Por Giovanny Cruz Durán
El largo y sacrificado proceso
que seguiste finalmente llega a su objetivo primario: el estreno. Hay todo un ritual que debe ser respetado.
—¡Cuántas tensiones acumuladas! ¿Cierto?
Difícilmente
dormirás largas horas en la mañana de ese día. En países como el nuestro usualmente el actor tiene también otras actividades. Si es tu caso, recomiéndote
pausar cualquier labor ajena a la pieza que estrenarán. Al levantarte, haz una
especie de examen de conciencia sobre todo el proceso. La intención es revisar
si algo se ha perdido u olvidado en el camino.
Luego, repasa todo
el texto frente a tu espejo y obsérvate. Igual repasa mentalmente tus
movimientos dentro de la realización. Lo mismo debes hacer con toda la utilería
que usarás en la obra. Te recomiendo, sobre todo si ésta es abundante, hacer
una lista con los elementos que utilizarás en la escena. Las tensiones tienden a jugar malas pasadas.
Es conveniente descansar la voz durante el día. Es que en la cotidianidad no utilizamos nuestro resonadores y tampoco nos asistimos del diafragma.
Un actor
responsable, siempre consciente de que cualquiera alteración repercutirá en el
estreno, suele tener cuido con los alimentos que ingiere. Hasta para cruzar una
calle, bajar una escalera, levantar un tarro muy pesado, tienes que tomar en cuenta
que podrías con esa acción provocar tu ausencia en la representación. ¡Una catástrofe que me haría odiarte de por vida!
Lo usual es llegar por lo menos dos horas antes al teatro. El día del estreno hazlo con cuatro o
cinco horas de antelación. La idea es desintoxicarte del exterior e ir respirando la
atmósfera teatral. Además, tranquilizas de esa manera al productor, director y demás
compañeros del elenco.
Nunca lleves visitas
al camerino ni permitas que otros lo hagan. ¡Nunca! Ese es un espacio
sagrado exclusivo para los artistas que saldrán a escena.
No te aísles. La
interacción con los demás miembros del elenco es muy importante.
Repasa y
comprueba la utilería, el vestuario y cada elemento de la escenografía.
Ubica todos los focos de luces y mentalmente repasa sus efectos. Repasa
mentalmente los momentos del sonido. Repasa y comprueba el maquillaje.
Esto es para que
no tengas sorpresas desagradables durante la presentación. Si un sillón que
usas en escena, para ilustrar con el ejemplo, no está en el lugar acostumbrado,
puede crearte una confusión insalvable. El asunto es evitar situaciones atípicas.
Te recomiendo hasta realizar una somera comprobación de movimientos. ¡Jamás ensayar
el día de estreno! ¡Noooooo!
No aceptes cambios
de última hora. Hubo meses de ensayos para establecer premisas, ya no es
momento de inventar o improvisar. Ahora la responsabilidad del trabajo es tuya.
Nadie está autorizado a meterle “ruido” a tu actuación.
En un concepto
profesional de la actividad teatral, ya para el estreno la autoridad constituida
es el regidor de escena. Si hay disposiciones contradictorias entre este, el
director y el productor; hazle siempre caso al regidor. Él tiene el control final.
Entendiendo esto, se evitan órdenes y contraórdenes que podrían serte perjudiciales.
Un detalle: Durante cada día de ensayo te has estado internamente programando,
casi como un ordenador personal. Es una especie de administración emocional. Pero
también acumulaste muchas tensiones. Por esto debes saber que, generalmente, el
ritmo del estreno no es el real ni el definitivo. Es que esas tensiones acondicionan siempre. Suelo decir, que el ritmo verdadero de la obra comienza el tercer día
de presentación.
Maquíllate.
Aunque lo ideal es hacerlo sin el vestuario, hay casos en que esto no es
posible. Pero debes siempre proteger la ropa del personaje. En la medida que te
maquillas, ya frente al espejo, inicia la invocación de las emociones, deja que el personaje
comience a fluir dentro de ti y no lo sueltes nunca. Si tienes que hablar o
responder algo, hazlo con tonos y actitudes del personaje.
Vístete siempre despacio.
Mientras lo haces, repasa los datos que arrojaron las respuestas a las Cinco Preguntas Elementales del Personaje
y la Línea Interna, la cual dejarás
aflorar en ocasiones durante la representación.
Segundo detalle: Muchas veces querrás que ocurra algo que evite el estreno y
sentirás miedo. ¡Tensión de último momento que está relacionada con la
responsabilidad que tienes frente al público y tu respeto al teatro! Es algo
natural.
Ya vestido,
maquillado y con las emociones del personaje invocadas; realiza un acto de
imaginación creadora: trata de visualizar toda la obra como en secuencia fotográfica.
Este es un recurso muy efectivo para recordar las acciones.
Ernesto Báez, Wilson Ureña, Cristela Gómez, Vicente Santos, Nileny Dipton, Manuel Raposo y Yorlla Castillo en "Duendes y locos de las dunas" (Premio Nacional de Teatro); de Giovanny Cruz |
Tercer detalle: No aceptes que te digan nombres de personas que están entre
los espectadores. Te distraerías con eso.
—Bueno, artista,
llegó el momento para el cual trabajaste. No te puedes ya devolver o arrepentir.
Recuerda que todo lo que te han puesto en el escenario es para enmarcar tu
actuación, porque eres la célula madre del teatro. Sólo me queda, antes de la premisa inmutable diez, decirte: ¡Mucha mierda..." y desearte que actúes... ¡En la boca del lobo!
El regidor ha gritado eso que escucharás tantas veces y que te impresionará siempre…
El regidor ha gritado eso que escucharás tantas veces y que te impresionará siempre…
¡Telón!
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