Un “Otelo” telenovelado
Por Giovanny Cruz Durán.
“Los
celos son el monstruo de ojos verdes que se alimenta con la vianda que lo
nutre.”
(W. Shakespeare)
En 1983 actué en la telenovela
puertorriqueña “Cadenas de amor”, protagonizada por Daniel Lugo y Nidya Caro.
En una ocasión escuché decir al productor, que las telenovelas parten siempre de
las tragedias griegas o de los dramas shakesperianos. Es el caso de esta
intensa versión de “Otelo" que los chilenos de Colectivo Viajeinmóvil han
presentado en el marco de nuestro Festival Internacional de Teatro.
Una única pareja en escenario observa un
melodrama en una escondida televisión. Asocia lo que ven con la tragedia “Otelo”
de William Shakespeare y, mediante la utilización de maniquíes convertidos en
los personajes principales de la obra, recrean la pieza original asociándola al
drama televisado.
Dicho así, todo parece sencillo. No es
esa la verdadera historia. Ciertamente, el actor y la actriz nos resumen las
escenas principales de la trama de “Otelo”, al cual salpican de un tremendo
humor que en ningún caso nos aparta del drama interior de los personajes que
realizan; pero han requerido una excelente y cuidadosa dramaturgia y dirección
para llevarlo a cabo: Jaime Lorca, Teresita Lacobelli y Cristian Ortega.
La adaptación, dirección, recreación y
actuación constituyen un excepcional trabajo que los espectadores, puestos de
pies como un resorte, agradecemos al final de la mise-en-scène.
El arduo manejo de los maniquíes de
Otelo, Desdémona y Casio es brillante. La interpretación viva que hacen Jaime
Lorca y Nicole Espinoza de Yago y su esposa es más destacada todavía.
Para la interpretación de los distintos
personajes, ambos actores deben desdoblar constantemente la voz. Aunque algunas veces pueden camuflarse entre ellos mismos y entre los escasos elementos de la
escena, muchas veces lo hacen a vista de público, simplemente. En ese tenor,
califico como excepcional los momentos en los cuales ellos entablan diálogos con los maniquíes que conducen. El
cambio de los tonos de sus voces y los diferentes matices que logran son casi
perfectos.
Cada recurso, cada efecto técnico ha sido cuidadosamente estudiado y aún mejor realizado en el escenario.
Como para esta puesta en escena, de
teatro total, los personajes reales parten de su propia lectura de la obra de
William Shakespeare, la obra original en ningún momento es traicionada en el
evento. Los celos de Otelo, la ingenuidad de Casio, las intrigas de Yago, las
angustias de Desdémona están ahí. Pero
la pareja latinoamericana que los recrean en su habitación, ha encontrado en
las tendencias sociales y culturales hispanoamericanas el marco perfecto para
la readaptación.
Por eso, en la escena están nuestros
particulares celos, las prácticas de la burguesía trepadora y la violencia
ejercida contra las mujeres. Violencia convertida hoy en una plaga peligrosa.
Todo esto hace que esta original versión
de “Otelo”, tenga vigencia y al mismo tiempo se conecte con algunos de los
objetivos aleccionadores de Shakespeare, quien quiera que éste realmente haya
sido.
El Colectivo Viajeinmóvil con muy poco,
ha mostrado mucho. Mucho de ellos, de Shakespeare y de nosotros. El Arte nos
fue muy bien servido.
Me interrumpo ahora, porque me acaban de
tirar el... ¡Telón!
1 comentario:
Hola Cruz, lo único que agrego a tu excelente comentario crítico, es que el trabajo de muñecos u objetos animados está más allá del simple uso de maniquíes, es una exploración consistente, creativa y rigurosa respecto a la teoría de la súper marioneta de Gordon Craig. https://es.wikipedia.org/wiki/Edward_Gordon_Craig. Hay una exploración en eso que Gordon llamó la transferencia de energía del actor al muñeco y viceversa, con la finalidad de que el espectador solamente vea el acto de actuar.
Aunque no vi “Labio de Liebre” también felicito tu observación aguda y bien escrita respecto a esa puesta en escena.
Comparto tu crítica con otras personas.
Cariños.
Cc
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