lunes, 27 de junio de 2011

Lecciones y sugerencias después del Festival

Lecciones y sugerencias después del Festival



En la anterior entrega reseñamos leves fallas del Festival Internacional de Teatro a raíz de la nota que nos enviara Mónica Volonteri.

Hoy queremos hablar de algunas lecciones e ideas que surgen luego de clausurarse el Festival, formular algunas sugerencias para los venideros y dejar espacio abierto para recibir otras sugerencias de nuestros lectores.

—Se cayeron los cantos de sirenas que afirmaban que el Teatro Dominicano no tenía casi público.
—Definitivamente el Teatro con el cual el público mejor se conectó fue el nuestro.
—Hay que buscar una fórmula para traer programadores internacionales más comprometidos con nosotros. Tengo varias ideas en ese sentido. Me permito recordar que prácticamente sólo la gente del Teatro AVANTE han llevado grupos dominicanos a presentarse fuera. Una lástima que no fuesen invitados.
—Los teatreros dominicanos deben entender que los precios que están cobrando en temporadas normales son caros. Nuestros Festivales nos lo están indicando.
—No es necesario alterar nombres de obras, ni sus textos, para lograr el éxito. A parte de que esa actividad, sin permiso de los autores, es penada hasta con dos años de prisión. Lo estoy advirtiendo con tiempo.
—Para bajar los precios tenemos que ponernos de acuerdo actores, directores, productores y sector oficial. Una lástima que nunca ocurriera aquella pactada reunión del sector nuestro con el Ministro para ponernos de acuerdo. Recuerden que Manuel Chapuseaux hasta adelantó una propuesta de política de salas públicas.
—El Festival tiene que retomar el plan de contratar un director dominicano para realizar el gran montaje para la Sala Principal del Teatro Nacional. Esto debe hacerse por concurso y nunca puede ser sustituído por la puesta en escena que lleve la Compañía Nacional de Teatro. Son vainas diferentes.
—Tenemos que mejorar sustancialmente la publicidad y difusión de las compañías que concurren al Festival.
—La ejecución presupuestaria del Festival debe darse por lo menos tres meses antes del evento.
—El Festival es internacional. No sólo Hispanoamericano. Mientras más lo internacionalicemos más lo importatizamos, como gusta decir el actor Juan María Almonte.
—Mañana deben comenzar especializar fondos para pagar asesores direccionales para entrenar grupos teatrales de las provincias. Siendo nuestro Festival de profesionales es necesaria lograr cierto equilibrio de los grupos criollos participantes.
—El Festival debe volver a venderse en el mercado local como un buen producto cultural que es. Debería formarse una oficina de mercadeo para esto.
—Debe discutirse un estrategia para asegurar mayor participación en los foros, talleres y conferencias que completan el Festival. No podemos olvidar que muchos artistas dominicanos de la escena no pueden asistir a estos porque están ensayando o presentado sus diferentes propuestas escénicas.
Estas notas no persiguen convertirse en una fórmula. Son ideas sueltas que, para provocar algo, estamos lanzando. La intención es que ustedes se motiven y envíen las suyas, sin importar que contradigan o superen todas estas. 

En La Pasión Cultural nos cuidamos de no tocar temas políticos. Pero hay uno que va a incidir directamente sobre el Festival. Ocurre que estamos a la vuelta de las próximas elecciones. Todo parece indicar que el año que viene nuestra particular área de influencia volverá al Estado con nuevos bríos. De ser así es hora ya, sólo hablo aquí de los asuntos del Festival, de escuchar al sector diciéndonos qué les gustaría que ocurriera con su Festival de Teatro. No permitiremos, por un asuntos de ética, crítica alguna. Solamente publicaremos sus ideas y sugerencias para futuros Festivales

Si por casualidad no se cumplen los pronósticos de la influencia de poder que estoy vaticinando, sus sugerencias y las mías servirán de todos modos, porque habrá cambios en el gobierno cultural, es indudable. En uno u otro sentido. Por mi parte, mañana me daré una vuelta por la cede central del Ministerio de Cultura para ver si la actual decoración en cierto espacio es de mi grado, porque como también acostumbra a decir Juan María Almonte«como que huelo bastante a poder». Aunque Reynaldo Disla, del otro lado, estará diciendo lo mismo. 
Giovanny o Reynaldo ¿he ahí la cuestión?
 ¡Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja!



Justificada queja de Mónica Volonteri.

El Festival Internacional de Teatro fue un éxito de publico y artístico innegable. Pero en algunos aspectos formales  hubo algunas fallas que debemos señalar con deseos de que las superemos en los otros que vendrán. Una de las fallas fue la publicidad en términos generales. Prácticamente esta no existió. Cada grupo dominicano desarrolló una campaña por las Redes Sociales que contribuyó a la masiva asistencia de publicó que ocurrió. La misma oficina del Festival la difundió por las Redes Sociales, pero nada más. Recuerdo que el gran teatrero dominicano y amigo Carlos Castro, cuando publicamos el primer artículo sobre el Festival nos comentó que ya era hora de que algo así saliera porque el Festival no tenía ninguna publicidad. Los grupos que concurrimos no vamos ahí por la paga, puesto que esta no es notable. Vamos por la difusión que podemos conseguir. La difusión en los medios fue muy escasa. Hasta hay medios importantes que ni nos reseñaron. El mismo Iván García, a quien justamente se le dedicó el Festival Internacional de Teatro, se quejaba de la poca difunción que tuvo el evento. Recuerden que la gallina cacarea para que se sepa lo importante que es poner el huevo. No podemos dejar de consignar, para ser justo, que este Festival se hizo con muy escasos recursos económicos. Y cuando el dinero no se mueve...
En otro orden publicamos una nota-queja que nos remitiera la crítico y dramaturga Mónica Volonteri, con la que estamos también de acuerdo.


Durante el festival se entregaron unos volantes antes de las funciones que lo único que tenían era una sinopsis de las obras. Volantes en blanco y negro, impresos de por más baratos que no tuvieron la información adecuada porque nadie la puso, o sea fue un tema de decisión de quien manejó el tema de comunicación (la verdad ni idea quien fue). Clodomiro Moquete en la versión digital de Vetas lo destaca, no sólo por lo que se entregaba antes de cada función, sino incluso el tema de la información que se colgó en Internet. 

A mí de verdad que me resultó bastante desagradable, incluso me incomodé cuando me entregaron ese volante, con la pasión que me caracteriza dije cosas como que es una falta de respeto al público, primero porque lo tratan de estúpido, o sea le tienen que contar de qué va la obra, segundo porque lo siguen tratando de tarado porque no creen que pueda manejar información técnica y tercero le faltan el respeto a todas las personas que forman parte de un montaje. Señores, eso de darle los créditos a quien se los merece es el abc del respeto al creador, por Dios.. pero además es también una falta de respeto a los contribuyentes a todos nosotros que pagamos impuestos como desgraciados y si algo no somos es idiotas. Es hora de que nos dejen de tratar como tales. Cualquier evento cultural que organice el Estado, independientemente en manos de quien esté el gobierno, no es un regalo, no, es obligación del Estado brindarle a los ciudadanos educación, salud, cultura y seguridad, entre otras cosas. Por lo tanto, lo mínimo que debemos hacer es exigir que las cosas se hagan bien y ese volante que se entregó, se podría haber hecho bien por el mismo dinero, faltó respeto, sólo eso, respeto al público, que en última instancia somos los que pagamos los impuestos.  

                                                                                                                                          Mónica Volonteri