Un anuncio trascendente para
la Cultura dominicana
Por Giovanny Cruz Durán.
La identidad
de una Nación se forja y sostiene en la Cultura y su legado. Nosotros,
ciertamente, somos actores sociales del presente; pero aquí hemos llegado
porque antes hemos sido viajeros tenaces en el tiempo.
Me parece criminal
dejar que muera, sufra o se deteriore nuestro acervo cultural y las instituciones
que tienen la encomienda de preservarlo. No es para nada casual que diferentes gobiernos
dominicanos, han dejado fuera a la Cultura en los grandes proyectos de desarrollo.
Igual luce ser un buen indicio que se hagan serios intentos de preservarnos en
el legado cultural.
En ese sentido,
celebro saber por boca del ministro de Cultura, Pedro Vergés, que después de
más de treinta años de espera, hay planes concretos de rescatar instituciones valiosas de la Plaza de la Cultura, los museos de la Zona Colonial, monumentos
patrimoniales y las mismas ruinas de la Isabela.
En otro tenor, hay una importante
herencia taína aquí. Debemos procurar rescatarla también. La Cultura sobrevive,
siempre, hasta al exterminio de los pueblos que la han producido. Los
asombrosos, dulces e ingeniosos taínos fueron diezmados, ciertamente; pero hay
más de mil vocablos de su idioma que han sobrevivido al paso del tiempo: coa,
conuco, huracán, chin, barbeque (BBQ); entre tantas otras. Así mismo, han
sobrevivido mucha de su artesanía y costumbres. Les aseguro que su mitología es
espectacular, creativa e inteligente.
“Un
mañana, ambos, Nonún y el Güey,
saliendo
de la caverna en que se amaban,
subieron
a la Cauta
y
desde allí dichosos se lanzaron
hacia
todos los espacios de este mundo.
Pero
al ver Nonún que el Güey,
en
intensos esplendores,
apagaba
el tímido rastro de los suyos, huyó
y
fue a otra cueva a esconderse entristecida.
Desde
entonces Nonún sólo se asoma,
entre
nubes, nostalgias y morriñas
cuando
el arrogante deslumbrador está dormido
y
baja a bañarse en aguas tibias,
que
al ser tocadas por la dulzura de su plata
crecen
como guailí entre la bruma.
Ahora,
unidas ya sus luces no se encuentran.
Lo
taínos, azorados,
acompañan
al Güey en su jornada;
para
amarse, sin embargo,
procuran
de Nonún y su ternura.
Aunque
la sonrisa del Güey, cada mañana,
es
el día por nosotros celebrado,
los
días en que Nonún es transformada
son
el espacio y el tiempo
en
que ocurren nuestras idas.”
(fragmento de mi poema “Areytos:
cantos sagrados entre el cielo y la tierra.)
Empero, siendo
la Lengua el principal legado cultural de un pueblo, pienso que sería una labor
importante, tarea de varias naciones (España, Francia, Puerto Rico, Cuba, Venezuela y nosotros), procurar rescatar lo más que se pueda de la lengua de nuestros
indígenas. Les recuerdo que la zona del Orinoco desde la cual salieron los
primeros pobladores del Caribe (llegaron a esta zona en rústicos troncos
ahuecados) está absolutamente identificada. Hay pueblos en esa zona que todavía
hablan el idioma original de nuestros taínos. En Cuba han detectado montañeses
que hablan en una jerga que a algunos antropólogos de la lengua le recuerda al
idioma de los taínos.
Admito que es
una tarea complicada de la que estoy hablando. Quizás sea visto hasta como una
quimera; pero toda inversión de tiempo, espacio y dinero que se haga en la
Cultura es trascendente.
Mientras sueño
un poco con esta posibilidad, me quedaré celebrando las importantes
declaraciones del ministro Vergés; de las cuales no tengo por qué desconfiar y
cuya importancia no puedo regatear.
Desentruñando
esta vez el gesto hacia el Misterio de Cultura (por aquello de que unas van de
cal y otras de arena), me voy a permitir solicitarles que me permitan,
contento, correr el…
¡Telón!
1 comentario:
Hermoso el fragmento del poema, trataré de conseguirlo y leerlo completo. Ojalá y sí el proyecto sea una realidad! Más de uno estaríamos super contentos! Sería rescatar parte de nuestra identidad.
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