¡Monseñor Ozoria, devuélvanos el teatro de Duarte!
Luego del documental casero, LA DRAMÁTICA: EL TEATRO REVOLUCIONARIO DE JUAN PABLO DUARTE, que pusimos en las Redes Sociales (en tres partes), muchas personas han pedido que ubiquemos el lugar exacto donde estaba el teatro que fundó Duarte. No olvidemos que la única revolución independentista del planeta que sale de escenarios es la nuestra.
La primera obra que Duarte presentó (producción de la Sociedad Dramática, apéndice de la Sociedad Filantrópica, que deriva a su vez de La Trinitaria) fue BRUTO o ROMA LIBRE; de Vittorio Alfieri.
Desde mis investigaciones puedo asegurar que la Sociedad Dramática operó entre 1842 y 1843. Los actores extranjeros (José Ferrer y Cecilia Baranis) que trabajaron en las piezas presentadas por Duarte, se encontraban en Colombia en el último tercio de 1841. Dado que el viaje desde allí les tomaría algún tiempo y teniendo que venir a preparar las puestas en escenas y ensayarlas, es deducible que no pudieron accionar hasta el 1842.
Aunque sabemos que para la presentación de credenciales de La Dramática, con su ROMA LIBRE, dispusieron de un teatro que tenía hasta concha para el apuntador, no puedo decir el lugar exacto donde estaba ubicada dicha edificación. Poseo sólo algunos indicios.
Las crónicas históricas nos han informado que la representación de la primera obra realizada por los dramáticos, fue un rotundo éxito y cumplió a cabalidad con el objetivo artístico-revolucionario que se habían propuesto.
Sin embargo, dada la cantidad de espectadores que fue a ver la obra, entendieron que el lugar resultaba pequeño. Por eso pensaron en un local con mejores condiciones. Hasta planificaron reconstruir una de las ruinas de la ciudad de Santo Domingo. Algo que descartaron por lo costoso y largo que resultaría el proceso
¡Monseñor Ozoria, devuélvanos el teatro de Duarte!
No obstante, el comerciante Manuel Guerrero, miembro de la Sociedad Dramática, se ofreció para construir lo que sería el teatro definitivo de los duartianos. Se hizo en las ruinas de la llamada Cárcel Vieja, situada justo al lado (¡cuánto arrojo!) del Palacio de Borgellá, sede del gobierno haitiano en nuestra mitad de isla.
Ambas edificaciones estaban en la calle Isabel la Católica; que ha tenido varios nombres: El Caño, Principal de Santa Bárbara, del Comercio; entre otros.
El Palacio de Borgellá fue construido por Gerónimo Borgellá, quien fuera gobernador haitiano aquí. Ese edificio ha sido también sede de gobiernos nuestros y del Senado de la República. Hoy operan allí diferentes instituciones culturales.
La Cárcel Vieja, o Civil, era una construcción que databa de la Colonia. Manuel Guerrero construyó un teatro con unas 300 butacas en platea, palcos, buenos camerinos, telón y excelente iluminación.
¡Monseñor Ozoria, devuélvanos el teatro de Duarte!
Terminado el teatro, la Sociedad Dramática presentó UN DÍA DE OCTUBRE DEL AÑO 1823 EN CADIZ (de Eugenio de Ochoa) y LA VIUDA DE PADILLA (de Martínez de la Rosa). También habrían hecho algunos entremeses. Cabe suponer que dicho teatro siguió operando una vez independizada la Patria.
Más adelante fue rentado al ciudadano francés Raimont H. Verry para que operara un teatro, a Luis Mousset para una panadería y a los señores Gressy y Betances para otro teatro. Fue local del Instituto profesional (1880). También fue cedido a la institución Amigos del País, que hizo allí el Ateneo y bibliotecas públicas. Durante el trujillato funcionó la Cámara de Diputados. También ha estado la Policía Municipal y una cárcel preventiva. Actualmente allí funciona un museo de algunas joyas de la Catedral. ¡Inconcebible!
Dada la importancia histórica, ese edificio tiene que ser devuelto y convertido otra vez en un teatro. Sería el mejor homenaje que tributaríamos a esos primeros actores patrióticos que construyeron la República: Juan Isidro Pérez, Pedro Alejandrino Pina, José Ferrer, Cecilia Baranis, Félix María del Monte, Rosa Duarte, Juan Evangelista Jiménez, Luis Betances, Tomás Troncoso, Joaquín Lluberes, Francisco Martínez de León, Remigio del Castillo, Fernando Serra y Silvano Pujols, Manuel y Wenceslao Guerrero, Jacinto de la Concha, José María Pérez, José García Fajardo, Joaquín Gómez y Juan Bautista Alfonseca.
Allí nació la patria. Allí nació el teatro profesional dominicano, allí Duarte puso sus manos, miradas, intelecto, sueños, empeños e ideales. ¡No lo desperdiciemos!
¡Monseñor Ozoria, devuélvanos el teatro de Duarte!
¡Telón!
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