jueves, 15 de enero de 2015

Un gancho… ¿diabólico?

Un gancho… ¿diabólico?



Hace unos días publiqué en las Redes Sociales que había llegado a un acuerdo con muy importantes productores de Cine para la realización de dos guiones míos: “Amanda” y el “El diablo ya no vive aquí”.

Luego publiqué que decidimos iniciar el asunto con la comedia de corte internacional “El diablo ya no vive aquí”.



Les aseguro, pasionarios y pasionarias, que luego de haber hecho estas publicaciones me ha salido el mismísimo demonio.  Perdón; me han salido demonios, diablas, diablitos y miles de otros monstruos infernales:

¿Tú no pensarás dejarme fuera del asunto?
—Cojo lo que sea de esa película, hasta colita.—¿Imagino que hará falta un actor gordo de un poco más de 50 años?—¿Usarán actores negros? No soy lo que usted llama un actor de formación, pero siempre lo he que querido ser. ¿Me llegó el chance?—Aunque tú me conoces desde siempre como un buen escritor: pero no quiero morirme sin actuar en una película ¿Me llegó ahora la oportunidad? Te recuerdo que Benedetti actuó en una película de Subiela...—¡Por fin logro comunicarme contigo! Tengo años pensando hacerlo, pero  tenía muchas ocupaciones y no pude hacerlo antes. A propósito de su película…—¡Lo quiero, Giovanny… y, por supuesto, quiero su película. ¡Yo amo el cine!—Hermano, recuerde que soy actor y que estoy siempre dispuesto.—Usted ha sido siempre mi gran admiración en el Arte de aquí. Pero adelánteme: ¿Voy a tener la oportunidad de actuar en su película?—La verdad sea dicha, don Giovanny, usted se ve mejor que nunca. ¿Qué usted hace para tener 61 años y no lucir  más de 40?—Tenía más de dos años queriendo tomarme un trago con usted. Creo que es el mejor momento. ¿En el Boga-Boga o en su bar particular Baroccio? Soy una hermosa mulata de 30 años y bastante liberal…—¡Soy actriz… y usted me encanta!

Mensajes de estos pasan de mil en apenas cuatro días. He recibido, también, más de quinientos currículos, que por supuesto no creo poder leerlos todos.

Confieso que no sabía que en República Dominicana había tantos actores. Tengo la sensación de que más de 8 millones los son. Y el resto que aún no lo es, está esperando serlo o se enganchó a político… bueno… pero esos también son actores… y muy buenos.

No crean que ciertos técnicos se han quedado fuera del asunto:

—Don Giova, yo una vez fui ayudante de un tipo que arregló las instalaciones de su casa… ¿Va a necesitar un buen electricista en su película?
—Usted es “del otro lado”? Porque yo soy bastante abierto…
—Aquí nadie mueve un foco de un lugar a otro mejor que yo…
—Los mejores técnicos de luces están bajo mi mando… ¡Mande usted!
—Tengo un hijo, querido primo, que siempre ha querido una oportunidad para ser ayudante de cámara en una película.

Por supuesto que algunas cuerdas me han dado:

—Usted se puso a decir que era pastelero; pues ahora comience a repartir la mantequilla.
—Jajajajajaja. Imagino todo la presión. A propósito: ¿tienes un papelito para mí en tu película?

—¡Vuestras respectivas malditas madres! — les he contestado.

Dos evangélicas me ha escrito para exigirme que saque el nombre del diablo del titulo, so pena de ser condeanado a vivir para siempre en el infierno.

Me he visto precisado a publicar los siguientes mensajes:

Aclaración: 
Ciertamente escribí el guión de "El diablo ya no vive aquí" (basado el texto de la obra teatral del mismo nombre, donde toco el tema de la separación matrimonial), actuaré en el filme, trabajaré con los actores en la construcción de sus respectivos personajes y tendré otras modestas funciones dentro de la realización cinematográfica. Pero una de estas no será la selección de actores. Otro equipo se encargará de eso. ¿Ok?

R E I T E ROOOOOOOOOO:

—¡No estaré en el equipo que escogerá a los actores de esta comedia de corte internacional!
—Ayudaré, eso si, a todos los actores en la construcción de sus respectivos personajes.
—Por supuesto que hice algunas recomendaciones... ¡pero ya!
—Todavía no estamos en la etapa de hacer el casting. Ya eso se avisará en el momento oportuno.
¡Tranquilos, colegas y amigos, tranquilos! 

Nadie me ha creído.

Ahora estoy pensando seriamente cambiar  mis tres números telefónicos, cerrar mis cuentas en las Redes Sociales y poner truños cuando me encuentre con ciertos “amigos”. 

Ah, también ahora he recibido cientos de solicitudes de amistad en FB.

Mis hijas me han sugerido colocar en la casa y en el techo de mi vehículo un letrero: “El diablo ya no vive aquí… y Giovanny... tampoco"

Lo peor del caso es que... “los invasores apenas han llegado…!"


 ¡Telón…! Ay no… ¡Corten!