Por Giovanny
Cruz Durán
Teatro de Bertolt Brecht |
Para el actor, el vestuario es
trascendente. Los actuantes tienen que usarlos directamente sobre sus cuerpos.
Sabemos que hasta los primeros actores primitivos lo utilizaban en sus rústicas
muestras teatrales. Igual que la esencia de su teatro, el primitivo utilizaba
elementos sobre su cuerpo con un propósito mágico.
Una de las grandes complejidades del
vestuario teatral de hoy es que estará relacionado directamente con el Plan Maestro
del director teatral, con la composición social de los personajes y su
sicología. Un buen vestuarista parte de las premisas dadas por el director
y, luego, de su profunda investigación sobre cada personaje, antes de diseñar
esa… “segunda piel del actor”, como bautizó Aleksandr Taírov, ex discípulo de Stanislavski y Meyerhold.
En las buenas realizaciones los artistas
manejan códigos o símbolos. El vestuario siempre será el recurso que con mayor
eficacia utilizarán en escena. Repasemos algo de su historia.
Vestuario teatro griego |
En el teatro de la Grecia Clásica el
vestuario tenía un uso muy práctico y entrelazado con el maquillaje.
Estaba compuesto por máscaras (prósopon), calzados o coturnos,
túnicas o chitón y un manto o himátion.
La primera importante evolución del
vestuario ocurre cuando los sacerdotes que oficiaban los rituales de Eleusis
aparecen como personajes en el escenario. Entonces, se procura que la
vestimenta sea fiel a la realidad.
Esa tendencia llegará a la Edad Media,
cuyo teatro estaba muy ligado a las prácticas religiosas. Así el asunto, los
lujosos trajes de los sacerdotes proliferan en el escenario.
En el Teatro Isabelino el tema principal
era los asuntos de las cortes. El rústico vestuario inglés pasó a ser, por
demandada recreación y fidelidad histórica, a algo lujoso.
Todavía en el Siglo de Oro el vestuario
en España era una manta con una soga para amarrarlo, según describe el propio
Cervantes.
La incorporación del vestuario como
elemento de la filosofía teatral, comienza en los escenarios franceses a
mediado del siglo XVIII. Dramaturgos como Diderot y Voltaire categorizan el
vestuario y le dan relevancia social y sicológica. Luego evolucionará hasta el
símbolo.
No obstante, tendremos que esperar a
Bertolt Brecht para que el vestuario sirva a los propósitos de un teatro didáctico. Este director y dramaturgo alemán demandará que sus personajes
expresen sus Gesto Social y Gesto Fundamental. El vestuario,
entonces, comienza a apartarse de lo vistoso y se convierte en elemento
integral del actor y su personaje.
Como hombre de teatro y padre de una
gran vestuarista, Renata Cruz Carretero, se que en un correcto desempeño del
vestuario, hay aspectos que se manejan con mucho cuidado: la sicología de los
colores, época y la facilidad del uso. Esto último es vital para un actor.
Debe evitarse que el vestuario se vea en
escenario como el de pasarela de moda. Nunca debe permitírsele a un actuante
tratar de influir, más allá de lo prudente, sobre su vestuario. Ese tema es
entre directores y vestuaristas.
Por supuesto que, como hemos escrito
antes, el escenógrafo tendrá voz sobre este tópico. El buen vestuarista debe
informarse siempre, también, sobre la tendencia técnica que manejará el
diseñador de luces. En fin, en el teatro los aspectos técnicos se entrelazan
continuamente.
En el teatro revolucionario que hicieron
aquí los Dramáticos de Juan Pablo Duarte, hubo siempre un cuidadoso y
profesional uso del vestuario.
Evolucionamos más tarde hacia la alta y
sostenida calidad con la llega de artistas cubanos, los cuales trajeron su
experiencia y formación.
Uno de los aspectos de producción que
más se ha desarrollado hoy ha sido este recurso del actor. También en esto han incidido nuestros nuevos productores teatrales.
Aseguro que una mayoría de nuestras puestas
en escenas, en sus distintas tendencias, está correcta y adecuadamente vestida.
En otra entrega escribiré sobre las
características especiales del vestuario chino y japonés. Ahora debo pedir el
siempre importante… ¡Telón!
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