viernes, 24 de junio de 2016

Un “Otelo” telenovelado

Un “Otelo” telenovelado
Por Giovanny Cruz Durán.



“Los celos son el monstruo de ojos verdes que se alimenta con la vianda que lo nutre.”
(W. Shakespeare)

En 1983 actué en la telenovela puertorriqueña “Cadenas de amor”, protagonizada por Daniel Lugo y Nidya Caro. En una ocasión escuché decir al productor, que las telenovelas parten siempre de las tragedias griegas o de los dramas shakesperianos. Es el caso de esta intensa versión de “Otelo" que los chilenos de Colectivo Viajeinmóvil han presentado en el marco de nuestro Festival Internacional de Teatro.

Una única pareja en escenario observa un melodrama en una escondida televisión. Asocia lo que ven con la tragedia “Otelo” de William Shakespeare y, mediante la utilización de maniquíes convertidos en los personajes principales de la obra, recrean la pieza original asociándola al drama televisado.

Dicho así, todo parece sencillo. No es esa la verdadera historia. Ciertamente, el actor y la actriz nos resumen las escenas principales de la trama de “Otelo”, al cual salpican de un tremendo humor que en ningún caso nos aparta del drama interior de los personajes que realizan; pero han requerido una excelente y cuidadosa dramaturgia y dirección para llevarlo a cabo: Jaime Lorca, Teresita Lacobelli y Cristian Ortega.

La adaptación, dirección, recreación y actuación constituyen un excepcional trabajo que los espectadores, puestos de pies como un resorte, agradecemos al final de la mise-en-scène.

El arduo manejo de los maniquíes de Otelo, Desdémona y Casio es brillante. La interpretación viva que hacen Jaime Lorca y Nicole Espinoza de Yago y su esposa es más destacada todavía.

Para la interpretación de los distintos personajes, ambos actores deben desdoblar constantemente la voz. Aunque algunas veces pueden camuflarse entre ellos mismos y entre los escasos elementos de la escena, muchas veces lo hacen a vista de público, simplemente. En ese tenor, califico como excepcional los momentos en los cuales ellos entablan diálogos con los maniquíes que conducen. El cambio de los tonos de sus voces y los diferentes matices que logran son casi perfectos.

Cada recurso, cada efecto técnico ha sido cuidadosamente estudiado y aún mejor realizado en el escenario.

Como para esta puesta en escena, de teatro total, los personajes reales parten de su propia lectura de la obra de William Shakespeare, la obra original en ningún momento es traicionada en el evento. Los celos de Otelo, la ingenuidad de Casio, las intrigas de Yago, las angustias  de Desdémona están ahí. Pero la pareja latinoamericana que los recrean en su habitación, ha encontrado en las tendencias sociales y culturales hispanoamericanas el marco perfecto para la readaptación.

Por eso, en la escena están nuestros particulares celos, las prácticas de la burguesía trepadora y la violencia ejercida contra las mujeres. Violencia convertida hoy en una plaga peligrosa.

Todo esto hace que esta original versión de “Otelo”, tenga vigencia y al mismo tiempo se conecte con algunos de los objetivos aleccionadores de Shakespeare, quien quiera que éste realmente haya sido.

El Colectivo Viajeinmóvil con muy poco, ha mostrado mucho. Mucho de ellos, de Shakespeare y de nosotros. El Arte nos fue muy bien servido.


Me interrumpo ahora, porque me acaban de tirar el... ¡Telón!