiesta de las ideas y un debate franco. (CFE)


Carta abierta a Carlos Fco. Elías
Tony Raful

La piedra filosofal del debate es el interés, no como gravitación fiduciaria sino como medida de la acción, como voluntad política. En su eje transversal  la cultura oscila como concepto y  praxis de fenómenos humanos que recrean y pautan las creencias y formas de vida de los pueblos. De frente a un proceso electoral que supone el empleo de ingentes esfuerzos, destrabar energías para la materialización de objetivos, la cultura  debe ser empuñada como parte del pliego de ofertas que los partidos y candidatos presenten a la nación. Probablemente sea ahora, el marco propicio para desentrañar vicios y limitaciones del proceso cultural, promovido por el Estado. El criterio de Octavio Paz resumiendo en la imagen del “Ogro Filantrópico”, el peligro de la absorción y castración de la creatividad, de la creación incesante  en libertad y bajo líneas pluralistas de trabajo, no tiene hoy toda la dimensión que su advertencia  sugirió frente al Estado, controles que Orwell testó al futuro del “gran hermano”. Las vigilancias son compartidas por los sectores públicos y privados, el mercado opera con poderes inimaginables en las formulaciones de Adam Smith, inspecciones de alta tecnología predicen los comportamientos y condicionan nuevas patologías bajo moldes post modernos. El Estado ha perdido magnificencia, desde que el neoliberalismo pretendió despojarlo de toda iniciativa de poder y convertirlo en sello gomigrafo de  las transacciones burocráticas. Pero subsiste, tambaleado por la ola democrática que alcanza los  países árabes y  echa por tierra los planteamientos de Samuel Huntington sobre el  “choque de civilizaciones”, alterando los cimientos inamovibles del islamismo y convocando por twitter el derecho a la rebelión,  minando costumbres y nichos culturales. La vieja Europa desde los “indignados” españoles hasta  los suburbios incendiados de Londres, va diseñada en un formato no previsto, donde coliden  los más complejos dramas y problemas migratorios y necesidades vitales de existencia, negados por  el contrapunteo del Estado de bienestar y por las diversas formas neoliberales de dominación.
En ese marco, los agentes culturales están compelidos a definir con precisión sus propuestas culturales en un contexto  de independencia relativa, que sin prescindir del Estado puedan operar en una visión de ciudadanía susceptible de integrar acciones, que sustente la validación de  identidades y múltiples formas de creación de valores  en libertad. Las observaciones del reconocido crítico de arte e intelectual, Carlos Francisco Elías, sobre los frentes culturales de los partidos de cara a las elecciones venideras, tienen un sentido previsor, cuya agudeza asumimos como base, para erigir posibles respuestas, que sirvan para pactar unidad alrededor de un programa mínimo cultural.
El pobre sector cultural dominicano no puede escindirse más allá de su propia lógica de supervivencia. Sufre lastimeramente el desdén histórico de una subestimación que lo circunscribe a focos recreativos y a pasatiempos. Pero ese desnivel conceptual sobre el fenómeno cultural, no debe condicionar ni predeterminar una propuesta de futuro. En la capacidad de modificación de lo usual radica el poder  trasmutante de la conciencia articulada. Nosotros, los que laboramos bajo los lineamientos del Frente Cultural Prof. Amable Botello, del Partido Revolucionario Dominicano, estamos contestes en las siguientes observaciones de Carlos Fco. Elías: 1ero- Probablemente no haya interés especial de los partidos políticos en el tema cultural, lo cual no significa que no se suscite compromiso en puntos específicos, que auspicien el cumplimiento de tareas pendientes que coadyuven al desarrollo  cultural. En ese sentido, se nos ha otorgado la libertad de conformar objetivos y darle sentido a una nueva gestión de compromiso plural, surgido de las discusiones y debates actuales.
Debo consignar que el candidato presidencial del PRD, Ing. Hipólito Mejía, ha sido taxativo en el endosamiento de los requerimientos  y urgencias culturales en un posible mandato suyo de poder, por el cual suscribimos las nuevas esperanzas. 2do. No pretendemos  validar gestiones pasadas. Tenemos el criterio de que una nueva gestión cultural tiene que negar cualitativamente las dos gestiones, tanto la que encabezamos, como la actual, para dar paso a formas nuevas y actuales de cambios y transformación del modelo cultural. Ninguna administración puede juzgarse en términos absolutos de calificación, por lo que entendemos, que  hubo logros importantes dentro de la precariedad de la primera gestión apenas sustentada por un presupuesto mínimo, aprestos de una vocación de profundidad y estructuración de ideas. La necesidad de rechazar la política cultural predominante de eventos,  no significa anular sus realizaciones sino encauzar sus acciones, sustraerle su pomposidad inútil y reproducir formas activas y funcionales de estímulo cultural sin interferir ni mediatizar su esencia libertaria. 3ero- Revisaremos la Ley 41-00 que creó la Secretaría de Estado de Cultura, actualizándola, sometiéndola a exhaustiva y rigurosa consulta democrática, una y otra vez, aunque tengamos que peregrinar al Congreso Nacional,  hasta llevarla a convertirse en un real instrumento  de sustentación referencial de las manifestaciones de la cultura en sus distintas áreas.

Carlos Francisco Elías, intelectual no sumiso, independiente, amigo mío, ha sugerido ideas, muchas de las cuales compartimos. En ese horizonte crítico radica el porvenir de un proceso  cultural, que requiere la creación de conciencia libre y  el privilegio de las coincidencias, en la lucha por adecentar este país en los tramos  coyunturales de la lucha política.