miércoles, 17 de abril de 2019

¡Una reina reptiliana entre nosotros!

¡Una reina reptiliana entre nosotros! 

Por Giovanny Cruz Durán.



Había escuchado de la Abeja Reina y hasta creía saber quién era; pero no conocía la existencia de… ¡la Reina Reptiliana de Inglaterra! 

Me encontré el asunto por accidente… Intento deciros que, y ni sé cómo plantearlo, Isabel II es... (en tamaño lío me he metido) es… ¡un reptil!  

No... no es una forma grosera de insultar a una monarca con todo lo de la ley. No es que sea... bueno no es... una lagartija... una salamanquesa... o una cobra. ¡Nooooo! 

—Ténganme paciencia. Buscaré la manera de salir de este embrollo.

Ocurre que... expertos renombrados en asuntos alienígenas, aseguran que desde la antigüedad hemos sido visitados por seres de otro mundo con forma de reptiles... —¡Miren eso!— y que la monarca actual del Reino Unido es uno de ellos. Una que logra transformase a su antojo… 

—¡Ah, con antojito y todo!

Los teóricos de los OVNIS están convencidos que los antiguos dioses de la India fueron viajeros interplanetarios. Igual piensan que faraones y dioses egipcios eran visitantes de otros mundos, los verdaderos responsables de construir las fabulosas pirámides. 

—¡Imaginen el pique que cogerá el doctor Zahi Hawass cuando me lea! Ja.

La escritura, que hemos supuesto creada por los sumerios hace más de cinco mil años, según los ufólogos es un legado de viajeros espaciales que vinieron a vacacionar cuando ni usábamos calzoncillos y ni comíamos espaguetis Nero Di Sepia (qué brutos) o algo parecido. 

Todo el avance de la raza humana, dicen, fue auspiciado por visitantes… con cara de culebra. Hasta el espectacular salto que técnica y científicamente ha dado la humanidad, se debe a que los gringos (los rusos y chinos están involucrados) lograron capturar unos reptiles, cuyas naves espaciales se precipitaron a tierra; seguramente porque estaban construidos con tecnología Boeing.

El asunto es que los capturaron, les dijeron… “kitimani ahí” y los encerraron en un sitio de Nevada bautizado como Área 51. 

Los rusos, para que los gringos no le hicieran bullying, también atraparon dos o tres y los escondieron en los Urales, donde acaban de descubrir una especie única de reptiles con más de 70 millones de años y sin ninguna cana. ¡Uhmm! 

Los chinos fueron un poco más espectaculares y tienen a los repti-espaciales capturados, en una montaña del Himalaya (absolutamente ahuecada y como con ochocientos ascensores que sólo bajan), que da unos calambres a quienes la visitan porque es radioactiva. Los chinos se han juntado con soldados de la India (que también tienen extraterrestres en una montaña llamada Nanda Devi) y han atacado a unos belicosos reptiles. 

—¡Embrollo que ni la ONU puede ya resolver!

El asunto es, afirman los teóricos de los antiguos alienígenas, que ellos son realmente... nosotros... Bueno… Lo que intento decir es que... que ellos vinieron... se mezclaron con unas voluptuosas muchachas color tierra... —¡No color tierra! Quise decir... de la tierra— Y de esas relaciones sexuales nacimos todos nosotros. ¡Hasta Genghis Khant, que dicen es el padre por carambola del 80 por ciento de los terrícolas! Los reptiles también crearon a un tal Caín que, con su madre-amante Eva, fue el partero de las miles de mujeres del padrote Genghis Khan.

—¡Qué bendito lío tengo en el cerebro!

La cosa es que en la actualidad los reptiles nos están invadiendo… Quizás no sea justo acusarlos de invasores cuando en realidad están regresando por lo suyo. ¡Toma ahí! 

—¡Pero espera... ahora es que falta mambo…!

Ocurre que entre nos, hay agentes encubiertos, ya descubiertos, de la raza  reptiloides. ¡Qué peligro! Se ha identificado como tal a la familia real del Reino Unido, que nada tiene que ver con los Siete Reinos de “Juego de Tronos”.

¿Pruebas?
Fotografías (juran que no fueron alteradas en Photoshop) de un revelado ojo de reptil de Isabel II, la confesión anónima de un guardia afirmando que en los sótanos del palacio real inglés, hay una habitación con montones de cadáveres refrigerados y bien condimentados, a los cuales descongelan para que la reina los ingiera sin utilizar cuchillo y tenedor. 

También dicen que Putin (que mete su cara de sapo en todas partes) vio debajo del guante de la reina que una de sus manos se transformaba en algo semejante a las extremidades de un lagarto. También hay un documento oficial que dice: “Esta es una gran reina, aunque no sea humana”.

—Ojalá que todas estas informaciones no me vuelvan locos como al Quijote. ¿O ya se me hizo tarde?

La actriz que interpretó en el Cine a Isabel II, Helen Mirren, también puso en duda que ella fuera humana. Diana, que tenía un reptilómano de mucha calidad, descubrió todo y la mataron ofidios de París, que ni sabían cantar las canciones de Edith Piaf.

—¡Confieso que mi cabeza es un torbellino! 

Supongo que las boas del Área 51 nada tienen que ver con las víboras boca de algodón que hay en China. Tampoco con los reptiles rusos. Y ninguno de estos parecen estar emparentados con Isabel II. ¿Son sus competidores?

Algo me tiene asustado. Ocurre que los cocodrilos son grandes, las anacondas inmensas y el dragón de Komodo insaciable. Entonces, cuando los reptilianos gobiernen la Tierra, cabe suponer que seremos carne para alimentar reptiles.

Temo que esto no tardará mucho en suceder. ¡Si ya tienen aquí hasta su propia reina; que nadie ve envejecer, por cierto, al ritmo de sus años! Uhmmm.

Al menos no sudaremos, porque nos van a refrigerar antes de comernos. ¿Tendrán buenos modales los reptiles cuando se sientan en la mesa? ¿Sabrán usar servilletas y no erutan?

—¡Nos fastidiamos, amigos!

Creo tener, mientras, una solución particular para proteger a mi familia y a mí: voy a cerrar desde ahora y por mucho tiempo el... 

¡Telón!